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Perdono, pero no olvido

PODCAST – JAIRO NAMNÚN • PEPE MENDOZA • FABIO ROSSI

El reconocido teólogo C. S. Lewis una vez escribió: “Todo el mundo dice que el perdón es una idea hermosa, hasta que tienen algo que perdonar”. ¡Y es cierto! En este episodio conversaremos con el pastor Jairo Namnún acerca del perdón:

  • ¿Qué es el perdón a la luz del evangelio?

  • ¿Hay alguna condición para el perdón?

  • ¿Cómo entendemos el perdón y el pasar por alto la ofensa?

  • ¿Es posible perdonar y no reconciliarse con esa persona? ¿La reconciliación implica que una relación debe volver al mismo estado previo a la ofensa?

  • ¿Hay una “manera bíblica” de pedir perdón?

  • ¿Cómo puedo perdonar a alguien que está muerto?

TRANSCRIPCIÓN

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00:00:23
Fabio Rossi: El perdón es uno de los temas más comunes en la vida del ser humano y así también es uno de los menos comprendidos a la luz de la Biblia. En este episodio conversaremos con el pastor y nuestro querido amigo Jairo Namnún para explorar lo que la Biblia dice sobre el perdón. ¿Debemos perdonar aunque no nos pidan perdón? ¿Hay una condición para el perdón? ¿Cómo puedo saber cuándo debo pasar por alto una ofensa? ¿O es posible perdonar a alguien y no reconciliarnos con esa persona? ¿O Cómo puedo perdonar a alguien que me ha hecho mucho daño, pero que ahora está muerto? Esto y mucho más en nuestro episodio de hoy. ¡Bienvenidos! Hola a todos, bienvenidos a este nuevo episodio de Textos fuera de contexto, yo estoy como siempre, bien acompañado con mi queridísimo Pepe Mendoza. ¿Cómo te va, Pepe? ¿Cómo te trata la vida?

00:01:22
Pepe Mendoza: Estimado Fabio, un gusto de saludarte y especialmente en este año 2022. Así que lo empezamos realmente bien, con una edición de lujo de Textos fuera de Contexto. Y hoy contamos con la presencia de alguien que no requiere presentación. Y yo creo que bastará solamente la publicidad para que muchas personas estén hoy con nosotros escuchándonos, porque estamos con el famosísimo Jairo Nanón, a quien le damos una cordial bienvenida. Hola Jairo, ¿cómo estás?

00:02:00
Jairo Namnún: Hola Pepe. Hola Fabio. Cuando yo llego a mi casa tampoco requiero presentación porque yo tengo una seudos chihuahua y una golden retriever y cuando llego a mi casa me hacen mucho ruido y me ladran y entonces hace todo un tipo de algarabía. Así que si hay un lugar donde yo no requiero presentación es en mi casa, así que me siento como en casa. Si tú dices que aquí no requiero presentación.

00:02:19
Pepe Mendoza: Y no solamente eso, sino déjame decirte una cosa, yo imagino que tus perritos no solamente cuando cruzas la puerta, sino que yo imagino desde antes que en la media, cuando ya va llegando a la casa, ellos ya van notando tu presencia. Dime que eso es cierto, es correcto.

00:02:37
Jairo Namnún: La luna, mi golden, se para en la ventana, aunque pusimos cortinas y todo, ya se para en la ventana y se pone a mirar porque ya reconoce el vehículo.

00:02:44
Pepe Mendoza: Bueno Jairo, todos te conocen por ser el el director de Coaliciones Internacionales de The Gospel Coalition, pero ya que nosotros siempre usamos este tiempo para decir algo que la gente no sepa de nuestros invitados. Así que yo quisiera que nos cuentes un poco del Jairo antes de The Gospel Coalition: ¿qué ha estudiado, Jairo? ¿Cuál es su profesión? Cuéntanos un poco de ti y de tu familia. Es algo que nos permita tener una semblanza más amplia de Jairo.

00:03:20
Jairo Namnún: Bueno, gracias por preguntar eso es la parte más preciada de mi es que yo soy amado por el Señor. Gracias a Dios tengo 21 años en la fe. Conocí al Señor a los 12, tengo 33. En este momento de 10 años ya en el colegio me inicié como parte de. Bueno fue con. con un pequeñito equipo iniciamos Coalición por el Evangelio, pero soy psicólogo de profesión. Yo estudié psicología en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo. Fue donde conocí a Patricia, mi esposa, con quien tengo 13 años de casado y con quien tenemos nuestros tres hermosos hijos Ezequiel, Isaac y Maria Esther. También trabajé como psicólogo en el colegio de nuestra familia por un buen tiempo antes de servir como asistente del doctor Miguel Núñez, quien es parte del Concilio de TGC y de Coalición por el Evangelio y que probablemente necesita mucho menos introducción en un podcast como este. Creo que él fue el primer invitado de Textos fuera de Contexto.

00:04:18
Pepe Mendoza: Es verdad, es verdad.

00:04:19
Jairo Namnún: También el primer libro en el que yo trabajé se titulaba Textos fuera de Contexto. Y no quiero decir que lo vamos a mandar una demanda a los que dirigen está este podcast, pero esto para mí. Yo recuerdo ese momento cuando Steven y yo tuvimos en nuestras manos ese es el primer librito que sacó su segunda edición el año pasado, porque fue como ver el fruto de algo físico, de que este movimiento de nueva reforma y de mover este juntar esos pastores y poder trabajar junto a ellos, estaba como tomando forma en el 2014. Entonces ver como ha ido avanzando todo y volviéndose en lo que es hoy, gracias a Dios, es como un gozo para mí.

00:04:59
Pepe Mendoza: Bueno, este es solamente una introducción breve, pero yo estoy seguro de que muchos, muchos jóvenes cristianos también te toman como un referente en este asunto de de justamente de la publicación de las redes, de todo aquello que nosotros ahora vemos que se está multiplicando exponencialmente. Sin embargo, yo quisiera que me hagas una breve semblanza del origen de Coalición por el Evangelio, porque tú hablaste de un pequeñísimo equipo, pero cuéntanos de esa etapa de fe. O sea, porque hay muchos se imaginan que era una plataforma gigante, que tú tenías personal, unas oficinas fantásticas y equipos maravillosos y que por eso Coalición por el Evangelio es lo que es ahora. Pero cuéntanos un poquito desde tu perspectiva de su testimonio, ¿cómo se origina Coalición por el Evangelio?

00:05:49
Jairo Namnún: Bueno, pues ese ministerio que antes de esa llamada estaba revisando las estadísticas y tiene millones y millones de de alcance, hoy en día por la gracia únicamente se puede explicar por la gracia de Dios. Inició en Cuba un campamento pequeño con un grupo de pastores de Cuba donde el director. Trabajo, cuáles son en su momento nos contactó. Yo estaba asistiendo al al doctor Núñez, al pastor Miguel y él nos dijo quisiéramos hacer algo en español. Me dio la idea de jefe de la coalición todos los días en inglés, cada mañana o cada tarde. Yo revisaba jefe a ver si habían publicado algo y él me dijo quisiéramos hacer algo en español, ¿tú te unes? Y yo le dije sí, con gusto vamos a hacer algo. Eso fue en octubre del 2012 y el pequeñito equipo era Jairo y un amigo en España, Patricio Ledesma, que creo que ya no sigue, pero el trabajado con 9Marcas en español por un tiempo servida con ellos. Luego estaba pastoreando en Palma de Mallorca, donde preguntarle en qué anda, pero éramos Patricio y yo como voluntarios, empezando a ver qué se hacía. Y cuando Pepe hablaba de esta señor oficinas a ver algo, la oficina era nada. Era una oficina en integridad y sabiduría. Y de ahí el tiempo que yo podía, yo sacaba para empezar a trabajar. Le pedí a Pepe: ayúdame, escríbeme algo por aquí. Patricia me ayudaba, mi esposa, cuando podía traducir algún artículo. Fueron los inicios más pequeños que pudiéramos tener. Ya al poco tiempo, Patricio de Ledesma no pudo seguir y seguí yo solo. Ya para febrero del 2013 y decir nos sentamos a armar un grupo de pastores que pudieran comprometerse a escribir y ayudarnos a supervisar el ministerio, porque no era el nombre ideal que alguien que en ese momento tenía 23 años pudiera estar dirigiendo un ministerio como Coalición por el Evangelio de ese mismo grupo de pastores que pudieran estar escribiendo y supervisando y ayudándonos a pensar en el contenido. Fue que luego saldría el Concilio y saldrían los colaboradores que era este, no eran sus blogs y los libros y todo eso. Entonces era, era y aún hay principalmente una labor de fe y de amor por voluntarios que tenían el deseo de servir a la Iglesia y dejar de lado diferencias secundarias con tal de unirse por el Evangelio.

