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Lectura de Hoy

02-06-2024

DEVOCIONAL

Devocional: Deuteronomio 6

Ya hemos reflexionado sobre otros textos bíblicos que tratan sobre la importancia de transmitir el legado de la verdad bíblica a la próxima generación. Este tema constituye el meollo del Deuteronomio 6. Nuevas aportaciones en las que se hace un hincapié especial incluyen:

(1) Los antiguos israelitas tenían el encargo divino de enseñar a la generación siguiente a temer al Dios de la alianza. Moisés enseña al pueblo: “para que durante toda tu vida tú y tus hijos y tus nietos honren al Señor tu Dios cumpliendo todos los preceptos y mandamientos que te doy, y para que disfrutes de larga vida” (Deuteronomio 6:2). Cuando, a partir de aquel momento, un hijo preguntaba a su padre acerca del significado de las leyes, el padre debía explicar el trasfondo, el Éxodo, y el pacto: “El Señor nuestro Dios nos mandó temerle y obedecer estos preceptos, para que siempre nos vaya bien y sigamos con vida. Y así ha sido hasta hoy” (6:24). Por ello debemos preguntarnos qué pasos estamos dando para enseñar a nuestros hijos a temer al Señor nuestro Dios, no con el terror del que se acobarda ante la maldad caprichosa, sino con la profunda convicción que Dios es perfectamente justo, y que no juega con el pecado.

(2) Moisés enfatiza la constancia con la que se debe enseñar a la próxima generación. Los mandamientos que Moisés transmite deben permanecer en el “corazón” del pueblo (6:6; tal vez deberíamos decir “la mente”). Desde esta abundancia siguen las próximas palabras: “Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes” (6:7). Incluso la ropa que vestían y la manera como decoraban sus casas servirían de recordatorio de la Ley de Dios (6:8-9). Cabe que nos preguntemos con qué constancia enseñamos a nuestros hijos el contenido de las escrituras. En el antiguo Israel, los hijos solían aprender sus competencias vocacionales de sus padres, pasando muchas horas a su lado, lo cual facilitaba muchas ocasiones de transmitir las bendiciones del pacto. Nuestra cultura fragmentada implica que estas oportunidades se tienen que forjar y crear.

(3) Ante todo, la generación mayor debía ser modelo de la lealtad absoluta a Dios (6:13-19). Este “modelaje” constante debía incluir el rechazo total y absoluto de la idolatría, la obediencia a las demandas del pacto, la reverencia al nombre de Yahvé, haciendo “lo que es recto y bueno a los ojos del Señor” (6:18) ¿Con qué fidelidad hemos nosotros, por nuestra propia manera de vivir, transmitido a nuestros hijos una vida auténticamente centrada en Dios?

(4) Debe haber de nuestra parte una sensibilidad consciente a las oportunidades de responder a las preguntas de nuestros hijos (6:20-25). Sin cortinas de humo. Si no se sabe la respuesta es mejor buscarla, o encontrar a alguien que la sepa. Debemos preguntarnos si aprovechamos al máximo las preguntas que nuestros hijos nos hacen.

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2013. Usado con permiso.
Devocional: Apocalipsis 4
Apocalipsis 4 es al capítulo 5 lo que un escenario a una obra de teatro. Es una descripción, en simbolismo apocalíptico, del salón del trono del Dios Todopoderoso; Apocalipsis 5 desarrolla una obra en ese escenario.

