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01-04-2024

DEVOCIONAL

Devocional: Salmos 1-2

Al primer salmo, a veces se le denomina un salmo sapiencial. En gran parte, esto es debido al hecho de que ofrece dos caminos, sólo dos caminos posibles: el camino de los justos (Salmo 1:1-3) y el de los impíos (1:4-5), con un contraste final que resume todo.
Los primeros tres versículos, que describen al justo, se dividen naturalmente en tres fases. En el primer versículo, el justo se describe en términos negativos; en el versículo 2, en términos positivos, y en el versículo 3, metafóricamente. La descripción negativa del versículo 1 establece cómo no es el hombre “bienaventurado”. No sigue “el consejo de los malvados”; no se detiene en la senda de los pecadores”; no cultiva la amistad de los blasfemos”.
El hombre malo, por tanto, va quedando en un estado de parálisis (andar, estar de pie, estar sentado). Comienza andando en el consejo del malo; va recogiendo los consejos, las perspectivas, los valores y la cosmovisión de los impíos. Si actúa así durante mucho tiempo, baja hasta el segundo nivel: “está [de pie] en el camino de pecadores”. Esta traducción, al menos en inglés, quizá se presta a un malentendido. Uno piensa en Robin Hood y Little John sobre el puente: cada uno de ellos está en el camino del otro en el sentido de bloquearle el paso, y uno de ellos acaba en el río. Pero en hebreo, “estar en el camino” de alguien significa más bien algo así como: “meterse en los zapatos de alguien”: es decir, hacer lo que el otro hace, adoptar su estilo de vida, sus pautas de comportamiento. Si persiste en este camino, es probable que descienda hasta lo más bajo y que acabe sentándose entre los “blasfemos” y burlones. No sólo participa de los comportamientos impíos, sino que se burla de los que no lo hacen. En este momento, como alguien ha dicho, la persona recibe su “Master” en la inutilidad y un doctorado en la condenación. El salmista insiste: “Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos” (1:1). Es por esto, por lo que el justo está descrito en términos negativos.
Uno podría esperar que el segundo versículo respondiese con un paralelismo contrastante: “Bienaventurado es el hombre que, más bien, camina en el consejo de los justos, está en el camino de los obedientes, y quien está sentado entre los agradecidos” – o algo por el estilo. Pero lo que encontramos, en lugar de esto, es sólo un criterio positivo, y es suficiente: “sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella” (1:2).
Cuando uno se deleita en la Palabra de Dios, meditando constantemente en ella, aprende buenos consejos, su conducta se va formando mediante la revelación, se va nutriendo el espíritu de agradecimiento y adoración hacia Dios. He aquí un criterio más que suficiente.
 

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2013. Usado con permiso.
Devocional: Proverbios 19
En un primer momento, trabajé en el libro de Proverbios y clasifiqué la mayor parte de los proverbios individuales según su tema. Algunos encajaban dentro de más de uno. Me di cuenta de que había una desventaja en este enfoque: perdería las conexiones temáticas en algunos grandes bloques de material. Sin embargo, también había un beneficio. Podía ver de un solo vistazo todo lo que el libro tenía que decir acerca de la pobreza, por ejemplo, la familia o el discurso humano.
Uno de los temas clarificados de esta forma es la soberanía de Dios, ejercida en ocasiones por una providencia misteriosa. En este capítulo, encontramos un versículo relativo a este tema: “El corazón humano genera muchos proyectos, pero al final prevalecen los designios del Señor” (Proverbios 19:21). En sí mismas, estas palabras solo significan que Dios demuestra ser un magnífico jugador de ajedrez. Sin embargo, este versículo está vinculado a una importante serie de pasajes (p. ej., 20:24) que exigen pensar más profundamente. Por ejemplo:
(1) “Toda obra del Señor tiene un propósito; ¡hasta el malvado fue hecho para el día del desastre!” (16:4). No deberíamos pasar por alto el alcance de esta declaración. No vivimos en un universo dualista en el que actúan dos principios autónomos, uno bueno y otro malo. Existe una distinción entre ambos conceptos, pero la soberanía de Dios reina, a través de misteriosos medios, de forma que incluso los malos cumplen una función dentro de sus propósitos, especialmente en el juicio. Pablo reflexiona sobre el mismo asunto (Romanos 9:22).
