Vida Cristiana
Ora el Padre nuestro por los misioneros
Nos llega un correo electrónico desde Rusia. Los misioneros explican cómo los recientes disturbios complican aún más sus esfuerzos de plantación de iglesias. Los cristianos evangélicos nunca están completamente en libertad en Rusia, especialmente cuando la agitación política se añade a una guerra en curso. «Oren por nosotros», escriben.
Otro mensaje nos llega de los misioneros que sirven en las remotas selvas de Papúa Nueva Guinea. Durante décadas, han vivido entre personas cautivas por supersticiones de adoración a los espíritus. Una vez más, los pobladores los han rechazado por transgredir algún tabú secreto. «Oren por nosotros», escriben.
Aparece un tercer correo electrónico de una pareja que espera volver a un grupo étnico no alcanzado de Asia. La pandemia los obligó a irse y las normas gubernamentales dificultan el regreso. Pero el esposo tiene una próxima entrevista de trabajo que le proporcionaría un visado. «Oren por nosotros», escriben.
Oren por nosotros. Oren por nosotros. Oren por nosotros.
Debemos orar para que las misiones resulten en muchas personas que llegan a conocer el perdón de sus pecados a través de la sangre expiatoria de Cristo
Cómo orar
En la oración, ya sea en privado o con el pueblo de Dios, puede ser difícil saber cómo llevar las diversas cargas de nuestros hermanos y hermanas que trabajan por el evangelio en lugares lejanos. Nos sentimos incapaces de orar como deberíamos. En esto, dependemos de la ayuda del Espíritu.
Pero también dependemos de la dirección del Señor. «Señor, enséñanos a orar», pidieron una vez los discípulos de Cristo (Lc 11:1). Nuestro Maestro respondió amablemente con palabras que guían a los que oran en todas las épocas hasta Su regreso.
El Padre nuestro no es simplemente un conjunto de palabras para repetir de memoria; más bien, tiene el gran propósito de guiar a los cristianos hacia el tipo de peticiones que el Señor se deleita en responder. El Catecismo Menor de Westminster nos ayuda preguntando: «¿Qué regla ha dado Dios para guiarnos en la oración?». La respuesta es esta: «Toda la Palabra de Dios es útil para guiarnos en la oración, pero la norma especial para nuestra dirección es aquella forma de oración que Cristo enseñó a Sus discípulos, comúnmente llamada el Padre nuestro».
Seis peticiones
¿Qué nos pueden enseñar las seis peticiones del Padre nuestro sobre cómo orar por los misioneros? Estas son algunas sugerencias.
1. «Santificado sea Tu nombre».
La primera petición del Padre nuestro nos recuerda que el objetivo de las misiones es que el nombre de Dios sea exaltado entre las naciones. En Malaquías 1:11, el Señor nos asegura que así será: «Porque desde la salida del sol hasta su puesta, Mi nombre será grande entre las naciones, y en todo lugar se ofrecerá incienso a Mi nombre, y ofrenda pura».
"La primera petición del Padre nuestro nos recuerda que el objetivo de las misiones es que el nombre de Dios sea exaltado entre las naciones"
Nuestras oraciones deben tener esta promesa y la gloria de Dios como objetivo. Lamentamos que tan pocas personas glorifiquen al Dios que las hizo y suplicamos que el Señor cumpla Su promesa de salvar a muchos y hacerlos adoradores Suyos.
2. «Venga Tu reino».
El trabajo de las misiones implica un conflicto de reinos. Al igual que en la Segunda Guerra Mundial se enviaron jóvenes al frente de batalla por causa de los Aliados, nuestros misioneros son soldados del reino que libran una guerra contra el reino de Satanás (Ef 2:2-3). Mientras estos misioneros traducen las Escrituras, plantan iglesias y se dedican al ministerio de misericordia centrado en el evangelio, oramos fervientemente para que esos esfuerzos se traduzcan en un avance del reino. Sin embargo, a diferencia de otros conflictos, sabemos que el resultado está asegurado, por lo que podemos orar con confianza, esperanza y expectación (Ap 11:15).
3. «Hágase Tu voluntad, así en la tierra como en el cielo».
El gran deseo del misionero, ver a más y más personas sometidas voluntariamente al Rey Jesús, es lo último que desean los pecadores (Ro 8:7). Entonces, ¿cómo pueden las personas responder al ministerio del misionero? Solamente por la gracia soberana de Dios. Debemos suplicar a Dios que cambie el corazón de las personas para que estén dispuestas a confiar, amar y obedecer al Salvador (Sal 110:3).
4. «Danos hoy el pan nuestro de cada día».
Los misioneros necesitan vivienda, comida, ropa, vehículos, educación para sus hijos y boletos de avión para volver a casa. Se anima a la gente a dar dinero para las misiones, y con razón.
Pero, en última instancia, no es el pueblo de Dios el que provee, sino que Dios lo hace a través de él (Fil 4:19). ¿Oras para que el Dios dueño de todas las cosas provea para las necesidades diarias de los obreros de Su reino?
"Debemos orar para que las misiones resulten en muchas personas que llegan a conocer el perdón de sus pecados a través de la sangre expiatoria de Cristo"
5. «Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores».
Debemos orar para que las misiones resulten en muchas personas que llegan a conocer el perdón de sus pecados a través de la sangre expiatoria de Cristo y la libertad que viene a través de ser justificado por la fe (Gá 2:16). Pero no solo las personas allá afuera necesitan perdón. También debemos orar para que Dios perdone nuestra frialdad de corazón por las almas de los demás y nuestro compromiso poco entusiasta con la gloria de Dios y la gran comisión.
6. «No nos dejes caer en tentación, sino líbranos del mal».
Los misioneros se enfrentan a un gran adversario (Ef 6:12). Satanás los tienta de muchas maneras: para que decaigan en su celo por el evangelio, para que se aparten de la verdad bíblica, para que confíen en la carne y para que caigan en la desesperanza cuando Dios parece distante o no ven resultados. A través de la oración, acompañamos a nuestros misioneros pidiéndole a Dios que les permita resistir en la hora de la tentación y luego ser refrescados por la dulzura de la presencia y la gracia de Cristo (Ef 3:16).
La dirección de Cristo
La próxima vez que recibas una carta de oración misionera en tu bandeja de entrada, cuando ores sobre una lista de misioneros durante tus devocionales privados, o cuando ruegues a Dios por la obra de las misiones en la reunión de oración de tu iglesia, permite que el Padre nuestro te dé enfoque. Ora por los misioneros de Cristo según la dirección de Cristo.
Cuando lo hagas, puedes estar seguro de que esa es la clase de oración que nuestro Padre celestial se complace en responder. Puedes estar seguro de que Él tiene el poder de hacerla realidad. No presentamos nuestras peticiones a un gobernante impotente, sino al gran Rey, que nos asegura Su éxito final. Suyo es el reino, el poder y la gloria por los siglos de los siglos, amén.
Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Eduardo Fergusson.
Rob Hill y su esposa, Megan, viven en Massachusetts con sus cuatro hijos. Rob es uno de los pastores de West Springfield Covenant Community Church (PCA) en West Springfield, Massachusetts.