00:08:08
Fabio Rossi: Gloria a Dios por esa obra. La verdad es que nosotros nos sentimos privilegiados de ser parte de este equipo y ver atrás y ver todo lo que el Señor ha estado haciendo, cómo se ha seguido moviendo y cómo sigue sosteniendo este ministerio. Pero, pensando en conocerte un poquito más, siempre hacemos una pregunta así, algo random. Juguemos a la isla desierta, a Jairo en la isla desierta en donde ya hay una Biblia. No tienes que llevar una Biblia, ¿qué llevarías tú a una isla desierta? Dime tres, tres cosas pueden ser libros, pueden ser objetos. O si quieres enfocarte en algo que ha impactado tu vida y que llevarías a la isla desierta.

00:08:49
Jairo Namnún: Tres libros, tres objetos. Yo me llevo de alguna manera la trilogía del Señor de los Anillos que pueda verla, o sea, de alguna manera, ya sea en un iPad que tiene esa trilogía del Señor de los Anillos. No me digas cómo, pero funciona. Yo puedo ver la trilogía del Señor de los Anillos. Ok, funciona, me dice la leyenda. ¿Se puede hacer funcionar?

00:09:12
Fabio Rossi: En la isla hay streaming.

00:09:16
Jairo Namnún: Ok, me llevo la trilogía del Señor de los Anillos para poder ver. Tú tenías uno un DVD Player desde un Blue Replay y con la trilogía del Señor de los Anillos me llevo por escrito que el libro me llevó. Ufa, está difícil y ya llevé la Biblia. De llevarme otro libro quizás me lleve o “La memoria de un pastor” de William Pettersson, o quizás el mismo “Mero cristianismo” decía Lewis, es uno de esos dos libros. Tendría que pensar cuál de los dos probablemente, esto porque ya tengo la Biblia. Buenísima teología, ya la tengo. Ahora quiero recordarme como debe haber un ministerio fiel y luego en tercer lugar, me llevaría mi insulina. Yo soy diabético desde hace 21 años también, entonces se quiere durar un par de días. Vivo en la isla para poder ver yo tengo que llevarme la insulina, entonces va a llevar a la insulina, podrá solo estar?

00:10:11
Fabio Rossi: Bueno, yo pensé que ibas a decir que entre las cosas que te ibas a llevar uno de tus libros porque tu recientemente escribiste algo, pero sería muy, muy egoísta, muy orgulloso, vas a decir no, pero acabas de escribir un libro acerca del perdón y de eso, de ese tema. Es justamente que queremos hablar hoy un tema tan importante, tan del día a día, sobre el cual hoy queremos profundizar. Y dentro de tu libro hay una cita que hace es decir C. S. Lewis que dice: “Todo el mundo dice que el perdón es una idea hermosa, hasta que tienen algo que perdonar”. Y la verdad es que así es. Muchas veces hablamos del perdón como si todos tuviésemos la misma definición en mente. Pero hoy queremos preguntarte, ¿qué es el perdón a la luz del evangelio? ¿Cómo lo definimos?

00:10:56
Jairo Namnún: Bueno Fabio, que buena pregunta y gracias por iniciar con esa cita, porque el perdón es uno de esos temas que es fácil hablar de es difícil vivirlo. Y la razón por la que yo quise escribir este pequeño recurso es porque yo me he dado cuenta aún a mi corta edad, que nosotros no hemos captado verdaderamente, por lo menos yo en mi círculo no he captado verdaderamente lo que el perdón es porque frecuentemente hemos hablado de que yo perdone algo y el año que viene todavía mantengo el rencor cerca de algo. Esos temas que se supone es que ya perdoné, vuelvo y lo repito, vuelvo, lo regurgita y vivimos con ciertos elefantes en las habitaciones porque se si ya se supone que lo perdonamos, porque es que constantemente seguimos con relaciones reconciliadas o supuestamente reconciliadas, pero que no podemos estar en paz unos con otros como la escritura nos manda. Entonces el tema del perdón es de vital importancia, porque el pecado es real, porque todos pecamos unos contra otros, porque la realidad es que después de la vida, después de Génesis 3, todos estamos constantemente fallando. Ya sea a propósito, pero con mayor frecuencia aún sin querer, debido a nuestro egoísmo, yo puedo pecar contra otra persona sin querer pecar contra el otro. Simplemente estoy buscando sobrevivir pecaminosamente. Pero también nadie quiere vivir solo, ¿no es cierto? Nadie, nadie quiere vivir solo. Todos queremos vivir acompañados. Pero como somos seres egoístas, al querer vivir acompañados pero ser egoístas, nos aprovechamos, utilizamos, fallamos al otro y en nuestro egoísmo no sabemos como es resarcir, no sabemos cómo solucionar nuestro problema con el otro. Entonces en ese sentido yo dije bueno, para poder vivir hay que perdonar. Pero para poder perdonar bien hay que entender que es el perdón. Entonces, luego de leer y leer y revisar y revisar, pues yo decidí sintetizar esta definición de lo que es el perdón. Y esta es una definición de base, que es la que utilizamos en este libro de la libertad, del perdón o la libertad de perdonar. El perdón es una decisión por parte de la persona ofendida de ofrecer gracia al ofensor arrepentido, liberándolo de la responsabilidad moral y buscando la reconciliación. Y de esta definición es que tomamos el resto del libro. Es un libro corto de unas 30000 palabras, 35000 palabras que se puede leer en un par de horas con el propósito de eso, de poder explicar entonces cómo se mira el perdón y cómo aplicamos el perdón en la vida de los demás. Es entonces una decisión de parte de la persona ofendida de ofrecer gracia al ofensor arrepentido, liberándolo de la responsabilidad moral y buscando la reconciliación.

00:13:50
Fabio Rossi: Ahora tú sabes, Jairito, que hay una frase que es súper común y de hecho así estamos titulando este episodio: Perdono, pero no olvido. Es común. Es como la definición del perdón de la gente. De ninguna manera va atada a esa línea de pensamiento. ¿Cómo esta definición que tú nos has dado del perdón a la luz de la Biblia, choca o desmiente esta percepción de la cultura o de la sociedad sobre el perdón?

