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Lectura de Hoy
15-11-2023
Devocional
Devocional: Hebreos 10
Hebreos 10 une muchos de los argumentos anteriores de este libro, a la vez que presenta algunos nuevos. También marca una transición: del 10:19 en adelante, cambia el equilibrio entre la explicación y la exhortación. Ahora, hay mucho más de esta y menos de aquella.
El resumen de la instrucción anterior se encuentra al principio del capítulo: “La ley [mediante la cual el autor se refiere a todo el pacto-ley, incluyendo especialmente al tabernáculo, el sistema sacerdotal y los sacrificios] es sólo una sombra de los bienes venideros, y no la presencia misma de estas realidades. Por eso nunca puede, mediante los mismos sacrificios que se ofrecen sin cesar año tras año, hacer perfectos a los que adoran” (10:1).
Por otra parte, “mediante la sangre de Jesús, tenemos plena libertad para entrar en el Lugar Santísimo [no en el Lugar Santísimo del antiguo tabernáculo o del templo, sino en la misma presencia del Dios viviente], por el camino nuevo y vivo que él nos ha abierto a través de la cortina” (10:19-20). Esto genera una secuencia de cinco declaraciones exhortativas.
(1) Acerquémonos, pues, a Dios (10:22). Si un sacrificio tan pleno y final se ha ofrecido a favor nuestro, aprovechémoslo, acercándonos a este Dios santo “con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe”, precisamente porque nuestras conciencias han sido purificadas.
(2) Mantengamos firme la esperanza que profesamos (10:23). Lo que Cristo llevó a cabo en la cruz es el cumplimiento de los modelos y las predicciones del Antiguo Testamento, pero el punto culminante de lo que él inauguró permanece en el futuro. Nuestra reivindicación y transformación final aún está por venir. Ahora bien, esta esperanza es tan certera como efectivo fue el triunfo de Cristo, “porque fiel es el que prometió” (10:23).
(3) Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras (10:24). No buscamos la consumación como llaneros solitarios del mundo espiritual; los cristianos ahora viven en la comunidad de la iglesia, y en el futuro vivirán en la comunidad de la ciudad celestial.
(4) No dejemos de congregarnos (10:25). Que algunos se batan en retirada no es razón para que lo hagamos nosotros, si verdaderamente comprendemos la grandeza de la salvación de la cual somos partícipes y la gloria que aún está por revelarse.
(5) De manera exhaustiva, animémonos unos a otros; de hecho, y más al ver “que aquel día se acerca” (10:25). Todo el mundo se cansa de vez en cuando, o cae en estados de inquietud o ensimismamiento. Si todos los creyentes se comprometen a animarse unos a otros en el evangelio y todos sus beneficios y promesas, habrá muchos menos fracasos individuales, sobre los cuales el autor advierte en los restantes versículos de este capítulo.
Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Publicaciones Andamio, 2016. Usado con permiso.
Devocional: Amós 4
En algunos aspectos, Amós 4 sigue de forma muy natural a Amós 3. Dios ha dicho que las advertencias de los profetas están vinculadas a peligros reales (3:7-8). Ahora, destaca algunos de los pecados que evocaron sus amonestaciones (4:1-5) y explica algunos de los avisos mismos y lo que significan para el futuro si no se toman en serio (4:6-13).
(1) La primera advertencia va dirigida a las mujeres ricas de Israel (4:1- 3), a las que despectivamente describe como “vacas de Bazán”, proverbiales por estar bien alimentadas, gordas y ser perezosas, en lugar de delgadas y fuertes. A estas mujeres, se les echa en cara haber utilizado su riqueza y su posición para oprimir “a los desvalidos” y maltratar “a los necesitados” (4:1). La historia en una sola línea es devastadora: les dicen a sus maridos: “¡Traednos de beber!” (4:1). Esto presenta una imagen de matronas malcriadas, superficiales, decadentes, interesadas tan solo en que las sirvan y sin servir jamás, mandando sobre sus maridos, bebiendo a grandes tragos para ahogar sus aburrimientos en bebidas alcohólicas. De modo que el Soberano Señor jura “por su santidad” (4:2), que equivale a decir que jura por sí mismo y, por tanto, por lo que es inmutable y que nada ni nadie puede superar. Jura que las arrastrará con garfios y cadenas al cautiverio, humilladas y degradadas, sufriendo dolores en medio del escombro de su ciudad (4:2-3).
