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14-05-2024

DEVOCIONAL

Devocional: Números 23

Balán se da cuenta que no puede controlar los oráculos que recibe (Números 23). No puede estar seguro siquiera que recibirá un oráculo: “Quédate aquí, al lado de tu holocausto, mientras yo voy a ver si el Señor quiere reunirse conmigo…” (23:3).

Entonces el Señor puso su palabra en boca de Balán” (23:5), y el mensaje que recibe se relata en el oráculo de los versículos 7 al 10. (1) Bajo una forma poética, explica la independencia del verdadero profeta. Aunque fue Balac quien le llamó, Balán pregunta: “¿Pero cómo podré echar maldiciones sobre quien Dios no ha maldecido? ¿Cómo podré desearle el mal a quien el Señor no se lo desea?” (23:8). (2) La última parte de este primer oráculo atañe a los mismos israelitas. Se consideran distintos a las demás naciones –después de todo, ellos son el pueblo de Dios y de la alianza– y por tanto, un pueblo singular (23:9). No sólo se acrecentarán enormemente sus números, “¿Quién puede calcular la descendencia de Jacob, tan numerosa como el polvo…?”, sino también se declaran “justos”, un pueblo cuyo fin será glorioso (23:10).

Balac no se rinde fácilmente, y el Señor acaba por darle a Balán otro oráculo (23:18-24). Aquí se repiten y se refuerzan los mismos temas. (1) Balán sólo puede pronunciar bendiciones con respecto a Israel. Evidentemente Dios no va a cambiar de parecer simplemente porque Balac quiere que Balán lo intente otra vez. “Dios no es un simple mortal para mentir y cambiar de parecer. ¿Acaso no cumple lo que promete ni lleva a cabo lo que dice?” (23:19). De todas formas, a Balán “se le ha mandado bendecir”, pero aunque quisiera desobedecer este mandato, admite con franqueza: “Se me ha ordenado bendecir, y si eso es lo que Dios quiere, yo no puedo hacer otra cosa” (23:20). “Contra Jacob no hay brujería que valga, ni valen las hechicerías contra Israel” (23:23). (2) En cuanto a Israel, no se aprecia ninguna desgracia o infortunio, ya que “El Señor su Dios está con ellos” (23:21). Puesto que el Dios del Éxodo es su Dios, tienen la fuerza de un toro salvaje, y triunfarán sobre sus enemigos (23:22,24).

Caben dos observaciones: (1) Balac refleja la actitud hacia la religión que caracteriza a los supersticiosos. Para esta gente la religión sirve para multiplicar las bendiciones, e invocar muchas maldiciones. Los dioses están para servirme, y me enfurezco y me frustro si no pueden ser domados. (2) Tras la letanía que se nos da en la Biblia de todas las rebeliones del pueblo de Israel, es asombroso ver como se les loa en estos pasajes. Pero la razón de ello, por supuesto, es que Dios está con ellos, que es él quien les sostiene y les fortalece. Si Dios bendice a su pueblo, no hay maldición que contra ellos pueda prevalecer. Y siendo Dios mismo la fuente de estos oráculos, se trata de la perspectiva de Dios –lo cual es el fundamento de nuestra confianza y de nuestra esperanza..

