Ministerio

Pastor, cultiva el gozo en tu matrimonio.

Al igual que los postres a los que les falta azúcar, hay demasiados matrimonios cristianos a los que les falta un ingrediente clave. Este ingrediente que falta en demasiados matrimonios no significa que no sea un matrimonio, igual que a un postre al que le falta azúcar no significa que no sea un postre. Pero ninguno de los dos «sabe» bien.

Cuando nos damos cuenta de que lo que está en juego no es un mal lote de productos horneados, sino ser potencialmente un reflejo pobre del evangelio a través de nuestra relación matrimonial, haremos todo lo posible para volver a poner el ingrediente del gozo en nuestros matrimonios. Muchos matrimonios cristianos, incluyendo muchos matrimonios de pastores, volverían a ser dulces si los esposos tomaran la iniciativa de amar a sus esposas con gozo.

Mi esposa suele ser bastante positiva conmigo, pero una tarde me miró y me dijo: «¿Sabías que ahora estás bastante gruñón la mayor parte del tiempo?». Me quedé un poco desconcertado. Ella sabía que las cosas habían sido estresantes en la iglesia últimamente. Me había apoyado y había orado por mí. Pero cuando dejé de defenderme en mi mente y empecé a pensar en lo que ella había tenido el valor de señalar, le pregunté más sobre el tema y me di cuenta de que tenía razón. Me estaba consumiendo tanto el tratar de mantenerme en la cima del ministerio pastoral, mientras lidiaba con múltiples frentes durante una temporada difícil en nuestra iglesia, que esto estaba afectando negativamente mi paternidad y nuestro matrimonio.

Tuve que pedir perdón y empezar a hacer cambios. Nada fue inmediato, pero decisión a decisión, el gozo comenzó a filtrarse de nuevo en nuestro matrimonio y familia. Al evaluar lo sucedido, me di cuenta de que al tratar de ser como Jesús para mi iglesia, no había amado a mi esposa como Jesús ama a la iglesia. Efesios 5:25 es fuerte y claro sobre nuestro llamado: «Maridos, amen a sus mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio Él mismo por ella».

Una manera específica en que Cristo amó a la iglesia, una manera en que Dios nos llama a hacernos eco de Su amor en nuestros matrimonios, es que Jesús amó a la iglesia gozosamente. Él ama amarnos. ¿Amamos amar a nuestras esposas?

Jesús no se limita a soportar a la iglesia. Él recibe gozo al darnos gozo (He 12:2). Jesús no ama a regañadientes, sino que ama persistentemente a la iglesia. Nos ama con gozo y perseverancia. El amor de Jesús no cambia dependiendo de cómo nos vaya en nuestra relación con Él en un día determinado.

Jesús no ama a regañadientes, sino que ama persistentemente a la iglesia. Nos ama con gozo y perseverancia

 

Cuando las esposas son amadas tan profundamente, sabiendo que sus esposos aman amarlas, hay una seguridad en el matrimonio que se desarrolla y fortalece con los años. Esta seguridad libera a la esposa para ser una bendición aún mayor para los demás. También, cuando amamos a nuestras esposas tan gozosamente que es obvio para ella y para los demás, hay una dulzura que se desarrolla. Cuando un pastor y su esposa irradian esta dulzura a su iglesia y a otros a través del gozo genuino en su matrimonio, su matrimonio «huele» a evangelio. Un pacto matrimonial gozoso apunta al nuevo pacto.

Estas son cuatro maneras de cultivar un gozo más constante en tu matrimonio mientras te esfuerzas por reflejar a Cristo en el amor que le tienes a tu esposa.

1. Pasen tiempo juntos de forma intencional

Jesús se deleita en estar con Su novia. Sin embargo, me sorprende lo rápido que puedo pasar por alto el tiempo con mi esposa. Las exigencias del ministerio, las obligaciones, la crianza de los hijos, la reparación de la casa y el simple hecho de sobrellevar el día a día pueden hacer que mire hacia arriba y vea que no hemos pasado suficiente tiempo intencional juntos.