(2) En la segunda parte del capítulo anterior (3:9-15), Dios insistió en tres rasgos desagradables de la vida nacional: la opresión social, la permisividad y la religión corrupta. Las dos primeras se amplían en los tres primeros versículos del capítulo 4, como acabamos de ver. La tercera, la religión corrupta, se trata ahora con una fina burla profética (4:4-5). “Id a Betel y pecad; id a Guilgal y seguid pecando”, que equivale a decir: “id a Canterbury y pecad; id a los cuarteles generales bautistas y seguid pecando”. (¡Aplícalo a tu propio contexto eclesial o denominacional!). Los lugares donde, históricamente, Israel ofreció con lealtad los sacrificios estipulados (antes de que el templo tomara precedencia) siguen siendo ubicaciones de sacrificios, pero ahora se caracterizan por una fina estética, un entusiasmo religioso y mucha fanfarronería. ¿Adónde quedan la contrición y el espíritu quebrantado (cf. Salmo 51:17)?
(3) En los versículos siguientes (4:6-13), Dios revisa algunos de los juicios temporales que ha impuesto sobre el pueblo en distintas ocasiones como advertencias de un juicio mucho mayor que está por venir. Estas advertencias demostraron ser ineficaces: dan testimonio del terrible estribillo: “‘Con todo, vosotros no os volvisteis a mí’ declara el Señor” (4:8, 9, 10, 11). Por tanto, el Dios de Israel se va a encontrar con ellos (4:12). Sí, se encontrará con ellos, de acuerdo, pero no en la gloria de la teofanía, sino en el terror del juicio.
Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Publicaciones Andamio, 2013. Usado con permiso.
1 Crónicas 5-6
Descendientes de Rubén
5 Hijos de Rubén, primogénito de Israel (aunque él era el primogénito, como profanó la cama de su padre, sus derechos de primogenitura fueron dados a los hijos de José, hijo de Israel; de modo que Rubén no está inscrito en la genealogía conforme a los derechos de primogenitura. 2 Es cierto que Judá prevaleció sobre sus hermanos, y de él procedió el Príncipe, pero los derechos de primogenitura pertenecían a José). 3 Los hijos de Rubén, el primogénito de Israel fueron Hanoc, Falú, Hezrón y Carmi.
4 Los hijos de Joel fueron Semaías su hijo, Gog su hijo, Simei su hijo, 5 Micaía su hijo, Reaía su hijo, Baal su hijo, 6 Beera su hijo, a quien Tilgat Pilneser, rey de los asirios, se llevó al destierro; este fue jefe de los rubenitas. 7 Sus parientes, por sus familias, en la genealogía de sus generaciones, fueron Jeiel el jefe, después Zacarías 8 y Bela, hijo de Azaz, hijo de Sema, hijo de Joel, que habitó en Aroer hasta Nebo y Baal Meón. 9 Y hacia el oriente habitó hasta la entrada del desierto desde el río Éufrates, porque su ganado había aumentado en la tierra de Galaad. 10 En los días de Saúl hicieron guerra contra los agarenos, los cuales cayeron en sus manos, de modo que ellos ocuparon sus tiendas por toda la tierra al oriente de Galaad.
11 Y los hijos de Gad habitaron frente a ellos en la tierra de Basán, hasta Salca. 12 Joel fue el jefe, y Safán el segundo, después Jaanai y Safat en Basán. 13 Los parientes de sus casas paternas fueron Micael, Mesulam, Seba, Jorai, Jacán, Zía y Heber: siete. 14 Estos fueron los hijos de Abihail, hijo de Huri, hijo de Jaroa, hijo de Galaad, hijo de Micael, hijo de Jesisai, hijo de Jahdo, hijo de Buz; 15 Ahí, hijo de Abdiel, hijo de Guni, fue jefe de sus casas paternas. 16 Y habitaron en Galaad, en Basán y en sus ciudades, y en todos los ejidos de Sarón, hasta sus fronteras. 17 Todos estos fueron inscritos por genealogías en los días de Jotam, rey de Judá, y en los días de Jeroboam, rey de Israel.
18 Los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés, hombres valientes, hombres que traían escudo y espada, tiraban con arco, y que eran diestros en batalla, fueron 44,760 que salían a la guerra. 19 E hicieron guerra contra los agarenos, Jetur, Nafis y Nodab. 20 Dios los ayudó contra ellos, y los agarenos y todos los que estaban con ellos fueron entregados en sus manos; porque clamaron a Dios en la batalla, y Dios fue propicio a ellos porque confiaron en Él. 21 Y se apoderaron de sus ganados: 50,000 camellos, 250,000 ovejas, 2,000 asnos; también 100,000 hombres. 22 Muchos, pues, cayeron muertos, porque la guerra era de Dios. Y habitaron en su lugar hasta el destierro.
