Plan

Lectura de Hoy

08-03-2024

Devocional

Devocional: Lucas 22

Las descripciones que encontramos en el Nuevo Testamento de “las palabras de institución” – es decir, las palabras mediante las cuales se instituye la Cena del Señor como mandato del Señor varían bastante, pero los aspectos que tienen en común nos llaman la atención. Lucas 22:7-20 nos permite reflexionar sobre ciertos elementos de una de estas descripciones.

Según todos los tres evangelios sinópticos, Jesús dijo a sus discípulos que preparasen una cena para la Pascua; Lucas enfatiza este hecho (22:1, 7-8, 11, 15). Jesús quiere que sus propias palabras y acciones se comprendan a la luz de aquella fiesta original de la Pascua. Era una celebración no sólo de la liberación de los esclavos israelitas, sino de la manera como esta liberación se logró: de acuerdo con el plan de Dios, el ángel de la muerte “pasó de largo” cuando veía la sangre del sacrificio pintada en las puertas, mientras todas las demás casas egipcias perdieron a sus primogénitos. Además, este éxodo milagroso preparó la escena para la inauguración de la alianza en Sinaí. Por lo tanto, cuando Jesús toma el pan en esta última comida de la Pascua y dice: “Este pan es mi cuerpo, entregado por vosotros” (22:19), y cuando toma la copa y dice: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros” (22:20), uno percibe algo más que un simple eco del rito de la antigua alianza. A este lado de la cruz, no podemos por menos que llegar a la conclusión de que Jesús ve su propia muerte, el derramamiento de su propia sangre, como el sacrificio provisto por Dios para satisfacer la ira de Dios contra el pecado; a sí mismo, como el Cordero de la Pascua, el Cordero de Dios por excelencia, y su muerte, como el medio que establece una alianza con el pueblo de Dios al liberarle de una esclavitud aún más oscura y más profunda.

Alguien ha dicho que las cuatro palabras más discutidas en la historia de la Iglesia cristiana son “Esto es mi cuerpo”. Sin entrar en la lista de todo lo que se pudiese decir con respecto a esta cláusula, al menos podemos estar de acuerdo en que una de las funciones del rito, puesto que es lo que Cristo mismo dice explícitamente mientras lo instituye, es conmemorativa: “Haced esto en memoria de mí” (22:19). Resulta chocante que esto sea necesario, igual que también lo es que el rito conmemorativo de la Pascua fuese necesario. No obstante, la historia nos demuestra con qué rapidez el pueblo de Dios pierde de vista lo importante y se desliza hacia asuntos periféricos, acabando por ignorar o incluso negar su centro. Mediante este rito sencillo, Jesús advierte a sus discípulos que tienen que regresar a su muerte, a su sangre derramada, a su cuerpo roto, una y otra vez.

También es un rito que mira hacia el futuro, hacia el reino consumado, cuando la Pascua y la Cena del Señor se culminarán (22:16, 18). Comemos y bebemos según él lo ha mandado, “hasta que él venga” (1 Corintios 11:26), cuando la conmemoración y la proclamación serán absorbidas en el gozo de su presencia real.

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2016. Usado con permiso.

Devocional: 2 Corintios 7

Algunas personas presentan a Pablo como un frío intelectual. ¿Por qué se relacionan estas dos palabras? No estoy seguro, pero ciertamente no encajan con el apóstol. Es obvio que Dios dotó a Pablo de una mente privilegiada, pero también era un hombre que hacía gala de una intensidad apasionada.

En 2 Corintios 7, Pablo declara que su gozo se desborda (7:4) a consecuencia de algunas noticias relativas a los corintios recibidas cuando fue a Macedonia. En su primera visita allí, no había tenido descanso, sino que fue “acosado por todas partes; conflictos por fuera, temores por dentro” (7:5). Sin embargo, sus miedos y dificultades se convirtieron en gozo cuando recibió las buenas noticias acerca de los corintios.

¿Qué provocó esta drástica transformación en la perspectiva del apóstol?

(1) Fuese cual fuese su mecanismo, Pablo reconoce que el motor de la transformación fue Dios, “que consuela a los abatidos” (7:6). En este caso, el Señor consoló al apóstol llevando a Tito a su lado, con algunas noticias de los corintios.

(2) Tito informó a Pablo de que los corintios habían recuperado su equilibrio, después de la reprensión del apóstol en su anterior visita y la dolorosa carta que este envió después. Ahora, anhelaban verle y expresaban “honda preocupación” por él (7:7). Tito trajo las noticias de que el dolor provocado por la misiva de Pablo se había vuelto “tristeza que proviene de Dios” porque había llevado al arrepentimiento (7:8-10); este dolor que genera arrepentimiento “que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del mundo produce la muerte” (7:10). Esta reacción de los corintios llenó a Pablo de gozo y aliento.