(2) “El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el Señor” (16:9). El ser humano es responsable de sus decisiones y actos; todo el libro de Proverbios mantiene esta perspectiva, porque, de lo contrario, no podrían sustentarse los abismos fundamentales existentes entre la sabiduría y la necedad, el bien y el mal, el temor del Señor y la arrogancia altanera. No obstante, al mismo tiempo, a pesar del grado de rebelión en el mundo, un simple humano no puede escapar de la influencia de la soberanía de Dios. En otro pasaje, se nos dice: “En las manos del Señor el corazón del rey es como un río: sigue el curso que el Señor le ha trazado” (21:1).
(3) “Las suertes se echan sobre la mesa, pero el veredicto proviene del Señor” (16:33). Esto es como decir que podemos tirar el dado tantas veces como queramos, pero saldrá el número determinado por el Todopoderoso. Por esta razón, los cristianos han hablado del “misterio de la providencia”. No podemos determinar la excelencia moral de un suceso por el mero hecho de que ocurre, ya que la providencia de Dios gobierna sobre el bien y el mal, sobre cada número que sale en el dado. Para hacer distinciones morales, son necesarios los pronunciamientos de Dios, sus palabras, su ley.
 

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2016. Usado con permiso.
Levítico 4
La ley de las ofrendas por el pecado
4 Entonces el SEÑOR habló a Moisés: «Di a los israelitas: “Si alguien peca inadvertidamente en cualquiera de las cosas que el Señor ha mandado que no se hagan, y hace alguna de ellas; si el que peca es el sacerdote ungido, trayendo culpa sobre el pueblo, que entonces ofrezca al SEÑOR un novillo sin defecto como ofrenda por el pecado, por el pecado que ha cometido. Traerá el novillo a la puerta de la tienda de reunión delante del Señor, pondrá su mano sobre la cabeza del novillo y lo degollará delante del SEÑOR. Luego el sacerdote ungido tomará de la sangre del novillo y la traerá a la tienda de reunión, y el sacerdote mojará su dedo en la sangre y rociará siete veces de la sangre delante del SEÑOR, frente al velo del santuario.
”El sacerdote pondrá también de esa sangre sobre los cuernos del altar del incienso aromático que está en la tienda de reunión delante del SEÑOR, y derramará toda la sangre del novillo al pie del altar del holocausto que está a la puerta de la tienda de reunión. Y quitará toda la grasa del novillo de la ofrenda por el pecado: la grasa que cubre las entrañas, toda la grasa que está sobre las entrañas, los dos riñones con la grasa que está sobre ellos y sobre los lomos, y el lóbulo del hígado, que quitará con los riñones 10 (de la manera que se quita del buey del sacrificio de las ofrendas de paz); y el sacerdote los quemará sobre el altar del holocausto. 11 Pero la piel del novillo y toda su carne, con su cabeza, sus patas, sus entrañas y su estiércol, 12 es decir, todo el resto del novillo, lo llevará a un lugar limpio fuera del campamento, donde se echan las cenizas, y lo quemará al fuego sobre la leña. Donde se echan las cenizas lo quemará.
13 ”Si toda la congregación de Israel es la que comete error, y el asunto pasa desapercibido a la asamblea, y hacen cualquiera de las cosas que el Señor ha mandado que no se hagan, haciéndose así culpables, 14 cuando se llegue a saber el pecado que ellos han cometido, entonces la asamblea ofrecerá un novillo del ganado como ofrenda por el pecado, y lo traerán delante de la tienda de reunión. 15 Los ancianos de la congregación pondrán sus manos sobre la cabeza del novillo delante del SEÑOR, y el novillo será degollado delante del SEÑOR.