Juan identifica la voz que oye como la que escuchó por primera vez hablándole como una trompeta (4:1), la del Señor Jesús exaltado (1:10- 16). Este lo llama a través de una puerta abierta en el cielo para que vea los elementos de la espectacular visión que se desarrolla en los versículos siguientes. Inmediatamente, el apóstol está en el “Espíritu” (4:2), quizás un trance provocado por el Espíritu o, quizás, como Pablo (2 Corintios 12:1-10), Juan no conoce realmente la naturaleza de su movimiento. Sin embargo, lo que ve está bastante claro:

(a) Juan ve la crucial importancia y la inefable majestad del Todopoderoso (4:2b-3). No permite que sus lectores olviden que, por encima de todos los tronos temporales, algunos de ellos responsables de una terrible persecución, se encuentra el trono supremo, el de Dios. Describe la brillante gloria de la luz refractándose sobre piedras preciosas, como las joyas de la corona en la torre de Londres. No se puede salir de esta visión y dibujar a Dios. Su belleza cegadora y ardiente provoca sobrecogimiento y no permite réplicas (cp. Ezequiel 1:28).

(b) Juan ve el trono divino realzado por seres celestiales espectaculares (4:4). Aunque es posible interpretar “ancianos” como los creyentes de ambos pactos, es más probable que se refiera a una orden superior de ángeles. Ellos ofrecen a Dios las oraciones de sus santos (5:8), una función angelical (8:3). Los creyentes cantan un cántico nuevo que los ancianos no pueden cantar (14:3). En las visiones de 7:9-11 y 19:1-4, estos se encuentran en círculos concéntricos entre los ángeles y los cuatro seres vivientes (el orden más elevado de seres angelicales). Un anciano interpreta frecuentemente lo que está aconteciendo (p. ej., 5:5), una función típica de los ángeles en la literatura apocalíptica. Aquí, realzan el trono y participan en la adoración.

(c) Juan ve la santa separación del Todopoderoso. Ese es el sentido de las tres viñetas en 4:5-6a. La gran tempestad recuerda al lector el Sinaí (Éxodo 19:16). El mar sirve como símbolo de todo el orden caído; esta es la razón por la que no hay más mar en el nuevo cielo y la nueva tierra (21:1). Estos fenómenos y otros relacionados mantienen a Juan distante de Dios.

(d) Juan ve los cuatro seres vivientes, descritos en términos sacados de Isaías 6 y Ezequiel 1 y 10. Son los seres angelicales más elevados. Orquestan la alabanza del Todopoderoso y reflejan su administración trascendente (4:6b-11). Sólo Dios debe recibir la adoración, porque sólo él es el Creador (4:11) y todas las demás autoridades derivan de la suya (4:10).

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2016. Usado con permiso.
Deuteronomio 6
Exhortaciones y advertencias
