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Lectura de Hoy
03-04-2024
DEVOCIONAL
Devocional: Levítico 6
Al comienzo de Levítico 6, el Señor establece, mediante Moisés, lo que ha de suceder en caso de que alguien de la comunidad haya mentido a su prójimo acerca de algo que le hubiese sido encomendado, o le haya engañado, o mentido acerca de alguna propiedad recuperada a fin de podérsela quedar, o haya cometido perjurio, o alguno de una serie de pecados. Hay dos observaciones que servirán para esclarecer lo que estos versículos (6:1- 7) contribuyen a la estructura legal y moral que aquí se desarrolla. (1) Los lectores de Levítico, especialmente los lectores de la versión NVI, estarán familiarizados con la distinción que se hace entre los pecados no intencionales y (una buena parte de Lev 4) y los intencionales. Algunos intérpretes han argumentado que no hay sacrificios para propiciar los pecados intencionales. Quien peque intencionalmente queda excluido de la comunidad. Parte del problema tiene que ver con la traducción intencional y no intencional. La palabra intencional se usa a menudo para reflejar una expresión hebrea que significa “con mano levantada”; la palabra traducida no intencional significa “no con mano levantada”. Esta explicación preliminar será importante mientras reflexionemos en Lev 6:1-7. Los pecados que aquí se describen son todos ellos intencionales en el sentido moderno de la palabra; no puedes mentir, engañar ni cometer perjurio sin tener la intención de hacerlo. Hay un procedimiento a seguir mandado por Dios: la restitución allí donde sea posible (siguiendo los pasos prescritos en Éxodo 22), seguida por la confesión y los sacrificios. Por supuesto que se adquiere cierta medida de culpabilidad no intencional aunque uno no sea consciente de haber cometido un delito (como en 5:3); sigue habiendo culpa, pues se trataba de un acto prohibido, aun cuando quien lo haya cometido no sea consciente de haber cometido un delito. Otra clase de culpa “no intencional” no se refiere a la culpa acumulada sin saber que uno actuaba mal, sino a la culpa acumulada conscientemente, aún cuando el delito no se cometió “con mano levantada”. Muchas veces pecamos al estar atraídos por algo impetuosamente, o al abrigar resentimientos hacia alguien, o por los riesgos que entraña decir la verdad. Pero esto dista mucho del pecado “con mano levantada”, cuando el pecador desafía a Dios y, abierta y descaradamente, elige el pecado buscando desafiar a Dios. En mi opinión, el antiguo pacto no prescribe propiciación en caso de semejante desafío, sino el juicio. (2) Incluso los pecados mencionados en este pasaje – todos los pecados cometidos contra otro ser humano – son considerados, en primer lugar, en relación con Dios: “Si alguien comete una falta y peca contra el Señor al defraudar a su prójimo” (6:2). La ofrenda es traída al sacerdote; el culpable debe no sólo hacer restitución a su prójimo, sino buscar ser perdonado por Dios. Una actitud de desafío contra Dios es lo que convierte una transgresión en pecado, y lo que hace que el pecado sea odioso. Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2013. Usado con permiso. |
Devocional: Proverbios 21 |
Hoy nos centraremos en tres de los diversos temas que surgen en Proverbios 21: (a) “Practicar la justicia y el derecho lo prefiere el SEÑOR a los sacrificios” (21:3). Los profetas dicen algo parecido (p. ej., Oseas 6:6), y también el Señor Jesús (Mateo 9:13; 12:7). Cada generación debe recordar que la integridad y la justicia son más importantes que los rituales religiosos. No debería sorprendernos que las personas religiosas defrauden a veces en sus impuestos, se propasen con sus hijos, codicien el coche de su vecino y amen el placer personal sobre todas las cosas. Su religión es realmente un manto que cubre su pecado con una apariencia de respetabilidad. Este capítulo contiene otro proverbio importante: “El sacrificio de los malvados es detestable, y más aún cuando se ofrece con mala intención” (21:27). La observancia religiosa de los impíos es simplemente detestable a ojos de Dios; le resulta inimaginablemente más repulsivo el miserable charlatán que utiliza su religión para engañar a las personas que un malvado embaucador. Implícitamente, por supuesto, esto significa que la religión de la Biblia es más de carácter que de coros, más de una transformación real que de tradición religiosa, más de Dios y el Evangelio que de liderazgo y ostentación. (b) La