Lectura de Hoy

29-06-2024

DEVOCIONAL

Devocional: Salmos 120–122

Los quince salmos cortos (Salmos 120–134) que siguen inmediatamente después del 119 y están recogidos bajo el nombre “cánticos de los peregrinos”: es decir, cada salmo lleva este mismo título. La explicación más probable es que estos salmos se cantaban mientras los peregrinos iban de camino hacia Jerusalén y su templo para participar en las grandes fiestas: la gente “subía” a Jerusalén desde cada punto del mapa, de la misma manera como en Inglaterra la gente “sube” a Londres desde cada punto del mapa. Esto no quiere decir que cada uno de estos salmos se hubiese compuesto para este propósito. Algunos se escribieron sin duda dentro de contextos muy diferentes y fueron incluidos en esta colección por considerarse apropiados. De modo que el Salmo 120 parece reflejar una experiencia personal, pero podría ser entonado con gran empatía por peregrinos que se sentían enajenados al encontrarse rodeados por vecinos paganos –un tema importante mientras los peregrinos se acercaban a Jerusalén con el sentimiento de que volvían “a casa”–. De hecho, la serie de quince salmos va moviéndose, más o menos, desde una tierra lejana hasta Jerusalén (Salmo 122), y, finalmente, en el último de estos salmos, al arca de la alianza, los sacerdotes y el templo, “todos vosotros sus siervos, que de noche permanecen en la casa del Señor” (134:1).

El Salmo 121 se ubica dentro de esta matriz. La primera línea, “Alzaré mis ojos a los montes”, se arranca a menudo de su contexto para justificar algún tipo de misticismo, o cuando menos para una interpretación que sugiere que los montes y las montañas sirven para recordarnos la grandeza de Dios y, por tanto, sacarnos de nuestra introspección hacia él con el fin de acallar nuestro corazón agitado. De hecho, la referencia a los montes es enigmática. ¿Acaso nos hablan, a nivel simbólico, como el monte del Salmo 11:1, es decir, un lugar de refugio para los que se sienten amenazados o atemorizados? ¿Están plagados de bandidos, de modo que el primer versículo sirve para plantear el problema al cual el resto del salmo se dirige? O, tratándose de unos cánticos de peregrinos, tal vez sea más probable que este peregrino alce los ojos hacia los montes de Jerusalén, y que los montes evoquen no una especie de misticismo sino la sede del rey Davídico, el lugar del templo. Si esta es la interpretación correcta, es como si el salmista viera estos montes como una llamada a la reflexión en el Dios que los había creado (“el Creador del cielo y de la Tierra”, 121:2), el Dios que “cuida de Israel” (121:4) como el Redentor de la alianza.

Los últimos versículos del salmo rebosan de regocijo por el asombroso alcance del cuidado de Dios como “tu sombra protectora” (nótese que la palabra “tu” es singular, como si un peregrino hablase con otro peregrino). “El Señor es quien te cuida” (121:5) –día y noche (121:6), protegerá tu vida (121:7), en todo lo que hagas (“en el hogar y en el camino”, 121:8), “desde ahora y para siempre” (121:8).

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2013. Usado con permiso.

Devocional: Isaías 61
Hoy reflexionaremos sobre dos aspectos: primero, el lugar de Isaías 61 en el argumento que se desarrolla; y segundo, su contribución a la teología bíblica.

(1) El capítulo 60 dejó claro que el orden presente de las cosas no puede continuar eternamente: llegará un día caracterizado por una bendición incondicional (60:19-21) y por un juicio irremediable (60:12). Esta bifurcación se trata en Isaías 61, donde encontramos la proclamación del “año del favor del Señor” y del “día de la venganza de nuestro Dios” (61:2). El tema de la venganza no se desarrolla hasta el capítulo 63, pero el 61 y el 62 se ocupan del “año del favor del Señor”. El primero comienza con alguien que proclama que el Espíritu del Señor está sobre él para cumplir los propósitos redentores de Dios (61:1-6). Después, habla el propio Señor (61:7-9), anunciando un pacto eterno, caracterizado por el gozo y la justicia. El capítulo termina con una voz solitaria, presumiblemente la de Isaías, exultante por el cumplimiento previsto de estas promesas (61:10-11).