00:14:19
Jairo Namnún: Bueno, esa es una excelente pregunta, un excelente punto, porque nosotros como cristianos no hacemos nada según la carne. Es cierto, no conocemos a nadie según la carne, nos comportamos según la carne. Cuando la Escritura nos dice que somos nuevas criaturas, es que todo lo que somos es nuevo. Entonces no solamente eso tiene que ver con cómo levantamos las manos al adorar, si es que así lo hacemos o cómo vamos a trabajar. Eso tiene que ver también con cómo perdonamos. Y cuando la Escritura nos manda a perdonar, nos deja claramente el ejemplo. Dice que nosotros perdonamos como Dios nos perdonó en Cristo, nos dice Efesios 4:32 y Colosenses a lo que nos apunta. Es como el pasaje paralelo nos dice cómo Cristo nos perdonó así nos perdonemos unos a otros. O sea que hoy yo tengo un mandato específico y un parámetro, una comparación, un ejemplo de cómo perdonar y es como Dios nos perdonó. Entonces, ¿cómo es el perdón de Dios? ¿Cómo es el perdón de Dios en Cristo? ¿El perdón de Dios es así de: perdono, pero no olvido? Veamos: el perdón de Dios es abundante, es increíble, es ofrecido primero, es inmerecido, es gratuito, está enfocado de hecho en Él. Primero, Dios nos perdona y nos ofrece esa gracia. No es de esta forma que yo perdono, pero mantengo mi espinita aquí. Es un perdón entonces de gracia que sale primero de adentro hacia fuera, el perdón del cual nosotros usualmente hablamos. El perdón que nosotros vemos es un perdón que está siempre agarrando algo, esperando. Es como cuando Pedro, muy graciosamente, lleno de gracia en su mente, le dice Señor, pero ¿hasta cuántas veces yo voy a perdonar? Hasta siete, así como esperando como oye Señor, reto tan difícil, pero bueno, hasta siete. ¿Y cuál es la respuesta de nuestro maestro? No, setenta veces siete. Yo recuerdo de pequeño que yo siempre estaba asustado porque una profesora en sexto grado de básica, quizás quinto, nos nos leía ese pasaje y yo estaba siempre asustado, con miedo de haber llegado hasta 70 y preguntándome si quizás era que yo iba a sobrepasar ese nivel de perdón. Pero las misericordias del Señor son nuevas cada mañana. Lo que ese viejo pasaje nos está apuntando es a perdonar una y otra y otra vez al hermano. Entonces, esa idea de perdonar pero no olvidar, no es el perdón de la escritura, no es un perdón como el que Dios nos da, no es un perdón como el de Cristo.

00:17:01
Pepe Mendoza: Pero Jairo, hablando justamente de eso, el perdón y el olvido es olvido, pero no amnesia, ¿no? O sea, no es que ya yo simplemente lo erradicó de mi memoria, lo saco de mi disco duro. Hoy hay un asunto de que de que el suceso del daño, la ofensa, como queramos, como queramos llamarlo, está grabado en mi memoria. Entonces, a modo practico, porque yo pienso que muchos de nuestros oyentes se harán esta pregunta: ¿qué significa entonces olvidar? O sea, ¿olvido los efectos que significa olvidar en este caso?

00:17:42
Jairo Namnún: Bueno, Pepe, ¿tú me dejas responder a esa pregunta yéndome por otro lado, que va a llevar al mismo lugar? Por supuesto. Cuando yo hablaba acerca de que hemos maltratado, mal entendido el tema del perdón. Yo creo que es que no hemos entendido la severidad del perdón y la profundidad del perdón, porque también. Puedes decir esto con cuidado, pero también hemos forzado a las personas a perdonar cuando no se está listo para perdonar. No solamente la persona que tiene que perdonar, sino el que tiene que ser perdonado. Entonces a esto voy. Debemos perdonar como Dios nos perdonó en Cristo. ¿Cómo es el perdón de Dios? Abundante, lleno de gracia, enfocado primero en Él antes de nosotros. Actuar es inmerecido. Es incondicional. El perdón de Dios no es incondicional. Y ese es un tema que es complejo hoy en día, por alguna razón. Pero no era complejo en la mente de los reformadores. El perdón de Dios tiene una condición que no es irredimible o no es algo que no podemos sobrepasar. El Señor dice vengan a mí, todo el que venga a mí, yo no lo echo fuera. El Señor está más que dispuesto a perdonar a todo aquel que venga donde él. Lucas 17:1-13 es el pasaje paralelo a Mateo 18. Enseña que si tu hermano peca contra ti y se arrepiente, perdónalo. Si debemos perdonar como Cristo nos perdonó o como Dios nos perdonó en Cristo. Yo tengo la convicción y otra vez, luego de haber leído y revisado este tema bastante, y haber orado y visto en la práctica de que debe haber una parte del otro lado también para que el perdón ocurra verdaderamente. Y es que yo perdono al ofensor arrepentido para poder encontrar la reconciliación. Algo que me estoy refiriendo con esto es que no solamente yo estoy dispuesto porque la parte más pesada del perdón recae sobre mí. Yo estoy dispuesto a perdonar a toda persona, como Mateo 18 nos enseña en la parábola de los dos deudores. Yo debo estar dispuesto a perdonar de corazón, como tenemos un capítulo en el libro que habla bastante de la disposición de perdón del corazón. Yo debo estar dispuesto a perdonar de corazón a toda persona, pero ya que el perdón es siempre una búsqueda de reconciliación. Dado que en la Escritura, Dios, con toda persona que perdona, se reconcilia y yo estoy llamado a perdonar como Dios me perdonó. Del otro lado tiene que haber una disposición también de buscar ese perdón. Léase si Fabio peca contra mí. Yo perdono a Fabio una vez Fabio tiene cierta disposición de enmendar las cosas. Ah, pero entonces yo me voy a quedar aquí con el corazón endurecido en mi esquina diciendo no, yo no voy a perdonar a Fabio de ninguna manera. La Escritura me dice lo contrario. Si mi hermano peca contra mí, ve, repréndelo a solas. Todo lo que Mateo 18 me llama es a trabajar en mi corazón y restaurar esa relación. Pero lo que yo creo que ocurre si no tenemos quizás el tiempo para hablar todo eso, pero todas las preguntas que le interesan, porque esto es introductorio, es cierto. Lo que yo creo que ocurre es que nosotros hemos puesto toda la carga sobre el individuo que ha sido ofendido. Le decimos acá tú tienes que perdonarlo sin que importe el otro. Y entonces esta persona se queda, pero entonces yo trato olvidar su comportamiento y cuando él lo repita y cuando él lo repita, y cuando él lo repita. Y no nos hemos dado cuenta que al hacer eso yo no estoy ayudando a que el otro crezca versus si yo sigo todo el consejo de Dios y yo apunto a que tú tienes que trabajar tu corazón y estar dispuesto a perdonarlo. Y tú tienes que ir a hablar con esa persona y entablar un proceso de reconciliación. Entonces nos encontramos con que yo no tengo un problema de olvidar solamente yo tengo un problema de traer a la luz lo que ha ocurrido, con tal de que haya una verdadera reconciliación. Y ya deja de ser un problema de resolver lo que pasó y se convierte en un problema de si voy a sanar lo que está pasando para que haya un crecimiento entre ambos. Por supuesto, este es el mundo ideal. Hay situaciones mucho más complejas y la vida diaria es una vida mucho más compleja. Por eso el definitivamente el peso recae sobre mí y mi disposición de perdonar. Pero no, eso no es todo. Por eso Cristo podía decir Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen y luego quién es El perdonan. Él perdona a todo el que venga a Él, ya que el final del perdón siempre en la Escritura es la reconciliación.

00:22:45
Fabio Rossi: Y ya vamos a llegar un poquito, porque yo sí quiero ampliar un poquito con el tema de la reconciliación, porque había un par de preguntas que saltan a la mente cuando uno empieza a escuchar todo esto. Y yo creo que en general, cuando uno habla acerca del tema del perdón, me atrevería a decir que muchos tenemos corazones lastimados y un poquito cerrados a esta idea del perdón. El pecado mismo nos lleva y nos arrincona a tener corazones resentidos como vos decías, a no soltar y por eso esa comprensión del “perdono, pero no olvido”. Pero yo quiero tocar otro. Otro punto que va de la mano con esto que estamos hablando y es lo que habla Proverbios 19:11 porque la Biblia también nos habla de pasar por alto la ofensa. Y entonces aquí es donde uno empieza como a balancearse para ver en dónde, en dónde ponemos la línea. ¿Cómo entendemos el perdón y como hemos de entender el pasar por alto la ofensa? ¿Cómo puedo saber cuando se trata de una ofensa que no debo pasar por alto cuando en realidad sí debo hacerlo?