Todo esto indica, por supuesto, que Pablo está involucrado íntimamente en la vida de las personas a las que ministra. Sus propias emociones oscilan en función de sus relaciones con ellas. No obstante, tenemos que destacar que el apóstol no cae en dos trampas muy comunes. (a) Evita el tipo de distancia profesional que proyectan algunos ministros como escudo protector. (b) Aunque sus propios gozos y penas están claramente vinculados a lo que los cristianos corintios piensan de él, este vínculo no es principalmente personal. Cuando se da este caso, el ministro pierde su voz profética, diciendo y haciendo sólo lo que cree que mantendrá el afecto de su rebaño. Pablo se siente obligado a reprender a los corintios, en persona y por carta; no elude esa responsabilidad. Así pues, está gozoso por haberlos recuperado para sí y porque vuelven a ser fieles al Evangelio, la raíz de su deleite ilimitado.


Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2013. Usado con permiso.

Éxodo 19

Consagración del pueblo

19 Al tercer mes de la salida de los israelitas de la tierra de Egipto, ese mismo día, llegaron al desierto de Sinaí. Salieron de Refidim, llegaron al desierto de Sinaí y acamparon en el desierto. Allí, delante del monte, acampó Israel.

Moisés subió hacia Dios, y el Señor lo llamó desde el monte y le dijo: «Así dirás a la casa de Jacob y anunciarás a los israelitas: “Ustedes han visto lo que he hecho a los egipcios, y cómo los he tomado sobre alas de águilas y los he traído a Mí. Ahora pues, si en verdad escuchan Mi voz y guardan Mi pacto, serán Mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque Mía es toda la tierra. Ustedes serán para Mí un reino de sacerdotes y una nación santa”. Estas son las palabras que dirás a los israelitas».

Entonces Moisés fue y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso delante de ellos todas estas palabras que el Señor le había mandado. Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: «Haremos todo lo que el Señor ha dicho». Y Moisés llevó al Señor las palabras del pueblo.

Y el Señor dijo a Moisés: «Yo vendré a ti en una densa nube, para que el pueblo oiga cuando Yo hable contigo y también te crean para siempre». Entonces Moisés comunicó al pueblo las palabras del Señor. 10 El Señor dijo también a Moisés: «Ve al pueblo y conságralos hoy y mañana, y que laven sus vestidos. 11 Que estén preparados para el tercer día, porque al tercer día el Señor descenderá a la vista de todo el pueblo sobre el monte Sinaí. 12 Pondrás límites alrededor para el pueblo, y dirás: “De ningún modo suban al monte o toquen su límite. Cualquiera que toque el monte, ciertamente morirá. 13 Ninguna mano lo tocará, sino que morirá apedreado o a flechazos. Sea animal o sea hombre, no vivirá”. Cuando suene largamente la bocina ellos subirán al monte».

14 Y Moisés bajó del monte al pueblo, y santificó al pueblo. Después ellos lavaron sus vestidos. 15 Entonces Moisés dijo al pueblo: «Estén preparados para el tercer día. No se acerquen a mujer».

La majestuosa presencia del Señor

16 Y aconteció que al tercer día, cuando llegó la mañana, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un sonido tan fuerte de trompeta, que hizo temblar a todo el pueblo que estaba en el campamento. 17 Entonces Moisés sacó al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios, y ellos se quedaron al pie del monte. 18 Todo el monte Sinaí humeaba, porque el Señor había descendido sobre él en fuego. El humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía con violencia. 19 El sonido de la trompeta aumentaba más y más. Moisés hablaba, y Dios le respondía con el trueno. 20 El Señor descendió a la cumbre del monte Sinaí. Entonces el Señor llamó a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió.

21 Y el Señor dijo a Moisés: «Desciende, advierte al pueblo, no sea que traspasen los límites para ver al Señor y perezcan muchos de ellos. 22 También que se santifiquen los sacerdotes que se acercan al Señor, no sea que el Señor irrumpa contra ellos». 23 Y Moisés dijo al Señor: «El pueblo no puede subir al monte Sinaí, porque Tú nos advertiste: “Pon límites alrededor del monte y santifícalo”». 24 Entonces el Señor le dijo: «Ve, desciende, y vuelve a subir, tú y Aarón contigo; pero que los sacerdotes y el pueblo no traspasen los límites para subir al Señor, no sea que Él se lance contra ellos». 25 Descendió, pues, Moisés y advirtió al pueblo.

Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com

Lucas 22

Traición de Judas

22 Se acercaba la Fiesta de los Panes sin Levadura, llamada la Pascua. Y los principales sacerdotes y los escribas buscaban cómo dar muerte a Jesús, pero temían al pueblo.

Entonces Satanás entró en Judas, llamado Iscariote, que pertenecía al número de los doce apóstolesY él fue y discutió con los principales sacerdotes y con los oficiales sobre cómo entregarles a Jesús. Ellos se alegraron y convinieron en darle dinero. Él aceptó, y buscaba una oportunidad para entregar a Jesús sin hacer un escándalo.

Preparación de la Pascua

Llegó el día de la Fiesta de los Panes sin Levadura en que debía sacrificarse el cordero de la Pascua. Entonces Jesús envió a Pedro y a Juan, diciéndoles: «Vayan y preparen la Pascua para nosotros, para que la comamos». «¿Dónde deseas que la preparemos?», le preguntaron.

10 Y Él les respondió: «Miren, al entrar en la ciudad, les saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; síganlo a la casa donde entre. 11 Y dirán al dueño de la casa: “El Maestro te dice: ‘¿Dónde está la habitación, en la cual pueda comer la Pascua con Mis discípulos?’”. 12 Entonces él les mostrará un gran aposento alto, dispuesto; prepárenla allí». 13 Ellos fueron y encontraron todo tal como Él les había dicho; y prepararon la Pascua.

Institución de la Cena del Señor

14 Cuando llegó la hora, Jesús se sentó a la mesa, y con Él los apóstoles, 15 y les dijo: «Intensamente he deseado comer esta Pascua con ustedes antes de padecer; 16 porque les digo que nunca más volveré a comerla hasta que se cumpla en el reino de Dios».

17 Y tomando una copa, después de haber dado gracias, dijo: «Tomen esto y repártanlo entre ustedes; 18 porque les digo que de ahora en adelante no beberé del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios».

19 Y tomando el pan, después de haber dado gracias, lo partió, y les dio, diciendo: «Esto es Mi cuerpo que por ustedes es dado; hagan esto en memoria de Mí». 20 De la misma manera tomó la copa después de haber cenado, diciendo: «Esta copa es el nuevo pacto en Mi sangre, que es derramada por ustedes.

21 »Pero, vean, la mano del que me entrega está junto a Mí en la mesa. 22 Porque en verdad, el Hijo del Hombre va según se ha determinado; pero ¡ay de aquel hombre por quien Él es entregado!». 23 Entonces ellos comenzaron a discutir entre sí quién de ellos sería el que iba a hacer esto.

Los discípulos discuten sobre quién es el mayor

24 Surgió también entre ellos una discusión, sobre cuál de ellos debía ser considerado como el mayor.

25 Y Jesús les dijo: «Los reyes de los gentiles se enseñorean de ellos; y los que tienen autoridad sobre ellos son llamados bienhechores. 26 Pero no es así con ustedes; antes, el mayor entre ustedes hágase como el menor, y el que dirige como el que sirve. 27 Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No lo es el que se sienta a la mesa? Sin embargo, entre ustedes Yo soy como el que sirve.

28 »Ustedes son los que han permanecido junto a Mí en Mis pruebas; 29 y así como Mi Padre me ha otorgado un reino, Yo les otorgo 30 que coman y beban a Mi mesa en Mi reino; y se sentarán en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.

Jesús predice la negación de Pedro

31 »Simón, Simón, mira que Satanás los ha reclamado a ustedes para zarandearlos como a trigo; 32 pero Yo he rogado por ti para que tu fe no falle; y tú, una vez que hayas regresado, fortalece a tus hermanos».

33 Pedro le dijo: «Señor, estoy dispuesto a ir adonde vayas, tanto a la cárcel como a la muerte». 34 Pero Jesús le dijo: «Te digo, Pedro, que el gallo no cantará hoy hasta que tú hayas negado tres veces que me conoces».

Bolsa, alforja y espada

35 Y Él les dijo a todos: «Cuando los envié sin bolsa, ni alforja, ni sandalias, ¿acaso les faltó algo?». «No, nada», contestaron ellos. 36 Entonces les dijo: «Pero ahora, el que tenga una bolsa, que la lleve consigo, de la misma manera también una alforja, y el que no tenga espada, venda su manto y compre una. 37 Porque les digo que es necesario que en Mí se cumpla esto que está escrito: “Y con los transgresores fue contado”; pues ciertamente, lo que se refiere a Mí, tiene su cumplimiento».