6 »Estos, pues, son los mandamientos, los estatutos y los decretos que el SEÑOR su Dios me ha mandado que les enseñe, para que los cumplan en la tierra que van a poseer, para que temas al SEÑOR tu Dios, guardando todos Sus estatutos y Sus mandamientos que yo te ordeno, tú y tus hijos y tus nietos, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados. Escucha, pues, oh Israel, y cuida de hacerlo, para que te vaya bien y te multipliques en gran manera, en una tierra que mana leche y miel, tal como el SEÑOR, el Dios de tus padres, te ha prometido.
»Escucha, oh Israel, el SEÑOR es nuestro Dios, el SEÑOR uno es. Amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. Las enseñarás diligentemente a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Las atarás como una señal a tu mano, y serán por insignias entre tus ojos. Las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas.
10 »Y sucederá que cuando el SEÑOR tu Dios te traiga a la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob, que te daría, una tierra con grandes y espléndidas ciudades que tú no edificaste, 11 y casas llenas de toda buena cosa que tú no llenaste, y cisternas cavadas que tú no cavaste, viñas y olivos que tú no plantaste, y comas y te sacies; 12 entonces ten cuidado, no sea que te olvides del SEÑOR que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre. 13 Temerás solo al SEÑOR tu Dios; y a Él adorarás y jurarás por Su nombre. 14 No seguirán a otros dioses, a ninguno de los dioses de los pueblos que los rodean, 15 porque el SEÑOR tu Dios, que está en medio de ti, es Dios celoso, no sea que se encienda la ira del SEÑOR tu Dios contra ti, y Él te borre de la superficie de la tierra.
16 »No pondrán a prueba al SEÑOR su Dios, como lo hicieron en Masah. 17 Ustedes deben guardar diligentemente los mandamientos del SEÑOR su Dios, y Sus testimonios y Sus estatutos que te ha mandado. 18 Harás lo que es justo y bueno a los ojos del SEÑOR, para que te vaya bien, y para que entres y tomes posesión de la buena tierra que el SEÑOR juró que daría a tus padres, 19 echando fuera a todos tus enemigos de delante de ti, como el SEÑOR ha dicho.
20 »Cuando en el futuro tu hijo te pregunte: “¿Qué significan los testimonios y los estatutos y los decretos que el SEÑOR nuestro Dios les ha mandado?”, 21 entonces dirás a tu hijo: “Nosotros éramos esclavos de Faraón en Egipto, y el SEÑOR nos sacó de Egipto con mano fuerte. 22 Además, el SEÑOR hizo grandes y temibles señales y maravillas delante de nuestros ojos contra Egipto, contra Faraón y contra toda su casa; 23 y nos sacó de allí para traernos y darnos la tierra que Él había jurado dar a nuestros padres”. 24 Así que el SEÑOR nos mandó que observáramos todos estos estatutos, y que temiéramos siempre al SEÑOR nuestro Dios para nuestro bien y para preservarnos la vida, como hasta hoy. 25 Y habrá justicia para nosotros si cuidamos de observar todos estos mandamientos delante del SEÑOR nuestro Dios, tal como Él nos ha mandado.