23 Los hijos de la media tribu de Manasés habitaron en la región; eran muy numerosos desde Basán hasta Baal Hermón, Senir y el monte Hermón. 24 Y estos fueron los jefes de sus casas paternas: Efer, Isi, Eliel, Azriel, Jeremías, Hodavías y Jahdiel, hombres fuertes de gran valor, hombres de renombre, jefes de sus casas paternas.
25 Pero traicionaron al Dios de sus padres, y se prostituyeron con los dioses de los pueblos de la tierra, los cuales Dios había destruido delante de ellos. 26 Por lo cual el Dios de Israel movió el espíritu de Pul, rey de Asiria, o sea, el espíritu de Tilgat Pilneser, rey de Asiria, quien los llevó al destierro, es decir, a los rubenitas, los gaditas y a la media tribu de Manasés, llevándolos a Halah, Habor, Hara y al río de Gozán, hasta el día de hoy.
Descendientes de Leví
6 Los hijos de Leví fueron Gersón, Coat y Merari. 2 Los hijos de Coat fueron Amram, Izhar, Hebrón y Uziel. 3 Los hijos de Amram fueron Aarón, Moisés y Miriam. Y los hijos de Aarón fueron Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar. 4 Eleazar fue el padre de Finees y Finees fue el padre de Abisúa, 5 Abisúa fue el padre de Buqui y Buqui fue el padre de Uzi, 6 Uzi fue el padre de Zeraías y Zeraías fue el padre de Meraiot, 7 Meraiot fue el padre de Amarías y Amarías fue el padre de Ahitob, 8 Ahitob fue el padre Sadoc y Sadoc fue el padre de Ahimaas, 9 Ahimaas fue el padre de Azarías y Azarías fue el padre de Johanán, 10 Johanán fue el padre de Azarías (este fue el que sirvió como sacerdote en la casa que Salomón había edificado en Jerusalén), 11 Azarías fue el padre de Amarías y Amarías fue el padre de Ahitob, 12 Ahitob fue el padre de Sadoc y Sadoc fue el padre de Salum, 13 Salum fue el padre de Hilcías e Hilcías fue el padre de Azarías, 14 Azarías fue el padre de Seraías y Seraías fue el padre de Josadac, 15 y Josadac fue al destierro cuando el SEÑOR se llevó en cautiverio a Judá y a Jerusalén por medio de Nabucodonosor.
16 Los hijos de Leví fueron Gersón, Coat y Merari. 17 Y estos son los nombres de los hijos de Gersón: Libni y Simei. 18 Los hijos de Coat fueron Amram, Izhar, Hebrón y Uziel. 19 Los hijos de Merari fueron Mahli y Musi. Y estas son las familias de los levitas conforme a sus casas paternas. 20 De Gersón: Libni su hijo, Jahat su hijo, Zima su hijo, 21 Joa su hijo, Iddo su hijo, Zera su hijo, Zeatrai su hijo. 22 Los hijos de Coat fueron Aminadab su hijo, Coré su hijo, Asir su hijo, 23 Elcana su hijo, Ebiasaf su hijo, Asir su hijo, 24 Tahat su hijo, Uriel su hijo, Uzías su hijo, Saúl su hijo. 25 Los hijos de Elcana fueron Amasai y Ahimot. 26 Elcana su hijo, Zofai su hijo, Nahat su hijo. 27 Eliab su hijo, Jeroham su hijo, Elcana su hijo. 28 Los hijos de Samuel fueron Joel el primogénito, y Abías el segundo. 29 Los hijos de Merari fueron Mahli, Libni su hijo, Simei su hijo, Uza su hijo, 30 Simea su hijo, Haguía su hijo, Asasías su hijo.
Cantores del templo
31 Estos son los que David puso sobre el servicio del canto en la casa del SEÑOR, después que el arca descansó allí. 32 Ellos ministraban con el canto delante del tabernáculo de la tienda de reunión, hasta que Salomón edificó la casa del SEÑOR en Jerusalén, entonces servían su oficio en ella conforme a su orden.