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2013. Usado con permiso.
Devocional: Isaías 13
La segunda sección importante de Isaías, los capítulos 13—27, se centra en las naciones. Esta palabra del Señor por medio de Isaías no se entrega realmente a las naciones, sino que se pronuncia contra ellas ante el pueblo de Judá y Jerusalén. En un sentido general, el mensaje es parecido al de la primera parte del libro (caps. 1—12): la salvación pertenece únicamente al Señor, por lo que solo se debe confiar en él. La denuncia de las naciones incluye, por tanto, paréntesis tranquilizadores para Judá (p. ej., 14:1-2) y acaba con la liberación del pueblo de Dios (caps. 26—27).
Isaías 13 es un oráculo contra Babilonia. Debido a que en la época de Isaías la principal amenaza militar era Asiria y no Babilonia, muchos críticos piensan que este capítulo es una interpolación posterior, escrita siglo y medio más tarde (alrededor de 550 a.C.), cuando Babilonia no solo había alcanzado la supremacía, sino que ya estaba en declive, ante el empuje del imperio medopersa (véase 13:17). Esta opinión es demasiado escéptica. La introducción al oráculo afirma sin ambigüedades que Isaías, hijo de Amoz, vio esta visión (13:1). Además, Isaías 39 muestra que incluso en la época de este profeta, aunque Babilonia no constituía una amenaza como Asiria, ya era un poder emergente. Sin embargo, lo más importante quizás es que la historia de los babilonios se remontaba a la torre de Babel (Génesis 10:9-1011:1-9) y, por tanto, podía servir como símbolo de todas las naciones que desafían al Dios de Israel, un simbolismo que persiste incluso en el Nuevo Testamento (p. ej., Apocalipsis 17—18), mucho después de la desaparición histórica de esa nación. El desplome definitivo de “Babilonia” tiene lugar cuando “LA GRAN BABILONIA, MADRE DE LAS PROSTITUTAS Y DE LAS ABOMINABLES IDOLATRÍAS DE LA TIERRA”, que “se había emborrachado con la sangre de los santos y de los mártires de Jesús” (Apocalipsis 17:5-6), es destruida en el triunfante amanecer del reinado del Señor Dios Todopoderoso (Apocalipsis 19:6), de aquel que es llamado “Fiel y Verdadero” y cuyo nombre es “el Verbo de Dios” (Apocalipsis 19:1113).

Nótense tres características de este oráculo: (a) una vez más, el “día del Señor” (Isaías 13:6) no sólo está vinculado con la venida del Señor, sino con su juicio. Es un día “cruel, de furor y ardiente ira” (13:9) para los que se oponen al Dios viviente; (b) como algo típico de la poesía hebrea, este día está relacionado con las señales celestiales; es como si toda la naturaleza tuviese que unirse a estos acontecimientos, porque su importancia es universal (13:10; cp. Hechos 2:20); (c) La raíz del pecado que debe destruirse es la arrogancia (13:11, 19).

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2016. Usado con permiso.
Números 23
Primera profecía de Balaam
23 Entonces Balaam dijo a Balac: «Constrúyeme aquí siete altares y prepárame aquí siete novillos y siete carneros». Y Balac hizo tal como Balaam le había dicho, y Balac y Balaam ofrecieron un novillo y un carnero en cada altar. Luego Balaam dijo a Balac: «Ponte junto a tu holocausto, y yo iré; quizá el SEÑOR venga a mi encuentro, y lo que me manifieste te lo haré saber». Y se fue a un cerro sin vegetación. Dios salió al encuentro de Balaam, y este le dijo: «He preparado los siete altares y he ofrecido un novillo y un carnero sobre cada altar». Y el SEÑOR puso palabra en la boca de Balaam, y le dijo: «Vuelve a Balac y así hablarás». Él entonces volvió a Balac, y él estaba junto a su holocausto con todos los jefes de Moab. Y comenzó su discurso, y dijo:
«Desde Aram me ha traído Balac, Rey de Moab, desde los montes del oriente: “Ven, y maldíceme a Jacob; Ven, y condena a Israel”. ¿Cómo maldeciré a quien Dios no ha maldecido? ¿Cómo condenaré a quien el SEÑOR no ha condenado? Porque desde la cumbre de las peñas lo veo, Y desde los montes lo observo. Este es un pueblo que mora aparte, Y que no será contado entre las naciones. 10 ¿Quién puede contar el polvo de Jacob, O numerar la cuarta parte de Israel? Muera yo la muerte de los rectos, Y sea mi fin como el suyo».