(2) ¿Quién habla en 61:1-6? La pista más importante se encuentra en la primera línea. Dice: “El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí”. Los lectores concienzudos recordarán dos pasajes anteriores. Isaías ya ha dicho que el Espíritu del Señor reposará de forma particular sobre el Mesías (11:1- 2; cp. Juan 3:34), y ha mencionado a Dios diciendo del Siervo: “Sobre él he puesto mi Espíritu” (42:1). La conclusión más obvia es que este Siervo- Mesías habla en Isaías 61:1-6. Es el superlativo Siervo sufridor de Isaías 40–55 y el Mesías esperado de Isaías 1–35. No es de extrañar, pues, que el Señor Jesús leyese estas líneas de Isaías en la sinagoga de Nazaret y se las aplicase deliberadamente (Lucas 4:17-19).

Este Siervo-Mesías ungido por el Espíritu trae consigo el “año del favor del Señor” (61:2), con casi total seguridad una alusión al año de jubileo, en el que se liberaba a los esclavos y los que se habían visto obligados a vender sus propiedades las recibían de nuevo (Levítico 25:8-55). El Siervo-Mesías viene a “anunciar buenas nuevas a los pobres” y a “sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos y libertad a los prisioneros”, a “consolar a todos los que están en duelo”, a concederles una corona en vez de cenizas, aceite de alegría en vez de luto, traje de fiesta en vez de espíritu de desaliento (61:1-3). Si el episodio inicial de tal bendición fue el retorno del exilio y la primera restauración de las ruinas (61:4), el cumplimiento final supera con creces a estos acontecimientos (cap. 62).

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2016. Usado con permiso.
Josué 1
Comisión de Dios a Josué
1 Después de la muerte de Moisés, siervo del SEÑOR, el SEÑOR habló a Josué, hijo de Nun, y ayudante de Moisés, y le dijo: «Mi siervo Moisés ha muerto. Ahora pues, levántate, cruza este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que Yo les doy a los israelitas. Todo lugar que pise la planta de su pie les he dado a ustedes, tal como dije a Moisés. Desde el desierto y este Líbano hasta el gran río, el río Éufrates, toda la tierra de los hititas hasta el Mar Grande que está hacia la puesta del sol, será territorio de ustedes. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Así como estuve con Moisés, estaré contigo. No te dejaré ni te abandonaré.
»Sé fuerte y valiente, porque tú darás a este pueblo posesión de la tierra que juré a sus padres que les daría. Solamente sé fuerte y muy valiente. Cuídate de cumplir toda la ley que Moisés Mi siervo te mandó. No te desvíes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito dondequiera que vayas.
»Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito. Porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito. ¿No te lo he ordenado Yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el SEÑOR tu Dios estará contigo dondequiera que vayas».

Preparativos para cruzar el Jordán

10 Entonces Josué dio órdenes a los oficiales del pueblo: 11 «Pasen por medio del campamento y den órdenes al pueblo, diciéndoles: “Preparen provisiones para ustedes, porque dentro de tres días cruzarán el Jordán para entrar a poseer la tierra que el SEÑOR su Dios les da en posesión”».
12 Y a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés, Josué les dijo: 13 «Recuerden la palabra que Moisés, siervo del SEÑOR, les ordenó: “El SEÑOR su Dios les da reposo y les dará esta tierra”. 14 Sus mujeres, sus pequeños y su ganado permanecerán en la tierra que Moisés les dio al otro lado del Jordán. Pero ustedes, todos los valientes guerreros, pasarán en orden de batalla delante de sus hermanos, y los ayudarán, 15 hasta que el SEÑOR dé reposo a sus hermanos como a ustedes, y ellos también posean la tierra que el SEÑOR su Dios les da. Entonces volverán a su tierra y poseerán lo que Moisés, siervo del SEÑOR, les dio al otro lado del Jordán hacia el oriente».
16 Y ellos respondieron a Josué: «Haremos todo lo que nos has mandado, y adondequiera que nos envíes, iremos. 17 Como obedecimos en todo a Moisés, así te obedeceremos a ti, con tal que el SEÑOR tu Dios esté contigo como estuvo con Moisés. 18 Cualquiera que se rebele contra tu mandato y no obedezca tus palabras en todo lo que le mandes, se le dará muerte. Solamente sé fuerte y valiente».

Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com
Salmos 120–122
LIBRO QUINTO
La lengua engañosa y los enemigos de la paz
Cántico de ascenso gradual.
120 En mi angustia clamé al SEÑOR, Y Él me respondió. Libra mi alma, SEÑOR, de labios mentirosos, Y de lengua engañosa. ¿Qué te dará, y qué te añadirá, Oh lengua engañosa? Agudas flechas de guerrero, Con brasas de enebro.
¡Ay de mí, porque soy peregrino en Mesec, Y habito entre las tiendas de Cedar! Demasiado tiempo ha morado mi alma Con los que odian la paz. Yo amo la paz, pero cuando hablo, Ellos están por la guerra.

El SEÑOR, guardador de Israel
Cántico de ascenso gradual.


121 Levantaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi ayuda? Mi ayuda viene del SEÑOR, Que hizo los cielos y la tierra. No permitirá que tu pie resbale; No se adormecerá el que te guarda. Jamás se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel.
El SEÑOR es tu guardador; El SEÑOR es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te herirá de día, Ni la luna de noche.
El SEÑOR te protegerá de todo mal; Él guardará tu alma. El SEÑOR guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre.

Oración por la paz de Jerusalén
Cántico de ascenso gradual; de David.


122 Yo me alegré cuando me dijeron: «Vamos a la casa del SEÑOR». Plantados están nuestros pies Dentro de tus puertas, oh Jerusalén. Jerusalén, que está edificada Como ciudad compacta, bien unida, A la cual suben las tribus, las tribus del SEÑOR, (Lo cual es ordenanza para Israel) Para alabar el nombre del SEÑOR. Porque allí se establecieron tronos para juicio, Los tronos de la casa de David.
Oren ustedes por la paz de Jerusalén: «Sean prosperados los que te aman. Haya paz dentro de tus muros, Y prosperidad en tus palacios». Por amor de mis hermanos y de mis amigos, Diré ahora: «Sea la paz en ti». Por amor de la casa del SEÑOR nuestro Dios Procuraré tu bien.

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Isaías 61
Buenas nuevas de salvación

61 El Espíritu del Señor DIOS está sobre mí, Porque me ha ungido el SEÑOR Para traer buenas nuevas a los afligidos. Me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, Para proclamar libertad a los cautivos Y liberación a los prisioneros; Para proclamar el año favorable del SEÑOR, Y el día de venganza de nuestro Dios; Para consolar a todos los que lloran, Para conceder que a los que lloran en Sión Se les dé diadema en vez de ceniza, Aceite de alegría en vez de luto, Manto de alabanza en vez de espíritu abatido; Para que sean llamados robles de justicia, Plantío del SEÑOR, para que Él sea glorificado.
Entonces reedificarán las ruinas antiguas, Levantarán los lugares devastados de antaño, Y restaurarán las ciudades arruinadas, Los lugares devastados de muchas generaciones. Se presentarán extraños y apacentarán los rebaños de ustedes, E hijos de extranjeros serán sus labradores y sus viñadores. Y ustedes serán llamados sacerdotes del SEÑOR; Ministros de nuestro Dios se les llamará. Comerán las riquezas de las naciones, Y en su gloria se jactarán. En vez de su vergüenza tendrán doble porción, Y en vez de humillación ellos gritarán de júbilo por su herencia. Por tanto, poseerán el doble en su tierra, Y tendrán alegría eterna. Porque Yo, el SEÑOR, amo el derecho, Odio el robo en el holocausto. Fielmente les daré su recompensa, Y haré con ellos un pacto eterno. Entonces su descendencia será conocida entre las naciones, Y sus vástagos en medio de los pueblos. Todos los que los vean los reconocerán, Porque son la simiente que el SEÑOR ha bendecido.
10 En gran manera me gozaré en el SEÑOR, Mi alma se regocijará en mi Dios. Porque Él me ha vestido de ropas de salvación, Me ha envuelto en manto de justicia Como el novio se engalana con una corona, Como la novia se adorna con sus joyas. 11 Porque como la tierra produce sus renuevos, Y como el huerto hace brotar lo sembrado en él, Así el Señor DIOS hará que la justicia y la alabanza Broten en presencia de todas las naciones información, visita www.exploranbla.com
Mateo 9
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Curación de un paralítico
9 Subiendo Jesús en una barca, pasó al otro lado del mar y llegó a Su ciudad. Y le trajeron un paralítico echado en una camilla; y Jesús, viendo la fe de ellos, dijo al paralítico: «Anímate, hijo, tus pecados te son perdonados». Y algunos de los escribas decían para sí: «Este blasfema». Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: «¿Por qué piensan mal en sus corazones? Porque, ¿qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate, y anda”? Pues para que sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados», entonces dijo* al paralítico: «Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa».
Y levantándose, el paralítico se fue a su casa. Pero cuando las multitudes vieron esto, sintieron temor, y glorificaron a Dios, que había dado tal poder a los hombres.