33 Estos son los que servían con sus hijos: de los hijos de los coatitas eran Hemán el cantor, hijo de Joel, hijo de Samuel, 34 hijo de Elcana, hijo de Jeroham, hijo de Eliel, hijo de Toa, 35 hijo de Zuf, hijo de Elcana, hijo de Mahat, hijo de Amasai, 36 hijo de Elcana, hijo de Joel, hijo de Azarías, hijo de Sofonías, 37 hijo de Tahat, hijo de Asir, hijo de Abiasaf, hijo de Coré, 38 hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de Leví, hijo de Israel.
39 El hermano de Hemán, Asaf, estaba a su mano derecha: Asaf, hijo de Berequías, hijo de Simea, 40 hijo de Micael, hijo de Baasías, hijo de Malquías, 41 hijo de Etni, hijo de Zera, hijo de Adaía, 42 hijo de Etán, hijo de Zima, hijo de Simei, 43 hijo de Jahat, hijo de Gersón, hijo de Leví.
44 A la mano izquierda estaban sus parientes, hijos de Merari: Etán, hijo de Quisi, hijo de Abdi, hijo de Maluc, 45 hijo de Hasabías, hijo de Amasías, hijo de Hilcías, 46 hijo de Amsi, hijo de Bani, hijo de Semer, 47 hijo de Mahli, hijo de Musi, hijo de Merari, hijo de Leví. 48 Y sus parientes, los levitas, fueron designados para todo el servicio del tabernáculo de la casa de Dios.
Descendientes de Aarón
49 Aarón y sus hijos sacrificaban sobre el altar del holocausto y sobre el altar del incienso, para toda la obra del Lugar Santísimo y para hacer expiación por Israel, conforme a todo lo que Moisés, siervo de Dios, había ordenado. 50 Estos son los hijos de Aarón: Eleazar su hijo, Finees su hijo, Abisúa su hijo, 51 Buqui su hijo, Uzi su hijo, Zeraías su hijo, 52 Meraiot su hijo, Amarías su hijo, Ahitob su hijo, 53 Sadoc su hijo, Ahimaas su hijo.
54 Y estas son sus moradas, conforme a sus campamentos dentro de sus territorios. A los hijos de Aarón, de las familias de los coatitas (pues a ellos les tocó la suerte primero). 55 A ellos les dieron Hebrón, en la tierra de Judá, y sus tierras de pastos alrededor de ella; 56 pero dieron los campos de la ciudad y sus aldeas a Caleb, hijo de Jefone. 57 Y a los hijos de Aarón les dieron las siguientes ciudades de refugio: Hebrón, Libna con sus tierras de pastos, Jatir, Estemoa con sus tierras de pastos, 58 Hilén con sus tierras de pastos, Debir con sus tierras de pastos, 59 Asán con sus tierras de pastos y Bet Semes con sus tierras de pastos. 60 Y de la tribu de Benjamín: Geba con sus tierras de pastos, Alemet con sus tierras de pastos y Anatot con sus tierras de pastos. Todas sus ciudades repartidas entre sus familias fueron trece ciudades.
61 A los demás hijos de Coat fueron dadas por suerte diez ciudades de la familia de la tribu de Efraín, de la tribu de Dan y de la media tribu de Manasés. 62 A los hijos de Gersón, según sus familias, fueron dadas de la tribu de Isacar, de la tribu de Aser, de la tribu de Neftalí y de la tribu de Manasés en Basán, trece ciudades. 63 A los hijos de Merari fueron dadas por suerte, según sus familias, de la tribu de Rubén, de la tribu de Gad y de la tribu de Zabulón, doce ciudades. 64 Así los israelitas dieron a los levitas ciudades con sus tierras de pastos. 65 Dieron por suerte de la tribu de Judá, de la tribu de Simeón y de la tribu de Benjamín, estas ciudades que se mencionan por nombre.
66 Algunas de las familias de los hijos de Coat tuvieron ciudades de sus territorios de la tribu de Efraín. 67 Y les dieron las siguientes ciudades de refugio: Siquem con sus tierras de pastos en la tierra montañosa de Efraín, también Gezer con sus tierras de pastos, 68 Jocmeam con sus tierras de pastos, Bet Horón con sus tierras de pastos, 69 Ajalón con sus tierras de pastos y Gat Rimón con sus tierras de pastos; 70 y de la media tribu de Manasés: Aner con sus tierras de pastos y Bileam con sus tierras de pastos, para el resto de la familia de los hijos de Coat.
