Reseñas

Adoración a Dios: La razón por la que fuimos creados

Una reseña del libro «Adoración: La razón por la que fuimos creados» (Editorial Portavoz, 2022).

Los cristianos pensamos en muchas cosas cuando es el tiempo de «adorar» en nuestras iglesias, especialmente en todo lo relacionado con nuestros sentimientos. Música lenta, mirada introspectiva, manos levantadas, luces bajas, etc. Pero ¿será realmente eso adoración? ¿Hemos cambiado lo que la Biblia dice por nuestro propio concepto? ¿Adoramos solo cuando estamos en el servicio? Estas son preguntas pertinentes que merecen una respuesta precisa y bien fundamentada en la Biblia.

En su libro Adoración: La razón por la que fuimos creados (Editorial Portavoz, 2022), A. W. Tozer desarrolla este tema de una forma breve, profunda y fácil de leer. Este recurso está dividido en once capítulos, explica qué es la adoración y qué significa el hecho de que para los cristianos nuestro fin supremo es la verdadera adoración a Dios por medio de nuestras vidas.

Tozer fue un pastor cristiano que nació en Pensilvania, Estados Unidos (1897-1963). Años después de su conversión y sin tener estudios teológicos formales, aceptó el cargo de pastor en la Alianza Cristiana y Misionera. Un aspecto importante de su ministerio fue señalar ciertas conductas de la iglesia de su tiempo, ya que las consideraba como parte de la decadencia del cristianismo.

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Adoración

A. W. Tozer

En su libro Adoración: La razón por la que fuimos creados (Editorial Portavoz, 2022), A. W. Tozer desarrolla este tema de una forma breve, profunda y fácil de leer. Este recurso está dividido en once capítulos, explica qué es la adoración y qué significa el hecho de que para los cristianos nuestro fin supremo es la verdadera adoración a Dios por medio de nuestras vidas.

Editorial Portavoz. 144 páginas.


Adoración a Dios o idolatría por algo más

Tozer analiza cómo podemos fallar a Dios por medio de nuestro mal testimonio y pecado personal o colectivo (cap. 2). Sin embargo, también analiza cómo, por medio de la obra de Cristo, podemos restaurar esa adoración a Dios al reconocer el pecado (cap. 3 y 4).

La centralidad de la adoración está en Dios, sin lugar a duda. ¿Qué sucede cuando descuidamos la adoración bíblica y genuina? Tozer afirma que caemos en idolatría y dejamos de adorar a Dios. «Cuando Dios no recibe la adoración es porque algo o alguien ha tomado su lugar» (p. 75). Este es uno de los riesgos de olvidar la centralidad de la Palabra al momento de dirigir nuestra adoración a Dios. No obstante, «cuando la Palabra de Dios ocupa su lugar prioritario, la presencia del Espíritu Santo empezará de nuevo a brillar en la iglesia» (p. 28).

Otro aspecto que Tozer resalta y que es un agravante del descuido de la adoración es que subestimamos la gravedad del pecado (p. 59). Posiblemente este proceso no es intencional, pero dejamos de contemplar a Dios y nuestro comportamiento parece ser dirigido por el concepto errado de que «la adoración no se basa en la sangre redentora» de Cristo (p. 60).

El autor presenta el ejemplo de Isaías cuando está frente a Dios (cap. 7) y cómo el profeta adora de manera genuina al reconocer con humildad y temor su posición ante la majestad de su Señor.

Cuando Isaías se encuentra frente a Dios, hay dos momentos donde se narra adoración. El primero de ellos es respecto a los serafines que expresan la esencia de Dios: «Santo, santo, santo es el Señor de los ejércitos, llena está toda la tierra de Su gloria» (p. 83): el segundo es cuando Isaías reconoce su posición frente a Dios al decir: «¡Ay de mí! Porque perdido estoy, pues soy hombre de labios inmundos […], porque mis ojos han visto al Rey, el Señor de los ejércitos» (Is 6:5).

Isaías comprende quién es Él y su posición ante Dios. Por medio de este ejemplo, el autor nos hace comprender por qué Dios es el centro de la adoración, y cómo necesitamos rebajarnos a tal punto para que Él reciba la gloria y nos alejemos de la idolatría.

La adoración, el fundamento de la vida cristiana

En los capítulos 5 al 8, el autor presenta el fundamento de la adoración de Dios. Primero nos hace reflexionar en aquello que no es adoración al señalar algunos errores habituales, tales como incurrir en darle la centralidad al ser humano, cómo el pecado nos aleja de la verdadera adoración o cómo «algunos confunden la música religiosa con adoración verdadera» (p. 62).