Llamamiento de Mateo y la cena en su casa

Cuando Jesús se fue de allí, vio a un hombre llamado Mateo, sentado en la oficina de los tributos, y le dijo*: «¡Ven tras Mí!». Y levantándose, lo siguió.
10 Y estando Él sentado a la mesa en la casa, muchos recaudadores de impuestos y pecadores llegaron y se sentaron a la mesa con Jesús y Sus discípulos. 11 Cuando los fariseos vieron esto, dijeron a Sus discípulos: «¿Por qué come su Maestro con los recaudadores de impuestos y pecadores?».
12 Al oír Jesús esto, dijo: «Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos. 13 Pero vayan, y aprendan lo que significa: “MISERICORDIA QUIERO Y NO SACRIFICIO”; porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores».

Pregunta sobre el ayuno

14 Entonces los discípulos de Juan se acercaron* a Jesús, diciendo: «¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos, pero Tus discípulos no ayunan?». 15 Y Jesús les respondió: «¿Acaso los acompañantes del novio pueden estar de luto mientras el novio está con ellos? Pero vendrán días cuando el novio les será quitado, y entonces ayunarán. 16 Nadie pone un remiendo de tela nueva en un vestido viejo; porque el remiendo al encogerse tira del vestido y se produce una rotura peor. 17 Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque entonces los odres se revientan, el vino se derrama y los odres se pierden; sino que se echa vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan».
Curación de una mujer y resurrección de la hija de un oficial
18 Mientras Jesús les decía estas cosas, vino un oficial de la sinagoga y se postró delante de Él, diciendo: «Mi hija acaba de morir; pero ven y pon Tu mano sobre ella, y vivirá». 19 Levantándose Jesús, lo siguió, y también Sus discípulos. 20 Y una mujer que había estado sufriendo de flujo de sangre por doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de Su manto; 21 pues decía para sí: «Si tan solo toco Su manto, sanaré». 22 Pero Jesús, volviéndose y viéndola, dijo: «Hija, ten ánimo, tu fe te ha sanado». Y al instante la mujer quedó sana.
23 Cuando Jesús entró en la casa del oficial, y vio a los flautistas y al gentío en ruidoso desorden, 24 les dijo: «Retírense, porque la niña no ha muerto, sino que está dormida». Y se burlaban de Él. 25 Pero cuando habían echado fuera a la gente, Él entró y la tomó de la mano; y la niña se levantó. 26 Y esta noticia se difundió por toda aquella tierra.

Curación de dos ciegos y un mudo

27 Al irse Jesús de allí, dos ciegos lo siguieron, gritando: «¡Hijo de David, ten misericordia de nosotros!». 28 Después de entrar en la casa, se acercaron a Él los ciegos, y Jesús les dijo*: «¿Creen que puedo hacer esto?». «Sí, Señor», le respondieron*. 29 Entonces les tocó los ojos, diciendo: «Hágase en ustedes según su fe». 30 Y se les abrieron los ojos. Y Jesús les advirtió rigurosamente: «Miren que nadie lo sepa». 31 Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron Su fama por toda aquella tierra.
32 Al salir ellos de allí, le trajeron un mudo endemoniado. 33 Después que el demonio había sido expulsado, el mudo habló; y las multitudes se maravillaban, y decían: «Jamás se ha visto cosa igual en Israel». 34 Pero los fariseos decían: «Él echa fuera los demonios por el príncipe de los demonios».

Ministerio de Jesús

35 Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. 36 Y viendo las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban angustiadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor. 37 Entonces dijo* a Sus discípulos: «La cosecha es mucha, pero los obreros pocos. 38 Por tanto, pidan al Señor de la cosecha que envíe obreros a Su cosecha».

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