pobreza puede producirse debido al abuso y la opresión de los fuertes y poderosos. Sin embargo, también puede darse por imperfecciones del carácter como la pereza o el amor a la autocomplacencia. Así es en este capítulo: “El que ama el placer se quedará en la pobreza; el que ama el vino y los perfumes jamás será rico” (21:17). “En casa del sabio abundan las riquezas y el perfume, pero el necio todo lo despilfarra” (21:20). “La codicia del perezoso lo lleva a la muerte, porque sus manos se niegan a trabajar” (21:25). “Todo el día se lo pasa codiciando, pero el justo da con generosidad” (21:26). Como contraste, “los planes bien pensados: ¡pura ganancia! Los planes apresurados: ¡puro fracaso!” (21:5). Los sabios no buscarán el placer como uno de los grandes valores de la vida, sino que demostrarán ser previsores, generosos, buenos trabajadores, fieles y justos, precisamente el tipo de cualidades que poseen los buenos jefes y los buenos empleados. (c) “Los ojos altivos, el corazón orgulloso y la lámpara de los malvados son pecado” (21:4). “Orgulloso y arrogante, y famoso por insolente, es quien se comporta con desmedida soberbia” (21:24). La raíz de toda maldad es ese egoísmo manifiesto que se engaña pensando que podemos autodeterminarnos, de forma que Dios mismo nunca será más que un accesorio. No es de extrañar que la transformación del Evangelio comience con arrepentimiento. Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2016. Usado con permiso. |
Levítico 6 |
6 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: 2 «Cuando alguien peque y cometa una falta contra el SEÑOR, engañando a su prójimo en cuanto a un depósito o alguna cosa que se le ha confiado, o por robo, o por haber extorsionado a su prójimo, 3 o ha encontrado lo que estaba perdido y ha mentido acerca de ello, y ha jurado falsamente, de manera que peca en cualquiera de las cosas que suele hacer el hombre, 4 será, entonces, que cuando peque y sea culpable, devolverá lo que tomó al robar, o lo que obtuvo mediante extorsión, o el depósito que le fue confiado, o la cosa perdida que ha encontrado, 5 o cualquier cosa acerca de la cual juró falsamente; hará completa restitución de ello y le añadirá una quinta parte más. Se la dará al que le pertenece el día que presente su ofrenda por la culpa. 6 Entonces traerá al sacerdote su ofrenda por la culpa para el SEÑOR, un carnero sin defecto del rebaño, conforme a tu valuación como ofrenda por la culpa, 7 y el sacerdote hará expiación por él delante del SEÑOR, y le será perdonada cualquier cosa que haya hecho por la cual sea culpable». El sacerdote y los sacrificios 8 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: 9 «Ordena a Aarón y a sus hijos, y diles: “Esta es la ley del holocausto: el holocausto mismo permanecerá sobre el fuego, sobre el altar, toda la noche hasta la mañana, y el fuego del altar ha de mantenerse encendido en él. 10 El sacerdote vestirá su túnica de lino y se pondrá calzoncillos de lino fino sobre su cuerpo. Tomará las cenizas a que el fuego ha reducido el holocausto sobre el altar y las pondrá junto al altar. 11 Después se quitará sus vestiduras, se pondrá otras vestiduras y llevará las cenizas fuera del campamento a un lugar limpio. 12 El fuego del altar se mantendrá encendido sobre el altar; no se apagará, sino que el sacerdote quemará leña en él todas las mañanas, y pondrá sobre él el holocausto, y quemará sobre él la grasa de las ofrendas de paz. 13 El fuego se mantendrá encendido continuamente en el altar; no se apagará. 14 ”Esta es la ley de la ofrenda de cereal: los hijos de Aarón la presentarán delante del SEÑOR frente al altar. 15 Entonces uno de los sacerdotes tomará de ella un puñado de flor de harina de la ofrenda de cereal, con su aceite y todo el incienso que hay en la ofrenda de cereal, y la quemará sobre el altar. Es aroma agradable, su ofrenda memorial para el SEÑOR. 16 Y lo que quede de ella, Aarón y sus hijos lo comerán. Debe comerse como tortas sin levadura en lugar santo; en el atrio de la tienda de reunión lo comerán. 17 No se cocerá con levadura. Se la he dado como parte de Mis ofrendas encendidas; es cosa santísima, lo mismo que la ofrenda por el pecado y la ofrenda por la culpa. 18 Todo varón entre los hijos de Aarón puede comerla; es una ordenanza perpetua por todas las generaciones de ustedes tocante a las ofrendas encendidas para el SEÑOR. Todo lo que las toque quedará consagrado”». 