Reflexiones
A nuestro Dios le desagrada que aparentemos lo que no somos.
“Y se disfrazó Saúl, y se puso otros vestidos, y se fue con dos hombres, y vinieron a aquella mujer de noche; y él dijo: Yo te ruego que me adivines por el espíritu de adivinación, y me hagas subir a quien yo te dijere. (1 Samuel 28:8)”
Un disfraz es una vestimenta que utiliza una persona para simular que es otra distinta a la que es en realidad. El disfraz es un artificio o vestimenta con la que alguien cambia o modifica su aspecto o condición para no ser reconocido. Pero también un disfraz es una actitud o comportamiento que podemos adoptar en un determinado momento o lugar para aparentar algo que no somos, algo contrario a nuestra naturaleza. Esta actitud la podemos ver claramente cuando aparentamos tener dinero porque estamos en medio de personas importantes.
1.- EL DISFRAZ DE LOS QUE YA NO TIENEN COMUNIÓN CON DIOS
¿Por qué se disfrazó el rey Saúl? Según este verso (1 Samuel 28:8) lo hizo para engañar a la adivina. Él necesitaba guardar su apariencia real, para que nadie supiera que él estaba mal y que nadie se enteraría de que lo que él antes condenaba ahora lo estaba buscando y lo estaba aprobando; además se preocupó para que nadie supiera que él ya no tenía comunión con Dios y para eso ocupó un disfraz para consultar a la adivina.
Así hay creyentes que hace un largo rato han perdido su comunión con nuestro Dios y con su actitud se han alejado del Creador, pero estas personas usan un tipo de disfraz para que no se note lo que son y para aparentar, para que no se descubra que ya no buscan a Dios y que tampoco leen Su Palabra.
2.- EL DISFRAZ DE LA CONVENIENCIA
“Y dijo Jeroboam a su mujer: Levántate ahora y disfrázate, para que no te conozcan que eres la mujer de Jeroboam, y vé a Silo; porque allá está el profeta Ahías, el que me dijo que yo había de ser rey sobre este pueblo. (1 Reyes 14:2)”
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“Cuando Ahías oyó el sonido de sus pies, al entrar ella por la puerta, dijo: Entra, mujer de Jeroboam. ¿Por qué te finges otra? He aquí, yo soy enviado a ti con revelación dura. (1 Reyes 14:6)”
Jeroboam era un superintendente nombrado por Salomón (véase 1 Reyes 11:28). Y él se había apartado del camino del Señor, pero en un momento de necesidad pensó en buscar a Dios a través del profeta Ahías, pero lo hace a solapadamente usando a su mujer disfrazada. Pero; ¿Por qué hace que se disfrace su mujer?
Lo hizo para engañar al profeta y no tan solo al profeta sino también a Dios. Él necesitaba aparentar que era alguien diferente, para que le dijeran lo que él quería oír y nada más. Este hombre persuadió a su esposa a buscar al Señor solo por conveniencia, ya que durante toda su vida nunca mostró interés en buscar a Dios y solo lo hizo cuando tuvo una necesidad puntual. Este plan se repite día a día en las personas que solo buscan a nuestro Dios por interés, para que Él satisfaga sus deseos personales o les supla sus necesidades en sus vidas, pero en realidad este tipo de personas no están interesadas en buscar a nuestro Dios, ya que solo quieren un beneficio de Él y sus corazones están lejos del Señor. ¿No había sido más fácil que Jeroboam hubiese pedido perdón al Señor y venir a Él sin disfraces?
3.- EL DISFRAZ DEL QUE EVADE SU RESPONSABILIDAD.
“Y el rey de Israel dijo a Josafat: Yo me disfrazaré, y entraré en la batalla; y tú ponte tus vestidos. Y el rey de Israel se disfrazó, y entró en la batalla. (1 Reyes 22:30)”
Pero ¿por qué se disfrazó este rey? Lo hizo para engañar en medio de la batalla a sus enemigos; el rey necesitaba aparentar que era un simple soldado más, para que no lo fueran a matar, ya que como estrategia de guerra los ejércitos apuntaban siempre a la cabeza del rey. Pero este hombre, tratando de guardar su vida, trató de evadir su responsabilidad como rey, ya que si a un rey le tocaba morir en la batalla debía hacerlo con prestancia y valor, pero este rey se despojó de sus vestiduras reales para evitar que lo mataran. Este camuflaje de su persona no le sirvió de mucho, ya que más adelante lo vemos morir como un soldado raso o un simple peón.
