Iglesia
Recursos cristianos para el “mes del orgullo”
Junio es el «mes del orgullo» LGBT. Durante este tiempo, muchas organizaciones, entidades estatales y empresas pondrán símbolos y banderas en sus edificios y cambiarán sus logotipos en Internet para la ocasión. Además, en todo el mundo se preparan cientos de eventos y actividades con «perspectiva de género», con el objetivo de darle mayor visibilidad y aceptabilidad al movimiento LGBT. Latinoamérica no es la excepción, ya que este tipo de actividades de difusión crece a ritmo acelerado en nuestra región.
¿Cómo debemos responder los cristianos a este mes tan particular?
¿Por qué junio?
Antes de compartir contigo algunos recursos que pueden ayudarnos como iglesia, vale la pena abordar un poco la historia del «mes del orgullo».
El «mes del orgullo» (Pride month) fue elegido debido a los hechos sucedidos en la ciudad de Nueva York, durante la madrugada del 28 de junio de 1969. En un popular bar gay, el Stonewall Inn, un grupo de asistentes del local se resistieron a ser arrestados e iniciaron un reclamo por el abuso policial. El disturbio de aquella noche se extendió por varios días y se transformó en un símbolo de lucha para el movimiento homosexual y transgénero en Estados Unidos.
A medida que este movimiento ganó fuerza, en medio de un contexto social beligerante y revolucionario, esa fecha fue elegida como «el día del orgullo gay» (hoy, «orgullo LGBT» para incluir al amplio espectro que representa este movimiento social). Por extensión, y como una forma de ganar visibilidad y aceptación, se empezó a usar todo el mes de junio para organizar eventos para celebrar esta visión de la sexualidad humana.
Sin embargo, debemos comprender que el «mes del orgullo» es más que una estrategia de publicidad, porque la fecha está saturada de una narrativa de «lucha por los derechos civiles». Es decir que, desde la perspectiva de sus impulsores, la libertad de la «identidad sexual» es un aspecto que excede las preferencias personales y constituye parte de los derechos civiles fundamentales de las personas. Aunque los cristianos no estemos de acuerdo con lo que este movimiento busca normalizar, pues tenemos la convicción de que no está de acuerdo con la Palabra de Dios, no podemos pasar por alto lo que se busca resaltar durante de este periodo del año para considerar cómo podemos responder con sabiduría.
En pocos años, la iniciativa de celebrar el «mes del orgullo» se extendió por Europa y, más tarde, por Latinoamérica. En los últimos años, empresas y organizaciones de diversa índole se sumaron a la iniciativa, modificando sus logotipos con los colores de la bandera LGBT o realizando las más variadas actividades que van, por ejemplo, desde festivales de cine LGBT y cursos de «tango queer», hasta el ya famoso desfile del orgullo (pride parade).
Para la iglesia latinoamericana, mayormente ajena o bastante distante del desarrollo de estos movimientos sociales, puede resultar abrumadora la cantidad de campañas y eventos relacionados con el género y la sexualidad que se realizan en junio. En especial, porque son abordadas desde una perspectiva contraria a la enseñanza bíblica. Pero si queremos responder con amor y alcanzar a las personas de este movimiento con el evangelio, debemos comenzar con comprender (sin afirmar) la perspectiva del movimiento LGBT y la ideología de género.
Con este fin, he intentado reunir recursos que resulten útiles para comprender este movimiento social, que cada vez toma más fuerza en nuestro medio, con la esperanza de que puedan ser herramientas para la iglesia a la hora de compartir el evangelio y de defender la verdad bíblica en tiempos de confusión.
Recursos basados en experiencias personales
Un buen lugar para comenzar es con la vida de Rosaria Butterfield (62 años). Ella era profesora universitaria de literatura inglesa, por lo que se empapó de las discusiones académicas sobre género y, de hecho, durante mucho tiempo se identificó como lesbiana. Durante aquellos años estuvo en contra de Dios y, en particular, en contra de los cristianos. Sin embargo, el amor y la hospitalidad de unos creyentes que la recibieron en su casa cambió su manera de pensar y marcó el inicio de su búsqueda espiritual. Finalmente, se entregó al Señor y comenzó una nueva vida. Su libro autobiográfico no está traducido al español, pero sí se ha traducido un resumen: Mi caótica conversión. También cuenta su historia en una serie de seis episodios que el podcast del ministerio Aviva Nuestros Corazones ha doblado al español.
Atesorar al Señor como lo más precioso en nuestras vidas es la mejor forma de prepararnos para dar defensa de nuestra esperanza eterna