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Lectura de Hoy

11-11-2023

Devocional

Devocional: Salmo 143

Tradicionalmente, el Salmo 143 se clasifica como el último de siete salmos penitenciales, sin duda porque el versículo 2 reconoce la culpa universal. Con todo, independientemente de lo importante que sea esa verdad en la Biblia en conjunto, en este salmo, el asunto sólo aflora en este versículo. La mayoría de la composición está dedicada a los problemas que David está afrontando, ocasionados por los enemigos (143:1-6), y su creciente decisión al centrarse en seguir el camino de Dios sin importarle lo que puedan hacer aquellos. Algunas observaciones:

(1) El llamado inicial de David va dirigido a la fidelidad y la justicia de Dios (143:1). Es absolutamente adecuado exactamente del mismo modo que la bondad de un potentado o la integridad de un juez son bien acogidas por quienes intentan enderezar un mal. La dificultad está, por supuesto, en que, al apelar nosotros, los pecadores, a la justicia de Dios para nuestra vindicación, resulta fácil recordar que estamos terriblemente sucios en comparación con la limpia gloria de la santidad al descubierto del Todopoderoso. De ahí el versículo 2: David reconoce que “ante ti, nadie puede alegar inocencia”. Es una tensión que no se resuelve definitivamente hasta la cruz (Romanos 3:21-26cf. 1 Juan 1:9).

(2) Si los versículos 3-4 se regodean en el lodazal del desaliento, en los versículos 5-6 David empieza a trepar para salir de allí. En nuestra primera lectura de la frase “Traigo a la memoria los tiempos de antaño”, el lector podría pensar que David está sucumbiendo a la nostalgia, recordando “los viejos días pasados”. Pero no es tan necio, como el resto del versículo demuestra: se compromete a pensar en todas las cosas que Dios ha hecho; en otras palabras, medita en todos los actos creadores, castigadores y redentores de Dios en el pasado; se pone a meditar en el Dios de la Biblia. Esto no es un ejercicio meramente intelectual, como revisar listas para un inminente examen. David sabe que este enfoque en lo que Dios ha hecho es un medio que él nos ha proporcionado para conectar con el Dios viviente mismo, y esto es lo que quiere: “Hacia ti extiendo las manos; me haces falta, como el agua a la tierra seca” (143:6).

(3) En los versículos 8-10, David ora tres veces pidiendo dirección. Cada petición tiene un enfoque ligeramente distinto: “Señálame el camino que debo seguir” (143:8), refleja la confusión de David, pero también india que existen elementos únicos e individuales para la guía que necesita (como hay llamados individuales en la iglesia, Juan 21:21-22). “Enséñame a hacer tu voluntad” (143:10a) se centra ahora enteramente en el programa de Dios (“porque tú eres mi Dios”). Conocer y hacer la voluntad de Dios es la esencia misma de la dirección. “Que tu buen Espíritu me guíe por un terreno sin obstáculos” (143:10b) es admitir que podemos tropezar y rebelarnos, equivocarnos y desviarnos, y siempre necesitaremos ayuda.


Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Publicaciones Andamio, 2016. Usado con permiso.

Devocional: 2 Reyes 24

El desenlace final de la dinastía davídica no fue nada bonito. El último rey reformador, Josías, cometió un error importante al enfrentarse innecesariamente con el faraón Necao de Egipto. En 609 a. C., Josías no sólo fue derrotado, sino que perdió la vida mientras todavía era relativamente joven (2 Reyes 23:29). Su hijo Joacaz se convirtió en rey a la edad de veintitrés años, pero su reinado duró sólo tres meses, hasta que el faraón Necao lo arrestó y finalmente lo llevó a Egipto, donde murió. El faraón instaló a otro hijo de Josías en el trono, a saber, Joacim. Duró once años. En este momento, comienza el relato de 2 Reyes 24.

La Judá de Joacim estaba entre dos fuegos: Egipto al sur y oeste, y Babilonia al norte y este. Esta última llevaba la delantera. Joacim mismo era corrupto, religiosamente perverso y tenía una visión muy presuntuosa de sí mismo. Reintrodujo los cultos paganos y la violencia abundó. En el cuarto año de su reinado, el 605 a. C., el faraón Necao de Egipto fue destruido por los babilonios en la batalla de Carquemis en la frontera norte de Siria; el poder egipcio no pudo reafirmarse hasta pasados casi trescientos años. Joachim y la pequeña nación de Judá se convirtieron en vasallos tributarios del imperio babilónico.