19 Y el SEÑOR le dijo a Moisés: 20 «Esta es la ofrenda que Aarón y sus hijos han de ofrecer al SEÑOR el día de su unción: la décima parte de un efa (2.2 litros) de flor de harina como ofrenda perpetua de cereal, la mitad por la mañana y la mitad por la tarde. 21 Se preparará con aceite en una sartén, y cuando se haya mezclado bien la traerás. Ofrecerás la ofrenda de cereal en pedazos cocidos al horno como aroma agradable para el SEÑOR. 22 La ofrecerá el sacerdote, que de entre los hijos de Aarón sea ungido en su lugar. Por ordenanza perpetua será totalmente quemada para el SEÑOR. 23 Así que toda ofrenda de cereal del sacerdote será totalmente quemada. No se comerá». 24 Entonces el SEÑOR habló a Moisés: 25 «Di a Aarón y a sus hijos: “Esta es la ley de la ofrenda por el pecado: la ofrenda por el pecado será ofrecida delante del SEÑOR en el mismo lugar donde el holocausto es ofrecido; es cosa santísima. 26 El sacerdote que la ofrezca por el pecado la comerá. Se comerá en un lugar santo, en el atrio de la tienda de reunión. 27 Todo el que toque su carne quedará consagrado; y si la sangre salpica sobre una vestidura, lavarás en un lugar santo lo que fue salpicado. 28 Y la vasija de barro en la cual fue hervida, será quebrada; y si se hirvió en una vasija de bronce, se restregará y se lavará con agua. 29 Todo varón de entre los sacerdotes puede comer de ella; es cosa santísima. 30 Pero no se comerá de ninguna ofrenda por el pecado, cuya sangre se haya traído a la tienda de reunión para hacer expiación en el lugar santo; al fuego será quemada. Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com |
Salmos 5-6 |
Oración pidiendo protección de los malos Para el director del coro; para acompañamiento de flauta. Salmo de David. |
5 Escucha mis palabras, oh SEÑOR; Considera mi lamento. 2 Atiende a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, Porque es a Ti a quien oro. 3 Oh SEÑOR, de mañana oirás mi voz; De mañana presentaré mi oración a Ti, Y con ansias esperaré. 4 Porque Tú no eres un Dios que se complace en la maldad; El mal no mora en Ti. 5 Los que se ensalzan no estarán delante de Tus ojos; Aborreces a todos los que hacen iniquidad. 6 Destruyes a los que hablan falsedad; El SEÑOR aborrece al hombre sanguinario y engañador. 7 Pero yo, por la abundancia de Tu misericordia entraré en Tu casa; Me postraré en Tu santo templo con reverencia. 8 SEÑOR, guíame en Tu justicia por causa de mis enemigos; Allana delante de mí Tu camino. 9 Porque no hay sinceridad en lo que dicen; Destrucción son sus entrañas, Sepulcro abierto es su garganta; Con su lengua hablan lisonjas. 10 Tenlos por culpables, oh Dios; ¡Que caigan por sus mismas intrigas! Échalos fuera por la multitud de sus transgresiones, Porque se rebelan contra Ti. 11 Pero alégrense todos los que en Ti se refugian; Para siempre canten con júbilo, Porque Tú los proteges; Regocíjense en Ti los que aman Tu nombre. 12 Porque Tú, oh SEÑOR, bendices al justo, Como con un escudo lo rodeas de Tu favor. Oración pidiendo misericordia en la prueba Para el director del coro; con instrumentos de cuerda, sobre una lira de ocho cuerdas. Salmo de David. 6 SEÑOR, no me reprendas en Tu ira, Ni me castigues en Tu furor. 2 Ten piedad de mí, SEÑOR, porque estoy sin fuerza; Sáname, SEÑOR, porque mis huesos se estremecen. 3 Mi alma también está muy angustiada; Y Tú, oh SEÑOR, ¿hasta cuándo? 4 Vuélvete, SEÑOR, rescata mi alma; Sálvame por Tu misericordia. 5 Porque no hay en la muerte memoria de Ti; En el Seol, ¿quién te da gracias? 6 Cansado estoy de mis gemidos; Todas las noches inundo de llanto mi lecho, Con mis lágrimas riego mi cama. 7 Se consumen de sufrir mis ojos; Han envejecido a causa de todos mis adversarios. 8 Apártense de mí, todos ustedes que hacen iniquidad, Porque el SEÑOR ha oído la voz de mi llanto. 9 El SEÑOR ha escuchado mi súplica; El SEÑOR recibe mi oración. 10 Todos mis enemigos serán avergonzados y se turbarán en gran manera; Se volverán, y de repente serán avergonzados. Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com |
Proverbios 21 |
