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16-06-2024

DEVOCIONAL

Devocional: Salmos 108-109

El Salmo 108 se distingue algo de los otros salmos. Aparte de algunos cambios menores, está compuesto de partes de otros dos salmos. El salmo 108:1-5 sigue el salmo 57:7-11; salmo 108:6-13 sigue salmo 60:5-12. No obstante, el sentimiento que despierta el conjunto es asombrosamente diferente.

Tanto en los Salmos 57 como en el 60 encontramos a David bajo una presión enorme. En el caso de aquel primero, el subtítulo que introduce el salmo sitúa a David en plena huida de Saúl, y refugiándose en una cueva; en este segundo, David y sus tropas han sufrido una derrota. En ambos casos, sin embargo, el salmo acaba en canto de alabanza y confianza –y estos cantos de alabanza respectivos se encuentran para constituir el salmo 108. Aunque dicho salmo, alude a una situación angustiosa que incluye cierta experiencia de castigo infligido por Dios (108:11), el tono del salmo en su conjunto se aleja de los tintes sombríos de las primeras partes de los dos otros salmos y acaba rebosando de adoración y confianza.

Este hecho sencillo nos obliga a reconocer algo muy importante. Los dos salmos anteriores, el 57 y el 60, nos resultarán sin duda particularmente apropiados cuando nos enfrentamos a algún peligro –sea individual o colectivo– o cuando hayamos sufrido alguna derrota humillante. El presente salmo, en cambio, resonará en nuestros oídos cuando en el momento de hacer alguna pausa para recordar las múltiples bendiciones de Dios, y para traer otra vez a la mente la grandeza de su soberanía y el hecho de que es absolutamente digno de recibir nuestra adoración. Puede que sea especialmente provechoso para cuando estemos a punto de emprender una nueva iniciativa para la cual nuestra fe deba anclarse de nuevo. Esta perspectiva de una aplicación nueva y diferente ocurre porque las mismas palabras se encuentran en dos contextos diferentes. Y de esto se trata, justamente.

Aunque todas las Escrituras sean verdaderas y de crucial importancia, mereciendo el estudio, la reflexión y el pensamiento aplicado con rigor, el Señor nuestro Dios, en su sabiduría, no nos ha dado una Biblia compuesta de principios abstractos, sino un tejido de textos muy diversos, cada uno de ellos fruto de vivencias muy diferentes. Pese a la diversidad, por supuesto, sigue habiendo un hilo conductor que lo engloba todo, y una única Mente detrás de ella. El rico entramado de experiencias humanas variadas que se refleja en los diferentes libros, y pasajes, de la Biblia –particularmente en los salmos– permite que la Biblia nos hable con una fuerza y poder singulares allí donde el encaje entre la experiencia del autor humano y la nuestra sea especialmente íntimo.

Gracias a esta asombrosa riqueza, Dios merece que lo adoremos con reverencia. ¿Qué otra mente que no sea la suya, qué amplitud de comprensión, qué benevolente soberanía en la composición de los escritos, podría dar lugar a una obra tan unificada y al mismo tiempo tan profundamente diversa? Aquí también hay razones para añadir nuestro “amén” a las palabras del 108:5: “Exaltado seas, oh Dios, por encima de los cielos más altos. Que tu gloria brille sobre toda la tierra”.

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2013. Usado con permiso.
Devocional: Isaías 48
Una cosa es que Dios levantase a un Ciro que permitiese a los judíos volver a Jerusalén, pero ¿estarán estos dispuestos a ir? Y si están dispuestos a regresar físicamente y reconstruir Jerusalén, ¿están preparados espiritualmente para abandonar el pecado que los envió al exilio? (Isaías 48).

Todo indica que no. Formalmente, hacen sus juramentos en el nombre del Señor “e invocan al Dios de Israel, pero no con sinceridad ni justicia” (48:1). Los cautivos siguen definiéndose como “ciudadanos de la ciudad santa” (48:2), Jerusalén, que allá por el siglo VI a.C. era un montón de escombros. No obstante, una de las razones por las que Dios predijo estas cosas, incluyendo el retorno del pueblo, es que él sabía bien que muchos de los judíos se enredarían tanto en la idolatría babilónica que podían verse tentados a otorgar el mérito de su retorno a sus ídolos (48:3-6). Además, pueden ser obstinados (48:4), traicioneros y rebeldes (48:8), como sus antepasados. El “horno de la aflicción” (48:10) les ha enseñado tan poco que la única razón por la que Dios no los hace desaparecer totalmente es que quiere preservar la honra de su propio nombre (48:9-11). El mundo debe saber que Babilonia no reina; es Dios quien lo hace. Por tanto, él seguirá adelante, aunque el terrible pecado en medio de su pueblo no se haya resuelto, ni siquiera tras pasar por el exilio.

