“No se admiren de esto, porque va a llegar la hora en que todos los muertos oirán su voz y saldrán de las tumbas. (Juan 5:28-29ª)”
Pareciera que algunas personas se muestran insensibles ante la separación de un ser querido, a causa de su muerte. Llama mayor atención cuando el deceso ocurre súbitamente. Expertos en conducta humana dirán que sus reacciones se deben en parte al proceso del duelo, que incluye el paso de negar la realidad.
Habrá quienes tratan de quitar el carácter sagrado a la muerte y con ello dar la impresión de no temerle. El tema suele ser evadido o al tratarse, se hace con bromas, que demuestran la inquietud y malestar que les provoca tal realidad y ocurre más intensamente en quienes ignoran lo que en verdad pasará después de concluir nuestra vida biológica.
La Biblia toca el tema de manera seria y real para evitar el perturbarnos ante lo que sigue a la muerte. Por la Palabra de Dios sabemos que morir no es solo dejar de existir en esta tierra, pues hay una existencia después de la muerte y esta será por la eternidad.
Continúa diciendo el texto de hoy: “Los que hicieron el bien, resucitarán para tener vida; pero los que hicieron el mal, resucitarán para ser condenados.” (v.29b)
Como seguidores de Cristo, no seremos insensibles a la muerte, pues sabemos que Él la venció en la cruz y que resucitó (Mateo 28:6). También se nos afirma que quienes reciben a Jesucristo como su Salvador tienen la vida eterna, y no llegarán a condenación, pues pasaron de muerte a vida (Juan 5:24).
Si le asusta la muerte… ¡Entonces acepte la vida que El Señor le ofrece! Por amor a cada uno de nosotros, Cristo venció la muerte y a Satanás, el que tenía el poder sobre ella (Hebreos 2:14). DIOS LES BENDIGA
Franklin Mirabal, es miembro líder de la Iglesia Asamblea de Dios Central de Higüey, República Dominicana.