00:23:51
Jairo Namnún: Es una excelente pregunta, Fabio, y yo creo que tú diste en el clavo como vivimos en un mundo caído. Ese tema del perdón no es teórico para nadie. Solamente para los bebés, pero para todos nosotros este es un tema que de inmediato se pone serio, porque todos tenemos una relación por allí, una persona, alguien a quien hemos herido o que nos ha herido. Y de pronto, bien rápido, nos damos cuenta que tenemos cosas que teníamos que hablar y no hemos hablado y que no es suficiente. No, yo lo perdoné y ya. Y eso es lo que yo me he dado cuenta, mientras más hablo de esto, que la principal defensa que tenemos de este tema es que queremos decir es que ya yo lo perdoné. And we want to bring it shopping. Yo no quiero volver a tratar este tema. Eso es diferente a lo que tú acabas de mencionar, que es pasar por alto la ofensa y eso es de vital importancia. 1ª de Pedro también habla que el amor cubre multitud de faltas. Y es que a veces en nuestra cultura hablamos de perdón por algo que no requiere perdón. Si tú haces una teología bíblica de perdón, tú vas a ver que perdón en la Biblia siempre está atado a la reconciliación. Pero no todo requiere un proceso de perdón y reconciliación. Si yo te choco caminando y sin querer choco contigo. Eso no requiere que te diga perdón. Uno dice perdón, pero no es como perdón. Ahora mismo yo paso un momento para toser. Y digo perdón, pero yo no pequé contra ti como que requiera perdón. Eso es como un sinónimo de excúsame o disculpame, pero eso no requiere perdón. Imagínate Cristo caminando en la tierra y hacer un proceso de perdón y reconciliación con cada persona que pecara contra él. En la medida que nosotros quiera el Señor hacer un milagro y ayudarnos a crecer en humildad y en la semejanza de Cristo. Bien nos enseña Proverbios que gloria del hombre es pasar por alto, no ofensa. Entonces, si nosotros pudiéramos crecer en la imagen de Cristo, nosotros seríamos menos ofendidos y requeríamos mucho menos el quebrantamiento de relaciones, y recreamos mucho menos el tener que perdonar y pedir perdón y ser ofendidos y todo eso. Las cosas que genuinamente requerían el proceso de perdón serían cosas que profundamente nos ofendieron ofender a aquellos que nos rodean y principalmente ofendieran al Señor y la imagen de Dios en nosotros. Entonces en el libro yo hablo de tres pequeñas cosas que pueden ayudarnos a saber si esto es algo que deberíamos simplemente aún seamos. Sean ustedes como yo, orgullosos. Tres pequeñas cosas que nos puedan ayudar a reconocer que algo simplemente deberíamos pasar por alto. Trabajar a nuestro corazón, pasar por alto, dejar ir, lo primero es revisar nuestros corazones y darnos cuenta nosotros delante del Señor. Eso es algo que debe molestarnos o no, o sea, sentarnos y orar, que es algo que a veces no hacemos, ya queremos, ya me ofendí antes de permitir que te ofendas, de que? De que llegue la noche y se quede el enojo. Tú debías molestarte por eso? O era algo que tú genuinamente no valía la pena molestarte? En segundo lugar, hay que pensar en la importancia de eso que ocurrió. O sea, esto que aconteció es algo que vale la pena conversar, tratar, y aquí a veces quizás si no es algo de algo complejo y estás casado, tú pudieras conversarlo con alguien, con tu esposa, por ejemplo, y darte cuenta será algo de gustos. Por ejemplo, esta persona me habló de algo y tiene una diferencia en cuanto a su gusto con el mío. Tiene una diferencia de preferencias. Quedamos, no estuvimos de acuerdo en nada. Esperé en la conclusión final. Perdón porque él tiene una preferencia y yo con otra. Y la manera que me lo dijo no me gustó. Eso es algo que tiene vital importancia como para yo ahora acercarme a él, porque siento como un pecado. Eso es algo que yo puedo pasar por alto. Pero si no te sientes tranquilo, háblalo con tu pareja tal vez. Ahora, en tercer lugar, primero es analizar tu corazón y revisar la importancia del tema. En tercer lugar, que revises el patrón. Si esto es algo que es primera vez que la persona lo hace, quizás te respondió de una manera que no acostumbra hacerlo. Qué tal si tú pasas por alto esa ofensa y ve que como el amor cubre multitud de pecados en vez de ofenderte? Hace el esfuerzo de pasar por alto esa ofensa porque es algo totalmente fuera de sí, de la persona y no tiene nada que ver contigo. O por el contrario, yo hablo un poco más de esto en el libro. Si esto es algo que la persona siempre hace, y te lo quiero decir con cuidado. Es posible que es que la persona está atrapada en un patrón de pecados y tú no puedes ayudarla. O sea, la quizás la persona está tan acostumbrada a vivir en este pecado, la persona chismear contra ti, pero tú eres la persona número 15 contra quien ella chismear. Tú puedes Mateo 18 charlo ir, acercarte a ella y te vas a dar cuenta de que cuando tú te vas al segundo paso Mateo 18 y vas con otro hermano o vas con el pastor. Resulta que ya esta es la décima tercera queja que va a encontrarte y esa persona no lo admite. Te das cuenta de que tal vez tú no vas a poder entrar a un proceso de perdón y reconciliación y que lo más glorioso que tú puedes hacer es pasar por alto la ofensa delante del Señor, porque esa persona está atrapada en un patrón de pecado y para ti te va a ayudar el poder pasar por alto la ofensa y eso va a traer más gloria a Dios en tu vida todavía, porque esta persona es atrapada en un patrón de pecado del que no puedas salir. Entonces, como al final lo que queremos es, según Mateo 18, ganar al hermano. Tú no puedes ganar este hermano todavía. Tú trataste. Ora por él y para tu guardar tu corazón del orgullo y guardar tu corazón de la amargura y del ira. Déjalo ir. Y en esto tú le das gloria a Dios también. Pero el punto principal que quiero dejarte aquí es si tú puedes pasar por alto la ofensa, mejor, a menos que la gloria de Dios está en juego. Si tú puedes pasar por alto la ofensa, mejor.

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Pepe Mendoza: ¡Qué bueno es esto! Haz lo que tú mencionas, porque yo creo que a veces miramos como tú bien lo dices. El perdón de manera unidireccional, cuando en este mundo tiene tantas variables y tantas, tantas aristas que nosotros tenemos analizar. Y yo creo que ha sido muy claro y me gusta mucho el pasaje de Proverbios porque dice esto es gloria de uno pasar por alto. Eso demuestra tu grandeza, por decirlo de alguna manera. O sea, no tu pequeñez. Y qué importante también es ver y sentir compasión ante alguien que vive ofendiendo, que no tiene que ver exactamente contigo, sino que hay un patrón que va más allá de ti, que tú eres una víctima más. No es cierto de la indiscreción de alguien. Pero que en realidad. Sé más grande y pasa por alto la ofensa ahora, Jairo, ya hemos entrado bastante al terreno personal, pero yo quisiera hacerte una pregunta que tiene que ver más con la cultura, porque también la cultura nos afecta profundamente y ahora hay una cultura de cancelación como como soy, como se dice no? En donde no hay perdón para alguien que dijo algo bárbaro a los 17 años y se le recuerda hoy y lo único que se le pide es la cabeza. Definitivamente esto no es inocuo, porque todo lo que entra en la cultura, de una manera u otra, tarde o temprano terminará afectando nuestra charla de café y nuestras relaciones personales. Entonces, dentro del contexto del perdón y del contexto de tu libro, bajo esa realidad que ahora la vemos tan latente y que aunque todavía la vemos en el primer mundo y no la vemos llegar todavía con fuerza, nosotros sabemos que se viene. Cómo entender no es cierto desde una cosmovisión cristiana, esta perspectiva de la cancelación cultural o de acabar con una persona por algo que dijo hace 10 años atrás?