Lo trágico es que, incluso exiliado, el pueblo de Dios no estaba dispuesto a escuchar (48:1, 12, 16, 17-18). Toda su historia habría sido radicalmente distinta, llena de bendiciones indescriptibles, si solo hubiesen prestado atención a los mandatos de Dios (48:18-19). Su “paz habría sido como un río”, su “justicia, como las olas del mar” (48:18). Incluso ahora lo que más necesitan es marcharse de Babilonia (48:20-21), aún no físicamente, por supuesto, porque Ciro todavía no se ha levantado ni lo ha aprobado; sino moralmente, espiritualmente. Sin embargo, si el pueblo permanece en su pecado después de ser liberado de Babilonia, envenenará su nueva libertad: “’No hay paz para el malvado’, dice el Señor” (48:22), una advertencia continua no menos aplicable en la actualidad.

Por tanto, el siervo de Dios Ciro no proveerá la respuesta definitiva. Puede que libere a los judíos del exilio, pero no de su pecado, algo que establece el escenario para la reintroducción del Siervo ideal, que vuelve en el capítulo 49. De hecho, aparece probablemente de forma bastante enigmática en 48:16, ya que quien habla allí tiene al Espíritu sobre él (como en 42:1) y es llamado por Dios (como en 49:1). Sin embargo, no hay duda de su presencia en Isaías 49. En este Siervo del Señor se encuentro el único socorro duradero para el pueblo de Dios.

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2016. Usado con permiso.
Deuteronomio 21
Expiación en caso de asesinato
21 »Si en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da para que la poseas, fuera encontrado alguien asesinado, tendido en el campo, y no se sabe quién lo mató, entonces tus ancianos y tus jueces irán y medirán la distancia a las ciudades que están alrededor del muerto. Y sucederá que los ancianos de la ciudad más próxima al lugar donde fue hallado el muerto, tomarán de la manada una novilla que no haya trabajado y que no haya llevado yugo; y los ancianos de esa ciudad traerán la novilla a un valle de aguas perennes, el cual no haya sido arado ni sembrado, y quebrarán el cuello de la novilla allí en el valle.
»Entonces se acercarán los sacerdotes, hijos de Leví, porque el SEÑOR tu Dios los ha escogido para que le sirvan y para bendecir en el nombre del SEÑOR, y ellos decidirán todo litigio y toda ofensa; y todos los ancianos de la ciudad más cercana al lugar donde fue hallado el muerto, lavarán sus manos sobre la novilla cuyo cuello fue quebrado en el valle; y responderán y dirán: “Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros ojos han visto nadaPerdona a Tu pueblo Israel, al cual has redimido, oh SEÑOR, y no culpes de sangre inocente a Tu pueblo Israel”. Y la culpa de la sangre les será perdonada. Así limpiarás la culpa de sangre inocente de en medio de ti, cuando hagas lo que es recto a los ojos del SEÑOR.