Pero en 601 a. C., Joacim se rebeló. Nabucodonosor envió contingentes militares para hostilizar a Judá. Luego, en diciembre de 598 a. C., movió su poderoso ejército para sitiar a Jerusalén. Joacim murió. Su hijo Joaquín, de dieciocho años de edad, reinó durante tres meses. Al enfrentarse a una decisión terriblemente difícil, el 16 de marzo de 597 a. C. abandonó la resistencia y se rindió. El rey Joacim, la reina madre, el séquito del palacio, la nobleza, la gente más valiosa, los principales artesanos y la aristocracia sacerdotal (incluyendo a Ezequiel) fueron enviados a Babilonia, a más de mil kilómetros de distancia, lo cual en esa época era un camino muy, muy largo. Joacim permaneció encarcelado y en arresto domiciliario durante treinta y siete años antes de ser liberado; pero aun entonces, jamás regresó a casa, nunca volvió a ver a Jerusalén. Los babilonios todavía lo consideraban el rey legítimo (así como los exiliados), pero mientras tanto instalaron un rey para encargarse de Judá: su tío Sedequías, quien tenía veintiún años de edad (24:18). Su fin se relata en el próximo capítulo.

De hecho, esto le sucedió a Judá por orden del Señor, para apartar al pueblo de su presencia por los pecados de Manasés y por todo lo que hizo, incluso por haber derramado sangre inocente, con la cual inundó a Jerusalén. Por lo tanto, el Señor no quiso perdonar. …a tal grado que el Señor, en su ira, los echó de su presencia. Todo esto sucedió en Jerusalén y en Judá” (24:3-4, 20).

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Publicaciones Andamio, 2013. Usado con permiso.

2 Reyes 24

Invasión de Judá por Nabucodonosor

24 En los días de Joacim subió Nabucodonosor, rey de Babilonia, y Joacim fue su siervo por tres años; después se levantó y se rebeló contra él. Entonces el SEÑOR envió contra Joacim bandas de caldeos, bandas de arameos, bandas de moabitas y bandas de amonitas. Y las envió contra Judá para destruirla, conforme a la palabra que el SEÑOR había hablado por medio de sus siervos los profetas. Ciertamente por mandato del SEÑOR sucedió esto contra Judá para quitarlos de Su presencia, por los pecados de Manasés, por todo lo que había hecho. También por la sangre inocente que derramó, pues llenó a Jerusalén de sangre inocente, y el SEÑOR no quiso perdonar.

Los demás hechos de Joacim y todo lo que hizo ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá? Durmió Joacim con sus padres; y su hijo Joaquín reinó en su lugar. El rey de Egipto no salió más de su tierra, porque el rey de Babilonia había tomado todo lo que pertenecía al rey de Egipto desde el torrente de Egipto hasta el río Éufrates.

Joaquín tenía dieciocho años cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses en Jerusalén. El nombre de su madre era Nehusta, hija de Elnatán, de Jerusalén. Hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, conforme a todo lo que había hecho su padre.

Primera deportación

10 En aquel tiempo los siervos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, subieron a Jerusalén, y la ciudad fue sitiada. 11 Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó a la ciudad mientras sus siervos la tenían sitiada. 12 Joaquín, rey de Judá, se rindió al rey de Babilonia, él y su madre, sus siervos, sus jefes y sus oficiales. El rey de Babilonia lo apresó en el año octavo de su reinado. 13 Nabucodonosor sacó de allí todos los tesoros de la casa del SEÑOR, los tesoros de la casa del rey, y destrozó todos los utensilios de oro que Salomón, rey de Israel, había hecho en el templo del SEÑOR, tal como el SEÑOR había dicho. 14 Y se llevó en cautiverio a todo Jerusalén: a todos los jefes, a todos los hombres valientes, 10,000 cautivos, y a todos los artesanos y herreros. Nadie quedó, excepto la gente más pobre del país. 15 También se llevó a Joaquín en cautiverio a Babilonia. Asimismo se llevó en cautiverio de Jerusalén a Babilonia a la madre del rey y a las mujeres del rey, a sus oficiales y a los poderosos del país. 16 Todos los hombres valientes, 7,000 y los artesanos y herreros, 1,000 todos fuertes y aptos para la guerra, también a estos el rey de Babilonia llevó en cautiverio a Babilonia. 17 Entonces el rey de Babilonia puso por rey en lugar de Joaquín, a su tío Matanías y cambió su nombre por el de Sedequías.

