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Lectura de Hoy

29-04-2024
DEVOCIONAL
Devocional: Números 6
El voto nazareo (Números 6) era asequible a cualquier hombre o mujer (es decir, no exclusivamente levita) y era completamente voluntario. Normalmente, se emprendía durante un período determinado y solía culminar en unas ofrendas y unos sacrificios predeterminados (6:13-21). El voto en sí tenía como propósito separar a alguien para servir a Dios de una forma especial (6:2, 5-8), una especie de autosacrificio voluntario. Tal vez se iniciaba con un culto o meditación especial, pero no era este el aspecto formal y visible del voto. El nazareo manifestaba su voto mediante tres abstinencias. (1) Durante el período del voto, no se podía cortar el cabello. Hasta tal punto era esto una señal de la separación del individuo para Dios, que cuando el período llegaba a su fin, el cabello que hubiese crecido durante el mismo, era cortado y quemado en la ofrenda de comunión (6:18). (2) El nazareo tenía que abstenerse de cualquier contacto con un cadáver. Esto podría resultar muy duro, cuando, por ejemplo, moría un pariente durante el período del voto. En caso de que alguien muriese en presencia de un nazareo, la inevitable suciedad, lo que se podría interpretar como la contaminación del cabello dedicado (6:9), tenía que quitarse mediante un ritual y sacrificio prescrito, que incluía afeitar el cabello ensuciado (6:9-12). (3) El nazareo también tenía que abstenerse de beber alcohol durante la vigencia del voto (6:3,20). Esto también representaba una privación importante, puesto que el vino era una bebida muy común, especialmente en las grandes fiestas. (Era frecuente “cortar” el vino con agua, entre tres partes de agua por una de vino a diez partes agua por una de vino, con lo cual tenía más o menos la misma fuerza que la cerveza). El simbolismo es transparente. (1) Lo que es santo pertenece exclusivamente a Dios y está reservado para su uso (igual que la fuente del tabernáculo o el efod). El símbolo en este caso es el pelo, dedicado al Señor y por tanto no cortado hasta que tuviese que ser ofrendado en sacrificio. (2) lo que es santo pertenece al Dios viviente, no al reino de la muerte y la putrefacción, las cuales brotan del horror del pecado. Fue por esto por lo que los nazareos se tuvieron que abstener de entrar en contacto con los muertos. (3) Lo que es santo encuentra su epicentro y su deleite en Dios. No le hace falta la euforia artificial que produce el alcohol; y menos aún se dejará controlar por cualquier otra cosa que no sea Dios mismo. ¿De qué maneras, entonces, los miembros de la comunidad del nuevo pacto, al responder al llamamiento a ser santos, se dedicarán enteramente a Dios, evitando todo lo que pertenezca al reino de la muerte, no siendo esclavos de nada ni de nadie salvo de Jesús? Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2013. Usado con permiso. |
Devocional: Hebreos 4 |
Hebreos 3:7—4:11 constituye un argumento prolongado. Podemos resumir brevemente lo que dice 3:7-19 y centrar nuestra atención en Hebreos 4:1-11. El autor de Hebreos cita Salmos 95:7-11 (Hebreos 3:7-11), donde encontramos al Espíritu Santo (3:7), el supremo autor de las Escrituras, viene a decir: “No endurezcáis hoy vuestro corazón, como vuestros antepasados hicieron en Cades-barnea, cuando se acercaban por primera vez a la tierra prometida. La mayoría de los espías dieron sus informes sin fe, con la consecuencia de que el pueblo del pacto pasó los siguientes cuarenta años vagando por el desierto en lugar de entrar en el descanso que se le había prometido. No cometáis hoy el mismo error. Si oís la voz de Dios, creed y obedeced, no hagáis como vuestros antepasados”. Las mismas personas que Dios había salvado de la esclavitud fueron condenadas a vagar por el desierto y morir en él. Por tanto, el pueblo de Dios debería perseverar en su fe y obediencia, y no caer en la incredulidad (4:19) de sus antepasados. Hasta este momento, el argumento utiliza la analogía. Hebreos 4 lo lleva mucho más lejos. Si Dios sigue ofreciendo descanso a las personas en la época del Salmo 95, se deduce que el reposo provisto por la tierra prometida no era el definitivo. Josué llevó al pueblo a esta, pero “si Josué les hubiera dado el reposo, Dios no habría hablado