Otras leyes

10 »Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, y el SEÑOR tu Dios los entregue en tus manos, y los tomes en cautiverio, 11 y veas entre los cautivos una mujer hermosa, y la desees, y la tomes para ti por mujer, 12 la traerás a tu casa, y ella se rasurará la cabeza y se cortará sus uñas. 13 También se quitará el vestido de su cautiverio, permanecerá en tu casa y llorará por su padre y por su madre por todo un mes; después de eso podrás llegarte a ella y ser su marido, y ella será tu mujer. 14 Pero si no te agrada, la dejarás ir adonde quiera. No la venderás por dinero, ni la maltratarás, porque la has humillado.
15 »Si un hombre tiene dos mujeres, una amada y otra aborrecida, y tanto la amada como la aborrecida le han dado hijos, si el primogénito es de la aborrecida, 16 el día que reparta lo que tiene entre sus hijos, no puede él hacer primogénito al hijo de la amada con preferencia al hijo de la aborrecida, que es el primogénito, 17 sino que reconocerá al primogénito, al hijo de la aborrecida, dándole una porción doble de todo lo que tiene, porque él es el principio de su vigor; a él le pertenece el derecho de primogenitura.
18 »Si un hombre tiene un hijo terco y rebelde que no obedece a su padre ni a su madre, y aunque lo castiguen, ni aun así les hace caso, 19 el padre y la madre lo tomarán y lo llevarán fuera a los ancianos de su ciudad, a la puerta de su ciudad natal. 20 Y dirán a los ancianos de la ciudad: “Este hijo nuestro es terco y rebelde, no nos obedece, es glotón y borracho”. 21 Entonces todos los hombres de la ciudad lo apedrearán hasta que muera. Así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá esto y temerá.
22 »Si un hombre ha cometido pecado digno de muerte, y se le ha dado muerte, y lo has colgado de un árbol, 23 su cuerpo no quedará colgado del árbol toda la noche, sino que ciertamente lo enterrarás el mismo día (pues el colgado es maldito de Dios), para que no contamines la tierra que el SEÑOR tu Dios te da en heredad

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Salmos 108-109
LIBRO QUINTO
Alabanza y súplica
Cántico. Salmo de David.
108 Mi corazón está firme, oh Dios; Cantaré, cantaré alabanzas, aun con mi alma. ¡Despierten, arpa y lira! ¡A la aurora despertaré! Te daré gracias entre los pueblos, SEÑOR; Te cantaré alabanzas entre las naciones. Porque grande, por encima de los cielos, es Tu misericordia, Y hasta el firmamento Tu verdad. Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios, Sobre toda la tierra sea Tu gloria. Para que sean librados Tus amados, Salva con Tu diestra, y respóndeme.
Dios ha hablado en Su santuario: «Me alegraré, repartiré a Siquem Y mediré el valle de Sucot. Mío es Galaad, Mío es Manasés, Efraín es el casco de Mi cabeza, Judá es Mi cetro. Moab es la vasija en que me lavo; Sobre Edom arrojaré Mi calzado; Sobre Filistea lanzaré gritos».
10 ¿Quién me conducirá a la ciudad fortificada? ¿Quién me guiará hasta Edom? 11 ¿No eres Tú, oh Dios, el que nos ha rechazado? ¿No saldrás, oh Dios, con nuestros ejércitos? 12 Danos ayuda contra el adversario, Pues vano es el auxilio del hombre. 13 En Dios haremos proezas, Y Él pisoteará a nuestros adversarios.

Oración pidiendo venganza
Para el director del coro. Salmo de David.


109 Oh Dios de mi alabanza, No calles. Porque contra mí han abierto su boca impía y engañosa; Con lengua mentirosa han hablado contra mí. Me han rodeado también con palabras de odio, Y sin causa han luchado contra mí. En pago de mi amor, obran como mis acusadores, Pero yo oro. Así me han pagado mal por bien, Y odio por mi amor.
Pon a un impío sobre él, Y que un acusador esté a su diestra. Cuando sea juzgado, salga culpable, Y su oración se convierta en pecado. Sean pocos sus días, Y que otro tome su cargo. Sean huérfanos sus hijos, Y viuda su mujer. 10 Vaguen errantes sus hijos, y mendiguen, Y busquen el sustento lejos de sus hogares en ruinas. 11 Que el acreedor se apodere de todo lo que tiene, Y extraños saqueen el fruto de su trabajo. 12 Que no haya quien le extienda misericordia, Ni haya quien se apiade de sus huérfanos. 13 Sea exterminada su posteridad, Su nombre sea borrado en la siguiente generación.
14 Sea recordada ante el SEÑOR la iniquidad de sus padres, Y no sea borrado el pecado de su madre. 15 Estén continuamente delante del SEÑOR, Para que Él corte de la tierra su memoria; 16 Porque él no se acordó de mostrar misericordia, Sino que persiguió al afligido, al necesitado Y al de corazón decaído para matarlos. 17 También amaba la maldición, y esta vino sobre él; No se deleitó en la bendición, y ella se alejó de él. 18 Se vistió de maldición como si fuera su manto, Y entró como agua en su cuerpo Y como aceite en sus huesos. 19 Séale como vestidura con que se cubra, Y por cinto con que se ciña siempre. 20 Sea esta la paga del SEÑOR para mis acusadores, Y para los que hablan mal contra mi alma.
21 Pero Tú, oh DIOS, Señor, por amor de Tu nombre hazme bien; Líbrame, pues es buena Tu misericordia; 22 Porque afligido y necesitado estoy, Y mi corazón está herido dentro de mí. 23 Voy pasando como sombra que se alarga; Soy sacudido como la langosta. 24 Mis rodillas están débiles por el ayuno, Y mi carne sin gordura ha enflaquecido. 25 Me he convertido también en objeto de oprobio para ellos; Cuando me ven, menean la cabeza.
26 Ayúdame, SEÑOR, Dios mío, Sálvame conforme a Tu misericordia; 27 Y que sepan que esta es Tu mano, Que Tú, SEÑOR, lo has hecho. 28 Maldigan ellos, pero Tú bendice; Cuando se levanten, serán avergonzados, Pero Tu siervo se alegrará. 29 Sean vestidos de oprobio mis acusadores, Y cúbranse con su propia vergüenza como con un manto.
30 Con mi boca daré abundantes gracias al SEÑOR, Y en medio de la multitud lo alabaré. 31 Porque Él está a la diestra del pobre, Para salvarlo de los que juzgan su alma.

