Reflexiones
La relación del creyente con el mundo actual
“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. (1 Juan 5:4)”
Una de las mayores pruebas que enfrenta un creyente tiene que ver con el momento que decide entregar su vida a Cristo, ya que después de esta acción tendrá la difícil tarea de relacionarse con este mundo sin contaminarse de él. En la Biblia encontramos dos clases de mundos.
- El primero es el mundo natural que conocemos con sus montañas, ríos, animales y árboles.
- El segundo mundo es el sistema en el que vivimos; político, económico y social, que es gobernado por Satanás y que está fundado en la codicia, en el orgullo y en la avaricia, etc.
Sin embargo, nuestro Dios, en Su infinita misericordia, nos ha dejado una guía que ha trascendido de generación tras generación, para que podamos saber cómo enfrentar a este mundo físico y esta guía es la Palabra de Dios: ¡¡LA BIBLIA!!
Antes de conocer a nuestro Señor Jesucristo en nuestras vidas y ser salvos por medio de Su sacrificio redentor, seguíamos haciendo los malos hábitos que este mundo hace y los deseos del maligno. Pero desde el momento en que aceptamos a Cristo en nuestros corazones, las cosas viejas pasaron, como así lo manifiesta el apóstol Pablo a los hermanos de Corintos.
“De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. (2 Corintios 5:17). “
Nuestro Dios nos dice claramente en distintos versos de Su Palabra que fuimos sacados de nuestra antigua manera de vivir y que ya no pertenecemos a este mundo caído: (Colosenses 1:13); (Juan 15:19); (Efesios 2:2); (Efesios 2:12-13).
Si queremos ser un verdadero instrumento que nuestro Señor Jesucristo pueda usar para Su gloria, debemos saber escuchar y obedecer, lo que Su Palabra nos dice acerca de la relación que debemos mantener con este mundo. Cuando una persona entrega su vida a Cristo y experimenta una verdadera y genuina transformación, es importante dejar muchas cosas atrás; malos hábitos, placeres carnales, malas palabras entre otras cosas que desagradan a nuestro Dios y que nos dañan, pero la principal razón para hacer está afirmación la encontramos en la Escritura, en primera de Juan.
“Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno. (1 Juan 5:19)”
El mundo, a través de los siglos y en la actualidad, tiene intencionalmente como su foco de atención; la violencia extrema, el sexo desenfrenado, el crimen sin remordimiento y todos los deseos carnales que se pueden imaginar. Definitivamente, los creyentes deseamos saber cuál es el límite que debemos establecer en nuestras vidas respecto a nuestro trato o a nuestra relación con este mundo. Una vez que hemos aceptado a nuestro Señor Jesucristo en nuestras vidas, buscaremos servirlo, pero en esta búsqueda hay preguntas a las cuales nos tendremos que enfrentar día a día tales como:
- ¿PUEDO SALIR A BAILAR?
- ¿PUEDO IR AL CINE?
- ¿PUEDO FUMAR?
- ¿PUEDO BEBER SOCIALMENTE?
- ¿PUEDO O NO PUEDO HACER ESTO O AQUELLO?
Y la respuesta a estas interrogantes la encontramos en la carta que le escribe el apóstol Pablo a los hermanos de Corinto.
“¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? (1 Corintios 3:16)”
Sin embargo, existen otras preguntas que nos pueden ayudar antes de tomar una decisión y si debemos hacer o no algunas cosas.
1.- ¿LO QUE HAGO GLORIFICA A DIOS?
“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios; como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos. (1 Corintios 10:31-33)”
2.- ¿LO QUE HAGO LO HARÍA JESÚS?
“¿Tomará el hombre fuego en su seno Sin que sus vestidos ardan? ¿Andará el hombre sobre brasas Sin que sus pies se quemen? (Proverbios 6:27-28)”
3.- ¿LO QUE HAGO SERÁ AGRADABLE ANTE LOS OJOS DE NUESTRO SEÑOR?
“Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de Él. (Colosenses 3:17) “
4.- ¿LO QUE HAGO ME AYUDARÁ EN MI VIDA CRISTIANA?
“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; Sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. (Colosenses 3:23-24)”
5.- ¿LO QUE HAGO FORTALECERÁ MI TESTIMONIO ANTE LOS DEMÁS?
“Absteneos de toda especie de mal. (1 Tesalonicenses 5:22)”
6.- ¿LO QUE HAGO AYUDARÁ A LAS PERSONAS A ACERCARSE MÁS A CRISTO?
“¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo! (Mateo 18:7)”
Al plantearnos estas simples interrogantes, estas no nos deben dar la impresión errónea de que la vida cristiana es una vida aburrida y sin relaciones humanas. Cuando la Biblia nos dice que debemos apartarnos, no debemos entenderlo como que tenemos que apartarnos del mundo físico, pues si lo hacemos y nos enajenamos de todo, igualmente podemos seguir haciendo lo que no le agrada a nuestro Dios. Lo que nos está diciendo esta Palabra es que debemos primeramente apartarnos en santidad para Dios, para no comulgar con las abominaciones que genera este mundo apartado de Su Creador, ya que hemos sido apartados de ese mundo para nuestro Dios. Cuando tomamos la decisión de permitir a nuestro Señor Jesús a morar en nuestro corazón, nuestros pecados son lavados con Su sangre preciosa que Él derramó en la cruz.
“Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. (Isaías 1:18)”
En esta lucha que enfrentamos día a día en esta vida, deberemos estar dispuestos a eliminar muchas cosas y hábitos de nuestra antigua manera de vivir y en este sentido nuestro Señor Jesucristo está dispuesto a ayudarnos.
“y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre. (Apocalipsis 1:5) “
Es cuando nuestro Dios en Su infinita misericordia nos da algo mucho mejor y eterno, que es a Su Hijo unigénito Jesucristo. (Juan 3:16). Cuanto más nos arrimamos a nuestro Señor Jesucristo, más nos alejamos de los pecados que nos ofrece este mundo. (Gálatas 2:20) Sin duda que estando cimentados en la roca firme que es Cristo, menos nos sentiremos atraídos por las cosas vacías y mundanas que nos ofrece este mundo. Es algo tan sobrenatural que viviendo para nuestro Señor Jesucristo somos librados de las garras de Satanás. El apartarse de las tentaciones del mundo no significa vivir alejados de las personas que habitan este mundo, sino de vivir como hijos de Dios en un mundo dominado por el pecado y la maldad, siendo cartas abiertas y dando testimonio del único camino verdadero que puede librarnos.
“Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo. (Filipenses 2:15)”
Si hay alguna cosa o actividad que no la podremos hacer en el nombre de Cristo o para Su gloria, estas se pueden transformar en piedra de tropiezo para las personas que aún no conocen a Cristo, por lo tanto, ¡¡¡ALÉJEMONOS DE DICHAS COSAS Y NO DESTRUYAMOS NUESTRO TESTIMONIO PERSONAL!!!
“Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. (Mateo 5:13)”