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Lectura de Hoy
07-01-2024
Devocional
Devocional: Mateo 7
Hace tiempo, no había apenas nadie en todo el mundo anglosajón que no fuese capaz de citar Juan 3:16. Sin duda alguna, era el versículo mejor conocido de toda la Biblia. Tal vez sigue ocupando el mismo lugar preeminente en este aspecto –no lo sé. Pero, aunque sea así, el porcentaje de personas que conozcan este versículo se ha reducido enormemente, y continúa mermándose a medida que el analfabetismo bíblico aumenta en Occidente.
Mientras tanto, lo que se cita (quizá más) frecuentemente, a menudo con un tono desafiante, por gente que no conoce muy bien su Biblia pero que se cree autorizada para invocarlo a fin de apoyar sus ideas preconcebidas, es Mateo 7:1: “No juzguéis a nadie, para que nadie os juzgue a vosotros.”. En una era en la que crece el pluralismo filosófico, estas palabras se han convertido en una especie de confesión pública.
Hay que decir tres cosas al respecto. En primer lugar, destacar que la lectura de hoy incluye no sólo Mateo 7, sino también Génesis 7. En este último, se ejecuta el juicio contundente del diluvio: “Dios borró de la faz de la tierra a todo ser viviente…” (Génesis 7:23). El mismo Dios está detrás de los dos pasajes, por lo cual no debemos llegar demasiado precipitadamente a la conclusión de que Mateo 7:1 significa que juzgar sea intrínsecamente malo.
En segundo lugar, aquí no se trata de que una práctica del Antiguo Testamento quede abrogada en el Nuevo. No es que el juicio fuese posible en Génesis, pero quedase abolido en Mateo. Tengamos en cuenta que en Mateo 7:6 se nos exige emitir juicios en cuanto a la identidad de los “perros” o los “cerdos”, y los párrafos finales del capítulo nos alertan acerca de los falsos profetas (y nos dicen cómo podemos discernir el auténtico y el falso), y quién es un verdadero discípulo de Jesucristo y quién no lo es. Además, este capítulo no sólo habla de un terrible juicio no menos definitivo que el diluvio (Mateo 7:13, 19, 23), y hay muchos textos en el Nuevo Testamento que son igualmente contundentes.
En tercer lugar, no sólo debemos sacar a luz las falsas interpretaciones de Mateo 7:1, sino que también hay que comprender lo que sí significa, y hacerlo nuestro. El verbo juzgar tiene una variedad de sentidos, y el contexto (7:1-5) es decisivo a la hora de darle al verbo su matiz en este pasaje. Los que persiguen “justicia” (6:33) son susceptibles al peligro de la autocomplacencia, la arrogancia, la condescendencia hacia los demás, la hipocresía. No todos caen en esta trampa, por supuesto, pero el pecado del “espíritu de juicio” es frecuente. Jesús no lo tolera.
Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2016. Usado con permiso.
Devocional: Esdras 7
Esdras 7 cuenta la misión de Esdras en la comunidad posexílica de Jerusalén y Judá. Obviamente, era parte de la política imperial que si se permitía a los grupos de exiliados volver a su tierra, sus propios sacerdotes fuesen con ellos. Desde una perspectiva de superstición pagana, los gobernantes no querían que ninguno de los dioses de la región se enojase con ellos (7:23); desde el punto de vista de la comunidad del pacto, era una formidable evidencia de que la mano de Dios estaba sobre ellos, capaz de gobernar los asuntos de los imperios más poderosos y de proteger a su propio pueblo.
La naturaleza de la tarea de Esdras podría entenderse fácilmente como un ejemplo de los privilegios y las responsabilidades de todos aquellos cuya obligación es enseñar la Palabra de Dios a su pueblo: “Esdras se había dedicado por completo a estudiar la ley del Señor, a ponerla en práctica y a enseñar sus preceptos y normas a los israelitas” (7:10).
