ReflexionesVida Cristiana

Entrona tú corazón en Jesús

"para que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios." Efesios 3:17-19 (NVI)

A propósito de la adoración dada por Dinorah Pérez en el culto de oración, vino a mi mente escribir esta reflexión, dando a conocer lo bello y la profundidad del amor de Cristo en nuestras vidas, si le permitimos al Espíritu Santo transformar nuestras vidas.

Entronar el corazón en Jesús es como abrir las puertas de nuestro ser más íntimo a la luz más pura y cálida que existe. Es permitir que el amor incondicional y la compasión fluyan libremente, transformando cada rincón oscuro en un espacio iluminado por la esperanza y la paz.

Cuando decidimos entronar a Jesús en nuestro corazón, estamos dando un paso valiente hacia la verdadera plenitud. Estamos reconociendo que hay un propósito mayor en nuestra existencia y que este propósito se encuentra en el servicio, la humildad y el amor desinteresado.

Al entronar a Jesús en nuestro corazón, no estamos simplemente siguiendo una religión, sino abrazando una filosofía de vida que nos invita a ser mejores seres humanos. Nos recuerda que el amor es la fuerza más poderosa del universo y que cada acto de bondad, por pequeño que parezca, tiene un impacto profundo en el mundo que nos rodea.
Al entronar a Jesús en nuestro corazón, aprendemos a ver más allá de las apariencias y a reconocer la divinidad en cada ser humano. Aprendemos a perdonar, a comprender y a dar sin esperar nada a cambio, porque entendemos que el amor no conoce límites ni condiciones.

En este entronizamiento, encontramos consuelo en los momentos difíciles y fortaleza en las pruebas que la vida nos presenta. Sabemos que no estamos solos, que hay una presencia amorosa que camina a nuestro lado, sosteniéndonos en cada paso del camino.

Pero entronar a Jesús en nuestro corazón no es solo una experiencia individual, es también un llamado a vivir en comunidad. Es reconocer que somos parte de algo más grande, de una red de almas unidas por el mismo propósito de amar y servir.

En resumen, entronar el corazón en Jesús es abrirse a una experiencia de amor y trascendencia que va más allá de las palabras. Es permitir que el amor divino fluya a través de nosotros, iluminando no solo nuestra propia vida, sino también la de aquellos que nos rodean. Es vivir con un corazón lleno de gratitud, compasión y esperanza, sabiendo que cada día es una oportunidad para ser un reflejo del amor que Jesús nos enseñó.

DIOS LES BENDIGA RICA Y ABUNDANTEMENTE TODOS LOS DÍAS DE SUS VIDAS.

Franklin Mirabal, es miembro líder de la Iglesia Asamblea de Dios Central de Higüey, República Dominicana.

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