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Salmo 89
LIBRO TERCERO
El pacto del SEÑOR con David, y las aflicciones de Israel
Masquil de Etán el ezraíta.
89 Por siempre cantaré de las misericordias del SEÑOR; Con mi boca daré a conocer Tu fidelidad a todas las generaciones. Porque dije: «Para siempre será edificada la misericordia; En los cielos mismos establecerás Tu fidelidad». «Yo he hecho un pacto con Mi escogido, He jurado a David Mi siervo: Estableceré tu descendencia para siempre, Y edificaré tu trono por todas las generaciones».        (Selah)
Los cielos alabarán Tus maravillas, SEÑOR, Y también Tu fidelidad en la asamblea de los santos. Porque, ¿quién en el firmamento se puede comparar al SEÑOR? ¿Quién entre los hijos de los poderosos es como el SEÑOR, Dios muy temido en el consejo de los santos, E imponente sobre todos los que están en Su derredor? Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos, ¿quién como Tú, poderoso SEÑOR? Tu fidelidad también te rodea. Tú dominas la soberbia del mar; Cuando sus olas se levantan, Tú las calmas. 10 Tú aplastaste a Egipto como a uno herido de muerte; Esparciste a Tus enemigos con Tu brazo poderoso.
11 Tuyos son los cielos, Tuya también la tierra; El mundo y todo lo que en él hay, Tú lo fundaste. 12 El norte y el sur, Tú los creaste; El Tabor y el Hermón aclamarán con gozo a Tu nombre. 13 Tú tienes un brazo fuerte; Tu mano es poderosa, Tu diestra es exaltada. 14 La justicia y el derecho son el fundamento de Tu trono; La misericordia y la verdad van delante de Ti. 15 ¡Cuán bienaventurado es el pueblo que sabe lo que es la voz de júbilo! Andan, SEÑOR, a la luz de Tu rostro. 16 En Tu nombre se regocijan todo el día, Y por Tu justicia son enaltecidos. 17 Porque Tú eres la gloria de su potencia, Y por Tu gracia es exaltado nuestro poder. 18 Pues del SEÑOR es nuestro escudo, Y del Santo de Israel nuestro rey.
19 Una vez hablaste en visión a Tus santos, Y dijiste: «He ayudado a un poderoso; He exaltado a uno escogido de entre el pueblo. 20 He hallado a David Mi siervo; Lo he ungido con Mi óleo santo, 21 Y con él estará siempre Mi mano; Mi brazo también lo fortalecerá. 22 No lo engañará el enemigo, Ni lo afligirá el hijo de maldad, 23 Sino que Yo aplastaré a sus adversarios delante de él, Y heriré a los que lo aborrecen. 24 Con él estarán Mi fidelidad y Mi misericordia, Y en Mi nombre será exaltado su poder. 25 Pondré también su mano sobre el mar Y su diestra sobre los ríos. 26 Él clamará a Mí: “Mi Padre eres Tú, Mi Dios y la roca de mi salvación”. 27 Yo también lo haré Mi primogénito, El más excelso de los reyes de la tierra. 28 Para siempre conservaré Mi misericordia hacia él, Y Mi pacto le será confirmado. 29 Así estableceré su descendencia para siempre Y su trono como los días de los cielos.
30 »Si sus hijos abandonan Mi ley Y no andan en Mis juicios, 31 Si violan Mis estatutos Y no guardan Mis mandamientos, 32 Entonces castigaré con vara su transgresión Y con azotes su iniquidad. 33 Pero no quitaré de él Mi misericordia, Ni obraré falsamente en Mi fidelidad. 34 No quebrantaré Mi pacto, Ni cambiaré la palabra de Mis labios. 35 Una vez he jurado por Mi santidad; No mentiré a David. 36 Su descendencia será para siempre, Y su trono como el sol delante de Mí. 37 Será establecido para siempre como la luna, Fiel testigo en el cielo».     (Selah)
38 Pero Tú lo has rechazado y desechado, Contra Tu ungido te has enfurecido. 39 Has despreciado el pacto de Tu siervo; Has profanado su corona echándola por tierra. 40 Has derribado todos sus muros; Has convertido en ruinas sus fortalezas. 41 Todos los que pasan por el camino lo saquean; Ha venido a ser una afrenta para sus vecinos. 42 Tú has exaltado la diestra de sus adversarios; Has hecho que se regocijen todos sus enemigos. 43 Has retirado también el filo de su espada, Y no le has hecho estar firme en la batalla. 44 Has hecho cesar su esplendor, Y has echado por tierra su trono. 45 Has acortado los días de su juventud; Lo has cubierto de ignominia.      (Selah)
46 ¿Hasta cuándo, SEÑOR? ¿Te esconderás para siempre? ¿Arderá como el fuego Tu furor? 47 Recuerda cuán breve es mi vida; ¡Con qué propósito vano has creado a todos los hijos de los hombres! 48 ¿Qué hombre podrá vivir y no ver la muerte? ¿Podrá librar su alma del poder del Seol?         (Selah)
49 ¿Dónde están, Señor, Tus misericordias de antes, Que en Tu fidelidad juraste a David? 50 Recuerda, Señor, el oprobio de Tus siervos; Cómo llevo dentro de mí el oprobio de muchos pueblos, 51 Con el cual Tus enemigos, oh SEÑOR, han injuriado, Con el cual han injuriado los pasos de Tu ungido.
52 ¡Bendito sea el SEÑOR para siempre! Amén y amén.o y al amigo; Mis conocidos están en tinieblas.

