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Lectura de Hoy
18-04-2024
DEVOCIONAL
Devocional: Levítico 22
Los primeros versículos del Salmo 29 sugieren que gran parte de lo que significa “postraos ante el Señor en su santuario majestuoso” consiste en darle “la gloria que merece su nombre” (29:1-2). A la luz de esta realidad, la sección central del salmo es extraordinaria (29:3-9) puesto que centra nuestra atención en sólo uno de los elementos de la actividad divina: su voz. “Voz del Señor está sobre las aguas” posiblemente, una alusión no sólo a la creación original, cuando Dios simplemente habló y el universo nació y cobró forma, ni a la liberación espectacular cuando Dios partió las aguas del Mar Rojo, sino también a cada vez que una tormenta agita las aguas; “La voz del Señor está sobre las aguas; resuena el trueno del Dios de la gloria”. La voz de Yahvé es tanto poderosa como majestuosa. “La voz del Señor desgaja los cedros, desgaja el SEÑOR los cedros del Líbano”, los cuales eran conocidos por sus dimensiones y su fuerza – una alusión a las tempestades desencadenadas por la voz de Dios. De hecho, esto no es nada para él, pues tanto las naciones como las montañas actúan conforme a su mandato; tanto las unas como las otras escuchan el trueno que es su voz en la tormenta que atraviesa la tierra desde Líbano en el norte hasta Kadesh en el sur. El materialista ve una tormenta y piensa exclusivamente en las propiedades físicas que la hayan causado. El creyente comprende que estas mismas propiedades han sido incorporadas en el mundo material por su Creador, y que es Dios quien habla en el trueno y en el relámpago. La única respuesta apropiada es recogerse en su templo y, en un espíritu de asombro mezclado con humildad, proclamar su “¡Gloria!” (29:9). No es de extrañar que el salmo acabe (29:10-11) centrándose en el reino universal de Dios: “El Señor tiene su trono sobre las lluvias; el Señor reina por siempre”, ya sea en tiempos del diluvio (la palabra hebrea para “diluvio” en este pasaje sólo se encuentra aquí y en Génesis 6 -11) – el mismo diluvio que tan poderosamente demuestra el poder de Dios desplegando las fuerzas de la naturaleza tal como a él le convenga, y en las bendiciones y la fuerza perpetuas que Dios confiere a su pueblo. Isaías prevé el día cuando “En aquel día se alzará la raíz de Isaí como estandarte de los pueblos; hacia él correrán las naciones, y glorioso será el lugar donde repose [literalmente, será la gloria]” (Isaías 11:10). Cuando Esteban, el primer mártir cristiano, estuvo a punto de ser enviado a la eternidad por la multitud furiosa, sus ojos se abrieron y “fijó la mirada en el cielo y vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios” (Hechos 7:55). Suya es la voz final de Dios; él es “El Verbo” de Dios. “Tributad al Señor, seres celestiales, tributad al Señor la gloria y el poder” (29:1). Que todos proclamen: “¡Gloria!”. Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2013. Usado con permiso. |
Devocional: Eclesiastés 5 |
El Maestro hace un alto en su razonamiento para ofrecer algunas reflexiones y verdades relativas a cómo vivir en el mundo tal como lo encontramos, incluyendo el religioso. Su argumento gira hacia lo pragmático desde Eclesiastés 4:9 hasta 5:12. Hoy nos centramos en 5:1-12, que puede dividirse en dos bloques de material. En el primero, Qohelet describe y condena al hombre meramente piadoso. Su objetivo no es el completo hipócrita denunciado tan a menudo por los profetas, sino el más sutil, que gusta de participar en los servicios de adoración, habla piadosamente y raramente cumple sus promesas o realiza lo que ha propuesto hacer para Dios. El Maestro aconseja: “Acércate a escuchar en vez de ofrecer sacrificio de necios” (5:1). “No te apresures ni con la boca ni con la mente, a proferir ante Dios palabra alguna; él está en el cielo y tú estás en la tierra. Mide, pues, tus palabras” (5:2). Sin embargo, si se hace voto a Dios, “no tardes en cumplirlo, porque a Dios no le agradan los necios. Cumple tus votos: vale más no hacer votos que hacerlos y no cumplirlos” (5:4- 5). “Más bien, entre tantos absurdos, pesadillas y palabrerías, muestra temor a Dios” (5:7). La adoración conjunta no es un tiempo para fantasear, ni un retiro para dar rienda suelta a la imaginación, la forma en que un