Vida Cristiana
Esposa, lucha por el gozo en tu matrimonio
El gozo en el matrimonio requiere trabajo
Antes de casarse, todos piensan que vivirán felices para siempre. Sin embargo, lo que la mayoría no reconoce es que obtener el gozo en el matrimonio requiere trabajo. No es algo que viene de manera natural, sino que para tenerlo necesitamos ser intencionales y transformados. Tenemos que tomar una decisión para luchar por el gozo.
Creo que todas las esposas creyentes sabemos que el gozo es parte del fruto del Espíritu, pero me pregunto cuántas recuerdan lo que antecede y lo que sigue a la lista del fruto en Gálatas 5. Justo antes hay una lista de las obras feas de la carne y, luego, dice: «Los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos» (Gá 5:24).
La conclusión es que, para obtener el fruto del Espíritu —incluyendo el gozo—, necesitamos vivir por el Espíritu. Debemos participar en nuestra santificación y esforzarnos para que este gozo crezca. ¿Cómo? Crucificando la carne y sus pasiones y andando en el Espíritu (Gá 5:24-25). Entonces, mostrar el fruto del Espíritu en el matrimonio implica tomar decisiones que luego marcan nuestras acciones.
El gozo surge de la presencia de Dios
Una decisión que debes tomar para crucificar la carne y andar por el Espíritu es buscar la presencia de Dios todos los días. Todas sabemos que en Su presencia hay plenitud de gozo (Sal 16:11), así que la pregunta es cómo podemos mantenernos en Su presencia.
El gozo en el matrimonio requiere trabajo. No viene de manera natural, sino que para tenerlo necesitamos ser intencionales y transformados
Dentro de un matrimonio, necesitamos mantener esta búsqueda por Su presencia no solo de manera individual, sino también como pareja. Dos personas al casarse se convierten en una sola carne (cp. Mr 10:8) y, entonces, como la unión que son, los dos necesitan representar a Cristo y juntos buscar cómo mantener el gozo. Aunque esto no es imposible de lograr si estás intentándolo sola, es más difícil. Esta es una de las razones por las que el Señor nos manda a no unirnos en yugo desigual (2 Co 6:14).
Tomar esta decisión por buscar la presencia de Dios nos guiará a la obediencia. Y Jesús nos dijo que si guardamos Sus mandamientos no solo permanecemos en Su amor, sino que nuestro gozo será perfecto (Jn 15:9-11). La palabra griega traducida aquí como «perfecto» es pleroó, que significa «lleno a capacidad».
Entonces, cultivar un hogar de obediencia a Cristo traerá gozo a aquellos en el hogar. Aun durante las tribulaciones inevitables de la vida, podemos decidir mantener el gozo porque sabemos que Dios está formándonos a Su imagen a través de las mismas pruebas (Stg 1:2-4). Podemos confiar al saber con certeza que Dios está controlando y orquestando todo para nuestro bien.
Decide luchar por el gozo
Debemos, entonces, luchar para alcanzar ese gozo a través de buscar la presencia de Dios en medio de cualquier circunstancia. A su vez, esto significa que debemos comprometernos a conocer y cumplir Su voluntad, perdonando las ofensas, sirviendo al prójimo, aliviando sus cargas, decidiendo amar a pesar de todo. Recordemos que Dios cambió nuestro corazón para que amemos como Él ama (cp. Ez 36:26).
El gozo comienza con una relación íntima con Cristo