18 Sedequías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. El nombre de su madre era Hamutal, hija de Jeremías, de Libna. 19 Hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, conforme a todo lo que había hecho Joacim. 20 Por causa de la ira del SEÑOR sucedió esto en Jerusalén y en Judea, hasta que los echó de Su presencia. Y Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia.

Hebreos 6

6 Por tanto, dejando las enseñanzas elementales acerca de Cristo, avancemos hacia la madurez, no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas y de la fe en Dios, de la enseñanza sobre lavamientos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. Y esto haremos, si Dios lo permite.

Porque en el caso de los que fueron una vez iluminados, que probaron del don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, que gustaron la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, pero después cayeron, es imposible renovarlos otra vez para arrepentimiento, puesto que de nuevo crucifican para sí mismos al Hijo de Dios y lo exponen a la ignominia pública.

Porque la tierra que bebe la lluvia que con frecuencia cae sobre ella y produce vegetación útil a aquellos por los cuales es cultivada, recibe bendición de Dios. Pero si produce espinos y cardos no vale nada, está próxima a ser maldecida, y termina por ser quemada.

Esperanza de cosas mejores

Pero en cuanto a ustedes, amados, aunque hablemos de esta manera, estamos persuadidos de las cosas que son mejores y que pertenecen a la salvación. 10 Porque Dios no es injusto como para olvidarse de la obra de ustedes y del amor que han mostrado hacia Su nombre, habiendo servido, y sirviendo aún, a los santos. 11 Pero deseamos que cada uno de ustedes muestre la misma solicitud hasta el fin, para alcanzar la plena seguridad de la esperanza, 12 a fin de que no sean perezosos, sino imitadores de los que mediante la fe y la paciencia heredan las promesas.

La promesa de Dios es segura

13 Pues cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por uno mayor, juró por Él mismo, 14 diciendo: «CIERTAMENTE TE BENDECIRÉ Y CIERTAMENTE TE MULTIPLICARÉ». 15 Y así, habiendo esperado con paciencia, Abraham obtuvo la promesa. 16 Porque los hombres juran por uno mayor que ellos mismos, y para ellos un juramento dado como confirmación es el fin de toda discusión.

17 Por lo cual Dios, deseando mostrar más plenamente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de Su propósito, interpuso un juramento, 18 a fin de que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, los que hemos buscado refugio seamos grandemente animados para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.

19 Tenemos como ancla del alma, una esperanza segura y firme, y que penetra hasta detrás del velo, 20 adonde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho, según el orden de Melquisedec, Sumo Sacerdote para siempre.

Joel 3

Juicio de las naciones

3 »Porque en aquellos días y en aquel tiempo, Cuando Yo restaure el bienestar de Judá y Jerusalén, Reuniré a todas las naciones, Y las haré bajar al valle de Josafat. Y allí entraré en juicio con ellas A favor de Mi pueblo y Mi heredad, Israel, A quien ellas esparcieron entre las naciones, Y repartieron Mi tierra. También echaron suertes sobre Mi pueblo, Cambiaron un niño por una ramera, Y vendieron una niña por vino para poder beber.

»Además, Tiro, Sidón y todas las regiones de Filistea ¿qué tienen ustedes que ver conmigo? ¿Acaso se quieren vengar de Mí? Si de esta manera se vengan de Mí, bien pronto haré volver su venganza sobre su cabeza. Por cuanto han tomado Mi plata y Mi oro, y se han llevado Mis valiosos tesoros a sus templos, y han vendido los hijos de Judá y Jerusalén a los griegos para alejarlos de su territorio, Yo los levantaré del lugar donde los vendieron, y devolveré su venganza sobre su cabeza. También venderé sus hijos y sus hijas a los hijos de Judá, y ellos los venderán a los sabeos, a una nación lejana», porque el SEÑOR lo ha dicho.