00:31:53
Jairo Namnún: Bueno, esa es una excelente pregunta. Yo creo que tiene muchísimo que ver con lo que Cristo nos enseña de mirar paja y viga. Nosotros somos expertos en la miopía selectiva porque es es genial todo poder apuntarle a que vieran paz en el otro para que no hubiera en tu vida. Yo creo que nuestro es como le llaman el individualismo expresivo en el que estamos viviendo ahora, que ha puesto plataforma a toda persona sin tener nada que decir. Está bien complejo en el sentido de que ya que no tengo nada que decir, tengo que buscar algo que decir todo el tiempo. Y está esta mentalidad de turba que tenemos todo el tiempo, este mundo mental y de verdad se ha complicado con la cultura de cancelación, porque yo ni siquiera tengo que saber porque estoy cancelando con tal de que lleve a suficiente persona gritando no es cierto, se han dado cuenta? O sea, yo ni siquiera sé por qué está mal tal persona, no por eso el tipo no se puede hablar de él ahora. De hecho, me preocupa que hasta veo pensadores cristianos en inglés y en español que se ponen a cancelar personas tanto en la cultura secular como en la cultura cristiana, sin siquiera sentarse a leer el artículo. Y si te soy honesto, cuando alguien me dice yo no lee el artículo, pero yo vi. Yo no dejo de escuchar lo próximo que va a decir la persona, porque si ni siquiera saqué tiempo para interactuar con el escritora, entonces yo cancelo a ese hermano que está ahí al lado, a esa persona en un sentido, pero ese es el momento donde estamos viviendo, no es cierto? Ni siquiera me siento a detener a ver a quién estoy cancelando ahora directamente relacionado con el tema del perdón, yo creo que tiene que ver entonces con este asunto de no, no como mencioné al principio de viga y paja, con tal de que no se fijen en mi viga. Yo me enfoco en la paja del otro y cuando lo digo eso con el, con la mentalidad de Mop, de turba, de la cantidad de personas se ha vuelto increíblemente complejo en cuanto al tema del perdón. Sin embargo, a mí me preocupa el hecho de que nosotros estamos descuidando el mandato tan específico de Cristo de que si el hermano peca y se arrepiente, lo perdona. Eso es específico para el cristiano, pero la actitud está ahí para toda persona. La tendencia del corazón del creyente debe ser siempre hacia el perdón. O sea, yo siempre tengo que estar trabajando mi corazón para disponerme, para perdonar. Si tú has estado escuchando esto y tú estás diciendo algo, está diciendo que hay que buscar excusas para perdonar. Yo te pido perdón al comunicar tal cosa, y no lo estoy diciendo por decirlo. Es No debe ser así. El corazón de la Escritura es el corazón de Dios, es un corazón hacia el perdón. La disposición del cristiano es hacia el perdonar. Lo que estamos viendo es que el perdón es un puente donde dos deben caminar. Tan pronto yo veo que el otro está caminando, yo voy corriendo como el padre del hijo pródigo, no es cierto que desde que ves al hijo a lo lejos, el padre viene corriendo a toda velocidad? Por qué pudiera ser que nosotros creyentes estamos viendo a alguien que hace 10 años cometió algo y mi corazón, en vez de disponerse a pensar Oye, qué habrá pasado? Mi corazón es tu ves? Míralo ahí. Yo siempre supe que esa persona era de esa manera, la viga y la paja que está sucediendo en nuestro corazón que pasamos del no juzguen para no ser juzgado. Déjame ver que hizo hace 10 años para ir a juzgarlo prontamente. O sea que no sucedió. Esta mentalidad, cómo llegamos aquí? Que el Señor nos guarde porque siendo honestos, no hace 10 años, hace 10 minutos alguien algo pudo haber pasado por mi mente, que si saliera al público y todo el mundo se enterara, yo pudiera no ser cancelado, yo pudiera ser enviado al infierno. Pero la gracia de Dios, entonces yo creo que tenemos que ser un poquito más dados al perdón y a la gracia en la medida que nos tratamos unos a otros para poder ser juzgados con más gracia, como el Señor nos enseña en Mateo 7. Él y yo creo otra vez que tiene que ver con esta tendencia de que mejor vean pajas en los demás para que no se fijen en las vigas que yo tengo. Y sólo quería decir una última cosa yo creo que tenemos tantos esqueletos en nuestros closets y hemos sido tan estamos tan tristes. Creo que esta es una generación que está tan triste y tan solitaria que nos estamos enfocando sobre enfocando en los errores de los demás para que nadie se de cuenta de las grandes lagunas de soledad que tenemos alrededor los unos a los otros que hay en nosotros, que queremos seguir enfocando tanto los pequeños problemas que tienen desconocidos, con tal de que las personas que nos conocen no vean los grandes déficits y problemas que hay en nuestras vidas.

00:37:04
Pepe Mendoza: Excelente Jairo, y justamente yo quiero darle la vuelta a la pregunta, porque yo creo que también este es un problema que está afectando mucho también a nuestra juventud y el mundo de las redes sociales, porque hemos hablado del problema de la ofensa y el perdón en términos, podríamos decir, físicos, no en la medida en que yo me relaciono con otras personas que están cerca a mí. Pero algo que nosotros también hemos descubierto es que las muchas ofensas que hay en la medida en que uno expone su vida en las redes, no es cierto que pone fotos y pone cosas y pone y pone diferentes ideas y pensamientos y lo que come, lo que viste. A veces aparecen los comentarios y por ejemplo, Tulipán 47 le escribe a un muchacho una muchacha, algo nadie sabe quién es Tulipán 47, pero pone una barbaridad sobre la foto que puso, sobre el comentario que puso y la persona se ofende y se duele y no hay cómo resolverlo porque quien es Tulipán? 47 de dónde salió Tulipán 47? Pero yo te digo que en el trabajo pastoral vemos que realmente jóvenes que viven inmersos en las redes sociales y ahora son una gran mayoría que perciben como un universo paralelo que es a veces más real que el verdadero. Que el físico se sufren con esa realidad. Entonces. Como cómo ayudamos ante estas ofensas virtuales? O cómo lo entendemos porque también es gloria pasar por alto la ofensa. Funciona aquí también que hay gloria en pasar por alto estos comentarios que vienen de Tulipán 47.

00:38:47
Jairo Namnún: Yo diría el doctor Keller habla de que toda crítica yo debo escucharla porque puede que haya algo de verdad en ella y aprender algo de ella. And that’ all about it. Y eso es básicamente todo lo que hago. Las personas que nos critican por redes, personas que son etéreas, que no sabemos quienes son, que pueden ser la misma persona con usuarios. Yo no debo endurecer mi corazón, porque si David podía hacerle caso al loco y al necio, yo puedo hacerle caso a Tulipán. Cuarenta y siete. Correcto. Yo debo hacerle caso Tulipán 47. Entonces, como el doctor Keller apuntaba, lo ha hecho varias veces por Twitter. Yo debo hacerle caso a los críticos, porque a través de ellos yo puedo aprender algo de Creo que toda persona que tiene algo de figura pública y todo el que tiene un Twitter tiene algo de figura pública, tiene un instante largo. Podrá publica no debe completamente ignorar las críticas a redes sociales en la medida que tener cierta madurez para escucharlo. Pero eso es cuando la verdadera, el verdadero oído que debemos prestar, son a los seres que existen alrededor nuestro, a las personas que tienen comunicación y relación con nosotros. En la medida en que nosotros estamos haciendo vida de comunidad, prestemos atención a nuestra comunidad, a mi pastor, a mi hermano, a mi esposa, a mi amigo, a mis compañeros, al grupo de jóvenes, a la gente con la que estamos haciendo vidas. Es Lament o vaya uno de mis primeros blogs yo le titulé Cadogan 2015 2014. Acompáñame a dejar mi celular. Es lamentable, pero porque nosotros nos juntamos cuatro, cinco, seis, diez personas y nos sentamos a ver Instagram juntos y aquellas personas que no me conocen y no existen conmigo, yo le tiro una foto a mi comida en vez de compartir la comida con aquellos que sí me conocen y están conmigo. Entonces estas personas están mejor, son a quienes yo le presto atención. Yo no sé si hay gloria en pasar por alto aquellos pensé aquella ofensa ni existe. Yo puedo prestarle atención a la crítica para crecer, porque Proverbios me enseña que el sabio de todo aprende. El necio no presta atención a nada. Pero más de ahí es todo. La vida real es ésta. A pesar de lo que te pueda decir Mark Zuckerberg meta la vida real es una vida física, es una vida que se vive en comunidad. Este podcast es real para nosotros, que estamos conversando. Todos nosotros nos conocemos y aún cuando no estamos juntos. Fabio, tú y yo estuvimos hablando hace un ratito. Pepe, tú y yo hemos estado hablando frecuentemente y nos hemos conocido a lo largo de los años y tenemos comunidad aún por hoy. Pero Pepe no es Tulipán. 47 Pepe es No voy a decir tu nombre completo, pero tengo tu nombre completo. Sabes mi nombre? Nombre artístico José Mendoza, verdad? Aquí hay una comunidad, aunque sea virtual. Lo que tú tienes para decir significa algo para mí. Y a esto yo le presto atención. La tulipán 47 no es perdonarlo. Yo puedo pasar por alto la ofensa, lo que sea, pero las redes no son lugares que han de. Crouch decía el otro día que las redes no son lugares para interacciones negativas porque son demasiado breves. Uno puede usar redes para interacciones positivas de ánimo de Kurtzman y de edificación exhortación. Pero como las interacciones negativas siempre mueven el corazón. Y yo aprendí eso hace poco. Siempre mueven el corazón de una mano, lo afecta o afecta del corazón de una manera más potente. Las interacciones negativas necesitan más contexto. Entonces eso debe hacerse offline, debe hacerse por un mensaje, por WhatsApp, por una llamada. Pero las redes no son lugares para la interacción, son ateos.