Segunda profecía

11 Entonces Balac dijo a Balaam: «¿Qué me has hecho? Te he traído para maldecir a mis enemigos, pero mira, ¡los has llenado de bendiciones!». 12 Y él le respondió: «¿No debo tener cuidado de hablar lo que el SEÑOR pone en mi boca?».
13 Entonces Balac le dijo: «Te ruego que vengas conmigo a otro sitio desde donde podrás verlos, aunque solo verás el extremo de ellos, y no los verás a todos; y desde allí maldícemelos». 14 Lo llevó al campo de Zofim, sobre la cumbre del Pisga, y edificó siete altares y ofreció un novillo y un carnero en cada altar. 15 Y Balaam le dijo a Balac: «Ponte aquí junto a tu holocausto, mientras voy allá a encontrarme con el SEÑOR». 16 El SEÑOR salió al encuentro de Balaam y puso palabra en su boca y le dijo: «Vuelve a Balac y así hablarás». 17 Y él volvió a Balac, quien estaba de pie junto a su holocausto, y los jefes de Moab con él. Y Balac le preguntó: «¿Qué ha dicho el SEÑOR?». 18 Y comenzó su discurso, y dijo:
«Levántate, Balac, y escucha; Dame oídos, hijo de Zipor. 19 Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre, para que se arrepienta. ¿Lo ha dicho Él, y no lo hará? ¿Ha hablado, y no lo cumplirá? 20 Mira, he recibido orden de bendecir; Si Él ha bendecido, yo no lo puedo anular. 21 Él no ha observado iniquidad en Jacob, Ni ha visto malicia en Israel; En él está el SEÑOR su Dios, Y el júbilo de un rey está en él. 22 Dios lo saca de Egipto; Es para él como los cuernos del búfalo. 23 Porque no hay agüero contra Jacob, Ni hay adivinación contra Israel. A su tiempo se le dirá a Jacob Y a Israel: “¡Vean lo que ha hecho Dios!”. 24 Son un pueblo que se levanta como leona, Y se yergue como león; No se echará hasta que devore la presa Y beba la sangre de los que ha matado».
25 Entonces Balac dijo a Balaam: «¡De ninguna manera los maldigas ni los bendigas!». 26 Pero Balaam respondió a Balac: «¿No te dije que todo lo que el SEÑOR hable, eso debo hacer?».
27 Y Balac dijo a Balaam: «Ven, te ruego, te llevaré a otro lugar; quizá le plazca a Dios que me los maldigas desde allí». 28 Entonces Balac llevó a Balaam a la cumbre del monte Peor, que da hacia el desierto. 29 Y Balaam dijo a Balac: «Constrúyeme aquí siete altares y prepárame aquí siete novillos y siete carneros». 30 Balac hizo tal como Balaam le había dicho y ofreció un novillo y un carnero en cada altar.

Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com
Salmos 64-65
LIBRO SEGUNDO
Oración pidiendo protección divina
Para el director del coro. Salmo de David.
64 Escucha mi voz, oh Dios, en mi queja; Guarda mi vida del terror del enemigo. Escóndeme de los planes secretos de los malhechores, Del asalto de los obradores de iniquidad, Que afilan su lengua como espada, Y lanzan palabras amargas como flecha, Para herir en oculto al íntegro; Lo hieren repentinamente, y no temen. Se aferran en propósitos malignos; Hablan de tender trampas en secreto, Y dicen: «¿Quién las verá?». Traman injusticias, diciendo: «Estamos listos con una trama bien concebida; Pues los pensamientos del hombre y su corazón son profundos».
Pero Dios les disparará con flecha; Repentinamente serán heridos. Vuelven su lengua tropezadero contra sí mismos; Todos los que los vean moverán la cabeza. Entonces todos los hombres temerán, Declararán la obra de Dios Y considerarán sus hechos. 10 El justo se alegrará en el SEÑOR, y en Él se refugiará; Y todos los rectos de corazón se gloriarán.

La abundante generosidad de Dios
Para el director del coro. Salmo de David. Cántico.


