Reflexiones

Serán muchos los llamados, pero pocos los escogidos.

SERAN MUCHOS LOS LLAMADOS, PERO POCOS LOS ESCOGIDOS

“Porque muchos son llamados, y pocos escogidos. (Mateo 22:14)”

Nuestro Señor Jesucristo es categórico y radical con este mensaje, pero lo maravilloso de este anuncio es que Él nos da la alternativa de podernos convertir en uno de Sus escogidos si así lo deseamos y hacemos Su voluntad.

¿A qué se refería realmente nuestro Señor Jesucristo al entregarnos esta advertencia?

¿Qué es lo que realmente nos quiso decir?

¿Qué diferencia hay entre ser un llamado y ser un escogido?

Y por último; ¿Cómo podemos estar seguro que seremos escogidos por Él?

Nuestro Señor Jesucristo en muchas ocasiones entregaba Sus enseñanzas a través de hermosas parábolas y una de estas cuenta la historia de un Rey cuyo hijo se iba a casar y feliz por el acontecimiento hizo muchas invitaciones para que asistieran a la boda, pero cuando llegó ese gran día, no llegaron las personas que él había invitado, rápidamente el Rey molesto por la situación, envió a sus sirvientes para averiguar qué había pasado con sus invitados y resultó que ellos simplemente no estaban dispuestos a venir a la boda excusándose por diferentes motivos y otros no fueron porque  estaban ocupados priorizando sus asuntos y los más indiferentes sencillamente, despreciaron dicha invitación.

El Rey molesto al escuchar las respuestas de sus principales invitados, envió nuevamente a sus sirvientes, pero esta vez ordenó a que invitaran a cualquier persona que encontraran en la calle y así lo hicieron y la boda se llenó de personas.

Nuestro Señor finalizo esta confrontación en la parábola diciendo:

“PORQUE MUCHOS SON LLAMADOS, Y POCOS ESCOGIDOS.”

Entonces ante esta interesante parábola nos surgen dos preguntas;

  1. ¿QUÉ SIGNIFICA SER UN LLAMADO?

  2. ¿QUE SIGNIFICA SER UN ESCOGIDO?

Esta palabra “LLAMAR” la podemos ver en reiteradas ocasiones en la Escritura y en diferentes contextos. En este caso Jesús está usando esta palabra como sinónimo de, INVITACIÓN.

Este llamado es una invitación a vivir una vida junto a Cristo, sirviendo a nuestro Dios y experimentando la plenitud que trae una vida junto a Él y no vivir una vida sirviéndonos a nosotros mismos.

El aceptar esta invitación a ser Sus discípulos y vivir una vida junto a Cristo, Él mismo nos anima a seguir Sus pasos.

Dios hace este llamado directamente a nuestro corazón y aunque hay muchas maneras diferentes en que las personas reciben esta invitación, todos tienen un libre albedrío para aceptarla o rechazarla y tomar una decisión sobre convertirse o no en un discípulo de Jesús, pero esta acción será una decisión individual de cada uno de nosotros.

Entre los que reciben este llamado, muchos lo rechazarán y otros sencillamente pondrán sus prioridades antes de asistir a esta invitación.

Jesús les dio el trabajo a Sus discípulos de salir y hacer esta invitación, predicando y haciendo discípulos a todas las naciones, pero el pueblo de Israel que eran los principales invitados a esta boda rechazó la invitación del Señor y los gentiles si aceptaron ir a esta boda. (ver Mateo 28:19)

Pero esta invitación no todos la recibirán y tristemente serán pocos los que la aceptarán.

Entonces; ¿QUÉ SIGNIFICA SER UN ESCOGIDO?

Ser escogido es hacer lo que sea necesario para poder aceptar la invitación que nos hace nuestro Señor Jesús, inclusive perder la vida si fuese necesario en este mundo por la causa del evangelio.

Decir; “¡ACEPTO LA INVITACIÓN!” Es decir, si a todo evento y vivir una vida como fieles seguidores de nuestro Señor Jesucristo.

Dios nos hace este gran llamado y Él tiene la soberanía de escoger a todos aquellos que acepten con gozo v de todo corazón está gran invitación.

Pero; ¿Por qué dijo Jesús, que son pocos los escogidos?

En realidad, nosotros mismos podemos encontrar en nuestras propias filas a muchos cristianos que no quieren pagar el precio y nuestro Señor Jesucristo lo tiene muy claro y nos dice;

“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. “(Mateo 7:13-14)

Al aceptar esta invitación que nos hace nuestro Señor, deberemos renunciar a todo lo que este mundo nos ofrece; egoísmos e ideas propias, pensamientos y sentimientos basados en nuestra propia voluntad y a nuestros propios deseos.

Para ser un elegido, deberemos direccionar y alinear nuestras vidas en obediencia a nuestro Señor Jesucristo.  Para ser un elegido, deberemos demostrar que deseamos vivir realmente esta vida con Cristo y no dejarnos influenciar por el espíritu apóstata que en este tiempo invade a este mundo. ¿Como podemos saber si realmente seremos elegidos?

La Escritura en el libro de apóstol Pedro nos dice;

“Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. “(2 Pedro 1:10)

Pero; ¿Cómo hacemos eso?

Haciendo las cosas que el apóstol Pedro escribe justamente en los versos anteriores;

“vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.  Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. (2 Pedro 1:5-8)”

Los que realmente quieren seguir a nuestro Señor Jesucristo y obedecer lo que Él nos instruye a través de Sus enseñanzas, obtendrán la gracia de lo que está escrito anteriormente.  Estos cristianos sin duda llevarán muchos frutos y estarán dentro de los escogidos.

En esta parábola el Rey envió a sus sirvientes para traer a toda clase de personas y es sin duda una analogía de nuestra invitación.  No importa cuál sea nuestro punto de partida, ni quiénes somos por naturaleza o cual es nuestro pasado, ni tampoco cuáles son nuestros talentos, ni tampoco importa cuánto conocimiento tenemos o cuál es nuestra circunstancia actual. Lo que determina si somos elegidos o no, es; ¡¡¡CÓMO RESPONDEREMOS AL LLAMADO DEL SEÑOR!!!

Cuando recibimos la invitación que nuestro Señor Jesucristo nos hace, obtenemos como resultado la certeza de ser un escogido y por la gracia de nuestro Dios de ser hermanos de Jesús y coherederos con Él y no solo recibiremos la vida eterna, sino que seremos reyes y sacerdotes junto a Él por toda la eternidad.

La Escritura en este sentido nos dice en el libro de Romanos;

“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con Él, para que juntamente con Él seamos glorificados.  (Romanos 8:16-17)”

Y en el libro de Apocalipsis nos reafirma está Palabra diciéndonos;

“Y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.  (Apocalipsis 5:10) “

Busquemos a nuestro Dios en oración y con todo nuestro corazón y tendremos la certeza de que seremos unos de Sus escogidos. DIOS LES BENDIGA.

<strong>Franklin Mirabal</strong>

Franklin Mirabal es miembro líder de la Iglesia Asamblea de Dios Central de Higüey, República Dominicana.

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