21 Como canales de agua es el corazón del rey en la mano del SEÑOR; Él lo dirige donde le place. 2 Todo camino del hombre es recto ante sus ojos, Pero el SEÑOR sondea los corazones. 3 El hacer justicia y derecho Es más deseado por el SEÑOR que el sacrificio. 4 Los ojos altivos y el corazón arrogante, Y la lámpara de los impíos son pecado. 5 Los proyectos del diligente ciertamente son ventaja, Pero todo el que se apresura, ciertamente llega a la pobreza. 6 Conseguir tesoros con lengua mentirosa Es un vapor fugaz, es buscar la muerte. 7 La violencia de los impíos los arrastrará, Porque se niegan a obrar con justicia. 8 Torcido es el camino del pecador Mas el proceder del limpio es recto. 9 Mejor es vivir en un rincón del terrado Que en una casa con mujer rencillosa. 10 El alma del impío desea el mal; Su prójimo no halla favor a sus ojos. 11 Cuando el insolente es castigado, el simple se hace sabio; Pero cuando se instruye al sabio, adquiere conocimiento. 12 El justo observa la casa del impío, Llevando al impío a la ruina. 13 El que cierra su oído al clamor del pobre, También él clamará y no recibirá respuesta. 14 Una dádiva en secreto aplaca la ira, Y el soborno bajo el manto, el furor violento. 15 El cumplimiento de la justicia es gozo para el justo, Pero terror para los que obran iniquidad. 16 El hombre que se aparta del camino del saber Reposará en la asamblea de los muertos. 17 El que ama el placer será pobre; El que ama el vino y los ungüentos no se enriquecerá. 18 El impío es rescate para el justo, Y el malvado está en lugar de los rectos. 19 Mejor es habitar en tierra desierta Que con mujer rencillosa y molesta. 20 Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio, Pero el necio todo lo disipa. 21 El que sigue la justicia y la lealtad Halla vida, justicia y honor. 22 El sabio escala la ciudad de los poderosos Y derriba la fortaleza en que confiaban. 23 El que guarda su boca y su lengua, Guarda su alma de angustias. 24 «Altivo», «arrogante» y «escarnecedor», son los nombres Del que obra con orgullo insolente. 25 El deseo del perezoso lo mata, Porque sus manos rehúsan trabajar; 26 Todo el día codicia, Mientras el justo da y nada retiene. 27 El sacrificio de los impíos es abominación, Cuánto más trayéndolo con mala intención. 28 El testigo falso perecerá, Pero el hombre que escucha la verdad, hablará siempre. 29 El hombre impío muestra audacia en su rostro, Pero el recto asegura su camino. 30 No vale sabiduría, ni entendimiento, Ni consejo, ante el SEÑOR. 31 Se prepara al caballo para el día de la batalla, Pero la victoria es del SEÑOR. Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com |
Colosenses 4 |
4 Amos, traten con justicia y equidad a sus siervos, sabiendo que ustedes también tienen un Señor en el cielo. Exhortaciones finales 2 Perseveren en la oración, velando en ella con acción de gracias. 3 Oren al mismo tiempo también por nosotros, para que Dios nos abra una puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también he sido encarcelado, 4 para manifestarlo como debo hacerlo. 5 Anden sabiamente para con los de afuera, aprovechando bien el tiempo. 6 Que su conversación sea siempre con gracia, sazonada como con sal, para que sepan cómo deben responder a cada persona. Asuntos personales 7 En cuanto a todos mis asuntos, les informará Tíquico, nuestro amado hermano, fiel ministro y consiervo en el Señor. 8 Porque precisamente para esto lo he enviado a ustedes, para que sepan de nuestras circunstancias y que conforte sus corazones; 9 y con él a Onésimo, fiel y amado hermano, que es uno de ustedes. Ellos les informarán acerca de todo lo que aquí pasa. Saludos 10 Aristarco, mi compañero de prisión, les envía saludos. También Marcos, el primo de Bernabé, (acerca del cual ustedes recibieron instrucciones. Si va a verlos, recíbanlo bien). 11 También Jesús, llamado Justo. Estos son los únicos colaboradores conmigo en el reino de Dios que son de la circuncisión, y ellos han resultado ser un estímulo para mí. 12 Epafras, que es uno de ustedes, siervo de Jesucristo, les envía saludos, siempre esforzándose intensamente a favor de ustedes en sus oraciones, para que estén firmes, perfectos y completamente seguros en toda la voluntad de Dios. 13 Porque de él soy testigo de que tiene profundo interés por ustedes y por los que están en Laodicea y en Hierápolis. 14 Lucas, el médico amado, les envía saludos, y también Demas. 15 Saluden a los hermanos que están en Laodicea, también a Ninfas y a la iglesia que está en su casa. 16 Cuando esta carta se haya leído entre ustedes, háganla leer también en la iglesia de los laodicenses. Ustedes, por su parte, lean la carta que viene de Laodicea. 17 Díganle a Arquipo: «Cuida el ministerio que has recibido del Señor, para que lo cumplas». 18 Yo, Pablo, escribo este saludo con mi propia mano. Acuérdense de mis cadenas. La gracia sea con ustedes. Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com |