(1) Esdras se dedicó al estudio de la ley. No existe una enseñanza de la Biblia efectiva a largo plazo si no va acompañada de largas horas de estudio continuo de la misma, a veces en solitario, con cansancio. Si usted no es un estudiante de la Palabra, no está llamado a ser maestro de la misma.
(2) Esdras se dedicó a la observancia de la ley. Para algunas personas, el estudio es un fin en sí mismo, o quizás un medio para el fin de la enseñanza. Sin embargo, aunque el tema central es la Escritura, estas personas no están comprometidas personalmente a vivir bajo sus preceptos, ordenar su matrimonio, finanzas, lenguaje, prioridades, valores, según la Palabra de Dios. No preguntan constantemente cómo desafían las Escrituras a los supuestos de su época y cultura, que todos nosotros adoptamos de forma inconsciente. Para tales personas, el estudio de la Biblia es una excelente disciplina intelectual, pero no una llamada persistente a la adoración; la Biblia debe dominarse como si de un libro de texto se tratase, pero no llama al pueblo de Dios a temblar; se deben amar sus verdades, pero se realiza en la presencia del Señor. Esdras evitó todas estas trampas y se entregó a observar lo que dicen las Escrituras.
(3) Esdras se dedicó a la enseñanza de la ley. No era un ermitaño, sino un pastor. Aprendió a transmitir lo que aprendió estudiando y obedeciendo. Se comprometió a enseñar la Palabra de Dios a su pueblo, fuese en grandes asambleas solemnes, en escenarios más familiares o en estudios individuales. Esdras se comprometió a enseñar la Palabra de Dios al pueblo de Dios. Es difícil imaginar un llamamiento más elevado.
Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2013. Usado con permiso.
Génesis 7
Noé entra en el arca
7 Entonces el SEÑOR dijo a Noé: «Entra en el arca tú y todos los de tu casa; porque he visto que solo tú eres justo delante de Mí en esta generación. 2 De todo animal limpio tomarás contigo siete parejas, el macho y su hembra; y de todo animal que no es limpio, dos, el macho y su hembra. 3 También de las aves del cielo, siete parejas, macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la superficie de toda la tierra.
4 »Porque dentro de siete días Yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches, y borraré de la superficie de la tierra a todo ser viviente que he creado». 5 Y Noé hizo conforme a todo lo que el SEÑOR le había mandado.
El diluvio
6 Noé tenía 600 años cuando las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra. 7 Entonces Noé entró en el arca, y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, a causa de las aguas del diluvio. 8 De los animales limpios y de los animales que no son limpios, de las aves y de todo lo que se arrastra sobre la tierra, 9 entraron de dos en dos con Noé en el arca, macho y hembra, como Dios había ordenado a Noé.
10 Aconteció que a los siete días las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra. 11 El año 600 de la vida de Noé, el mes segundo, a los diecisiete días del mes, en ese mismo día se rompieron todas las fuentes del gran abismo, y las compuertas del cielo fueron abiertas. 12 Y cayó la lluvia sobre la tierra por cuarenta días y cuarenta noches.
13 En ese mismo día entró Noé en el arca, con Sem, Cam y Jafet, hijos de Noé, la mujer de Noé y las tres mujeres de sus hijos con ellos. 14 También entró toda fiera según su especie, todo ganado según su especie, todo reptil que se arrastra sobre la tierra según su especie, y toda ave según su especie, aves de toda clase. 15 Entraron, pues, con Noé en el arca de dos en dos de toda carne en que había aliento de vida; 16 los que entraron, macho y hembra de toda carne, entraron como Dios se lo había mandado. Después el SEÑOR cerró la puerta detrás de Noé.
