El libro de Daniel, para muchos, es un libro un tanto agridulce. Por un lado, cuenta con historias fascinantes y familiares, tales como la del horno de fuego y el foso de los leones. Por el otro, nos topamos con algunos sueños y visiones que son difíciles de leer… ¡e interpretar!
Lo que quiero hacer es proveer una estructura que te ayudará a entender mejor el mensaje del libro de Daniel. La clave está en su estructura. Si entendemos su estructura, su mensaje será más evidente.
Contexto
Es indispensable que conozcamos algo de historia bíblica, ya que la historia de Daniel cubre setenta años de narración y vive dentro de dos diferentes reinados. Este período es el que llamamos el exilio, ese tiempo en que la nación de Israel fue tomada cautiva. Primero, los asirios invadieron el reino del norte en 722 a. C. Luego, los babilonios comenzaron a llevar cautivos a israelitas hasta Babilonia en 605 a. C., y es aquí donde el libro de Daniel empieza: “En el año tercero del reinado de Joacim rey de Judá, vino Nabucodonosor rey de Babilonia a Jerusalén, y la sitió” (Dn. 1:1). Así, el libro de Daniel es el único de los profetas que abarca todo el exilio (605-536 a. C.), y también el único que cubre dos diferentes imperios: los babilonios y los medopersas.
Este contexto importa porque, con dos imperios tan poderosos como el babilónico y el medopersa, lo que el libro de Daniel está tratando de contestar son dos preguntas clave:
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¿Quién gobierna realmente en la tierra?
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¿Cómo debe vivir el pueblo de Dios en Babilonia?
Al estudiar Daniel, podemos darnos cuenta que (1) el Altísimo, el Dios de Daniel, gobierna y reina soberana y supremamente sobre toda la humanidad, y que, por tanto, (2) su pueblo debe ser valiente como ciudadanos del reino.
Estructura quiástica
Como mencioné al principio, entender Daniel es entender su estructura. Con algunos libros de la Biblia, básicamente podemos entender lo que hace el autor al hacer una lectura sencilla. Con otros, conocer la estructura del libro puede ayudar bastante. Y, sin duda, Daniel entra en esa segunda categoría.
Piensa en lo que sabes acerca del libro de Daniel. Primero es importante establecer dos cosas: el capítulo 1 comienza con el exilio, y el capítulo 9 habla del fin del exilio. Entonces, avanzamos por el capítulo 1, versículos 1-4, con Daniel y la nación de Judá yendo en cautiverio. Avanza un poco más. El capítulo 2 se enfoca en la visión del rey Nabucodonosor de una estatua que representa cuatro grandes reinos. Ahora, tomando en cuenta el final del exilio en el capítulo 9, avanzamos un poco más y vemos, en los capítulos 7 y 8, más visiones de cuatro reinos.
En general, el contenido de la primera mitad del libro se recapitula en la segunda mitad. Para aquellos familiarizados con el término, el libro de Daniel, como muchas otras piezas de literatura antigua, está estructurado como un “quiasma”. Es decir, pares de pasajes paralelos que funcionan desde los extremos del libro hasta su centro, donde se encuentra el punto principal. Puedes verlo en el siguiente esquema:
I. Capítulos 1-9 |
A. Cap. 1 – Exilio; el pueblo de Dios es afligido |
B. Cap. 2 – Cuatro imperios derribados por el reino de Dios |
C. Cap. 3 – El rey se establece a sí mismo como dios |
D. Cap. 4 – Nabucodonosor es derribado |
D′. Cap. 5 – Belsasar es derribado |
C′. Cap. 6 – El rey se establece así mismo como dios |
B′. Cap. 7 – Cuatro imperios derribados por el reino de Dios |
B′. Cap. 8 – Cuatro imperios derribados |
A′. Cap. 9 – Regreso del exilio; el Mesías afligido |
II. Capítulos 10-12 – Visiones del futuro |