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Isaías 48
Reprensión a Israel y promesa de liberación

48 »Oigan esto, casa de Jacob, los que llevan el nombre de Israel Y salieron de las entrañas de Judá, Los que juran por el nombre del SEÑOR Y hacen mención del Dios de Israel, Pero no en verdad ni en justicia, Aunque llevan el nombre de la ciudad santa, Y se apoyan en el Dios de Israel, Cuyo nombre es SEÑOR de los ejércitos. Las cosas pasadas desde hace tiempo las declaré, De Mi boca salieron y las proclamé. De repente actué y se cumplieron. Por cuanto sé que eres obstinado, Que tu cuello es tendón de hierro Y tu frente de bronce, Yo, pues, te las declaré desde hace tiempo. Antes de que sucedieran te las proclamé, No sea que dijeras: “Mi ídolo las ha hecho, Y mi imagen tallada o fundida las ha ordenado”. Lo has oído; míralo todo. Y ustedes, ¿no lo declararán? Desde este momento te hago oír cosas nuevas Y ocultas que no conocías. Ahora han sido creadas, y no hace tiempo, Y antes de hoy no las habías oído, Para que no digas: “Yo las conocía”. Sí, tú no las oíste, ni nunca las conociste. Ciertamente, no habían sido abiertos de antemano tus oídos, Porque Yo sabía que obrarías con mucha perfidia, Y rebelde te han llamado desde el seno materno. Por amor a Mi nombre contengo Mi ira, Y para Mi alabanza la reprimo contra ti A fin de no destruirte. 10 Pues te he purificado, pero no como a plata; Te he probado en el crisol de la aflicción. 11 Por amor Mío, por amor Mío, lo haré, Porque ¿cómo podría ser profanado Mi nombre? Mi gloria, pues, no la daré a otro.
12 »Óyeme, Jacob, Israel a quien llamé: Yo soy, Yo soy el primero y también soy el último. 13 Ciertamente Mi mano fundó la tierra, Y Mi diestra extendió los cielos; Cuando los llamo, comparecen juntos. 14 Congréguense, todos ustedes, y escuchen. ¿Quién de entre ellos ha declarado estas cosas? El SEÑOR lo ama. Él ejecutará Su voluntad en Babilonia, Y Su brazo será contra los caldeos. 15 Yo, Yo he hablado, en verdad lo he llamado, Lo he traído; y su camino prosperará. 16 Acérquense a Mí, escuchen esto: Desde el principio no he hablado en secreto, Desde el momento en que sucedió, allí estaba Yo. Y ahora me ha enviado el Señor DIOS, y Su Espíritu».
17 Así dice el SEÑOR, tu Redentor, el Santo de Israel: «Yo soy el SEÑOR tu Dios, que te enseña para tu beneficio, Que te conduce por el camino en que debes andar. 18 ¡Si tan solo hubieras atendido a Mis mandamientos! Entonces habría sido tu paz como un río, Y tu justicia como las olas del mar. 19 Sería como la arena tu descendencia, Y tus hijos como sus granos. Nunca habría sido cortado ni borrado su nombre de Mi presencia».
20 Salgan de Babilonia, huyan de los caldeos; Con voz de júbilo anuncien, proclamen esto, Publíquenlo hasta los confines de la tierra; Digan: «El SEÑOR ha redimido a Su siervo Jacob». 21 No padecieron sed cuando Él los condujo por los desiertos. Hizo que brotara agua de la roca para ellos, Partió la peña, y las aguas corrieron. 22 «No hay paz para los malvados», dice el SEÑOR.