necio adoraría. Todas las palabras piadosas, las expresiones y confesiones de fe de la congregación se reducen a un sinsentido. Mientras vamos pasando por esta vida aparentemente vacía, mantengámonos firmes al menos en este punto: permanezcamos en el temor de Dios. El segundo bloque advierte de que las riquezas son fútiles. En un mundo caído y roto, no debe sorprendernos la corrupción que roba a los más desfavorecidos de la sociedad (5:8-9). Por supuesto, es nuestra obligación aportar para el sustento de la administración gubernamental; la burocracia es mejor que la anarquía. Sin embargo, la corrupción es tan endémica en algunas culturas que los depredadores en lo más alto siguen continuamente intentando apoderarse de un trozo más grande del pastel. Los comentarios del Maestro son mordaces y están alineados con el secularismo cínico. Lo triste es que el amor al dinero produce más amor al mismo (5:10). Inevitablemente, atrae un abanico de parásitos, personas aduladoras en las que no se puede confiar realmente (5:11). Al final del día, el dinero deja noches en vela, a diferencia del trabajador, que termina su turno, cansado, y disfruta de un buen descanso (5:12). Las reflexiones son pragmáticas ya que el Maestro se enfrenta a la vida representada arriba. Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2016. Usado con permiso. |
Levítico 22 |
Leyes sobre la pureza sacerdotal |
22 Entonces el SEÑOR habló a Moisés: 2 «Dile a Aarón y a sus hijos que tengan cuidado con las cosas sagradas que los israelitas me consagran, para que no profanen Mi santo nombre. Yo soy el SEÑOR. 3 Diles: “Si alguien de entre sus descendientes en todas sus generaciones, se acerca a las cosas sagradas que los israelitas consagran al SEÑOR, estando inmundo, esa persona será eliminada de Mi presencia. Yo soy el SEÑOR. 4 Ningún varón de los descendientes de Aarón que sea leproso, o que tenga flujo, podrá comer de las cosas sagradas hasta que sea limpio. Y si alguien toca alguna cosa contaminada por un cadáver, o si un hombre tiene una emisión seminal, 5 si alguien toca ciertos animales por los cuales se pueda contaminar, o a cualquier hombre que lo contamine, cualquiera que sea su inmundicia. 6 La persona que toque a cualquiera de estos quedará inmunda hasta el atardecer; no comerá de las cosas sagradas a menos que haya lavado su cuerpo con agua. 7 Cuando el sol se ponga quedará limpio, y después comerá de las cosas sagradas, porque son su alimento. 8 No comerá animal que muera o sea despedazado por fieras, contaminándose por ello; Yo soy el SEÑOR. 9 Guardarán, pues, Mi ordenanza para que no se carguen de pecado por ello, y mueran porque la profanen. Yo soy el SEÑOR que los santifico. 10 ”Ningún extraño comerá cosa sagrada; ni huésped del sacerdote, ni jornalero comerán cosa sagrada. 11 Pero si un sacerdote compra con su dinero un esclavo como propiedad suya, este sí puede comer de ella, y también los nacidos en su casa podrán comer de su alimento. 12 Y si la hija del sacerdote se casa con un extraño, ella no comerá de la ofrenda de las cosas sagradas. 13 Pero si la hija del sacerdote queda viuda o se divorcia, y no tiene hijo y regresa a la casa de su padre como en su juventud, podrá comer del alimento de su padre; pero ningún extraño comerá de él. 14 Y si un hombre come inadvertidamente cosa sagrada, entonces añadirá a ella una quinta parte y restituirá la cosa sagrada al sacerdote. 15 Los sacerdotes no profanarán las cosas sagradas que los israelitas ofrecen al SEÑOR, 16 causándoles así sufrir castigo por la culpa al comer sus cosas sagradas; porque Yo soy el SEÑOR que los santifico”». Animales para el sacrificio 17 También el SEÑOR le dijo a Moisés: 18 «Habla a Aarón y a sus hijos y a todos los israelitas: “Cualquier hombre de la casa de Israel o de los extranjeros en Israel, que presente su ofrenda, ya sea de sus ofrendas votivas o de sus ofrendas voluntarias, las cuales presenta al SEÑOR como holocausto, 19 para que les sea aceptada, esta debe ser macho sin defecto del ganado, de los corderos o de las cabras. 20 Lo que tenga defecto, no lo ofrecerán, porque no les será aceptado. 