Escuchen mis hermanos, no evadamos nuestras responsabilidades, ya que como hijos de Dios hemos sido vestidos por Él con un ropaje real; nuestro Dios nos ha hecho un pueblo de reyes y sacerdotes y así lo dice Su Palabra. Tenemos una cobertura especial que nos da nuestro Dios y es nuestro deber brillar y nuestra responsabilidad ser parte activa en la obra de Dios aquí en la tierra. Hemos de estar al frente de la lucha, al frente de la batalla con nuestras vestiduras reales. Por lo tanto, no disfracemos nuestras responsabilidades que tenemos frente al Señor, cómo fue el caso de Acab, quién se disfrazó para evadir su responsabilidad como rey.
4.- EL DISFRAZ DE LOS QUE AMAN LOS ELOGIOS
“Entonces, José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre. Como tenía una heredad, la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles. (Hechos 4:36-37)
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“Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? (Hechos 5:3)”
¿Por qué mintieron Ananías y Safira? Para aparentar ser muy dadivosos ellos actuaron con un disfraz de ser muy misericordiosos. Ellos seguramente pensaron: ahora nos mostraremos ante la iglesia como la pareja qué más da para la obra, ahora todos nos van a mirar, ahora todos nos van a alabar por nuestro gesto. Pero ellos lamentablemente buscaban los aplausos y la gloria de los hombres.
Hermanos, lejos está de nosotros algo así, que nunca hagamos las cosas esperando la palmadita en la espalda o que hagamos las cosas esperando ser admirados por los demás o que solo hagamos las cosas por reconocimiento o que hagamos las cosas solo para que las demás personas digan: ¡¡¡Qué buen hermano, miren cómo sirve en la obra de Dios!!!
A menudo vemos personas que a toda hora se toman fotos con su celular para subirlas a Facebook, de lo que hacen: “Miren moví una silla en la iglesia, miren subí una foto en Facebook de como prediqué en tal o cual parte, etc.” Está bien que alguien lo haga por tener un bello recuerdo, pero en ocasiones uno lo hace para exaltarnos a nosotros mismos y tristemente caemos en la vanidad.
5.- A DIOS NO LE AGRADAN LOS DISFRACES
“Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; más no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen. (Mateo 23:3)”
La razón principal por la cual al Señor no le gustan los disfraces, es porque vienen de un corazón hipócrita, de un corazón de doble ánimo. En este pasaje, nuestro Señor Jesucristo les habla a las personas y les dice que todo lo que los fariseos les digan que deben hacer háganlo, pero que no seamos como ellos, porque ellos hablan, pero no hacen lo que predican. Aparentamos ser una cosa, pero con nuestros hechos negamos lo que decimos ser, por eso nuestro Señor Jesús siempre les decía a los fariseos: Ustedes son hipócritas, aparentan ser una cosa, pero son sepulcros blanqueados. La integridad de una persona se mide porque concuerda lo que dice con lo que hace.
6.-) QUITEMONOS EL DISFRAZ DELANTE DEL SEÑOR
Al Señor le gusta la sinceridad y el problema de los disfraces, es que, los usamos tan a menudo, que se nos olvida quitárnoslos cuando estamos delante del Señor y venimos ante Él aparentando algo que no somos. Una cosa es que tratemos de engañar a las personas, pero otra muy diferente es que tratemos de engañar a nuestro Dios.
Ejemplo: Un joven que tenía problemas con la pornografía decía: Yo veía revistas de ropa interior y las personas que me observaban pensaban que estaba viendo algo para mi esposa, pero en realidad estaba viendo y codiciando a las mujeres que aparecían en la revista. Pero él hizo algo que no todas las personas están dispuestas a hacer; él reconoció su condición ante el Señor y era sincero, cuando le decía: "Señor, ayúdeme, me gusta mirar pornografía, me gusta hacerlo; no puedo evitarlo ni ver a una mujer bonita con buenos ojos, siempre las veo con lujuria, con lascivia. Solo por mi cuenta no pude salir de esto, ayúdeme, Señor. Cuando somos sinceros delante de nuestro Dios, Él nos ayuda a salir de esa condición que nos atormenta; Él no nos condena.
7.- EL PELIGRO DE ESTOS DÍAS.
La falsedad en las personas por lo general se lleva a través de un disfraz para así mostrar lo que no somos.
“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. (Mateo 7:15).”