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Apocalipsis 18
La caída de Babilonia
18 Después de esto vi a otro ángel descender del cielo, que tenía gran poder, y la tierra fue iluminada con su gloria. Y gritó con potente voz: «¡Cayó, cayó la gran Babilonia! Se ha convertido en habitación de demonios, en guarida de todo espíritu inmundo y en guarida de toda ave inmunda y aborrecible. Porque todas las naciones han bebido del vino de la pasión de su inmoralidad, y los reyes de la tierra han cometido actos inmorales con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido con la riqueza de su sensualidad».
Y oí otra voz del cielo que decía: «Salgan de ella, pueblo mío, para que no participen de sus pecados y para que no reciban de sus plagas. Porque sus pecados se han amontonado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus iniquidades. Páguenle tal como ella ha pagado, y devuélvanle doble según sus obras. En la copa que ella ha preparado, preparen el doble para ella. Cuanto ella se glorificó a sí misma y vivió sensualmente, así denle tormento y duelo, porque dice en su corazón: “YO estoy SENTADA como REINA, Y NO SOY VIUDA y nunca veré duelo”.
»Por eso, en un solo día, vendrán sus plagas: muerte, duelo, y hambre, y será quemada con fuego; porque el Señor Dios que la juzga es poderoso. Y los reyes de la tierra que cometieron actos de inmoralidad y vivieron sensualmente con ella, llorarán y se lamentarán por ella cuando vean el humo de su incendio. 10 Y de pie, desde lejos por causa del temor de su tormento, dirán: “¡Ay, ay, la gran ciudad, Babilonia, la ciudad fuerte! Porque en una hora ha llegado tu juicio”.
11 »Los mercaderes de la tierra lloran y se lamentan por ella, porque ya nadie compra sus mercaderías: 12 cargamentos de oro, plata, piedras preciosas, perlas, lino fino, púrpura, seda y escarlata; toda clase de maderas olorosas y todo objeto de marfil y todo objeto hecho de maderas preciosas, bronce, hierro, y mármol; 13 y canela, especias aromáticas, incienso, perfume, mirra, vino, aceite de oliva; y flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos, carros, esclavos, y vidas humanas. 14 Y el fruto que tanto has anhelado se ha apartado de ti, y todas las cosas que eran lujosas y espléndidas se han alejado de ti, y nunca más las hallarán. 15 Los mercaderes de estas cosas que se enriquecieron a costa de ella, se pararán lejos a causa del temor de su tormento, llorando y lamentándose, 16 y diciendo: “¡Ay, ay, la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, púrpura y escarlata, y adornada de oro, piedras preciosas y perlas! 17 En una hora ha sido arrasada tanta riqueza”. Todos los capitanes, pasajeros, y marineros, y todos los que viven del mar, se pararon a lo lejos, 18 y al ver el humo de su incendio gritaban: “¿Qué ciudad es semejante a la gran ciudad?”. 19 Y echaron polvo sobre sus cabezas, y llorando y lamentándose, gritaban: “¡Ay, ay, la gran ciudad en la cual todos los que tenían naves en el mar se enriquecieron a costa de sus riquezas!, porque en una hora ha sido asolada”.
20 »Regocíjate sobre ella, cielo, y también ustedes, santos, apóstoles y profetas, porque Dios ha pronunciado juicio contra ella por ustedes».
21 Entonces un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó al mar, diciendo: «Así será derribada con violencia Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada. 22 El sonido de arpistas, de músicos, de flautistas, y de trompeteros no se oirá más en ti. Ningún artífice de oficio alguno se hallará más en ti. Ningún ruido de molino se oirá más en ti. 23 Ninguna luz de la lámpara alumbrará más en ti. Tampoco la voz del novio y de la novia se oirá más en ti, porque tus mercaderes eran los grandes de la tierra, pues todas las naciones fueron engañadas por tus hechicerías.
24 »Y en ella fue hallada la sangre de los profetas, de los santos y de todos los que habían sido muertos sobre la tierra».

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