21 Cuando alguien ofrezca sacrificio de ofrenda de paz al SEÑOR para cumplir un voto especial o como ofrenda voluntaria, del ganado o del rebaño, tiene que ser sin defecto para ser aceptado; no habrá imperfección en él. 22 Los que estén ciegos, quebrados, mutilados, o con llagas purulentas, sarna o roña, no los ofrecerán al SEÑOR, ni harán de ellos una ofrenda encendida sobre el altar al SEÑOR. 23 En cuanto al buey o carnero que tenga un miembro deformado o atrofiado, podrán presentarlo como ofrenda voluntaria, pero por voto no será aceptado. 24 También cualquier animal con sus testículos magullados, aplastados, rasgados o cortados, no lo ofrecerán al SEÑOR ni lo sacrificarán en su tierra; 25 tampoco aceptarán tales animales de mano de un extranjero por ofrenda como alimento para su Dios; porque su corrupción está en ellos, tienen defecto y no les serán aceptados”». 26 El SEÑOR habló a Moisés: 27 «Cuando nazca un ternero, un cordero o un cabrito, quedará siete días con su madre, y desde el octavo día en adelante será aceptable como sacrificio de ofrenda encendida al SEÑOR. 28 Pero, ya sea vaca u oveja, no matarán a ella y a su cría en el mismo día. 29 Y cuando ofrezcan sacrificio de acción de gracias al SEÑOR, lo sacrificarán para que sean aceptados. 30 Lo comerán en el mismo día, no dejarán nada de él para la mañana siguiente. Yo soy el SEÑOR. 31 Así, pues, guardarán Mis mandamientos y los cumplirán. Yo soy el SEÑOR. 32 No profanarán Mi santo nombre, sino que seré santificado entre los israelitas. Yo soy el SEÑOR que los santifico, 33 que los saqué de la tierra de Egipto para ser su Dios. Yo soy el SEÑOR».. Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com |
Salmos 28–29 |
Súplica y acción de gracias Salmo de David. |
28 A Ti clamo, oh SEÑOR; Roca mía, no seas sordo para conmigo, No sea que si guardas silencio hacia mí, Venga a ser semejante a los que descienden a la fosa. 2 Escucha la voz de mis súplicas cuando a Ti pido auxilio; Cuando levanto mis manos hacia el Lugar Santísimo de Tu santuario. 3 No me arrastres con los impíos Ni con los que obran iniquidad, Que hablan de paz con su prójimo, Mientras hay maldad en su corazón. 4 Dales conforme a su obra y según la maldad de sus hechos; Dales conforme a la obra de sus manos; Págales su merecido. 5 Porque no tienen en cuenta los hechos del SEÑOR Ni la obra de Sus manos, Él los derribará y no los edificará. 6 Bendito sea el SEÑOR, Porque ha oído la voz de mis súplicas. 7 El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo; En Él confía mi corazón, y soy socorrido; Por tanto, mi corazón se regocija, Y le daré gracias con mi cántico. 8 El SEÑOR es la fuerza de su pueblo, Y Él es defensa salvadora de Su ungido. 9 Salva a Tu pueblo y bendice a Tu heredad, Pastoréalos y llévalos en Tus brazos para siempre. La voz del SEÑOR en la tormenta Salmo de David. 29 Tributen al SEÑOR, oh hijos de los poderosos, Tributen al SEÑOR gloria y poder. 2 Tributen al SEÑOR la gloria debida a Su nombre; Adoren al SEÑOR en la majestad de la santidad. 3 Voz del SEÑOR sobre las aguas. El Dios de gloria truena, El SEÑOR está sobre las muchas aguas. 4 La voz del SEÑOR es poderosa, La voz del SEÑOR es majestuosa. 5 La voz del SEÑOR rompe los cedros; Sí, el SEÑOR hace pedazos los cedros del Líbano; 6 Y como becerro hace saltar al monte Líbano; Y al monte Sirión como cría de búfalo. 7 La voz del SEÑOR levanta llamas de fuego. 8 La voz del SEÑOR hace temblar el desierto; El SEÑOR hace temblar el desierto de Cades. 9 La voz del SEÑOR hace parir a las ciervas Y deja los bosques desnudos, Y en Su templo todo dice: «¡Gloria!». 10 El SEÑOR se sentó como Rey durante el diluvio; Sí, como Rey se sienta el SEÑOR para siempre. 11 El SEÑOR dará fuerza a Su pueblo; El SEÑOR bendecirá a Su pueblo con paz. Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com |
Eclesiastés 5 |
Vanidad de las palabras 5 Guarda tus pasos cuando vas a la casa de Dios, y acércate a escuchar en vez de ofrecer el sacrificio de los necios, porque estos no saben que hacen el mal. 2 No te des prisa en hablar, Ni se apresure tu corazón a proferir palabra delante de Dios. Porque Dios está en el cielo y tú en la tierra; Por tanto sean pocas tus palabras. 3 Porque los sueños vienen de la mucha tarea, Y la voz del necio de las muchas palabras. 4 Cuando haces un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, porque Él no se deleita en los necios. El voto que haces, cúmplelo. 5 Es mejor que no hagas votos, a que hagas votos y no los cumplas. 