Reflexiones

Dios restaurará lo seco de nuestras vidas

DIOS RESTAURARÁ LO SECO DE NUESTRAS VIDAS

“Aconteció también en otro día de reposo, que Él entró en la sinagoga y enseñaba; y estaba allí un hombre que tenía seca la mano derecha. Y le acechaban los escribas y los fariseos, para ver si en el día de reposo lo sanaría, a fin de hallar de qué acusarle. Mas Él conocía los pensamientos de ellos; y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate, y ponte en medio. Y él, levantándose, se puso en pie. Entonces Jesús les dijo: Os preguntaré una cosa: ¿Es lícito en día de reposo hacer bien, o hacer mal? ¿salvar la vida, o quitarla?  Y mirándolos a todos alrededor, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo así, y su mano fue restaurada. (Lucas 6:6-10)”

En este relato bíblico vemos cómo Jesús fue el que se acercó a ese hombre. que tenía un problema en su mano. Si nos damos cuenta en esta acción, nuestro Señor Jesús siempre demostró esa manera de intervención con las personas. Y en este sentido nuestro Señor Jesucristo también acostumbra llegar a nuestras vidas, o a nuestro entorno o donde sea que haya una necesidad de Sus hijos, ahí estará Él a nuestro lado.

¿TIENES EN ESTOS MOMENTOS UNA NECESIDAD?

Alégrate, porque ese mismo Jesús que estuvo frente a la persona de la mano seca, está ahora en medio de nosotros y la Escritura reafirma esta aseveración y nos dice:

“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. (Hebreos 13:8)”

Nuestro Señor Jesucristo nunca llegará tarde a nuestro auxilio y si nos interiorizarnos en las Escrituras podemos ver en otros pasajes bíblicos que Él nunca tardó Su ayuda, tampoco tardó en llegar en la vida de Sus discípulos para transformarlos en pescadores de hombres, ni llegó tarde ante la samaritana para transformar una vida de pecado en una nueva vida llena de esperanzas.

Nuestro Señor Jesucristo nunca llegó tarde a ninguno de Sus compromisos y en diferentes pasajes bíblicos muestra esta virtud de Su divinidad y esto lo podemos ver cuando Él llega a la ciudad de Gadareno y libera a un endemoniado o cuando Él llega a la tumba de Lázaro para devolverle la vida y esta actitud hasta el día de hoy, nos demuestra que dónde llega Jesús, llega la paz, llega la misericordia, llega la gracia, llega la libertad y nos da nuevas esperanzas.

No sabemos por qué ese hombre de la mano seca estaba allí, quizás él no tenía la intención de encontrarse con Jesús, pues por su condición social y su mano seca, lo más probable es que debió ser rechazado por los líderes religiosos de aquella época, ya que las afecciones del cuerpo o enfermedades en aquel tiempo se relacionaban con un pecado de la persona o de sus antepasados o quizás este hombre espiritualmente también estaba seco en su interior.

Jesús lo llamó y le pidió ponerse en medio, para hacerlo visible ante la multitud y este hombre obedeció presentándose ante Jesús y con esta actitud demostró, que la obediencia siempre conllevará a una gran bendición.

En ese momento toda la atención de los religiosos presentes estaba puesta sobre él, recordemos que era DÍA DE REPOSO, luego este hombre recibe una segunda orden y el Señor le dice; “Extiende tu mano”, si la situación hasta ese momento era quizás difícil para este hombre, ahora se hacía aún más compleja, porque aquellos que tal vez hasta ese momento no habían notado su mano seca, ahora verían su problema. Quizás muchos de nosotros en una situación así, hubiésemos levantado la otra mano, sólo para que los demás no vieran nuestro problema, pero dice la Escritura que él levantó su mano afectada y fue restaurado.

Esta historia del hombre de la mano seca nos refleja dos cosas importantes: la primera es que este hombre estaba seguro que la persona que estaba frente a él era Jesús, el Hijo de Dios, el Todopoderoso, el Bueno, el Amable, aquel que era capaz de echar fuera demonios y levantar paralíticos, aquel, ante cuya voz la naturaleza se sometía a Él; por eso este hombre no dudo y fue obediente a la orden de Jesús.

La segunda cosa que vemos en este relato es que este hombre comprendía que por sí sólo no podía solucionar su problema, pero Jesús si podía cambiarla su condición, de esta manera, obedeció al llamado de nuestro Señor y su mano fue restaurada.

Quizás algo se ha secado en tu vida o en tu corazón o se ha secado tu relación con Dios, pero hoy mi querido hermano es el momento, para que le pidas al Señor que aumente tu fe y que restaure lo que se haya secado en ti. El poder que operó en aquel hombre para restaurar su mano seca funcionará de igual manera hoy para ti, por lo tanto, tengamos la plena seguridad que nuestro Señor Jesucristo puede restaurar cualquier área de tu vida que se haya secado.

QUE DIOS BENDIGA PODEROSAMENTE SUS VIDAS, HOY, MAÑANA Y SIEMPRE.

<strong>Franklin Mirabal</strong>

Franklin Mirabal es miembro líder de la Iglesia Asamblea de Dios Central de Higüey, República Dominicana.

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