17 Entonces vino el diluvio sobre la tierra por cuarenta días, y las aguas crecieron y alzaron el arca, y esta se elevó sobre la tierra. 18 Las aguas aumentaron y crecieron mucho sobre la tierra, y el arca flotaba sobre la superficie de las aguas. 19 Las aguas continuaron aumentando más y más sobre la tierra, y fueron cubiertos todos los altos montes que hay debajo de todos los cielos. 20 Las aguas subieron 15 codos (6.75 metros) por encima de los montes después que habían sido cubiertos.
21 Y pereció toda carne que se mueve sobre la tierra: aves, ganados, bestias, y todo lo que se mueve sobre la tierra, y todo ser humano. 22 Todo aquello en cuya nariz había aliento de espíritu de vida, todo lo que había sobre la tierra firme, murió. 23 El SEÑOR exterminó, pues, todo ser viviente que había sobre la superficie de la tierra. Desde el hombre hasta los ganados, los reptiles y las aves del cielo, fueron exterminados de la tierra. Solo quedó Noé y los que estaban con él en el arca. 24 Las aguas prevalecieron sobre la tierra 150 días.
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Mateo 7
El juicio hacia los demás
7 »No juzguen para que no sean juzgados. 2 Porque con el juicio con que ustedes juzguen, serán juzgados; y con la medida con que midan, se les medirá.
3 »¿Por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo? 4 ¿O cómo puedes decir a tu hermano: “Déjame sacarte la mota del ojo”, cuando la viga está en tu ojo? 5 ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano.
6 »No den lo santo a los perros, ni echen sus perlas delante de los cerdos, no sea que las huellen con sus patas, y volviéndose los despedacen a ustedes.
La oración recibirá respuesta
7 »Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se les abrirá. 8 Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. 9 ¿O qué hombre hay entre ustedes que si su hijo le pide pan, le dará una piedra, 10 o si le pide un pescado, le dará una serpiente? 11 Pues si ustedes, siendo malos, saben dar buenas dádivas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden?
12 »Por eso, todo cuanto quieran que los hombres les hagan, así también hagan ustedes con ellos, porque esta es la ley y los profetas.
Dos puertas y dos sendas
13 »Entren por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. 14 Pero estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
Cómo conocer a los falsos profetas
15 »Cuídense de los falsos profetas, que vienen a ustedes con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? 17 Así, todo árbol bueno da frutos buenos; pero el árbol malo da frutos malos. 18 Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. 19 Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego. 20 Así que, por sus frutos los conocerán.
21 »No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de Mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en Tu nombre, y en Tu nombre echamos fuera demonios, y en Tu nombre hicimos muchos milagros?”. 23 Entonces les declararé: “Jamás los conocí; APÁRTENSE DE MÍ, LOS QUE PRACTICAN LA INIQUIDAD”.
Los dos cimientos
24 »Por tanto, cualquiera que oye estas palabras Mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca; 25 y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca.
26 »Todo el que oye estas palabras Mías y no las pone en práctica, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena; 27 y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; y cayó, y grande fue su destrucción».
28 Cuando Jesús terminó estas palabras, las multitudes se admiraban de Su enseñanza; 29 porque les enseñaba como uno que tiene autoridad, y no como sus escribas.
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Esdras 7
Llegada de Esdras a Jerusalén
7 Después de estas cosas, en el reinado de Artajerjes, rey de Persia, subió Esdras hijo de Seraías, hijo de Azarías, hijo de Hilcías, 2 hijo de Salum, hijo de Sadoc, hijo de Ahitob, 3 hijo de Amarías, hijo de Azarías, hijo de Meraiot, 4 hijo de Zeraías, hijo de Uzi, hijo de Buqui, 5 hijo de Abisúa, hijo de Finees, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, sumo sacerdote. 6 Este Esdras subió de Babilonia, y era escriba experto en la ley de Moisés, que el SEÑOR, Dios de Israel, había dado. El rey le concedió todo lo que pedía porque la mano del SEÑOR su Dios estaba sobre él.
