Sermones
Jesús sana a un leproso
Introducción
Mateo 8:1–4
Después del monte, el valle; después de la doctrina, las obras.
La lepra es símbolo del pecado con toda su repugnancia.
1. Principio insignificante. 2. Desarrollo paulatino. 3. Grave resultado.
4. Repugna a otros. 5. Incurable por medios humanos. 6. Separa de otros.
Hoy nos dedicaremos a un relato especial del obrar del Señor Jesús sobre la vida de un leproso. ¡Cuánto nos bendice ver las Obras del Maestro y Su gracia infinita y Su amor inigualable! Dejemos que el dulce Espíritu de Dios nos ministre con poder en esta reunión a fin de que todos podamos ser bendecidos por Su Presencia y Su Poder. El v. 2, dice: “vino un leproso y se postró ante él”.
I. Vino
Esas multitudes lo seguían por la autorídad de su palabra. (7:28, 29).
“Le seguía mucha gente.” ¿Por qué no incluir a ese leproso con la gente? Porque el hombre entre la gente nunca se conoce ni le conocen. Así separado de la multitud, vino a Jesús, no podía disimularlo. El dolor despierta la conciencia, la intelectualidad y hace hablar. La lepra afecta al cuerpo, es triste. El pecado del alma es desesperante.
II. Un Leproso
No dijo “si puedes”, sino “sí quieres”. Está seguro que puede. Pero no tiene la misma seguridad de su voluntad y misericordia. Cristo en su hermosa respuesta revela su voluntad y poder. El Señor siempre responde a las necesidades individuales. No salva por multitudes, sino a uno por uno; cada necesidad. El “quiero” del Señor pone de manifiesto el anuncio de Lucas 2:14.
III. Y se postró
El publicano bajó la cabeza, se arrodilló. Notemos:
1. Su esperanza, “vino”. 2. Su reverencia “postrado”. 3. Fue al Señor.
4. Ferviente ruego. 5. Definitivo “límpiame”. 6. Tenía fe, “si quieres”.
7. Sumiso a su voluntad. 8. Fue eficaz, limpiándole de su lepra.
Si nosotros orásemos siempre así, el avivamiento pronto vendría.
Se cumple. (Isaías 53:4. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades.) (8:17).
IV. Ante Él
En Jesús hay voluntad pronta, “quiero”; y hay poder, “sé limpio”. Le ordena tres cosas: Silencio. Antes de publicarlo debía probarlo. Obediencia. La Ley debía quedar satisfecha. Ser reconocido. Gratitud. Debía ofrendar. Los frutos debían ser aprovechados. El quiere y puede salvarte, si sólo confías en él. Murió por salvarte y puede guardarte, si sólo confías en él. No hay nada que comprar, no hay nada que pagar; en la cruz Cristo exclamó: “consumado está” y ahora él quiere, y puede salvarte si sólo confías en él.
Conclusión
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Si usted tuviera una enfermedad incurable, ¿dónde buscaría apoyo?
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¿Cómo le estimula esta historia acerca de Cristo?
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¿Cómo le desafía este ejemplo de Cristo?
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Según su opinión, ¿por qué le dijo Jesús al hombre sanado que “mostrara pero
no dijera nada”?
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¿En qué se asemeja la sanidad de este leproso a la manera en que Cristo le perdona
a usted?
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¿Qué beneficio hay al dar testimonio personal acerca de las obras de Dios?
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¿Cómo podemos seguir el ejemplo de Cristo en nuestro trato con los leprosos modernos?
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¿Qué actitud debemos tener al presentarnos delante de Dios buscando ayuda?
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¿Qué historia de los hechos de Dios a su favor pudiera usar como testimonio a otros?
Aplicación
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¿A qué persona enferma o que esté sufriendo puede visitar o hablarle durante la semana?
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¿A quién puede animar durante la semana dándole testimonio de algo que Dios ha hecho en su vida?