65 Silencio habrá delante de Ti, y alabanza en Sión, oh Dios. A Ti se cumplirá el voto. ¡Oh Tú, que escuchas la oración! Hasta Ti viene todo hombre. Las iniquidades prevalecen contra mí, Pero nuestras transgresiones Tú las perdonas. Cuán bienaventurado es aquel que Tú escoges y acercas a Ti, Para que more en Tus atrios. Seremos saciados con el bien de Tu casa, Tu santo templo.
Con grandes prodigios nos respondes en justicia, Oh Dios de nuestra salvación, Tú eres la confianza de todos los términos de la tierra  y del más lejano mar; El que afirma los montes con Su poder, Ceñido de potencia; El que calma el rugido de los mares, El estruendo de las olas, Y el tumulto de los pueblos. Por eso los que moran en los confines de la tierra temen Tus obras, Tú haces cantar de júbilo a la aurora y al ocaso.
Tú visitas la tierra y la riegas en abundancia, En gran manera la enriqueces. El río de Dios rebosa de agua; Tú les preparas su grano, porque así preparas la tierra. 10 Riegas sus surcos abundantemente, Allanas sus camellones, La ablandas con lluvias, Bendices sus renuevos. 11 Tú has coronado el año con Tus bienes, Y Tus huellas destilan grasa. 12 Destilan los pastos del desierto, Y los collados se adornan de alegría. 13 Las praderas se visten de rebaños, Y los valles se cubren de grano; Dan voces de júbilo, sí, cantan.
   
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Isaías 13
Profecía sobre Babilonia

13 Oráculo sobre Babilonia que tuvo en visión Isaías, hijo de Amoz.
Levanten estandarte sobre la colina pelada, Alcen a ellos la voz, Agiten la mano para que entren por las puertas de los nobles. Yo he dado órdenes a Mis consagrados, También he llamado a Mis guerreros, A los que se regocijan de Mi gloria, Para ejecutar Mi ira. ¡Se oye ruido de tumulto en los montes, Como de mucha gente! ¡Ruido de estruendo de reinos, De naciones reunidas! El SEÑOR de los ejércitos pasa revista al ejército para la batalla. Vienen de una tierra lejana, De los más lejanos horizontes, El SEÑOR y los instrumentos de Su indignación, Para destruir toda la tierra. Giman, porque cerca está el día del SEÑOR; Vendrá como destrucción del Todopoderoso. Por tanto, todas las manos se debilitarán, El corazón de todo hombre desfallecerá. Todos se aterrarán; Dolores y angustias se apoderarán de ellos, Como mujer de parto se retorcerán; Se mirarán el uno al otro con asombro, Rostros en llamas serán sus rostros. Miren, el día del SEÑOR viene, Cruel, con furia y ardiente ira, Para convertir en desolación la tierra Y exterminar de ella a sus pecadores. 10 Pues las estrellas del cielo y sus constelaciones No destellarán su luz. Se oscurecerá el sol al salir, Y la luna no irradiará su luz. 11 Castigaré al mundo por su maldad Y a los impíos por su iniquidad. También pondré fin a la arrogancia de los soberbios, Y abatiré el orgullo de los despiadados. 12 Haré al mortal más escaso que el oro puro, Y a la humanidad más escasa que el oro de Ofir. 13 Por tanto, haré estremecer los cielos, Y la tierra será removida de su lugar Ante la furia del SEÑOR de los ejércitos, En el día de Su ardiente ira. 14 Y sucederá que, como gacela perseguida O como ovejas que nadie reúne, Cada uno volverá a su propio pueblo, Y cada uno huirá a su propia tierra. 15 Cualquiera que sea hallado será traspasado, Y cualquiera que sea capturado caerá a espada. 16 También sus pequeños serán estrellados Delante de sus ojos; Serán saqueadas sus casas Y violadas sus mujeres.
17 Voy a provocar a los medos contra ellos, Que no estiman la plata ni se deleitan en el oro. 18 Con sus arcos barrerán a los jóvenes, No tendrán compasión ni aun del fruto del vientre, Tampoco de los niños tendrán piedad sus ojos. 19 Y Babilonia, hermosura de los reinos, gloria del orgullo de los caldeos, Será como cuando Dios destruyó a Sodoma y a Gomorra. 20 Nunca más será poblada ni habitada de generación en generación. No pondrá tienda allí el árabe, Ni los pastores harán descansar allí sus rebaños; 21 Sino que allí descansarán los moradores del desierto, Y sus casas estarán llenas de búhos. También habitarán allí los avestruces, y allí brincarán las cabras peludas. 22 En sus torres fortificadas aullarán las hienas Y en sus lujosos palacios los chacales. Está próximo a llegar su tiempo, Y sus días no se prolongarán.