posteriormente de otro día” (4:8). Además, cuando Dios jura en su ira que la generación de Cades-barnea nunca entrará en “mi reposo” (Salmos 95:11; Hebreos 3:11; 4:3), el lector reflexivo debe preguntar qué es realmente este “reposo” de Dios. Él “descansó” por primera vez al final de la semana de la creación (Génesis 2:2), constituyendo un modelo para el día de reposo del pacto. Sin embargo, ni este ni el de la tierra prometida son el descanso definitivo, porque en el Salmo 95, “mucho después” (4:7), Dios sigue invitando a las personas a entrar en su reposo, con la condición de perseverar en la fe (4:2, 11). El escritor de Hebreos declara que el reposo definitivo sólo puede ser el Evangelio, en el que hombres y mujeres dejan de trabajar (como Dios hizo en la creación). Toda esta argumentación depende de que se lea la Biblia en su progresión histórica de salvación, es decir, secuencialmente, a lo largo de su línea histórica y observando cómo los trozos no solo encajan perfectamente, sino que apuntan al futuro y anuncian acontecimientos venideros más importantes. El argumento ya no es de analogía, sino de tipología, y nos llama a perseverar en fe y obediencia; forma parte de lo que hace que la palabra de Dios sea viva, activa y penetrante (4:12-13). Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2016. Usado con permiso. |
Números 6 |
La ley del nazareato |
6 De nuevo el SEÑOR dijo a Moisés: 2 «Habla a los israelitas, y diles: “El hombre o la mujer que haga un voto especial, el voto de nazareo, para dedicarse al SEÑOR, 3 se abstendrá de vino y licor; no beberá vinagre, ya sea de vino o de licor, tampoco beberá ningún jugo de uva, ni comerá uvas frescas ni secas. 4 Todos los días de su nazareato no comerá nada de lo que se hace de la vid, desde las semillas hasta la cáscara. 5 ”Durante todos los días del voto de su nazareato no pasará navaja sobre su cabeza. Será santo hasta que se cumplan los días por los cuales se apartó a sí mismo para el SEÑOR; se dejará crecer el cabello. 6 ”Durante todos los días de su nazareato para el SEÑOR, no se acercará a persona muerta. 7 Ni por su padre, ni por su madre, ni por su hermano, ni por su hermana se contaminará a causa de ellos cuando mueran, pues su nazareato para Dios está sobre su cabeza. 8 Todos los días de su nazareato él es santo al SEÑOR. 9 ”Pero si alguien muere repentinamente junto a él, y el nazareo contamina su cabeza consagrada, entonces se rasurará la cabeza el día de su purificación; el día séptimo se la rasurará. 10 Y al octavo día traerá al sacerdote dos tórtolas o dos pichones a la entrada de la tienda de reunión. 11 El sacerdote ofrecerá uno como ofrenda por el pecado y el otro como holocausto, y hará expiación por él, por su pecado, a causa de la persona muerta. Y consagrará su cabeza ese mismo día, 12 y dedicará al SEÑOR los días de su nazareato, y traerá un cordero de un año como ofrenda por su culpa; pero los primeros días quedarán anulados, por cuanto su nazareato fue contaminado. 13 ”Esta es la ley del nazareo cuando se hayan cumplido los días de su nazareato: Él llevará la ofrenda a la entrada de la tienda de reunión, 14 y presentará su ofrenda delante del SEÑOR, un cordero de un año, sin defecto, como holocausto, y una cordera de un año, sin defecto, como ofrenda por el pecado, y un carnero sin defecto, como ofrenda de paz, 15 y una cesta de tortas sin levadura, de flor de harina mezcladas con aceite, y hojaldres sin levadura untados con aceite, junto con sus ofrendas de cereal y sus libaciones. 16 ”Entonces el sacerdote ofrecerá todo esto delante del SEÑOR, y presentará su ofrenda por el pecado y el holocausto. 17 Hará con el carnero un sacrificio de las ofrendas de paz al SEÑOR, junto con la cesta de los panes sin levadura; asimismo, el sacerdote presentará su ofrenda de cereal y su libación. 18 Entonces el nazareo se rasurará el cabello de su cabeza consagrada a la entrada de la tienda de reunión, y tomará el cabello de su cabeza consagrada y lo pondrá en el fuego que arde debajo del sacrificio de las ofrendas de paz. 19 ”El sacerdote tomará la espaldilla hervida, y un pan sin levadura de la cesta, y un hojaldre sin levadura, y los pondrá en las manos del nazareo cuando este se haya rasurado su cabello de nazareo. 