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Isaías 34
Juicio contra las naciones

34 Acérquense, naciones, para oír, y escuchen, pueblos. Oiga la tierra y cuanto hay en ella, el mundo y todo lo que de él brota. Porque el enojo del SEÑOR es contra todas las naciones, Y Su furor contra todos sus ejércitos. Las ha destruido por completo, Las ha entregado a la matanza. Sus muertos serán arrojados, De sus cadáveres subirá el hedor, Y las montañas serán empapadas con su sangre. Todo el ejército de los cielos se consumirá, Y los cielos se enrollarán como un pergamino. También todos sus ejércitos se marchitarán Como se marchita la hoja de la vid, O como se marchita la de la higuera. Porque Mi espada está embriagada en el cielo, Descenderá para hacer juicio sobre Edom Y sobre el pueblo que Yo he dedicado a la destrucción. La espada del SEÑOR está llena de sangre, Está llena de sebo, de la sangre de corderos y de machos cabríos, De sebo de los riñones de carneros. Porque el SEÑOR tiene un sacrificio en Bosra, Y una gran matanza en la tierra de Edom. Con ellos caerán búfalos Y novillos junto con toros. Así su tierra se embriagará de sangre, Y su polvo será engrasado de sebo. Porque es día de venganza del SEÑOR, Año de retribución para la causa de Sión. Los torrentes de Edom se convertirán en brea, Su polvo en azufre, Y su tierra será brea ardiente. 10 No se apagará ni de noche ni de día, Su humo subirá para siempre. De generación en generación permanecerá desolada, Nunca jamás pasará nadie por ella. 11 Pero el pelícano y el erizo la poseerán, El búho y el cuervo habitarán en ella. Dios extenderá sobre ella el cordel de desolación Y la plomada del vacío. 12 Sus nobles (y allí no hay ninguno A quien puedan proclamar rey) Y todos sus príncipes serán nada. 13 Espinos crecerán en sus palacios, Ortigas y cardos en sus ciudades fortificadas. Será también guarida de chacales Y morada de crías de avestruz. 14 Las fieras del desierto se encontrarán con las hienas, El macho cabrío llamará a los de su especie. Sí, el monstruo nocturno se establecerá allí, Y encontrará para sí lugar de reposo. 15 Allí la serpiente anidará y pondrá sus huevos, Los incubará y juntará su cría bajo su sombra. También allí se juntarán los halcones, Cada uno con su compañera.
16 Busquen en el libro del SEÑOR, y lean: Ninguno de ellos faltará, Ninguno carecerá de su compañera. Porque Su boca lo ha mandado, Y Su Espíritu los ha reunido. 17 Él les ha echado suertes, Y Su mano les ha repartido la tierra con el cordel. La poseerán para siempre; De generación en generación morarán en ella.

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Apocalipsis 4
Visión del trono de Dios
4 Después de esto miré, y vi una puerta abierta en el cielo. Y la primera voz que yo había oído, como sonido de trompeta que hablaba conmigo, decía: «Sube acá y te mostraré las cosas que deben suceder después de estas». Al instante estaba yo en el Espíritu, y vi un trono colocado en el cielo, y a Uno sentado en el trono. El que estaba sentado era de aspecto semejante a una piedra de jaspe y sardio, y alrededor del trono había un arco iris, de aspecto semejante a la esmeralda. Y alrededor del trono había veinticuatro tronos. Y sentados en los tronos, veinticuatro ancianos vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en la cabeza. Del trono salían relámpagos, voces, y truenos. Delante del trono había siete lámparas de fuego ardiendo, que son los siete Espíritus de Dios.
Delante del trono había como un mar transparente semejante al cristal; y en medio del trono y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos por delante y por detrás. El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo ser era semejante a un becerro; el tercer ser tenía el rostro como el de un hombre, y el cuarto ser era semejante a un águila volando. Los cuatro seres vivientes, cada uno de ellos con seis alas, estaban llenos de ojos alrededor y por dentro, y día y noche no cesaban de decir:

«SANTO, SANTO, SANTO ES EL SEÑOR DIOS, EL TODOPODEROSO, el que era, el que es y el que ha de venir».
Y cada vez que los seres vivientes dan gloria, honor, y acción de gracias a Aquel que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, 10 los veinticuatro ancianos se postran delante de Aquel que está sentado en el trono, y adoran a Aquel que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo:

11 «Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el poder, porque Tú creaste todas las cosas, y por Tu voluntad existen y fueron creadas».

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