6 No permitas que tu boca te haga pecar, y no digas delante del mensajero de Dios que fue un error. ¿Por qué ha de enojarse Dios a causa de tu voz y destruir la obra de tus manos? 7 Porque en los muchos sueños y en las muchas palabras hay vanidades; tú, sin embargo, teme a Dios. Vanidad de las riquezas 8 Si ves la opresión del pobre y la negación del derecho y de la justicia en la provincia, no te sorprendas del hecho, porque un oficial vigila sobre otro oficial, y hay oficiales superiores sobre ellos. 9 Con todo, es de beneficio para el país que el rey mantenga cultivado el campo. 10 El que ama el dinero no se saciará de dinero, Y el que ama la abundancia no se saciará de ganancias. También esto es vanidad. 11 Cuando aumentan los bienes, Aumentan también los que los consumen. Así, pues, ¿cuál es la ventaja para sus dueños, sino verlos con sus ojos? 12 Dulce es el sueño del trabajador, Coma mucho o coma poco; Pero la hartura del rico no le permite dormir. 13 Hay un grave mal que he visto bajo el sol: Las riquezas guardadas por su dueño para su mal. 14 Cuando esas riquezas se pierden por un mal negocio, Y él engendra un hijo, No queda nada para mantenerlo. 15 Como salió del vientre de su madre, desnudo, Así volverá, yéndose tal como vino. Nada saca del fruto de su trabajo Que pueda llevarse en la mano. 16 También esto es un grave mal: Que tal como vino, así se irá. Por tanto, ¿qué provecho tiene el que trabaja para el viento? 17 Además, todos los días de su vida come en tinieblas, Con mucha molestia, enfermedad y enojo. 18 Esto es lo que yo he visto que es bueno y conveniente: comer, beber y gozarse uno de todo el trabajo en que se afana bajo el sol en los contados días de la vida que Dios le ha dado; porque esta es su recompensa. 19 Igualmente, a todo hombre a quien Dios ha dado riquezas y bienes, lo ha capacitado también para comer de ellos, para recibir su recompensa y regocijarse en su trabajo: esto es don de Dios. 20 Pues él no se acordará mucho de los días de su vida, porque Dios lo mantiene ocupado con alegría en su corazón. Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com |
2 Timoteo 1 |
Saludo |
1 Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, según la promesa de vida que hay en Cristo Jesús, 2 a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor. Fidelidad y dinamismo en el servicio cristiano 3 Doy gracias a Dios, a quien sirvo con limpia conciencia como lo hicieron mis antepasados, de que sin cesar, noche y día, me acuerdo de ti en mis oraciones, 4 deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de alegría. 5 Porque tengo presente la fe sincera que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. 6 Por lo cual te recuerdo que avives el fuego del don de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos. 7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. 8 Por tanto, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni de mí, prisionero Suyo, sino participa conmigo en las aflicciones por el evangelio, según el poder de Dios. 9 Él nos ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento santo, no según nuestras obras, sino según Su propósito y según la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad, 10 y que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien puso fin a la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio. 11 Para este evangelio yo fui constituido predicador, apóstol y maestro. 12 Por lo cual también sufro estas cosas, pero no me avergüenzo. Porque yo sé en quién he creído, y estoy convencido de que Él es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel día. 13 Retén la norma de las sanas palabras que has oído de mí, en la fe y el amor en Cristo Jesús. 14 Guarda, mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros, el tesoro que te ha sido encomendado. 15 Ya sabes esto, que todos los que están en Asia me han vuelto la espalda, entre los cuales están Figelo y Hermógenes. 16 Conceda el Señor misericordia a la casa de Onesíforo, porque muchas veces me dio consuelo y no se avergonzó de mis cadenas. 17 Antes bien, cuando estuvo en Roma, me buscó con afán y me halló. 18 El Señor le conceda que halle misericordia del Señor en aquel día. Además, los servicios que prestó en Éfeso, tú lo sabes mejor. Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com |