20 Después el sacerdote los mecerá como ofrenda mecida delante del SEÑOR. Es cosa sagrada para el sacerdote, junto con el pecho mecido y la pierna levantada; después el nazareo podrá beber vino”. 21 »Esta es la ley del nazareo que hace voto de su ofrenda al SEÑOR, según su nazareato, además de lo que sus recursos le permitan; según el voto que tome, así hará conforme a la ley de su nazareato». La bendición sacerdotal 22 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: 23 «Habla a Aarón y a sus hijos, y diles: “Así bendecirán a los israelitas. Les dirán: 24 El SEÑOR te bendiga y te guarde; 25 El SEÑOR haga resplandecer Su rostro sobre ti, Y tenga de ti misericordia; 26 El SEÑOR alce sobre ti Su rostro, Y te dé paz”. 27 Así invocarán Mi nombre sobre los israelitas, y Yo los bendeciré». Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com |
Salmos 40-41 |
Dios sustenta a su siervo Para el director del coro. Salmo de David. |
40 Esperé pacientemente al SEÑOR, Y Él se inclinó a mí y oyó mi clamor. 2 Me sacó del hoyo de la destrucción, del lodo cenagoso; Asentó mis pies sobre una roca y afirmó mis pasos. 3 Puso en mi boca un cántico nuevo, un canto de alabanza a nuestro Dios. Muchos verán esto, y temerán Y confiarán en el SEÑOR. 4 Cuán bienaventurado es el hombre que ha puesto en el SEÑOR su confianza, Y no se ha vuelto a los soberbios ni a los que caen en falsedad. 5 Muchas son, SEÑOR, Dios mío, las maravillas que Tú has hecho, Y muchos Tus designios para con nosotros; Nadie hay que se compare contigo; Si los anunciara, y hablara de ellos, No podrían ser enumerados. 6 Sacrificio y ofrenda de cereal no has deseado; Me has abierto los oídos; Holocausto y ofrenda por el pecado no has pedido. 7 Entonces dije: «Aquí estoy; En el rollo del libro está escrito de mí; 8 Me deleito en hacer Tu voluntad, Dios mío; Tu ley está dentro de mi corazón». 9 He proclamado buenas nuevas de justicia en la gran congregación; No refrenaré mis labios, Oh SEÑOR, Tú lo sabes. 10 No he escondido Tu justicia dentro de mi corazón; He proclamado Tu fidelidad y Tu salvación; No he ocultado a la gran congregación Tu misericordia y Tu fidelidad. 11 Tú, oh SEÑOR, no retengas Tu compasión de mí; Tu misericordia y Tu fidelidad me guarden continuamente, 12 Porque me rodean males sin número; Mis iniquidades me han alcanzado, y no puedo ver; Son más numerosas que los cabellos de mi cabeza, Y el corazón me falla. 13 Ten a bien, oh SEÑOR, libertarme; Apresúrate, SEÑOR, a socorrerme. 14 Sean avergonzados y humillados a una Los que buscan mi vida para destruirla; Sean vueltos atrás y cubiertos de ignominia Los que se complacen en mi mal. 15 Queden atónitos a causa de su vergüenza Los que me dicen: «¡Ajá, ajá!». 16 Regocíjense y alégrense en Ti todos los que te buscan; Que los que aman Tu salvación digan continuamente: «¡Engrandecido sea el SEÑOR!». 17 Por cuanto yo estoy afligido y necesitado, El Señor me tiene en cuenta. Tú eres mi ayuda y mi libertador; Dios mío, no te tardes. Oración en enfermedad y en tristeza Para el director del coro. Salmo de David. 41 Bienaventurado el que piensa en el pobre; En el día del mal el SEÑOR lo librará. 2 El SEÑOR lo protegerá y lo mantendrá con vida, Y será bienaventurado sobre la tierra. Tú no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos. 3 El SEÑOR lo sostendrá en su lecho de enfermo; En su enfermedad, restaurarás su salud. 4 Yo dije: «Oh SEÑOR, ten piedad de mí; Sana mi alma, porque contra Ti he pecado». 5 Mis enemigos hablan mal contra mí, diciendo: «¿Cuándo morirá y perecerá su nombre?». 6 Y si alguien viene a verme, habla falsedades; Su corazón recoge iniquidad para sí; Cuando sale fuera, lo publica. 7 Todos los que me odian murmuran a una contra mí; Traman hacerme daño, diciendo: 8 «Una cosa del demonio ha sido derramada sobre él, Así que cuando se acueste, no volverá a levantarse». 9 Aun mi íntimo amigo en quien yo confiaba, El que de mi pan comía, Contra mí ha levantado su talón. 10 Pero Tú, oh SEÑOR, ten piedad de mí y levántame, Para que yo les pague como se merecen. 11 En esto sabré que conmigo te complaces, Que mi enemigo no cante victoria sobre mí. 12 En cuanto a mí, me mantienes en mi integridad, Y me afirmas en Tu presencia para siempre. 13 Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel, Desde la eternidad hasta la eternidad. Amén y amén. Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com |