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1 Pedro 1
Saludo
1 Pedro, apóstol de Jesucristo:
A los expatriados, de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos según el previo conocimiento de Dios Padre, por la obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con Su sangre: Que la gracia y la paz les sean multiplicadas a ustedes.

La esperanza viva del cristiano

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según Su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, para obtener una herencia incorruptible, inmaculada, y que no se marchitará, reservada en los cielos para ustedes.
Mediante la fe ustedes son protegidos por el poder de Dios, para la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo. En lo cual ustedes se regocijan grandemente, aunque ahora, por un poco de tiempo si es necesario, sean afligidos con diversas pruebas, para que la prueba de la fe de ustedes, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de Jesucristo; a quien sin haber visto, ustedes lo aman, y a quien ahora no ven, pero creen en Él, y se regocijan grandemente con gozo inefable y lleno de gloria, obteniendo, como resultado de su fe, la salvación de sus almas.
10 Acerca de esta salvación, los profetas que profetizaron de la gracia que vendría a ustedes, diligentemente inquirieron y averiguaron, 11 procurando saber qué persona o tiempo indicaba el Espíritu de Cristo dentro de ellos, al predecir los sufrimientos de Cristo y las glorias que seguirían. 12 A ellos les fue revelado que no se servían a sí mismos, sino a ustedes, en estas cosas que ahora les han sido anunciadas mediante los que les predicaron el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas a las cuales los ángeles anhelan mirar.

Exhortación a la santidad

13 Por tanto, preparen su entendimiento para la acción. Sean sobrios en espíritu, pongan su esperanza completamente en la gracia que se les traerá en la revelación de Jesucristo. 14 Como hijos obedientes, no se conformen a los deseos que antes tenían en su ignorancia, 15 sino que así como Aquel que los llamó es Santo, así también sean ustedes santos en toda su manera de vivir. 16 Porque escrito está: «SEAN SANTOS, PORQUE YO SOY SANTO». 17 Y si invocan como Padre a Aquel que imparcialmente juzga según la obra de cada uno, condúzcanse con temor durante el tiempo de su peregrinación.
18 Ustedes saben que no fueron redimidos de su vana manera de vivir heredada de sus padres con cosas perecederas como oro o plata, 19 sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha: la sangre de Cristo. 20 Porque Él estaba preparado desde antes de la fundación del mundo, pero se ha manifestado en estos últimos tiempos por amor a ustedes. 21 Por medio de Él son creyentes en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, de manera que la fe y esperanza de ustedes sean en Dios.

Exhortación al amor fraternal

22 Puesto que en obediencia a la verdad ustedes han purificado sus almas para un amor sincero de hermanos, ámense unos a otros entrañablemente, de corazón puro. 23 Pues han nacido de nuevo, no de una simiente corruptible, sino de una que es incorruptible, es decir, mediante la palabra de Dios que vive y permanece. 24 Porque:

«TODA CARNE ES COMO LA HIERBA, Y TODA SU GLORIA COMO LA FLOR DE LA HIERBA. SÉCASE LA HIERBA, CÁESE LA FLOR, 25 PERO LA PALABRA DEL SEÑOR PERMANECE PARA SIEMPRE».

Esa es la palabra que a ustedes les fue predicada.

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