Reseñas
El evangelio trae esperanza para el corazón de una madre
El amanecer es mi parte favorita del día. El mundo duerme en silencio, el café se prepara en la cocina y mi corazón se deleita por unos momentos de paz, silencio y calma. Hay muy pocas cosas que me ilusionan tanto como esa primera taza de café y sentarme en el sillón leyendo la Palabra de Dios mientras el sol se levanta en el horizonte.
Pero estos momentos no ocurren tan seguido como me gustaría. A pesar de mi diligencia en levantarme temprano, preparar el café y buscar la presencia de Dios, la realidad es que a menudo, tan pronto como presiono el botón de la cafetera, mi bebé de catorce meses se despierta y escucho su pequeña voz demandando mi atención.
Mi suspiro de alivio se convierte en una queja de exasperación: ¡Apenas son las 5:00 a.m.! ¿Por qué no puedo estar ni treinta minutos a solas? ¿Será que tengo que despertarme a las 4:00 a.m. para tener esos momentos de paz? ¡Pero si me levanto más temprano, él también se levanta! ¡Uf!
Esperanza para el corazón de una madre
Christina Fox
Día a día me veo tentada a poner mi esperanza en mis planes, habilidades, comodidad y control, pero vez tras vez terminó frustrada y decepcionada de la incapacidad de esto para proveer lo que mi corazón necesita con desesperación.
¿Te identificas con lo que me pasa? Me alegra compartir contigo que hay Esperanza para el corazón de una madre (Editorial Portavoz, 2022) —como se titula el libro del que quiero hablarte en esta reseña—, sin importar en qué etapa de la maternidad estés viviendo.
Editorial Portavoz. 192 páginas.
Día a día me veo tentada a poner mi esperanza en mis planes, habilidades, comodidad y control, pero vez tras vez terminó frustrada y decepcionada de la incapacidad de esto para proveer lo que mi corazón necesita con desesperación.
¿Te identificas con lo que me pasa? Me alegra compartir contigo que hay Esperanza para el corazón de una madre (Editorial Portavoz, 2022) —como se titula el libro del que quiero hablarte en esta reseña—, sin importar en qué etapa de la maternidad estés viviendo.
Este recurso fue escrito para madres de diferentes edades por Christina Fox —una madre, consejera y escritora. Por tal razón, encontrarás contenido accesible y adecuado para tu vida como madre. Cada uno de sus diecisiete capítulos toma entre cinco a siete minutos de lectura. Está escrito en forma de meditación que te lleva a considerar la esperanza que tenemos en Jesucristo. La autora reconoce la lucha que cada madre experimenta en algún momento:
Cuando intento controlar mi vida y el caos involucrado en la crianza, y pongo mi confianza en los sistemas, métodos y listas para hacer que mi vida funcione, y me inquieto y preocupo de que la maternidad es mucho para mí y soy muy débil, he olvidado a la fuente de vida y esperanza (p. 47).
Christina explora las luchas comunes que las madres enfrentan: el cansancio, la falta de contentamiento, el trabajo arduo de la maternidad, entre otras dificultades, y responde a estas luchas recordando a sus lectoras el evangelio y cómo este transforma la maternidad.
Al final de cada capítulo, hay preguntas para reflexionar y aplicar el evangelio a nuestras vidas. También cuenta con una invitación a orar y crecer en dependencia de Jesús al criar a nuestros hijos.
El objetivo de este libro es llevar a madres a descansar en Jesucristo y Su obra redentora en la cruz, y alentar a madres a poner su confianza en la esperanza viva, la herencia incorruptible que no se marchitará, reservada en los cielos para aquellas madres que están en Cristo (1 P 1:3-4).
Quizá haya momentos en los que no encuentras las respuestas adecuadas a preguntas cotidianas que la maternidad te presenta. Christina ha pensado en guiarnos al evangelio y responder desde la Escritura a esas dudas que todas tendremos en algún momento de la crianza. Por ejemplo: ¿Qué hacer cuando…?
- Tu trabajo como madre pasa desapercibido (p. 67).
- Estás cansada y extenuada (p. 101).
- En esos días en que los planes salen al revés (p. 121).
- Cuando tienes falta de contentamiento (p. 131).
- Cuando nuestros hijos pecan (p. 141).
- Cuando te sientes sola (p. 151).
- Cuando nuestros hijos sufren (p. 161).