00:42:19
Fabio Rossi: Excelente. Gracias, Jairito. Había algo que tú mencionas al inicio que yo quiero retomar y es cuando hablas acerca de la reconciliación, que de acuerdo a la Biblia, el perdón tiene como meta la reconciliación y es el ejemplo que recibimos de parte de Dios también. Pero yo te voy a lanzar un par de preguntas que posiblemente también nuestra audiencia tenga y es: si es posible perdonar y no reconciliarse con esa persona. Es decir, si la reconciliación implica que esa relación vuelva al mismo estado previo a la ofensa, o si en verdad puede haber un perdón genuino. Pero no continuar la relación con esa persona. Si yo puedo perdonarla en el nombre de Jesús y no seguir manteniendo, sosteniendo una relación con esa persona.

00:43:13
Jairo Namnún: Esa es una muy buena pregunta. Son dos preguntas diferentes. Por un lado, yo no estoy seguro si el perdón tiene como enfoque la reconciliación o el perdón es la reconciliación. Es algo que estoy pensando. Estoy más seguro que definitivamente tiene como propósito la reconciliación. Pero cuando yo me encuentro con pasajes como Colosenses 1, donde dice que en él tenemos el perdón de pecados, la reconciliación, yo digo wow, párate como que dice, como que es la misma cosa. Y está el punto, eso de que Dios nunca es Dios, nunca perdona a nadie con quien no se reconcilia. Pareciera como que están, son como las dos caras de la misma moneda. Entonces se me hace complejo separar lo uno de lo otro. Pero por otro lado, vivimos en un mundo caído. Entonces, quizás lo más importante sería definir reconciliación entre seres humanos y lo que yo hago en el libro. Estos son puntos ya más grises y más en con más complejos, verdad? Es hablar de que reconciliación tiene que ver con poder tener una relación con la persona, que no necesariamente es tener la misma relación que tenía anteriormente. Es poder poder ver a la persona a la cara, pero eso no implica estar de lleno con la persona que bueno, no pueden verme estar. Lo que es lo que yo recuerdo. Cuando enseñé esto en vídeo, yo hablaba de que puede que ambos estén, ambos estaban abrazados. El pecado de uno llevó a que el pecado aparentemente de uno llevó a que se dieran la espalda cuando inicie el proceso de perdón. Y esto es lo importante del proceso perdón. Siempre nos damos cuenta o en el 98 por ciento de los casos por no decir siempre se. Pero uno se da cuenta de que aunque yo fui el ofendido al iniciar un proceso de perdón y restauración, yo me doy cuenta de que yo también ofendí y eso es una una parte. Eso es parte de lo importante del proceso de perdón, que cuando uno perdona, uno se da cuenta de que uno también tiene que pedir perdón. Eso es muy importante, que yo empiezo a hablar con Pepe pensando que Pepe me ofendió y yo lo perdoné y Pepe me dice no, gracias por perdonarme, la verdad. Yo también me sentí muy mal con eso que tú dijiste y tu ni cuenta se había dado. Pero bueno, entonces el proceso de reconciliación, sin embargo, no necesariamente implica que las consecuencias desaparecen. Lo que el perdón hace es que te libera de la responsabilidad moral. Cuando Dios perdona, Jesús perdona al ladrón en la cruz. Él no baja al ladrón de la cruz. El ladrón dice el Señor le dice Tú estarás conmigo hoy en el paraíso. O sea que hoy en el paraíso implica que tú vas a morir hoy, mi querido ladrón, esa responsabilidad quedó allí. Si Fabio, tú resulta que terminaste siendo ladrón y te botaron de tu trabajo, tu jefe te perdona, pero no te va a poder, te va a volver a poner en ese trabajo. Quizá te ponen otro. Pero lo importante es que esa reconciliación lleva que tú y él puedan seguir siendo amigos de alguna manera puedan seguir siendo. Quizás están en la misma iglesia y algo que habían perdido de que ya no se podían ni ver, ahora se pueden ver. Los hijos pueden estar en el mismo colegio, pero el lugar de la relación ha quedado, ha quedado marcado por el pecado. Cuando Dios sacrifica, voy a ser más cuidadoso por si acaso alguien no está de acuerdo. Pero cuando Dios cubre a Adán y Eva con la piel de ese animal que murió de alguna manera para poder cubrirlo con la piel. Dios sigue sacando a Adán y Eva del Jardín del Edén. Ellos salieron del Jardín del Edén, pero fueron cubiertos. Entonces ahí hubo una reconciliación de inmediato. Ellos siguieron siendo parte de la creación de Dios. Pero salieron del Jardín del Edén. Lo que en el próximo capítulo está Dios hablando con sus hijos. O sea que Dios no se apartó por completo de ellos. Ese es el asunto cuando nosotros somos perdonados hay una reconciliación de que sigue habiendo una relación. Eso no significa que las consecuencias desaparecen. Ahora, si debo decir algo, cómo se mira eso en la práctica cuando hay graves pecados? Eso requiere sabiduría pastoral. Todo eso, en teoría funciona de una manera. Son los principios que luego de ahí, en la práctica se ven de diferentes maneras y por eso hay todo un libro que tiene que ver con perdón y reconciliación a la Biblia, tal vez el libro de Filemón. Y ahí todo tiene que ver. Mira, esto hizo Filemón, perdónalo, reconcíliate con él y en este caso mira cómo van a ser las cosas, o sea, la. Esto tiene que ver de manera pastoral, con cada caso, de manera cuidadosa, porque qué pasa si el perdón aquí tiene que ver con asuntos criminales? Ah, no, yo lo perdoné, pero igual la persona tiene que ir a la cárcel, o sea, todo de manera pastoral. Hay que ver cada caso. Este es un mundo caído donde algunas personas hemos pecado de maneras, de manera bastante cruel o bastante groseras. Y esos pecados a veces requieren graves consecuencias. Y eso requiere entonces sabiduría pastoral y discernimiento para saber cómo perdonar y como ser reconciliados. Y Jairo?

00:48:22
Pepe Mendoza: Creo que también, en aras de que aunque no podemos ser enciclopedistas en este tema, quisiera dejar también en claro que algo que tú has hablado de graves ofensas, también hablamos de delitos. Así es que tienen que ser tratados de otra manera. O sea, nosotros no estamos poniendo dentro de este marco otras situaciones que son gravísimas y que corresponden a delitos en donde se requiere la participación de otros medios. O sea, yo creo que eso es importante reconocerlo para que no se piense que estamos abarcando todas las situaciones de la vida, sino que hay situaciones que requieren de otro tipo de tratamiento del cual no estamos hablando.