16 ”Entonces el sacerdote ungido traerá sangre del novillo a la tienda de reunión; 17 el sacerdote mojará su dedo en la sangre y la rociará siete veces delante del SEÑOR, frente al velo. 18 Pondrá sangre sobre los cuernos del altar que está delante del SEÑOR en la tienda de reunión, y derramará toda la sangre al pie del altar del holocausto, que está a la puerta de la tienda de reunión. 19 Le quitará toda la grasa y lo quemará sobre el altar. 20 Hará con este novillo lo mismo que hizo con el novillo de la ofrenda por el pecado; de esta manera hará con él. Así el sacerdote hará expiación por ellos, y ellos serán perdonados. 21 Sacará el novillo fuera del campamento y lo quemará como quemó el primer novillo. Es la ofrenda por el pecado de la asamblea.
22 ”Cuando es un jefe el que peca e inadvertidamente hace alguna de las cosas que el SEÑOR su Dios ha mandado que no se hagan, haciéndose así culpable, 23 y se le hace saber el pecado que ha cometido, traerá como su ofrenda un macho cabrío sin defecto. 24 Pondrá su mano sobre la cabeza del macho cabrío y lo degollará en el lugar donde se degüella el holocausto delante del SEÑOR; es una ofrenda por el pecado. 25 Entonces el sacerdote tomará con su dedo de la sangre de la ofrenda por el pecado y la pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto, y derramará el resto de la sangre al pie del altar del holocausto. 26 Quemará toda la grasa sobre el altar como en el caso de la grasa del sacrificio de las ofrendas de paz. Así el sacerdote hará expiación por él, por su pecado, y será perdonado.
27 ”Y si es alguien del pueblo el que peca inadvertidamente, haciendo cualquiera de las cosas que el Señor ha mandado que no se hagan, y se hace así culpable, 28 y se le hace saber el pecado que ha cometido, traerá como su ofrenda una cabra sin defecto por el pecado que ha cometido. 29 Pondrá su mano sobre la cabeza de la ofrenda por el pecado y la degollará en el lugar del holocausto. 30 Entonces el sacerdote tomará con su dedo de la sangre y la pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto, y derramará todo el resto de la sangre al pie del altar. 31 Luego quitará toda la grasa, de la manera que se quitó la grasa del sacrificio de las ofrendas de paz, y el sacerdote lo quemará sobre el altar como aroma agradable para el SEÑOR. Así el sacerdote hará expiación por él y será perdonado.
32 ”Pero si trae un cordero como su ofrenda por el pecado, que traiga una hembra sin defecto. 33 Pondrá su mano sobre la cabeza de la ofrenda por el pecado y la degollará como ofrenda por el pecado en el lugar donde se degüella el holocausto. 34 Entonces el sacerdote tomará con su dedo de la sangre de la ofrenda por el pecado y la pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto, y derramará todo el resto de la sangre al pie del altar. 35 Luego quitará toda la grasa de la misma manera que se quita la grasa del cordero del sacrificio de las ofrendas de paz; y el sacerdote lo quemará en el altar con las ofrendas encendidas para el SEÑOR. Así el sacerdote hará expiación por él, por el pecado que ha cometido, y será perdonado.

Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com
Salmos 1-2
LIBRO PRIMERO
LIBRO PRIMERO
Contraste entre el justo y los impíos
1 ¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos,
Ni se detiene en el camino de los pecadores,
Ni se sienta en la silla de los escarnecedores,
Sino que en la ley del SEÑOR está su deleite,
Y en Su ley medita de día y de noche!
Será como árbol plantado junto a corrientes de agua,
Que da su fruto a su tiempo
Y su hoja no se marchita;
En todo lo que hace, prospera.