38 Y ellos dijeron: «Señor, aquí hay dos espadas». «Es suficiente», les respondió.

Jesús en Getsemaní

39 Saliendo Jesús, se encaminó, como de costumbre, hacia el monte de los Olivos; y los discípulos también lo siguieron. 40 Cuando llegó al lugar, les dijo: «Oren para que no entren en tentación».

41 Y se apartó de ellos como a un tiro de piedra, y poniéndose de rodillas, oraba, 42 diciendo: «Padre, si es Tu voluntad, aparta de Mí esta copa; pero no se haga Mi voluntad, sino la Tuya». 43 Entonces se apareció un ángel del cielo, que lo fortalecía. 44 Y estando en agonía, oraba con mucho fervor; y Su sudor se volvió como gruesas gotas de sangre, que caían sobre la tierra.

45 Cuando se levantó de orar, fue a los discípulos y los halló dormidos a causa de la tristeza, 46 y les dijo: «¿Por qué duermen? Levántense y oren para que no entren en tentación».

Arresto de Jesús

47 Mientras todavía estaba Él hablando, llegó una multitud, y el que se llamaba Judas, uno de los doce apóstoles, iba delante de ellos, y se acercó para besar a Jesús. 48 Pero Jesús le dijo: «Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?». 49 Cuando los que rodeaban a Jesús vieron lo que iba a suceder, dijeron: «Señor, ¿heriremos a espada?».

50 Y uno de ellos hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. 51 Pero Jesús dijo: «¡Deténganse! Basta de esto». Y tocando la oreja al siervo, lo sanó. 52 Entonces Jesús dijo a los principales sacerdotes, a los oficiales del templo y a los ancianos que habían venido contra Él: «¿Cómo contra un ladrón han salido con espadas y palos? 53 Cuando estaba con ustedes cada día en el templo, no me echaron mano; pero esta hora y el poder de las tinieblas son de ustedes».

La negación de Pedro

54 Después de arrestar a Jesús, se lo llevaron y lo condujeron a la casa del sumo sacerdote; y Pedro los seguía de lejos. 55 Después que encendieron una hoguera en medio del patio, y de sentarse juntos, Pedro se sentó entre ellos. 56 Una sirvienta, al verlo sentado junto a la lumbre, fijándose en él detenidamente, dijo: «También este estaba con Él». 57 Pero él lo negó, diciendo: «Mujer, yo no lo conozco».

58 Un poco después, otro al verlo, dijo: «¡Tú también eres uno de ellos!». «¡Hombre, no es cierto!», le dijo Pedro. 59 Pasada como una hora, otro insistía, diciendo: «Ciertamente este también estaba con Él, pues él también es galileo». 60 Pero Pedro dijo: «Hombre, yo no sé de qué hablas». Al instante, estando él todavía hablando, cantó un gallo.

61 El Señor se volvió y miró a Pedro. Entonces Pedro recordó la palabra del Señor, de cómo le había dicho: «Antes que el gallo cante hoy, me negarás tres veces». 62 Y saliendo fuera, lloró amargamente.

Jesús escarnecido

63 Los hombres que tenían a Jesús bajo custodia, se burlaban de Él y lo golpeaban; 64 Le vendaron los ojos, y le preguntaban: «Adivina, ¿quién es el que te ha golpeado?». 65 También decían muchas otras cosas contra Él, blasfemando.

Jesús ante el Concilio

66 Cuando se hizo de día, se reunió el Concilio de los ancianos del pueblo, tanto los principales sacerdotes como los escribas, y llevaron a Jesús ante su Concilio, diciendo: 67 «Si Tú eres el Cristo, dínoslo». Pero Él les dijo: «Si se los digo, no creerán; 68 y si les pregunto, no responderán. 69 Pero de ahora en adelante, el Hijo del Hombre estará sentado a la diestra del poder de Dios».

70 Dijeron todos: «Entonces, ¿Tú eres el Hijo de Dios?». «Ustedes dicen que Yo soy», les respondió Jesús. 71 Y ellos dijeron: «¿Qué necesidad tenemos ya de testimonio? Pues nosotros mismos lo hemos oído de Su propia boca».

Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com

Job 37

37 »Ante esto, también tiembla mi corazón,
Y salta de su lugar.
Escuchen atentamente el estruendo de Su voz,
Y el rugido que sale de Su boca.
Bajo todos los cielos lo suelta,
Y Su relámpago hasta los confines de la tierra.
Tras él, ruge una voz;
Truena Él con Su majestuosa voz,
Y no retiene los relámpagos mientras se oye Su voz.
Maravillosamente truena Dios con Su voz,
Haciendo grandes cosas que no comprendemos.
Porque a la nieve dice: “Cae sobre la tierra”,
Y al aguacero y a la lluvia: “Sean fuertes”.
Él sella la mano de todo hombre,
Para que todos conozcan Su obra.
La fiera entra en su guarida,
Y permanece en su madriguera.
Del sur viene el torbellino,
Y del norte el frío.
10 Del soplo de Dios se forma el hielo,
Y se congela la extensión de las aguas.
11 También Él llena de humedad la densa nube,
Y esparce la nube con Su relámpago;
12 Aquella gira y da vueltas por Su sabia dirección,
Para hacer todo lo que Él le ordena
Sobre la superficie de toda la tierra.
13 Ya sea por corrección, o por el mundo suyo,
O por misericordia, Él hace que suceda.

14 »Escucha esto, Job, Detente y considera las maravillas de Dios.
15 ¿Sabes tú cómo Dios las establece,
Y hace resplandecer el relámpago de Su nube?
16 ¿Sabes tú la posición de las densas nubes,
Maravillas del perfecto en conocimiento,
17 Tú, cuyos vestidos están calientes
Cuando la tierra está en calma a causa del viento del sur?
18 ¿Puedes con Él extender el firmamento,
Fuerte como espejo de metal fundido?
19 Enséñanos qué le hemos de decir a Dios;
No podemos ordenar nuestro argumento a causa de las tinieblas.
20 ¿Habrá que contarle que yo quiero hablar?
¿O debe un hombre decir que quiere ser tragado?

21 »Ahora los hombres no ven la luz que brilla en el firmamento;
Pero pasa el viento y lo despeja.
22 Del norte viene dorado esplendor:
Majestad impresionante alrededor de Dios.
23 Es el Todopoderoso; no lo podemos alcanzar;
Él es grande en poder,
Y no pervertirá el juicio ni la abundante justicia.
24 Por eso le temen los hombres;
Él no estima a ninguno que se cree sabio de corazón».


Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com

2 Corintios 7

7 Por tanto, amados, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.

Acéptennos en su corazón. A nadie hemos ofendido, a nadie hemos corrompido, de nadie hemos tomado ventaja. No hablo para condenarlos, porque ya he dicho antes que ustedes están en nuestro corazón para morir juntos y para vivir juntos. Mucha es mi confianza en ustedes. Tengo mucho orgullo de ustedes. Lleno estoy de consuelo y sobreabundo de gozo en toda nuestra aflicción.

Pablo confortado

Pues aun cuando llegamos a Macedonia, nuestro cuerpo no tuvo ningún reposo, sino que nos vimos atribulados por todos lados: por fuera, conflictos; por dentro, temores. Pero Dios, que consuela a los deprimidos, nos consoló con la llegada de Tito; y no solo con su llegada, sino también con el consuelo con que él fue consolado en ustedes, haciéndonos saber el gran afecto de ustedes, su llanto y su celo por mí; de manera que me regocijé aún más.

Porque si bien les causé tristeza con mi carta, no me pesa. Aun cuando me pesó, pues veo que esa carta les causó tristeza, aunque solo por poco tiempo; pero ahora me regocijo, no de que fueron entristecidos, sino de que fueron entristecidos para arrepentimiento; porque fueron entristecidos conforme a la voluntad de Dios, para que no sufrieran pérdida alguna de parte nuestra.

10 Porque la tristeza que es conforme a la voluntad de Dios produce un arrepentimiento que conduce a la salvación, sin dejar pesar; pero la tristeza del mundo produce muerte. 11 Porque miren, ¡qué solicitud ha producido esto en ustedes, esta tristeza piadosa, qué vindicación de ustedes mismos, qué indignación, qué temor, qué gran afecto, qué celo, qué castigo del mal! En todo han demostrado ser inocentes en el asunto. 12 Así que, aunque les escribí, no fue por causa del que ofendió, ni por causa del ofendido, sino para que la solicitud de ustedes por nosotros les fuera manifestada delante de Dios. 13 Por esta razón hemos sido consolados.

Y aparte de nuestro consuelo, mucho más nos regocijamos por el gozo de Tito, pues su espíritu ha sido confortado por todos ustedes. 14 Porque si en algo me he jactado con él acerca de ustedes, no fui avergonzado, sino que así como les hemos dicho todo con verdad, también nuestra jactancia ante Tito resultó ser la verdad. 15 Y su amor hacia ustedes abunda aún más al acordarse de la obediencia de todos ustedes, y de cómo lo recibieron con temor y temblor. 16 Me gozo de que en todo tengo confianza en ustedes.

Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com

Acerca del Autor

0.00 avg. rating (0% score) - 0 votes
Mostrar Más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Verifique también
Close
Back to top button