Tozer consideraba la adoración como algo fundamental. Sus libros animan a que el lector busque una relación personal y estrecha con Dios. Es por eso que enfatiza que como cristianos a nivel individual y colectivo (como iglesia) debemos «reflejar las glorias de Cristo que hace resplandecer siempre sobre nosotros por medio de los ministerios del Espíritu Santo» (p. 22).

El autor hace énfasis en este aspecto y lo desarrolla a lo largo del libro. Ser adoradores es fundamental porque «Él nos redime a fin de que podamos volver a adorar» (p. 34). La adoración es un llamado de cada día, desde «el lunes, cuando emprendemos nuestros diferentes deberes y tareas» (p. 118); y es por eso que no se puede tener la vida compartimentada.

Dividir la vida sin mayor conexión nos lleva a sacar a Dios de alguna parte de esta. En estos casos, la adoración no va a ser completamente agradable a Dios porque «algunas áreas adoran y otras no» (p. 119). Para que la adoración sea el fundamento de la vida cristiana y sea verdadera en nuestras vidas, el evangelio debe transformar la vida de la persona.

Jesús explica en el relato de la samaritana cómo es la verdadera adoración: «Dios es espíritu, y los que lo adoran deben adorar en espíritu y en verdad» (Jn 4:24; cursiva añadida). Tozer afirma que el hecho de que aquí se use la «palabra “deben” despeja toda confusión y quita de las manos de los hombres el tema de la adoración» (p. 63). Lo que Tozer afirma es que el ser humano quiere adorar a Dios, pero quiere adorarlo como se le antoja, a su manera. Sin embargo, vemos que la Escritura afirma con este pasaje que debemos adorar a Dios como Él lo establece en Su Palabra. Esta es una de las mayores evidencias de que la adoración bíblica es el fundamento verdadero de la vida cristiana.

La adoración que Dios espera de nosotros

El autor presenta una respuesta a la pregunta, «¿Quién es el Dios verdadero Todopoderoso y cómo nos debe asombrar?», para explicar finalmente cómo la verdadera adoración implica deleitarnos en la presencia de Dios, ¡la cual involucra nuestros sentimientos! Los últimos capítulos, del 9 al 11, nos animan a ser verdaderos adoradores.

Adoración nos lleva a comprender qué es la adoración para que analicemos cómo estamos viviendo y corrijamos aquel proceder que no adora a Dios de manera adecuada. Algunas sugerencias que plantea Tozer son que la adoración exige buscar la santidad (p. 56).

Primero, hoy día, pareciera que está en desuso hablar de la santidad progresiva en la vida del creyente y pensamos que podemos acercarnos a Dios con un corazón que descuida la pureza.

Un segundo aspecto que Tozer toca es que la adoración no apunta a nosotros sino a Dios. En este sentido, muchas de las canciones que se cantan en las iglesias durante los tiempos de «adoración» suelen tener un enfoque mayormente antropocéntrico (p. 61). La adoración es algo exclusivo y dedicado a Dios. Él espera que nuestra adoración sea genuina, fruto de un corazón obediente, humilde, sumiso y que reconozca su necesidad de Él.

Dios espera que nos acerquemos de forma correcta y le adoremos porque reconocemos quién es Él. Que reconozcamos que Él es el creador, soberano y eterno (Gn 1:1-19Sal 47:7102:12).

Conclusión

Adoración es un libro sencillo de leer con un mensaje claro para el lector: Dios es el merecedor de toda nuestra adoración en todo momento. Es un libro que nos inspira a pensar en Dios y no en nosotros, y cuyo énfasis es que comprendamos que la adoración es un estilo de vida cotidiano. Lo más importante es que la adoración surge como respuesta a la santidad de Dios. Los sentimientos hacia Dios están íntimamente ligados a una correcta adoración, pero hoy día hemos llamado adoración a una expresión de emociones centradas en nosotros.

Este es un libro inspirador que nos invita a acercarnos correctamente a Dios.

Deseo terminar con una pregunta para que sigas reflexionando en este tema y que puedes responder con la guía de A. W. Tozer: ¿Qué pasó con la adoración en nuestras iglesias?


Iñigo García de Cortázar, junto con su esposa Ana Cristina, es misionero actualmente en Cali, Colombia. Es ingeniero industrial y teólogo, y es parte de las congregaciones Centro Bíblico en Colombia. Le gusta la teología, la predicación y la enseñanza. Además, le gusta escribir artículos de reflexión teológica. Puedes escribirle a: inigo.pnz@gmail.com

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