Reflexiones
En Jesús, siempre encontraremos un compañero Fiel Y Sin Igual
“Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. (Mateo 28:20)”
El ser humano, en general, le angustia vivir en soledad, ya que es un estado que nos causa tristeza, desolación y en muchas ocasiones depresión. Por esta razón, siempre nos gusta estar acompañados. Por lo tanto, diremos a la luz de esta pequeña explicación que acompañar, es la acción de estar con alguien o de ir con un compañero a un lugar cualquiera y que esa persona que nos acompaña nos dé el soporte de su presencia, tanto física como emocional cuando sea necesario. A este personaje lo llamaremos "COMPAÑERO", quién puede ser un amigo o nuestro cónyuge o el pastor de nuestra iglesia, etc. Pero muchas personas se sienten tristes, porque no pueden decir que han encontrado un buen compañero o una persona que esté con ellos en los momentos de soledad y angustias o simplemente que los acompañe en los momentos de alegría.
No sé si esta sea la situación o el caso de alguno de ustedes o no, mis queridos hermanos y lectores de esta página, pero a través de esta reflexión quiero que podamos ver el gran privilegio que tienen todos aquellos que ha sido redimido por la sangre de nuestro Señor Jesucristo, un privilegio que trae consigo grandes beneficios espirituales y materiales para nuestras vidas. Este privilegio es: Que todo hijo de Dios tiene a Jesucristo como un compañero sin igual y sin duda, Él es la mejor compañía que podamos tener en este mundo. ¡¡¡ GLORIA A DIOS!!!
Quiero que podamos entender, mis queridos hermanos, que tú y yo no estamos solos en este mundo y aunque en muchas ocasiones lo podamos sentir así, debemos pensar que a nuestro lado nos hace compañía el Rey de reyes y el Señor de señores. Si definiéramos la palabra compañía, podríamos decir que es estar en una constante permanencia con alguien, y nuestro Señor Jesucristo nos dijo:
¨y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo". (Ver Mateo 28:20)
Si analicemos en detalles esta divina y hermosa promesa que nos hace nuestro Señor Jesucristo, nos daremos cuenta del porque Él es nuestro mejor compañero. Nuestro Señor Jesucristo es nuestro gran compañero, porque Él mismo nos prometió Su divina compañía. Jesucristo lo prometió y a través de Su ministerio por este mundo siempre demostró decir siempre la verdad. Él hizo un compromiso con todos los que creen en Su divino mensaje y entendemos de Sus enseñanzas que no debemos de preocuparnos porque Él nos va a acompañar en todo evento por el cual nos toque pasar, Jesús dijo claramente que va a estar siempre con nosotros y lo creemos porque Él lo prometió y Su Palabra es verdad. ¡¡¡ GLORIA A DIOS!!!
Hoy en día son pocas las personas en las cuales podemos confiar y hay muchos que prometen que harán y que estarán ahí cuando los necesitemos, pero cuando llega el momento de la prueba nos fallan, sin duda, que eso, nos entristece al darnos cuenta que la persona en la cual confiábamos no cumplió ni estuvo en el momento que lo necesitábamos, pero que reconfortante es saber que nuestro Señor Jesucristo no es así y que las promesas que Él nos ha hecho sí las podemos creer, pues nuestro Señor estará ahí cuando lo necesitemos y cumplirá cada una de Sus promesas. El hecho de que Su compañía sea prometida por el mismo Hijo de Dios tiene gran relevancia y por sí misma tiene peso para su cumplimiento, ya que, de Jesús, al igual que de Su Padre Celestial, ¡¡SI!! se puede confiar y la Escritura en este sentido nos dice que:
“Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? (Números 23:19)
Y en otra sección de La Escritura en el libro de Primera de Samuel nos dice.
“Además, el que es la Gloria de Israel no mentirá, ni se arrepentirá, porque no es hombre para que se arrepienta. (1 Samuel 15:29)”
Nuestro Señor Jesucristo nunca fallará a Sus dichos de acompañarnos y la Biblia nos dice que las promesas de nuestro Dios son en Jesús. (2 Corintios 1:20). A la luz de Su Palabra podemos decir que nuestro Señor Jesucristo es un compañero y un gran amigo a todo terreno, en todo tiempo y en todos los tipos de días, sean estos buenos o sean días malos. Muchas veces sucede que una persona tiene muchos supuestos amigos y compañeros, los cuales a la luz de la verdad no son reales, sino que están con nosotros por algún beneficio. Pero cuando llegan los días malos o los días de tribulación, los supuestos amigos nos abandonan y con esta acción demuestran que eran compañeros fantasmas que solo se aparecían en los buenos momentos. Gloria a Dios que con nuestro Señor Jesucristo no nos sucede eso. Nuestro Señor nos dijo que Él estaría con nosotros todos los días y en todo momento y sin duda que lo ha cumplido a cabalidad y lo seguirá cumpliendo.
Es gratificante saber que nuestro Señor Jesucristo camina con nosotros cuando estamos en lugares de delicados pastos junto a aguas de reposo, pero más gratificante es saber que este compañero fiel y divino también seguirá a nuestro lado cuando estemos pasando por valles de sombras y de muerte. Por lo tanto, mis queridos hermanos, no debemos temer mal alguno, porque Él estará con nosotros hasta el final de nuestros días y por la eternidad. ¡¡¡ALELUYA GLORIA A DIOS!!!
Siempre debemos tener la seguridad que nuestro Señor Jesús va con nosotros en la barca mientras la mar está en calma, pero también Él va con nosotros y no nos abandona cuando nuestra barca está en medio de la tormenta, y con tan solo recurrir a Él veremos en Su compañía el resultado de la misma que apacentará nuestra aflicción. (ver Marcos 4:35-39.)
La Biblia nos dice que Su compañía será hasta el fin de los tiempos. Otro aspecto de la compañía de nuestro Señor Jesucristo que le hace ser un compañero sin igual es que Su fiel compañía permanecerá con nosotros por siempre. En nuestras vidas podrán aparecer muchas personas que de corazón nos prometen su buena compañía, tal vez sea nuestra madre o nuestros hijos, nuestro cónyuge, o un buen amigo y en este sentido la Biblia nos dice.
“En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia. (Proverbios 17:17)”