00:49:07
Fabio Rossi: Gracias, Pepe. Tenemos una pregunta más, y es acerca de quizás de esta manera en que pedimos perdón, porque así como hablamos de que asumimos que todo el mundo sabe qué es el perdón y que todos tenemos la misma definición del perdón. Así también uno asume que todos saben pedir perdón. Hay algo característico a la luz de la Palabra de Dios que nosotros podamos extraer y aprender sobre cómo pedir perdón, porque eso también es importante a la hora de hablar de las relaciones y de la restauración y la reconciliación es cómo expresamos nosotros esa petición de perdón a la persona que hemos ofendido

00:49:50
Jairo Namnún: Esa es una muy buena pregunta. De hecho, en el libro yo tengo un capítulo solamente sobre cómo pedir perdón, porque es un tema importante. Quizás, resumiendo, lo primero es que es necesario, es vital, es que tú reconozcas tu ofensa y de manera vital que tú reconozcas tu ofensa como un pecado delante de Dios, es decir, en tu mente y corazón, aún antes de tu acercarte al hermano. Si es posible, tú tienes que darte cuenta que tú pecaste contra Dios y eso es lo que hace esto de mayor gravedad. Y no hay un pasaje para mí que ponga esto más que que deje esto más más grabado en mi mente que el Salmo 51. Cuando tú tienes un pecado tan grotesco como los que cometió David contra el saber, contra Urías, y él escribe Contra ti, contra ti solo he pecado. Inspirado por el Espíritu de Dios, David está diciendo Dios fue contra ti que yo peque, pero fue favoritas que tú mataste, que fue al final contra Dios. Entonces, en primer lugar, como base, tú tienes que reconocer que tu pecado es contra Dios y delante de Dios para poder contar con el apoyo de Dios. Tú tienes que ir delante de Dios y darte cuenta qué fue lo que hiciste delante de Dios. Eso requiere ese proceso donde tú vas delante de Dios y dices Dios, ayúdame a entender bien qué fue lo que hice mal, porque si no hacemos eso, estamos temiendo al hombre y no a Dios. Y eso entonces va a ser más fácil que yo repita ese pecado después. Pero si yo voy donde aquel que fui, quien ofendí, él es que va trabajando mi corazón para yo no seguir repitiendo esas faltas. Entonces yo empiezo por ahí. Dios, ayúdame a entender que fue lo que hice, perdóname mi ofensa, perdóname mis faltas, ayúdame a no volver a cometerlo. En segundo lugar, tan pronto sea posible, mientras dependa de ti, acércate lo más rápido posible. No, que no pase el tiempo, o sea, se tu te diste, ya empezaste a hablar con Dios y tu puedes hablar hoy mismo. Habla el mismo. Ayuda al otro a que no se, no se preparen esas raíces de amargura en su corazón tan pronto tú puedas. La Escritura dice que no se ponga el sol sobre nuestro enojo. Se fue, se fue el otro que pecó. Pero si fui yo que pequé y el otro se puede estar enojado contra mí, porque yo voy a permitir que el sol se ponga sobre su enojo. Ah no, pero que cada cual tiene que perdonar. Pero ayuda a tu hermano, tu sabes que tu fallaste contra El, ya Dios te dio convicción del pecado. Por qué vas a esperar hasta mañana? No te dice la Escritura que si tu vas a preparar una ofrenda y te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, tú dejes la ofrenda antes de ir al altar y te vuelvas y te pongas a cuentas con tu hermano, entonces tú tienes el mandato de parte de Dios de ir rápido, de resolver rápido. Entonces ve delante de Dios primero, luego ve rápido donde tu hermano. En tercer lugar, enfócate en ti mismo. No vayas diciendo mira, perdóname si tú te sentiste o perdóname si fue que en ese momento las cosas estaban. O es que yo no comuniqué bien. Nada de eso es la forma correcta de pedir perdón si no mira. Yo hice, yo actué, yo no debí o yo debí. Enfócate en ti y no termines, que eso es. Yo fallo de esta manera y no se si alguno de ustedes que me están escuchando lo hacen. Mira, yo la verdad yo no te hablé de la manera que debí haberlo hecho. Perdóname, en el momento no me di cuenta, pero cuando me senté y estaba leyendo la Biblia me di cuenta que yo no respondí como debía. Perdóname, no debí haberlo hecho ahora. A mí tampoco me gustó como tú me respondiste. No, no, no, no, no, no, no, olvídate de lo otro. El otro debería ponerse a cuenta con Dios. Él tú te enfocas en ti y que el Señor obre en el otro. Y todo era por el que el otro pecó contra mí. Es que en este momento eres tú que está pidiendo perdón. Dale tiempo que el Señor trabaja en el otro y se acabó el proceso y todavía tú estás sintiendo algo en tu corazón. Pregúntale al Señor si es necesario que tú hables, pero mientras tanto enfócate en ti y cualquier cosa pasa por alto la ofensa si ha sido ofendido. En cuarto lugar, utiliza los medios adecuados y ya hablamos de esto. Una pregunta hace poquito no pida perdón de que te he mandado un WhatsApp. Si tú agárrate y le has robado un millón de pesos a alguien, o le deposito una cartita o le pusiste un tuit a mira. O sea, no, no como norma, la mejor forma de pedir perdón es cara a cara, si no se puede, una llamada por teléfono, un feinstein, un zumo, algo que se pueda ver la cara a que te da vergüenza o vergüenza antes de pecar. Pero la mejor forma de pedir perdón es cara a cara, o si no, una carta escrita a mano, donde tú puedas compartir lo que sea que se puede expresar, lo que sea que tú has hecho. Y en quinto lugar, mantén la reconciliación en venta, lo que sea que tú estás haciendo como lo estás haciendo. Ten en cuenta que tu propósito es que esta persona y tú puedan seguir caminando la carrera de la fe juntos. Entonces ten en cuenta eso con la manera que estás pidiendo. No termina diciendo, dice Si tú no me puedes perdonar, pues no te preocupes, yo me voy a ir del país. No, no, no en tu mente lo que tú estás buscando es resarcir la falta, pedir perdón de tal manera que puedan seguir caminando juntos. Entonces luego tú te vas delante de Dios, que tú vas pronto, te enfocas en ti de la manera correcta. Tú buscas poder seguir corriendo esta vida junto a ese hermano o hermana o este amigo o amiga.

00:55:30
Fabio Rossi: Excelente. Gracias, Jairito, porque la verdad es que sí y nos hace falta quizás algunas de estas cosas uno las ha escuchado o no las sabe de alguna u otra forma, pero como es algo del día a día, así mismo uno en el día a día necesita recordarlo, porque siempre se nos atraviesa ese gran pero cuando uno está pidiendo pero la receta no es fácil, perdóname, pero siempre, siempre está atravesado en nuestro corazón. Pero así que gracias por recordarnos esto y queremos terminar esta sección de preguntas con lo que hemos llamado la patada voladora. Que esta patada voladora a esta última pregunta nos la hacen, no la envió a nuestro usuario Tulipán 47. Gracias pero no recibimos preguntas de la audiencia. Pero sí tiene que ver con el tema del perdón y la reconciliación y es cómo podemos perdonar a alguien que nos hizo tanto daño pero que está muerto. ¿Cómo, cómo hacemos para para cerrar ese ese ciclo? Esa situación que quizás todavía nos duele, pero es alguien que ya no tenemos. Cara a cara, no es alguien que nos va a pedir perdón a la manera bíblica, no es alguien que está aquí ya para enfrentarlo.