No así los impíos,
Que son como paja que se lleva el viento.
Por tanto, no se sostendrán los impíos en el juicio,
Ni los pecadores en la congregación de los justos.
Porque el Señor conoce el camino de los justos,
Pero el camino de los impíos perecerá.
El reino del Ungido del SEÑOR
2 ¿Por qué se sublevan las naciones,
Y los pueblos traman cosas vanas?
Se levantan los reyes de la tierra,
Y los gobernantes traman unidos
Contra el SEÑOR y contra Su Ungido, diciendo:
«¡Rompamos Sus cadenas
Y echemos de nosotros Sus cuerdas!».
El que se sienta como Rey en los cielos se ríe,
El Señor se burla de ellos.
Luego les hablará en Su ira,
Y en Su furor los aterrará, diciendo:
«Pero Yo mismo he consagrado a Mi Rey
Sobre Sión, Mi santo monte».
«Ciertamente anunciaré el decreto del SEÑOR
Que me dijo: “Mi Hijo eres Tú,
Yo te he engendrado hoy.
Pídeme, y te daré las naciones como herencia Tuya,
Y como posesión Tuya los confines de la tierra.
Tú los quebrantarás con vara de hierro;
Los desmenuzarás como vaso de alfarero”».
10 Ahora pues, oh reyes, muestren discernimiento;
Reciban amonestación, oh jueces de la tierra.
11 Adoren al SEÑOR con reverencia,
Y alégrense con temblor.
12 Honren al Hijo para que no se enoje y perezcan en el camino,
Pues puede inflamarse de repente Su ira.
¡Cuán bienaventurados son todos los que en Él se refugian!

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Proverbios 19
19 Mejor es el pobre que anda en su integridad
Que el de labios perversos y necio.
Tampoco es bueno para una persona carecer de conocimiento,
Y el que se apresura con los pies peca.
La insensatez del hombre pervierte su camino,
Y su corazón se irrita contra el SEÑOR.
La riqueza añade muchos amigos,
Pero el pobre es separado de su amigo.
El testigo falso no quedará sin castigo,
Y el que cuenta mentiras no escapará.
Muchos buscan el favor del generoso,
Y todo hombre es amigo del que da.
Todos los hermanos del pobre lo aborrecen,
¡Cuánto más sus amigos se alejarán de él!
Los persigue con palabras, pero ellos se han ido.
El que adquiere cordura ama su alma;
El que guarda la prudencia hallará el bien.
El testigo falso no quedará sin castigo,
Y el que cuenta mentiras perecerá.
10 Al necio no conviene la vida de lujo;
Mucho menos a un siervo gobernar a los príncipes.
11 La discreción del hombre le hace lento para la ira,
Y su gloria es pasar por alto una ofensa.
12 Como rugido de león es la ira del rey,
Y su favor como rocío sobre la hierba.
13 El hijo necio es ruina de su padre,
Y gotera constante las contiendas de una esposa.
14 Casa y riqueza son herencia de los padres,
Pero la mujer prudente viene del SEÑOR.
15 La pereza hace caer en profundo sueño,
Y el alma ociosa sufrirá hambre.
16 El que guarda el mandamiento guarda su alma,
Pero el que desprecia sus caminos morirá.
17 El que se apiada del pobre presta al SEÑOR,
Y Él lo recompensará por su buena obra.
18 Disciplina a tu hijo mientras hay esperanza,
Pero no desee tu alma causarle la muerte.
19 El hombre de gran ira llevará el castigo,
Porque si tú lo rescatas, tendrás que hacerlo de nuevo.
20 Escucha el consejo y acepta la corrección,
Para que seas sabio el resto de tus días.
21 Muchos son los planes en el corazón del hombre,
Mas el consejo del SEÑOR permanecerá.
22 Lo que es deseable en un hombre es su bondad,
es mejor ser pobre que mentiroso.
23 El temor del SEÑOR conduce a la vida,
Para poder dormir satisfecho, sin ser tocado por el mal.
