Aprovechando al máximo mi tiempo devocional
Una de las preguntas más frecuentes que recibimos como pastores con respecto a las disciplinas espirituales es: ¿Cómo puedo aprovechar al máximo mi tiempo devocional?
¿Cómo puedo sacarle el jugo a ese tiempo con Dios?
Muchos quizás se cuestionarán acerca de la relevancia de estas preguntas, pero las mismas tienen una importancia trascendental para nuestra vida y nuestro caminar de fe. El uso correcto de la Escritura y tiempos prolongados de estudio minucioso de la misma son necesarios para poder vivir la vida cristiana a la manera de Dios.
El rey David era conocedor de esto, por eso al escribir el Salmo 19 deja claro lo que la Palabra es y debería ser para nosotros.«La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma; el testimonio del Señor es seguro, que hace sabio al sencillo. Los preceptos del Señor son rectos, que alegran el corazón; el mandamiento del Señor es puro, que alumbra los ojos. El temor del Señor es limpio, que permanece para siempre; los juicios del Señor son verdaderos, todos ellos justos; deseables más que el oro; sí, más que mucho oro fino, más dulces que la miel y que el destilar del panal» (Salmos 19:7-11).Para David, el valor de las
Escrituras estaba por encima de cualquier tesoro que el mundo pudiera proveer. Por eso exhorta a sus lectores a saborear su dulzura y deleitarse en ella.
Pero, ¿cómo podemos hacer esto? ¿Cómo podemos deleitarnos en la Palabra y extraer de ella la mayor cantidad de información posible? Lo primero es que necesitamos buscar espacios en donde, en quietud y con la mente dispuesta, nos acerquemos a la Escritura para buscar el rostro de Dios.
En segundo lugar, debemos cargar nuestro tiempo devocional con oración, tanto antes como durante y después del mismo, pidiéndole al Señor que ilumine nuestro entendimiento para poder entender lo que solo Su Espíritu puede revelarnos.
Y en tercer lugar, debemos aprender qué preguntas hacerle al texto para extraer de él una enseñanza clara y transformadora. Matt Rogers, pastor de la iglesia Christ Fellowship y profesor del Seminario Teológico Bautista del Sureste, ha elaborado una guía de 7 preguntas que nos ayudarán a tener tiempos más eficaces de estudio de la Palabra.
¿Qué dice el pasaje? Lo primero que debemos hacer es buscar resumir el punto del pasaje de la manera más sucinta (una oración). Sacar la idea central nos ayudará a comprender y apreciar mejor lo que estamos leyendo.
¿Qué significó para su audiencia original? Es importante estudiar el contexto del pasaje y el libro que estamos estudiando. De esta manera podremos identificar los elementos históricos que nos permitirán entender mejor el texto.
¿Qué dice este texto acerca de Dios? ¿Qué nos enseña este pasaje acerca del carácter de Dios, de Su Hijo y de Su evangelio? ¿Cómo podemos ver los atributos de Dios desplegándose en cada historia leída? Es importante para nosotros ver a Dios en cada historia de la Palabra.
¿Qué dice de nosotros? ¿Qué revela este texto acerca de nuestra condición caída, de nuestro pecado, de nuestros deseos y pasiones? ¿Cómo podemos vernos identificados en las acciones de los actores mencionados? ¿En qué se asemeja su manera de actuar a nuestra forma de pensar? ¿Qué tan cerca estamos del estándar de Dios? ¿Cuánta necesidad tenemos del evangelio?
¿Qué demanda de nosotros? ¿Qué cosas nos invita el pasaje a cambiar en nuestra conducta o manera de pensar? ¿Qué nos está pidiendo Dios que dejemos atrás o que sigamos haciendo a través de este texto?
¿Cómo cambia este pasaje la forma en que nos relacionamos con otros? ¿Cómo afecta este pasaje la forma en que vemos a nuestro hermano y al inconverso? ¿Cómo debemos acercarnos a ellos?
¿Cómo el pasaje nos motiva a orar? Para alcanzar todo lo que la Palabra nos pide, necesitamos el poder de Dios obrando a través de Su Espíritu. Es por esto que todo estudio de la Palabra debe culminar con tiempos de oración donde rindamos nuestra voluntad al
Señor y clamemos al Él por ayuda y socorro para alcanzar estas cosas.
Por todo lo mencionado, queremos motivarte, exhortarte, alentarte a que diligentemente procures pasar tiempo con Dios y Su Palabra, ya que al estudiarla con detenimiento podrás conocer Su voluntad para tu vida.
Joan Veloz
Conoció la gracia de Dios y fue llamado a salvación en la IBI en el año 2005. Desde su conversión sintió un profundo deseo de servir al Señor impactando e instruyendo a los jóvenes y las familias de la iglesia. Actualmente se desempeña como Coordinador de los Grupos Pequeños de la IBI e iniciativas de discipulado y membresía. Su pasión es dar a conocer al Señor Jesucristo y ver crecer la Iglesia para la gloria de Dios. Él es graduado en Derecho y tiene una Maestría en Gerencia y Productividad con Especialidad en Alta Gestión Empresarial. En la actualidad tiene un cargo directivo en una empresa farmacéutica. Joan es graduado de la primera promoción del Instituto Integridad & Sabiduría. Recientemente tuvo el privilegio de graduarse y completar una Maestría en Estudios Teológicos (MATS) en el Seminario Teológico Bautista del Sur y una Maestría en Divinidad (MDiv) en la misma institución. Está casado desde el 2009 con Michelle Suzaña y juntos tienen tres hijos: Daniella, Camila y Miguel Andrés.