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Discernimiento espiritual y la toma de decisiones
“Hijo mío, presta atención a lo que digo y atesora mis mandatos. Afina tus oídos a la sabiduría y concéntrate en el entendimiento. Clama por inteligencia y pide entendimiento. Búscalos como si fueran plata, como si fueran tesoros escondidos. Entonces comprenderás lo que significa temer al SEÑOR y obtendrás conocimiento de Dios. ¡Pues el SEÑOR concede sabiduría! De su boca provienen el saber y el entendimiento. Al que es honrado, él le concede el tesoro del sentido común. Él es un escudo para los que caminan con integridad.” (Proverbios 2:1-7)
De la lectura de Proverbios 2:1-7 surge una idea trascendental y es que el discernimiento, esa capacidad humana de distinguir entre el bien y el mal, se revela como una virtud de suma importancia ante los ojos de Dios. Exploremos entonces la relevancia que se le atribuye al discernimiento en las Sagradas Escrituras y cómo esta cualidad esencial no solo enriquece nuestra conexión con Dios, sino que también se trata de un requisito importante para obtener Su favor.
No es casualidad que en la Biblia se encuentren numerosas referencias a la importancia del discernimiento espiritual:
- «Confía en el Señor de todo corazón, y no te apoyes en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus sendas.» Proverbios 3:5-6 (NVI)
- «Sométanlo todo a prueba, aférrense a lo bueno, eviten toda clase de mal.» 1 Tesalonicenses 5:21-22 (NVI)
- «En cambio, el alimento sólido es para los adultos, pues han ejercitado la capacidad para distinguir el bien y el mal.» Hebreos 5:14 (NVI):
- «Esto es lo que pido en oración: que el amor de ustedes abunde cada vez más en conocimiento y en buen juicio. Así podrán discernir lo que es mejor y ser puros e irreprochables para el día de Cristo.» Filipenses 1:9-10 (NVI)
- «No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.» Romanos 12:2 (NVI)
Y es que el discernimiento espiritual es el que nos capacita para vivir una vida que refleje los valores y principios de Dios. Vemos que en el libro de Ezequiel, específicamente en el capítulo 44, nos apunta a la necesidad de desarrollar el discernimiento en nuestras vidas, pues nos insta a diferenciar lo sagrado de lo profano, lo ordinario de lo extraordinario, y lo impuro de lo puro. Esa habilidad de discernir es una responsabilidad que nos desafía a profundizar en nuestra comprensión espiritual y a reflejar, a través de nuestras elecciones diarias, la voluntad de Dios.
El discernimiento nos permite entonces orientarnos en un mundo lleno de tentaciones y nos capacita para tomar decisiones informadas y alineadas con la palabra de Dios, fortaleciendo así nuestra relación con El. La búsqueda constante de discernimiento se convierte en un testimonio de nuestro compromiso con la verdad y la rectitud.
Isaías 27:11 arroja una luz aún más intensa sobre la importancia del discernimiento al afirmar que la falta de esta virtud conlleva a la ausencia de compasión y clemencia divina. En otras palabras, la negligencia en desarrollar la habilidad de discernir entre el bien y el mal puede tener consecuencias significativas en nuestra relación con Dios. El llamado a discernir no es simplemente un consejo, sino una exhortación seria que refleja la naturaleza justa y santa de nuestro Dios.
La Biblia también nos proporciona ejemplos de personas que actuaron sin discernimiento, es decir, tomaron decisiones sin considerar la voluntad de Dios o sin pensar en las consecuencias a largo plazo. Aquí hay algunos ejemplos:
- Saúl: La desobediencia de Saúl, primer rey de Israel, con su obrar impulsivo y su evidente falta de discernimiento hizo que Dios rechazara su reinado. (1 Samuel 13-15).
- Sansón: Aunque dotado de una fuerza sobrenatural, su debilidad por las mujeres lo llevó a tomar decisiones imprudentes. La traición de Dalila, revela que su la falta de discernimiento puede conllevar severas consecuencias en el ámbito personal. (Jueces 16).
- Salomón: A pesar de que Dios le había concedido sabiduría, su falta de discernimiento en asuntos espirituales tuvo consecuencias duraderas para el pueblo de Dios. (1 Reyes 11).
- David y Betsabé: Aunque David fue considerado un hombre conforme al corazón de Dios, su falta de discernimiento tuvo consecuencias devastadoras para su reino y familia, pues cometió adulterio con Betsabé y luego intentó cubrir su pecado al ordenar la muerte de su esposo, Urías. (2 Samuel 11).