7 También algunos de los israelitas y de los sacerdotes, levitas, cantores, porteros y sirvientes del templo subieron a Jerusalén en el año séptimo del rey Artajerjes. 8 Esdras llegó a Jerusalén en el mes quinto; era el año séptimo del rey. 9 Porque el primer día del mes primero comenzó a subir de Babilonia; y el primer día del mes quinto llegó a Jerusalén, pues la mano bondadosa de su Dios estaba sobre él, 10 porque Esdras había dedicado su corazón a estudiar la ley del SEÑOR, y a practicarla, y a enseñar Sus estatutos y ordenanzas en Israel.
11 Esta es la copia del decreto que el rey Artajerjes dio al sacerdote Esdras, el escriba, instruido en las palabras de los mandamientos del SEÑOR y de Sus estatutos para Israel: 12 «Artajerjes, rey de reyes, al sacerdote Esdras, escriba de la ley del Dios del cielo: Paz perfecta. Y ahora 13 yo he proclamado un decreto de que cualquiera del pueblo de Israel, de sus sacerdotes y de los levitas en mi reino que esté dispuesto a ir a Jerusalén, puede ir contigo.
14 »Por cuanto eres enviado por el rey y sus siete consejeros para investigar acerca de Judá y de Jerusalén conforme a la ley de tu Dios que está en tu mano, 15 y para llevar la plata y el oro que el rey y sus consejeros han ofrendado voluntariamente al Dios de Israel, cuya morada está en Jerusalén, 16 también lleva toda la plata y el oro que halles en toda la provincia de Babilonia, con la ofrenda voluntaria que el pueblo y los sacerdotes hayan ofrecido voluntariamente para la casa de su Dios que está en Jerusalén. 17 Con este dinero, diligentemente comprarás novillos, carneros y corderos, con sus ofrendas de cereal y sus libaciones correspondientes, y los ofrecerás sobre el altar de la casa del Dios de ustedes que está en Jerusalén. 18 Y lo que a ti y a tus hermanos les parezca bien hacer con la plata y el oro que quede, háganlo conforme a la voluntad de su Dios. 19 También los utensilios que te son entregados para el servicio de la casa de tu Dios, entrégalos todos delante del Dios de Jerusalén. 20 Lo demás que se necesite para la casa de tu Dios, para lo cual tengas ocasión de proveer, provéelo del tesoro real.
21 »Yo, el rey Artajerjes, proclamo un decreto a todos los tesoreros que están en las provincias más allá del Río, que todo lo que les pida el sacerdote Esdras, escriba de la ley del Dios del cielo, sea hecho puntualmente, 22 hasta 3.4 toneladas de plata, 100 coros (22,000 litros) de trigo, 100 batos (2,200 litros) de vino, 100 batos de aceite y sal sin medida. 23 Todo cuanto ordene el Dios del cielo sea hecho con esmero para la casa del Dios del cielo, no sea que venga la ira contra el reino del rey y sus hijos. 24 También les hacemos saber que no se permite cobrar tributo, impuesto o peaje a ninguno de los sacerdotes, levitas, cantores, porteros, sirvientes, o ministros de esta casa de Dios. 25 Y tú, Esdras, conforme a la sabiduría que posees de tu Dios, nombra magistrados y jueces para juzgar a todo el pueblo que está en la provincia más allá del Río, a todos los que conocen las leyes de tu Dios; y a cualquiera que las ignore, se las enseñarás. 26 Todo aquel que no cumpla la ley de tu Dios y la ley del rey, que la justicia se le aplique severamente, sea para muerte o destierro o confiscación de bienes o encarcelamiento».
27 Bendito sea el SEÑOR, Dios de nuestros padres, que ha puesto esto en el corazón del rey, para embellecer la casa del SEÑOR que está en Jerusalén, 28 y que me ha extendido misericordia delante del rey y de sus consejeros y delante de todos los príncipes poderosos del rey. Así fui fortalecido según estaba la mano del SEÑOR mi Dios sobre mí, y reuní a los jefes de Israel para que subieran conmigo.
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Hechos 7