Cantares 4 |
Alabanzas del esposo EL ESPOSO: «¡Cuán hermosa eres, amada mía. Cuán hermosa eres! Tus ojos son como palomas detrás de tu velo; Tu cabellera, como rebaño de cabras Que descienden del monte Galaad. 2 Tus dientes son como rebaño de ovejas trasquiladas Que suben del lavadero, Todas tienen mellizas, Y ninguna de ellas ha perdido su cría. 3 Tus labios son como hilo de escarlata, Y tu boca, encantadora. Tus mejillas, como mitades de granada Detrás de tu velo. 4 Tu cuello, como la torre de David Edificada con hileras de piedras; Miles de escudos cuelgan de ella, Todos escudos de los valientes. 5 Tus dos pechos, como dos crías, Mellizas de una gacela Que pacen entre los lirios. 6 Antes de que sople la brisa del día Y huyan las sombras, Me iré al monte de la mirra Y al collado del incienso. 7 »Toda tú eres hermosa, amada mía, Y no hay defecto en ti. 8 Ven conmigo desde el Líbano, esposa mía, Ven conmigo desde el Líbano. Baja desde la cumbre del Amaná, Desde la cumbre del Senir y del Hermón, Desde las guaridas de los leones, Desde los montes de los leopardos. 9 Has cautivado mi corazón, hermana mía, esposa mía; Has cautivado mi corazón con una sola mirada de tus ojos, Con una sola hebra de tu collar. 10 ¡Cuán hermosos son tus amores, hermana mía, esposa mía! ¡Cuánto mejores son tus amores que el vino, Y la fragancia de tus ungüentos Que todos los bálsamos! 11 Miel virgen destilan tus labios, esposa mía, Miel y leche hay debajo de tu lengua, Y la fragancia de tus vestidos es como la fragancia del Líbano. 12 Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa mía, Huerto cerrado, fuente sellada. 13 Tus renuevos son paraíso de granados, Con frutas escogidas, alheña y nardos, 14 Nardo y azafrán, cálamo aromático y canela, Con todos los árboles de incienso, Mirra y áloes, con todos los mejores bálsamos. 15 Tú eres fuente de huertos, Pozo de aguas vivas, Y corrientes que fluyen del Líbano». LA ESPOSA: 16 «Despierta, viento del norte, Y ven, viento del sur; Hagan que mi huerto exhale fragancia, Que se esparzan sus aromas. Entre mi amado en su huerto Y coma sus mejores frutas». Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com |
Hebreos 4 |
Reposo de Dios y del creyente |
4 Por tanto, temamos, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en Su reposo, alguno de ustedes parezca no haberlo alcanzado. 2 Porque en verdad, a nosotros se nos ha anunciado las buenas nuevas, como también a ellos. Pero la palabra que ellos oyeron no les aprovechó por no ir acompañada por la fe en los que la oyeron. 3 Porque los que hemos creído entramos en ese reposo, tal como Él ha dicho: «COMO JURÉ EN MI IRA: “NO ENTRARÁN EN MI REPOSO”», aunque las obras de Él estaban acabadas desde la fundación del mundo. 4 Porque así ha dicho en cierto lugar acerca del séptimo día: «Y Dios reposó en el séptimo día de todas Sus obras»; 5 y otra vez en este pasaje: «No entrarán en Mi reposo». 6 Por tanto, puesto que todavía falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes antes se les anunció las buenas nuevas no entraron por causa de su desobediencia, 7 Dios otra vez fija un día: Hoy. Diciendo por medio de David después de mucho tiempo, como se ha dicho antes: «SI USTEDES OYEN HOY SU VOZ, NO ENDUREZCAN SUS CORAZONES». 8 Porque si Josué les hubiera dado reposo, Dios no habría hablado de otro día después de ese. 9 Queda, por tanto, un reposo sagrado para el pueblo de Dios. 10 Pues el que ha entrado a Su reposo, él mismo ha reposado de sus obras, como Dios reposó de las Suyas. 11 Por tanto, esforcémonos por entrar en ese reposo, no sea que alguien caiga siguiendo el mismo ejemplo de desobediencia. Poder de la palabra de Dios 12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón. 13 No hay cosa creada oculta a Su vista, sino que todas las cosas están al descubierto y desnudas ante los ojos de Aquel a quien tenemos que dar cuenta. Jesús, el gran Sumo Sacerdote 14 Teniendo, pues, un gran Sumo Sacerdote que trascendió los cielos, Jesús, el Hijo de Dios, retengamos nuestra fe. 15 Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino Uno que ha sido tentado en todo como nosotros, pero sin pecado. 16 Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna. Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com |