Vida Cristiana
¿Debe la iglesia “bendecir” las relaciones entre personas del mismo sexo?
Nota del editor:
El pastor John Piper recibe preguntas de algunos oyentes de su podcast Ask Pastor John. A continuación está una de esas preguntas y su respuesta.
El 2023 terminó con dos grandes declaraciones que recibieron mucha atención en línea y que dieron lugar a una gran cantidad de correos electrónicos para el pastor John. En primer lugar, y la más comentada, el papa dijo que los sacerdotes católicos romanos ahora pueden «bendecir» a las (así llamadas) parejas del mismo sexo, una medida que confundió y enfureció a muchos católicos y no católicos por igual, como era de esperar.
Según el comunicado del Vaticano, esta bendición es «para las parejas en situación irregular y para las parejas del mismo sexo, cuya forma no debe ser fijada ritualmente por las autoridades eclesiales para no producir confusión con la bendición propia del sacramento del matrimonio». Esta supuesta bendición divina es para «aquellos que —reconociéndose indigentes y necesitados de la ayuda [de Dios]— no pretenden una legitimación de su propia condición, sino que ruegan que todo lo que es verdadero, bueno y humanamente válido en su vida y en sus relaciones sea enriquecido, sanado y elevado por la presencia del Espíritu Santo». El papa se esfuerza al tratar de enhebrar una aguja aquí.
Más bruscamente, dos semanas después de esto, Reuters informó que el presidente de Burundi, Évariste Ndayishimiye, pidió a sus ciudadanos que respondieran de otra manera. «Si quieren atraer una maldición al país, acepten el homosexualismo», dijo a los periodistas. Luego añadió: «Incluso creo que a estas personas, si las encontramos en Burundi, es mejor llevarlas a un estadio y apedrearlas. Eso no puede ser pecado». Esta fue una declaración hecha a su nación predominantemente cristiana, tal vez basándose en un texto como Levítico 20:13. Pastor John, ¿qué responderías al papa y al presidente de Burundi?
Bueno, quisiera comenzar mi reflexión mencionando el hecho de que he intentado por todos los medios entender al papa y esa aguja que, según dices, está intentando enhebrar. No le encuentro sentido. Parece contradictorio. Pero permíteme explicar tal como lo veo.
Creo que el Nuevo Testamento nos aleja del tipo de bendición que el papa está respaldando y nos aleja del gobierno tipo turba iracunda o de la pena capital oficial que el presidente de Burundi está respaldando. En otras palabras, el Nuevo Testamento nos aleja de ambas medidas.
Creo que el Nuevo Testamento también nos da a los cristianos otra forma de desaprobar y otra forma de amar a aquellos que pensamos que tienen comportamientos que, en última instancia, son eternamente destructivos. Así pues, empecemos por el Antiguo Testamento y la amenaza del presidente de Burundi de apedrear a los que practican la homosexualidad.
Excomulgar, no ejecutar
¿Las leyes de la pena capital en el Antiguo Testamento —por cosas como adulterio, deshonrar a los padres, tener relaciones sexuales entre dos hombres o dos mujeres— definen la forma en que la iglesia cristiana debe tratar esos pecados? La respuesta claramente es «no».
Hemos tenido varios podcasts en los que tratamos de desentrañar cómo el Antiguo y el Nuevo Testamento se relacionan entre sí. Lo digo sin negar la autoridad del Antiguo Testamento, con su validez para el Israel de la época y su autoridad actual para los cristianos, siendo conscientes de cómo la venida de Jesús el Mesías ha cambiado las cosas.
Cuando el Nuevo Testamento trata con una inmoralidad como el adulterio o el incesto —la cual hubiera sido un crimen capital bajo el antiguo pacto—, la manera en que maneja ese pecado, por ejemplo, en 1 Corintios 5, es excomulgar al pecador de la iglesia en lugar de ejecutar al pecador. En la iglesia, el nuevo pueblo de Dios (que no es un cuerpo político ni étnico ni civil), la excomunión ha sustituido a la pena capital en casos como este.
¿Bendecir el pecado?
Cuando nos referimos a las instrucciones del papa de que los sacerdotes católicos fieles pueden bendecir las uniones entre personas del mismo sexo, tenemos que tener mucho cuidado con cómo estamos entendiendo la naturaleza de la bendición.
He intentado, como dije, entender la redacción de la propuesta del papa, y he escuchado a un sacerdote católico defender la propuesta del papa, y no puedo escapar a la impresión de que aunque se está haciendo el esfuerzo de no consagrar las llamadas «situaciones irregulares» como matrimonio, sin embargo, el propio esfuerzo por proporcionar una vía oficial para que haya una bendición sobre un tipo de unión entre personas del mismo sexo, que la Biblia advierte que es maligna y eternamente destructiva, comunica inevitablemente que el papa no sostiene esa visión bíblica, al menos no con la misma seriedad absoluta con que lo hace el Nuevo Testamento.
La razón por la que digo que debemos tener cuidado con cómo entendemos la naturaleza de la bendición es que el Nuevo Testamento nos lo dice varias veces, muy claramente:
- «Bendigan a los que los maldicen» (Lc 6:28).
- «Bendigan a los que los persiguen» (Ro 12:14).
- «No devolviendo mal por mal, o insulto por insulto, sino más bien bendiciendo» (1 P 3:9).
- «Cuando nos ultrajan, bendecimos» (1 Co 4:12).