No hay nada como una muy buena historia. Esa es la primera razón que suelo dar para estudiar los libros de Esdras y Nehemías, del Antiguo Testamento.
Las personas de todos los tiempos y lugares se sienten naturalmente atraídas por las historias. Vivimos a diario en ellas, avanzamos de principio a fin y nos inclinamos hacia adelante para ver qué sucederá después. Una buena historia tiene elementos que reconocemos: personajes en un escenario, algún tipo de conflicto que surge y luego alguna clase de resolución.
Es maravilloso que Dios haya inspirado Su revelación para nosotros en toda una serie de géneros literarios, y la narrativa juega un papel central en la revelación de la historia de la salvación. Juntos, Esdras y Nehemías dan un relato convincente de la parte final de la historia del Antiguo Testamento, en la que el pueblo de Dios es restaurado a la tierra que Él les prometió, después de sufrir el exilio a causa de su rebelión pecaminosa.
Esto suena como una resolución, pero el conflicto surge de la lucha intensa por reconstruir Jerusalén y ser restaurado como pueblo de Dios llamado a vivir y adorar allí. Las posibilidades son sombrías: son un remanente pobre que sirve a un rey extranjero, Jerusalén y su templo están derribados, los enemigos amenazan fuera de los muros y el pecado surge entre ellos.
El personaje principal en esta narración es el Señor Dios. Otros personajes centrales le sirven para guiar a Su pueblo: Zorobabel, Esdras y Nehemías. Podríamos estar tentados a centrarnos de manera exclusiva en su liderazgo sabio y piadoso. Estos hombres en realidad son grandes ejemplos y Nehemías en particular es una figura enérgica y dramática. Los escritores, sin embargo (incluidos Esdras y Nehemías, que narran en primera persona), señalan con frecuencia al Dios soberano como el que dirige cada acción. Él es quien mueve los corazones de los reyes persas para posibilitar la restauración. Una y otra vez vemos la mano de Dios: guía a los reyes, libra de los enemigos, restaura a Su pueblo a Su lugar prometido.
Manteniendo la historia bíblica unida
Ya podemos entrever la segunda razón para estudiar Esdras y Nehemías: mantienen unida la historia de la Biblia. Esta historia postexílica es el episodio final del Antiguo Testamento de una historia que Dios mismo comenzó en el Edén, aunque en realidad la comenzó antes de la fundación de la tierra. Este personaje principal es el Dios eterno que creó la tierra y todo lo que hay en ella; quien de manera misericordiosa prometió la salvación a los primeros pecadores en el jardín; quien creó un pueblo para Sí mismo por medio de la simiente de Abraham y prometió bendiciones sobre y por medio de esa simiente.
En estos libros vemos la simiente de Abraham restaurada y bendecida de nuevo. Las repetidas bendiciones del Señor a lo largo de las generaciones, habían sido correspondidas por el pueblo solo con repetidas rebeliones. Sin embargo, Dios en Su misericordia mantuvo Su mano sobre ellos, los perdonó cuando se arrepintieron y permaneció fiel a Su promesa de que por medio de Su simiente todas las naciones serían bendecidas. Así que aquí están, todavía son un pueblo, todavía tienen el privilegio de adorar en el templo de Jerusalén, todavía pueden buscar el cumplimiento de todas las promesas de Dios.
Estos libros forman el eje crucial que mantiene juntos el Antiguo y el Nuevo Testamento. A menudo ignoramos este período posterior al exilio como una época en la que no pasó gran cosa. Sin embargo, Dios estaba manifestando Su fidelidad en ese período. Estaba restaurando a Su pueblo para que escuchara y obedeciera Su Palabra. Estaba preparando el camino para el Rey prometido que vendría de su simiente.
Déjate atraer a Jesús
Aquí está la tercera y mayor razón para estudiar a Esdras y Nehemías: nos atraen a Jesús. La redención del exilio es tan maravillosa y a la vez tan inadecuada; leer estos libros nos hace anhelar una mayor redención. Al final de la historia del Antiguo Testamento, hay luz, pero aún es tenue. Solo con la venida de Jesús irrumpe la luz.
Hoy vivimos nuestra parte de la historia habiendo visto el cumplimiento de todas las promesas de Dios en Cristo. Estos libros destacan nuestra parte privilegiada en la historia de la salvación. Pero hasta la consumación final de la historia, estamos llamados a vivir como pueblo de Dios bajo Su buena mano, escuchar Su Palabra y creer en la revelación de las promesas de Dios. Esdras y Nehemías nos ayudan a escuchar ese llamado y seguirlo, como seguimos al Señor Jesucristo.
Publicado originalmente en Crossway. Traducido por Martín Manchego.
Kathleen Nielson (PhD, Vanderbilt University) es autora de muchos libros, incluida la serie Prayers of a Parent [Oraciones de un padre] (P&R, 2021). Ha enseñado literatura, dirigido estudios bíblicos para mujeres y le encanta trabajar con mujeres en el estudio de las Escrituras. Dirigió las iniciativas de mujeres de TGC de 2010 a 2017. Ella y su esposo, Niel, viven en parte en Wheaton, Illinois, y en parte en Yakarta, Indonesia, donde Niel ayuda a dirigir una red de escuelas y universidades cristianas. Tienen tres hijos, tres nueras y ocho nietos.