71 A los hijos de Gersón fueron dadas, de la familia de la media tribu de Manasés: Golán en Basán con sus tierras de pastos y Astarot con sus tierras de pastos; 72 y de la tribu de Isacar: Cedes con sus tierras de pastos, Daberat con sus tierras de pastos, 73 Ramot con sus tierras de pastos y Anem con sus tierras de pastos; 74 y de la tribu de Aser: Masal con sus tierras de pastos, Abdón con sus tierras de pastos, 75 Hucoc con sus tierras de pastos y Rehob con sus tierras de pastos; 76 y de la tribu de Neftalí: Cedes en Galilea con sus tierras de pastos, Hamón con sus tierras de pastos y Quiriataim con sus tierras de pastos.
77 A los demás levitas, los hijos de Merari, fueron dadas, de la tribu de Zabulón: Rimón con sus tierras de pastos, Tabor con sus tierras de pastos; 78 y más allá del Jordán en Jericó, al lado oriental del Jordán, les fueron dadas, de la tribu de Rubén: Beser en el desierto con sus tierras de pastos, Jaza con sus tierras de pastos, 79 Cademot con sus tierras de pastos y Mefaat con sus tierras de pastos; 80 y de la tribu de Gad: Ramot en Galaad con sus tierras de pastos, Mahanaim con sus tierras de pastos, 81 Hesbón con sus tierras de pastos y Jazer con sus tierras de pastos.
Hebreos 10
La ley no puede quitar los pecados
10 Pues ya que la ley solo tiene la sombra de los bienes futuros y no la forma misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que ellos ofrecen continuamente año tras año, hacer perfectos a los que se acercan. 2 De otra manera, ¿no habrían cesado de ofrecerse, ya que los adoradores, una vez purificados, no tendrían ya más conciencia de pecado? 3 Pero en esos sacrificios hay un recordatorio de pecados año tras año. 4 Porque es imposible que la sangre de toros y de machos cabríos quite los pecados.
5 Por lo cual, al entrar Cristo en el mundo, dice:
«SACRIFICIO Y OFRENDA NO HAS QUERIDO, PERO UN CUERPO HAS PREPARADO PARA MÍ; 6 EN HOLOCAUSTOS Y sacrificios POR EL PECADO NO TE HAS COMPLACIDO. 7 ENTONCES DIJE: “AQUÍ ESTOY, YO HE VENIDO (EN EL ROLLO DEL LIBRO ESTÁ ESCRITO DE MÍ) PARA HACER, OH DIOS, TU VOLUNTAD”».
8 Habiendo dicho anteriormente: «SACRIFICIOS Y OFRENDAS Y HOLOCAUSTOS, Y sacrificios POR EL PECADO NO HAS QUERIDO, NI en ellos TÚ TE HAS COMPLACIDO» (los cuales se ofrecen según la ley), 9 entonces dijo: «HE AQUÍ, YO HE VENIDO PARA HACER TU VOLUNTAD». Él quita lo primero para establecer lo segundo. 10 Por esa voluntad hemos sido santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo ofrecida una vez para siempre.
Cristo puede quitar los pecados
11 Ciertamente todo sacerdote está de pie, día tras día, ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados. 12 Pero Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados para siempre, SE SENTÓ A LA DIESTRA DE DIOS, 13 esperando de ahí en adelante HASTA QUE SUS ENEMIGOS SEAN PUESTOS POR ESTRADO DE SUS PIES. 14 Porque por una ofrenda Él ha hecho perfectos para siempre a los que son santificados.
15 También el Espíritu Santo nos da testimonio. Porque después de haber dicho:
16 «ESTE ES EL PACTO QUE HARÉ CON ELLOS DESPUÉS DE AQUELLOS DÍAS, DICE EL SEÑOR: PONDRÉ MIS LEYES EN SU CORAZÓN, Y EN SU MENTE LAS ESCRIBIRÉ», añade: 17 «Y NUNCA MÁS ME ACORDARÉ DE SUS PECADOS E INIQUIDADES».
18 Ahora bien, donde hay perdón de estas cosas, ya no hay ofrenda por el pecado.
Exhortación a la perseverancia
19 Entonces, hermanos, puesto que tenemos confianza para entrar al Lugar Santísimo por la sangre de Jesús, 20 por un camino nuevo y vivo que Él inauguró para nosotros por medio del velo, es decir, Su carne, 21 y puesto que tenemos un gran Sacerdote sobre la casa de Dios, 22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón purificado de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura.
23 Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza sin vacilar, porque fiel es Aquel que prometió. 24 Consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras, 25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca.