00:56:48
Jairo Namnún: Bueno, qué buena pregunta y pregunta compleja. Y de hecho tengo una tapita de sobre esa pregunta en el libro porque es compleja. Vamos a olvidarnos aquí de los títulos, verdad? De que el perdón busca la reconciliación y que el perdón es entre dos partes, ya que no puede haber restauración. Tu enfoque debe ser el pasar por alto la ofensa, el cubrir el pecado, el olvidar aquello que se cometió en contra de ti. Porque es que en un sentido muy real, tomar la decisión de liberar al otro, de liberarlo de su responsabilidad moral, es algo que tú haces entre tú y Dios. O sea, la parte más importante del perdón es tu disponer tu corazón para liberar al otro la responsabilidad moral. De hecho, la parte más importante del perdón es que alguien cargue las consecuencias de lo que pasó y la cruz de Cristo es suficiente para perdonar toda maldad, todo pecado, toda culpa. Tú no puedes hacer que el otro pague lo suficiente, porque tú no eres eterno, o el infierno o la cruz va a pagar los pecados del otro. O sea, tú pudieras pedirle a Dios Dame una eternidad como el castigador de esa persona. Pero eso va a ser un propio infierno para ti, viviendo una eternidad, haciendo que el otro pague. O tú puedes decirle Dios, en tus manos encomiendo ese castigo, o en tus manos yo te pido que me ayudes a dejar ir eso que esa persona hizo a pasar por alto eso que esa persona hizo, porque de este lado de la tierra al final no hay justicia completa que no sea en la cruz. Y del otro lado, para mí solamente hay una eternidad con Dios o siendo juzgado por Dios. Si esa persona está con Dios, Dios decidió perdonarlo, por qué decidiría yo ser más justo que Dios y seguir castigando cuando ya no está? Y si esa persona no va a estar con la presencia de Dios, acaso puedo yo castigarlo más que el juez del universo que hará justicia en la tierra y en el infierno por la eternidad? Ahora, si tú tienes tiempo albergando esto, hay raíces de amargura que no hay forma de soltarlas. Solo tú tienes que hablar con alguien. Si eso es algo que ha pasado ya y tú tienes tiempo que sigues pensando en eso, y al tú pensar en alguien que ya murió, tu corazón se llena de dolor. Tú tienes que hablarlo con alguien, no te quedes callado, háblalo con alguien. Necesitas de alguien que te ayude a desenmarañar esas raíces. Habla con tu pastor, habla con un consejero, habla con un amigo, alguien maduro en la fe que te ayude a enraizar estos entramados de dolor. Porque cuando las raíces de amargura se ponen ahí fuerte, como nos enseña Hebreos, se pone bien complicada la vida y no te permite avanzar. Así que si esta persona ya murió y tú no has podido dejarlo ir. Habla con alguien que te ayude a soltarlo, pero tú no eres más justo que el juez de toda la tierra. Él va a hacer justicia y de manera especial él hará justicia por sus hijos.

00:59:51
Pepe Mendoza: Bueno, te damos gracias Jairo, por este tiempo de conversación que hemos tenido. Realmente ha sido sin desperdicio. Pero creo que más importante que todo es poder haber hecho esta discusión. Y yo creo que esto es también una enseñanza indirecta a todo lo que hemos escuchado. Qué importante es poder cubrir cualquiera de nuestros conceptos en cosmovisión cristiana y definitivamente hemos hablado acerca del perdón y lo hemos enfocado alrededor del evangelio y alrededor de la obra de Cristo. Y hemos reconocido que básicamente las buenas noticias que nosotros hemos recibido del Señor tienen que ver con nuestro propio perdón y la forma en que Dios nos trata y la forma en que Dios perdona mis ofensas diarias. Y la forma en que el apóstol Juan nos dice que si decimos que no tenemos pecado, le hacemos a él mentiroso. Pero la sangre de Jesucristo sigue permanentemente abierta para mi perdón. Es justamente el elemento fundamental que me debe llevar a perdonar, porque como hemos visto en Efesios, que debemos perdonarnos unos a otros, así como también Dios nos perdonó en Cristo sea. Y la realidad del evangelio es la realidad que nos fuerza, cierto, nos impele, nos empuja, nos impide vivir de otra manera que no sea entendiendo el perdón, no a la luz de mis motivaciones, de mi sentimiento. Es mi sensibilidad, es el tamaño, la ofensa, si no a la luz de la grandeza, del perdón de Cristo sobre mi vida. Y quiero también reconocer qué, juntamente con esta apreciación general del perdón, que ha sido también explicada y que yo invito a los oyentes a hacer un rewind continuo, no cierto, y a ir buscando y poder tomar nota de todo lo que nosotros hemos escuchado y, por supuesto, adquirir el libro. También está el hecho de la gloria que recae sobre nosotros nuestra grandeza personal cuando pasamos por alto una ofensa. Y yo creo que este es un ejercicio fundamental, porque como bien dijo Jairo, a veces nosotros cometemos el error de creer que todo debemos perdonarlo. Todo tiene que caer dentro de Mateo 18, cuando en realidad hay situaciones que corresponden ser tratadas de otra manera y que pasar por alto una ofensa. Es algo que en la escritura, en la literatura de sabiduría, se reconoce como algo glorioso, como algo que nos engrandece. Por lo tanto, yo creo que parte del madurar es aprender a cierto, a reconocer el perdón de Cristo sobre nuestras vidas, de tal manera que no miramos la paja del otro, sino nuestra propia viga, y también a reconocer la ofensa, no es cierto? Y reconocer cómo poder trabajarla y finalmente poder aprender a pedir perdón. Porque yo creo que todos nosotros requerimos de un curso específico de varias horas de reflexión acerca de cómo trabajar, la posibilidad de que nosotros pidamos perdón porque ofendemos, porque Jairo empezó diciendo somos humanos y como humanos nos juntamos los tres y nos vamos a ofender y en más de una oportunidad. Si en los años que yo tengo con Jairo de amigos que son muchos y hemos pasado por experiencias muy dramática juntos y directas o indirectas, no nos hemos pedido perdón nunca. Algo, algo no, esta no está bien, a algo no es correcto, algo me ha me ha hecho angelical, cosa que no es cierto. Entonces debemos reconocer que si somos humanos, el perdón tiene que estar en la puerta de nuestra casa, tiene que estar en nuestro botiquín, en nuestra mesa de noche, en nuestro escritorio, de tal manera que lo trabajemos de manera permanente en nuestras vidas, porque es una situación que causa dolor, pero que también puede darle gloria a Dios. Cuando usamos el perdón a la medida de la estatura de la plenitud de nuestro Señor Jesucristo. Así que gracias Jairo por este tiempo. Gracias por tus palabras.

01:04:07
Fabio Rossi: Gracias por habernos acompañado en este nuevo episodio. Esperamos que así como nosotros, tú también haya sido edificado. Si no estás suscrito a nuestro podcast, recuerda hacerlo para que recibas notificaciones de más episodios con nuevos temas e invitados especiales aquí en Textos fuera de Contexto. Hasta la próxima.

<strong>Jairo Namnún</strong>

Jairo Namnún sirve como pastor plantador de la Iglesia Piedra Angular en República Dominicana, y tiene estudios en el Southern Baptist Theological Seminary (MATS, M.Div). Está casado con Patricia y tienen tres hijos. Puedes encontrarlo en Twitter.

<strong>José</strong> <strong>«Pepe» Mendoza</strong>

José «Pepe» Mendoza sirve como Asesor Editorial en Coalición por el Evangelio. Sirvió como pastor asociado en la Iglesia Bautista Internacional, en República Dominicana, y actualmente vive en Lima, Perú. Es profesor en el Instituto Integridad & Sabiduría, colabora con el programa hispano del Southern Baptist Theological Seminary, y también trabaja como editor de libros y recursos cristianos. Está casado con Erika y tienen una hija, Adriana. Puedes seguirlo en Twitter.

<strong>Fabio Rossi</strong>

Fabio Rossi es miembro de la Iglesia Bautista Internacional en Santo Domingo (República Dominicana) donde sirve junto a su esposa, Carol, y sus dos hijos.

Acerca del Autor

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