Vida Cristiana
Impulsa a tu pastor hacia la meta
Ser pastor es un trabajo duro. Esto no es nuevo para los pastores. En 2022, Barna informó que el 42 % de los pastores habían considerado seriamente renunciar al ministerio a tiempo completo. Esto es alarmante, y el aumento de trece puntos con respecto al año anterior es un motivo más de preocupación.
Los pastores no solo se enfrentan a una alarmante tasa de agotamiento, sino que además la confianza pública en los pastores está en su punto más bajo. Una encuesta de Gallup de 2022 reveló que solo el 34 % de los estadounidenses ve de manera positiva la ética de los pastores.
Muchas personas ya no ven a los pastores como líderes creíbles en nuestra sociedad. Este último estudio ayuda a explicar el primero. ¿Quién quiere ser objeto de un intenso escrutinio y ser percibido cínicamente en todo momento?
Mi impresión es que la mayoría de los miembros de las iglesias locales no quieren que su pastor se agote o fracase. Pero ¿cómo pueden ayudar a sus pastores a permanecer en el ministerio durante mucho tiempo?
¿Qué puede hacer una iglesia para permitir un ministerio fiel y duradero?
Las instrucciones de Pablo a Timoteo en 1 Timoteo 5:17-21 nos dan tres pistas sobre cómo las iglesias pueden ayudar a sus pastores a trabajar bien y mantenerse en el partido.
1. Paga bien a tu pastor
Un apoyo financiero suficiente y generoso es esencial para la longevidad pastoral. Un salario justo mantiene a la familia del pastor y le permite centrarse en el ministerio.
Pablo le dice a Timoteo que los ancianos que trabajan en la predicación y la enseñanza (por lo general los pastores principales) son dignos de «doble honor» (1 Ti 5:17). Esto significa algo más que servir al pastor una cucharada extra de helado en la próxima comida o regalarle tarjetas durante el mes de agradecimiento a los pastores.
La palabra traducida «honor» se utilizaba en el mundo antiguo para referirse al salario de un médico. A los médicos no se les pagaba tanto entonces como ahora, pero «doble honor» aún implica pagarle a tu pastor lo suficiente para que pueda trabajar libremente en el ministerio.
A nadie le disgusta pagar a profesores, asesores fiscales o mecánicos por sus servicios.
Entonces, ¿por qué no daríamos regularmente a la iglesia local donde se nos enseña la Palabra de Dios, se ora por nosotros y se nos da acceso a consejería, ánimo y liderazgo?
¿Por qué no honrar doblemente a tu pastor dando fielmente a tu iglesia?
Aunque no es una regla rígida, creo que es honroso que una iglesia pague a su pastor al menos el ingreso familiar medio de la comunidad donde se encuentra su iglesia, si no un quince o veinte por ciento por encima de esa cantidad para que pueda servir bien a la comunidad.
Si está casado y tiene hijos, esto da libertad a su esposa para no trabajar fuera de casa.
2. Protege a tu pastor
Los pastores necesitan protección. El ministerio puede crear un ambiente en el que la crítica, la murmuración y las quejas insignificantes hacen que el pastor sufra mil heridas pequeñas y acumulativas.
Los miembros de la iglesia pueden quejarse de todo, desde la gestión del tiempo del pastor y los puntos de aplicación en sus sermones, hasta todas las reparaciones que necesita el viejo edificio de la iglesia. Desgraciadamente, las críticas injustas suelen transmitirse como chismes.
Pero Pablo dice que la iglesia debe acallar inmediatamente las acusaciones mezquinas contra los ancianos (1 Ti 5:19). No debe haber tolerancia para las quejas infundadas en la iglesia.
No se debe dar cabida a comentarios sutiles, por la espalda, con la intención de sembrar la discordia y la desconfianza.
No estoy diciendo que un pastor tenga inmunidad frente a la crítica o que pueda hacer lo que quiera. El pecado de los pastores necesita ser verificado, pero como Pablo deja claro, esto debe ser hecho por múltiples testigos creíbles que confronten amorosamente su pecado persistente y descalificador (1 Ti 5:20).
"Cuando señalas a tu pastor la bondad y la suficiencia de Cristo, le ayudas a recordar la razón por la que entró en el ministerio"
Una manera práctica de proteger a tu pastor es preguntar a aquellos que expresan críticas o reproches si han hablado con el pastor sobre sus preocupaciones. Haz que la persona rinda cuentas acompañándole para que exprese su preocupación. Si el asunto es digno de consideración, puede abordarse con humildad. De lo contrario, esto servirá para disipar las heridas injustas, perezosas o inútiles causadas por palabras descuidadas.
3. Señala a tu pastor hacia Jesús
Los pastores sienten que deben ser suficientes para sus iglesias. Están llamados a ser pastores que velan para que su rebaño madure a la semejanza de Cristo. Pero mientras tratan de ser suficientes, a veces olvidan que nunca son suficientes para la iglesia; ¡solo Jesús lo es!
Pablo se esforzó por ayudar a Timoteo a mantener sus ojos en Jesús. A lo largo de la carta, invita a Timoteo a considerar a Cristo y Su obra redentora (1:15; 2:5; 3:15-16). Con sus últimas palabras, anima a Timoteo a mantener sus ojos abiertos para la segunda venida de Cristo y le ofrece una visión de la gloria y majestad del Padre:
El bienaventurado y único Soberano, el Rey de reyes y Señor de señores; el único que tiene inmortalidad y habita en luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A Él sea la honra y el dominio eterno. Amén (1 Ti 6:15-16).
Como el Hijo eterno, Jesús vino a revelar al Padre (Jn 1:18). De este modo, provee al pastor de lo que necesita para correr la carrera del ministerio a largo plazo. El ánimo de Pablo a Timoteo es que mantenga sus ojos en Jesús, quien lo ha ordenado al ministerio y le suministra todo lo que necesita.
Iglesias, prediquen a su pastor. Cuando señalas a tu pastor la bondad y la suficiencia de Cristo, le ayudas a recordar la razón por la que entró en el ministerio.
Estas son dos maneras de hacerlo: Primero, celebra la evidencia de la gracia que ves en el ministerio de tu pastor. Segundo, ora con tu pastor. Invítalo a tiempos de intercesión en los que tú y otros puedan orar positiva y proactivamente por su ministerio.
Una mujer de nuestra iglesia se ha convertido en una madre espiritual para mí en este sentido.
A menudo recibo una tarjeta suya con palabras oportunas de aliento. También se detiene a contarme cómo Dios ha estado obrando en su corazón a través de mis sermones. Sé que ora diariamente por mí, por mi familia y por la iglesia. Me dice: «Pastor Jeremy, Jesús es suficiente». Y lo es.
De estas maneras proactivas, puedes impulsar a tu pastor hacia la línea de meta. Lo liberarás para que sea un seguidor de Cristo y no intente ser Jesús mismo.
Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Eduardo Fergusson.
Jeremy Writebol es el pastor principal de la Woodside Bible Church en Plymouth, Michigan, y el director ejecutivo de Gospel-Centered Discipleship. Es autor de varias publicaciones, entre ellas Pastor, Jesus Is Enough (Lexham, 2023) y everPresent: How the Gospel Relocates Us in the Present (GCD Books, 2014).