Advertencia a los que continúan pecando
26 Porque si continuamos pecando deliberadamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio alguno por los pecados, 27 sino cierta horrenda expectación de juicio, y la furia de UN FUEGO QUE HA DE CONSUMIR A LOS ADVERSARIOS. 28 Cualquiera que viola la ley de Moisés muere sin misericordia por el testimonio de dos o tres testigos.
29 ¿Cuánto mayor castigo piensan ustedes que merecerá el que ha pisoteado bajo sus pies al Hijo de Dios, y ha tenido por inmunda la sangre del pacto por la cual fue santificado, y ha ultrajado al Espíritu de gracia? 30 Pues conocemos a Aquel que dijo: «MÍA ES LA VENGANZA, YO PAGARÉ». Y otra vez: «EL SEÑOR JUZGARÁ A SU PUEBLO». 31 ¡Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo!
Necesidad de perseverar
32 Pero recuerden los días pasados, cuando después de haber sido iluminados, ustedes soportaron una gran lucha de padecimientos. 33 Por una parte, siendo hechos un espectáculo público en oprobios y aflicciones, y por otra, siendo compañeros de los que eran tratados así. 34 Porque tuvieron compasión de los prisioneros y aceptaron con gozo el despojo de sus bienes, sabiendo que tienen para ustedes mismos una mejor y más duradera posesión. 35 Por tanto, no desechen su confianza, la cual tiene gran recompensa. 36 Porque ustedes tienen necesidad de paciencia, para que cuando hayan hecho la voluntad de Dios, obtengan la promesa.
37 PORQUE DENTRO DE MUY POCO TIEMPO, EL QUE HA DE VENIR VENDRÁ Y NO TARDARÁ. 38 MAS MI JUSTO VIVIRÁ POR LA FE; Y SI RETROCEDE, MI ALMA NO SE COMPLACERÁ EN ÉL.
39 Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para la preservación del alma.
Amós 4
4 Oigan esta palabra, vacas de Basán, ustedes que están en el monte de Samaria, Que oprimen a los pobres, quebrantan a los menesterosos, Y dicen a sus maridos: «Traigan ahora, para que bebamos». 2 El Señor DIOS ha jurado por Su santidad: «Vendrán días sobre ustedes En que las llevarán con garfios, Y a su remanente con anzuelos. 3 Saldrán por las brechas, Una tras otra, Y serán expulsadas al Harmón», declara el SEÑOR.
4 «Entren en Betel y pequen, Multipliquen en Gilgal las transgresiones; Traigan sus sacrificios cada mañana, Sus diezmos cada tres días. 5 Ofrezcan también pan leudado en ofrenda de gratitud, Y proclamen ofrendas voluntarias, denlas a conocer, Puesto que así les place, israelitas», Declara el Señor DIOS.
6 «Pero yo también los he puesto a diente limpio en todas sus ciudades, Y a falta de pan en todos sus lugares. Sin embargo, ustedes no se han vuelto a Mí», declara el SEÑOR. 7 «Y además les retuve la lluvia Cuando aún faltaban tres meses para la siega. Hice llover sobre una ciudad Y sobre otra ciudad no hice llover; Sobre una parte llovía, Y la parte donde no llovía, se secó. 8 Así que de dos o tres ciudades iban tambaleándose a otra ciudad para beber agua, Y no se saciaban. Sin embargo, ustedes no se han vuelto a Mí», declara el SEÑOR. 9 «Los herí con viento abrasador y con plagas; Y la oruga ha devorado Sus muchos huertos y viñedos, sus higueras y sus olivos. Sin embargo, ustedes no se han vuelto a Mí», declara el SEÑOR. 10 «Envié contra ustedes una plaga, como la plaga de Egipto, Maté a espada a sus jóvenes, junto con sus caballos capturados, E hice subir hasta sus narices el hedor de su campamento. Sin embargo, ustedes no se han vuelto a Mí», declara el SEÑOR. 11 «Los destruí como Dios destruyó a Sodoma y a Gomorra, Y fueron como tizón arrebatado de la hoguera. Sin embargo, ustedes no se han vuelto a Mí», declara el SEÑOR. 12 «Por tanto, así haré contigo, Israel; Y porque te he de hacer esto, Prepárate para encontrarte con tu Dios, oh Israel». 13 Pues el que forma los montes, crea el viento Y declara al hombre cuáles son Sus pensamientos, El que del alba hace tinieblas Y camina sobre las alturas de la tierra: El SEÑOR, Dios de los ejércitos, es Su nombre.
Salmos 148–150