Proclamen esto entre las naciones: Prepárense para la guerra, despierten a los valientes; Acérquense, suban todos los soldados. 10 Forjen espadas de sus rejas de arado Y lanzas de sus podaderas; Diga el débil: «Fuerte soy». 11 Apresúrense y vengan, naciones todas de alrededor, Y reúnanse allí. Haz descender, oh SEÑOR, a Tus valientes. 12 Despiértense y suban las naciones Al valle de Josafat, Porque allí me sentaré a juzgar A todas las naciones de alrededor. 13 Metan la hoz, porque la cosecha está madura; Vengan, pisen, que el lagar está lleno; Las tinajas rebosan, porque grande es su maldad. 14 Multitudes de multitudes en el valle de la decisión. Porque cerca está el día del SEÑOR en el valle de la decisión. 15 El sol y la luna se oscurecen, Y las estrellas pierden su resplandor. 16 El SEÑOR ruge desde Sión Y desde Jerusalén da Su voz, Y tiemblan los cielos y la tierra. Pero el SEÑOR es refugio para Su pueblo Y fortaleza para los israelitas. 17 Entonces sabrán que Yo soy el SEÑOR su Dios, Que habito en Sión, Mi santo monte. Y Jerusalén será santa, Y los extranjeros no pasarán más por ella.

Restauración de Judá

18 Y sucederá que en aquel día Los montes destilarán vino dulce, Las colinas fluirán leche, Y por todos los arroyos de Judá correrán las aguas; Brotará un manantial de la casa del SEÑOR Y regará el valle de Sitim. 19 Egipto será una desolación, Y Edom será un desierto desolado, Por la violencia hecha a los hijos de Judá, En cuya tierra han derramado sangre inocente. 20 Pero Judá será habitada para siempre, Y Jerusalén por todas las generaciones. 21 Y Yo vengaré su sangre, que aún no he vengado, Pues el SEÑOR habita en Sión.

Salmos 143

Juicio de las naciones

3 »Porque en aquellos días y en aquel tiempo, Cuando Yo restaure el bienestar de Judá y Jerusalén, Reuniré a todas las naciones, Y las haré bajar al valle de Josafat. Y allí entraré en juicio con ellas A favor de Mi pueblo y Mi heredad, Israel, A quien ellas esparcieron entre las naciones, Y repartieron Mi tierra. También echaron suertes sobre Mi pueblo, Cambiaron un niño por una ramera, Y vendieron una niña por vino para poder beber.

»Además, Tiro, Sidón y todas las regiones de Filistea ¿qué tienen ustedes que ver conmigo? ¿Acaso se quieren vengar de Mí? Si de esta manera se vengan de Mí, bien pronto haré volver su venganza sobre su cabeza. Por cuanto han tomado Mi plata y Mi oro, y se han llevado Mis valiosos tesoros a sus templos, y han vendido los hijos de Judá y Jerusalén a los griegos para alejarlos de su territorio, Yo los levantaré del lugar donde los vendieron, y devolveré su venganza sobre su cabeza. También venderé sus hijos y sus hijas a los hijos de Judá, y ellos los venderán a los sabeos, a una nación lejana», porque el SEÑOR lo ha dicho.

Proclamen esto entre las naciones: Prepárense para la guerra, despierten a los valientes; Acérquense, suban todos los soldados. 10 Forjen espadas de sus rejas de arado Y lanzas de sus podaderas; Diga el débil: «Fuerte soy». 11 Apresúrense y vengan, naciones todas de alrededor, Y reúnanse allí. Haz descender, oh SEÑOR, a Tus valientes. 12 Despiértense y suban las naciones Al valle de Josafat, Porque allí me sentaré a juzgar A todas las naciones de alrededor. 13 Metan la hoz, porque la cosecha está madura; Vengan, pisen, que el lagar está lleno; Las tinajas rebosan, porque grande es su maldad. 14 Multitudes de multitudes en el valle de la decisión. Porque cerca está el día del SEÑOR en el valle de la decisión. 15 El sol y la luna se oscurecen, Y las estrellas pierden su resplandor. 16 El SEÑOR ruge desde Sión Y desde Jerusalén da Su voz, Y tiemblan los cielos y la tierra. Pero el SEÑOR es refugio para Su pueblo Y fortaleza para los israelitas. 17 Entonces sabrán que Yo soy el SEÑOR su Dios, Que habito en Sión, Mi santo monte. Y Jerusalén será santa, Y los extranjeros no pasarán más por ella.

Restauración de Judá

18 Y sucederá que en aquel día Los montes destilarán vino dulce, Las colinas fluirán leche, Y por todos los arroyos de Judá correrán las aguas; Brotará un manantial de la casa del SEÑOR Y regará el valle de Sitim. 19 Egipto será una desolación, Y Edom será un desierto desolado, Por la violencia hecha a los hijos de Judá, En cuya tierra han derramado sangre inocente. 20 Pero Judá será habitada para siempre, Y Jerusalén por todas las generaciones. 21 Y Yo vengaré su sangre, que aún no he vengado, Pues el SEÑOR habita en Sión.

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