Apologética

La prioridad del conocimiento bíblico en la apologética

Por Adolfo Agüero.

Una de las cosas que observo cuando veo a creyentes defendiendo o compartiendo su fe es que lo hacen con mucha pasión pero, muchas veces, sin tanto conocimiento.

Dicen el plan de salvación o el «libreto» que siempre nos enseñaron —y eso está bien— pero a la primera pregunta del interlocutor que los quite de su normal desarrollo argumentativo, se desesperan o, usando la jerga futbolera, se quedan en «offside» (fuera de juego).

Algo que entendí es que no podemos defender con autoridad lo que no conocemos bien. También entendí que no podemos amar realmente lo que no conocemos o a quien no conocemos.

Obligados a conocer

Si queremos defender sólidamente lo que creemos y a Quien amamos, debemos, estamos obligados, es imperativo, que conozcamos la Palabra de Dios en profundidad y de manera sistemática, ya que es la única forma de conocer a Dios y así enamorarnos de Él y defender nuestra fe con pasión y argumentos sólidos.

Vale este ejemplo: Jamás dejaríamos que hablasen mal o difamen a una persona como nuestra madre, hermano o hijo. ¿Por qué? ¡Porque los conocemos bien y los amamos!

Sin embargo, veo en diferentes lugares, principalmente en las redes sociales, cómo muchos incrédulos difaman, se burlan y hablan mal de nuestro Dios y no salimos a defender. Al menos no como lo haríamos con nuestras madres, hermanos o hijos. Jamás dejaríamos que se burlen de ellos, pero muchas veces dejamos que lo hagan con nuestro Dios.

La Palabra de Dios ante todo

La apologética es en parte (porque va mucho más allá) argumentos racionales para defender la fe. Pero estos no salvan ni convierten a las personas. Lo que hacen es desnudar o despojarles de sus argumentos y armas, para luego poder entregarles la verdad que salva y regenera al ser humano: la Palabra de Dios.

Solo la palabra de Dios escrita en la Biblia puede traer, a través del Espíritu Santo, convicción de pecado, justicia y juicio sobre el hombre y la mujer. «Y cuando él [el Espíritu Santo] venga, con- vencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio» (Jn 16.8 RV60).

Debemos estudiar la Palabra de Dios. Debemos «escudriñarla», como dice Jesús en Juan 5.39:

«Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí».

Un llamado para ti

No hay excusas. Usa las armas que tienes a mano: Ora buscando la guía del Espíritu Santo y abre tu Biblia, léela, usa los estudios bíblicos de tu iglesia, busca cursos y prédicas en Internet (aprobados y recomendados por tus pastores) que te ayuden a entender mejor la Biblia, y crece en conocimiento y amor.

Hazlo diaria y disciplinadamente. Que sea como comer, beber o respirar, porque así lo es realmente: la Palabra de Dios es nuestra fuente de vida.

Aprende la Palabra de Dios y sal con más pasión y preparación a predicar a Aquel que lo hizo todo posible: nos amó, perdonó y salvó.

Por Adolfo Agüero
Adolfo es de Asunción, Paraguay, es pastor, conferencista, autor y empresario. Co-fundador de la iglesia Más Que Vencedores. Egresado en Liderazgo Estratégico y Evangelismo del Instituto Haggai. Fundador y actual presidente de «Gente Que Cree» y conductor de las cápsulas «Solo un Momento», donde comparte tips de liderazgo, consejos y principios de vida. Autor del libro Hasta el final (2014, Casa Creación), nominado por SEPA como «Libro del Año 2014» en EUA. Felizmente casado con la cantante góspel Laura Rojas y tienen dos hermosos hijos: Mateo y Andrés.


Acerca del Autor

0.00 avg. rating (0% score) - 0 votes
Mostrar Más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Back to top button
18405