24 El perezoso mete su mano en el plato,
Y ni aun a su boca la llevará.
25 Golpea al insolente y el ingenuo se volverá astuto,
Pero reprende al que tiene inteligencia y ganará en conocimiento.
26 El que asalta a su padre y echa fuera a su madre
Es un hijo que trae vergüenza y desgracia.
27 Cesa, hijo mío, de escuchar la instrucción,
Y te desviarás de las palabras de sabiduría.
28 El testigo perverso se burla de la justicia,
Y la boca de los impíos esparce iniquidad.
29 Los juicios están preparados para los insolentes,
Y los azotes para la espalda de los necios.   
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Colosenses 2
Preocupación de Pablo por los colosenses
2 Porque quiero que sepan qué gran lucha tengo por ustedes y por los que están en Laodicea, y por todos los que no me han visto en persona. Espero que con esto sean alentados sus corazones, y unidos en amor, alcancen todas las riquezas que proceden de una plena seguridad de comprensión, resultando en un verdadero conocimiento del misterio de Dios, es decir, de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
Esto lo digo para que nadie los engañe con razonamientos persuasivos. Porque aunque estoy ausente en el cuerpo, sin embargo estoy con ustedes en espíritu, regocijándome al ver su buena disciplina y la estabilidad de la fe de ustedes en Cristo.
Por tanto, de la manera que recibieron a Cristo Jesús el Señor, así anden en Él; firmemente arraigados y edificados en Él y confirmados en su fe, tal como fueron instruidos, rebosando de gratitud.
Jesucristo: Dios, salvador y vencedor
Miren que nadie los haga cautivos por medio de su filosofía y vanas sutilezas, según la tradición de los hombres, conforme a los principios elementales del mundo y no según Cristo. Porque toda la plenitud de la Deidad reside corporalmente en Él, 10 y ustedes han sido hechos completos en Él, que es la cabeza sobre todo poder y autoridad.
11 También en Él ustedes fueron circuncidados con una circuncisión no hecha por manos, al quitar el cuerpo de la carne mediante la circuncisión de Cristo; 12 habiendo sido sepultados con Él en el bautismo, en el cual también han resucitado con Él por la fe en la acción del poder de Dios, que lo resucitó de entre los muertos.
13 Y cuando ustedes estaban muertos en sus delitos y en la incircuncisión de su carne, Dios les dio vida juntamente con Cristo, habiéndonos perdonado todos los delitos, 14 habiendo cancelado el documento de deuda que consistía en decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz. 15 Y habiendo despojado a los poderes y autoridades, hizo de ellos un espectáculo público, triunfando sobre ellos por medio de Él.
Advertencias contra mandamientos de hombres
16 Por tanto, que nadie se constituya en juez de ustedes con respecto a comida o bebida, o en cuanto a día de fiesta, o luna nueva, o día de reposo, 17 cosas que solo son sombra de lo que ha de venir, pero el cuerpo pertenece a Cristo. 18 Nadie los defraude de su premio deleitándose en la humillación de sí mismo y en la adoración de los ángeles, basándose en las visiones que ha visto, envanecido sin causa por su mente carnal, 19 pero no asiéndose a la Cabeza, de la cual todo el cuerpo, nutrido y unido por las coyunturas y ligamentos, crece con un crecimiento que es de Dios.
20 Si ustedes han muerto con Cristo a los principios elementales del mundo, ¿por qué, como si aún vivieran en el mundo, se someten a preceptos tales como: 21 «no manipules, no gustes, no toques», 22 (todos los cuales se refieren a cosas destinadas a perecer con el uso), según los preceptos y enseñanzas de los hombres? 23 Tales cosas tienen a la verdad, la apariencia de sabiduría en una religión humana, en la humillación de sí mismo y en el trato severo del cuerpo, pero carecen de valor alguno contra los apetitos de la carne.
   
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