Hemos descubierto que una noche de cita semanal no es realista en esta temporada de cinco hijos, desde niños pequeños hasta adolescentes. Pero podemos reservar una noche o más a la semana para acurrucarnos en el sofá mientras vemos una película o hablamos. También podemos dedicar tiempo a salir juntos sin los niños, tanto durante unas horas como, ocasionalmente, durante unos días.

¿Eres tan intencional para pasar tiempo con tu esposa como lo eres para dar seguimiento a los asuntos pastorales en la iglesia?

2. Habla de lo que Dios te está enseñando

En última instancia, el gozo viene de Jesús (Lc 2:10Mt 28:81 P 1:81 Jn 1:4). Cuando ambos cónyuges están invirtiendo personalmente en su relación con Jesús, el verdadero gozo comenzará a filtrarse en su matrimonio.

He descubierto que cuando hablamos acerca de lo que Dios nos está enseñando, ya sea espontáneamente o como una pregunta intencional, esto no solo alienta el caminar del otro con el Señor, sino que también comienza a desbordarse en nuestra relación matrimonial. Pastores, Dios les está enseñando en la Palabra cada semana. Comparte algo de eso con tu esposa, no como un sermón adicional, sino por el gozo de conocer a Jesús.

3. Actúa confiando en que Jesús es Rey

Uno de los mejores consejos que he oído de otro pastor es que hables con tu esposa de los asuntos de la iglesia que sean apropiados o necesarios durante un rato al llegar a casa. Luego oren juntos al respecto antes de continuar con la velada si hay un asunto apremiante, pero actúen confiando en que Jesús es Rey.

Es fácil traer las cosas a colación otra vez y dar vueltas y vueltas sobre el ministerio. Eso está bien hasta cierto punto si les está ayudando a servir a otros juntos, pero en algún punto necesitan tener discusiones que no estén relacionadas con el ministerio, especialmente si los temas son estresantes. Entréguenlos a Jesús y olvídenlos por el resto del día (Mt 6:34).

4. Sirvan juntos de alguna manera

Servir como pastor no significa que automáticamente estoy sirviendo a Jesús junto con mi esposa. Puede estar bien servir en diferentes áreas de la iglesia o de la vida familiar dependiendo de la etapa de la vida y de los dones. Después de todo, ella no es pastora por estar casada contigo. Pero he encontrado que ha sido útil hacer algún tipo de ministerio juntos.

Para nosotros esto ha sido tan variado como hacer visitas, cuidar niños, planear una obra de alcance juntos, o estar juntos en el equipo de alabanza. Servir juntos con propósito puede traer alegría a tu matrimonio, recordándoles a ambos que Dios los unió para glorificarlo.

Hermanos, ¿saben sus esposas no solo que las aman, sino que aman amarlas, como lo hace su Salvador? El matrimonio de A. W. Tozer nos deja una sombría advertencia. En su libro I Still Do [Todavía acepto], Dave Harvey relata: «Tozer era un gigante espiritual, un hombre de una fe espectacular, una perspicacia increíble y una piedad irresistible. Pero Tozer descuidó a su esposa, Ada, y a su familia de una forma bastante sorprendente… Tras la muerte de Tozer, Ada se volvió a casar con un hombre llamado Leonard Odam. Dorsett [biógrafo de Tozer] escribe sobre un momento conmovedor cuando se le pidió a Ada que describiera su vida con su nuevo esposo. Ada respondió: “Nunca he sido más feliz en mi vida. Aiden [Tozer] amaba a Jesucristo, pero Leonard Odam me ama a mí”» (p. 193).

Hermanos, podemos amar bien tanto a Jesús como a nuestras esposas. Estamos llamados a amar a ambos. Un matrimonio que «huele» a evangelio tendrá un ingrediente que a menudo se pasa por alto: el gozo.


Publicado originalmente en For the ChurchTraducido por Eduardo Fergusson.


Tim Counts 
(M.Div, The Master’s Seminary) es el pastor de Northshire Baptist Church en Manchester Center, Vermont. Tim ha sido pastor en Nuevo México, el estado de Washington, y Vermont. Tim escribe en Hemustbecomegreater.com y disfruta pasar tiempo con su maravillosa esposa y con sus 3 hijos. Puedes seguir a Tim en Twitter.

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