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Lectura de Hoy

17-09-2024

DEVOCIONAL

Devocional: 2 Samuel 13

La amenaza al reino de David que Natán había profetizado comenzó con un sórdido relato marginal que, sin embargo, revela exactamente lo que anda mal en el reinado de David (2 Samuel 13).

La multiplicidad de esposas reales significaba que había muchos medio hermanos. En esta situación, surge la horrenda violación de Tamar. Los perfiles de las personas involucradas, exceptuando a Tamar, presentan lo que hoy día llamaríamos una familia disfuncional. Ahora bien, sólo vemos de cerca a dos de los hermanos: Amnón y Absalón. Pero la manera como David maneja la situación—o más bien, su total falta de manejo—es igual a la que anteriormente había fracasado con Joab (ver meditación del 9 de septiembre).

Amnón era lujurioso, inmaduro, irresponsable, engañoso y brutal. Una de las frases más reveladoras acerca de él es la que se dice inmediatamente después de que él violara a Tamar: “Pero el odio que sintió por ella después de violarla fue mayor que el amor que antes le había tenido” (13:15). Aquí tenemos a un hijo engreído que se ha convertido en un hombre malvado.

Si, en este momento, David hubiera ejercido la justicia que le correspondía como jefe de Estado, la historia de los próximos años habría sido totalmente diferente. Él comparte el mismo pecado de Elí (ver 1 Samuel 3 y la meditación del 13 de agosto): ve cómo sus hijos actúan mal y no hace nada para detenerlos. Si hubiera obligado a Amnón a enfrentarse a toda la fuerza de la ley, no sólo le habría enviado una señal inequívoca a cualquier otro de sus hijos que pensara desviarse, habría demostrado su preocupación por lo que le sucedió a su hija y habría evitado la horrible amargura y la venganza que Absalón—hermano de Tamar por parte de padre y madre—ejecutó.

En este momento, Absalón es una figura trágica. Tiene razón al pedirle cuentas a Amnón. Al no encontrar justicia en el sistema legal que su propio padre ha eludido, opta por la venganza y luego se ve obligado a huir de la ira de David. Es cierto que no debió haber asesinado a Amnón, pero, hasta este momento, aparece como un personaje más atractivo y moral que el hombre al que mató. No obstante, sabe que ni siquiera David puede ignorar este asesinato en particular, así que huye, y deja a su padre con la imagen de un hombre insensato e indeciso.

Las relaciones entre padres e hijos casi nunca son profundas y libres de complicaciones a la misma vez. Pero el patrón de la vida de David, paralela a la de Elí tan solo unos capítulos antes, ilustra los desastres que ocurren en las familias en las que el padre, sin importar lo amoroso, condescendiente, piadoso y heroico que pueda ser, nunca trae a sus hijos a capítulo ni los disciplina cuando se desvían. El fracaso de David con Amnón y Absalón no fue el primero: fue la continuación de una falta moral y familiar que comenzó cuando los niños aún estaban en pañales.


Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2013. Usado con permiso.

Devocional: Ezequiel 20

En Ezequiel 20, ocurre como en el capítulo 8, en el que los ancianos de la comunidad exiliada consultan al profeta y Dios da a Ezequiel una respuesta para los ancianos y la comunidad que representan.

Parte de lo que Ezequiel comunica ya se ha dicho anteriormente. Al Señor soberano no le entusiasma demasiado dejarlos preguntar porque sabe que su corazón está muy lejos de él (20:2-4, 31; cp. caps. 13—14). Nos encontramos ante una visión general del historial de rebeliones de Israel. Sin embargo, hay dos o tres temas en este capítulo que no se han expuesto con anterioridad o que apenas se han mencionado.

El primero es la gloria absoluta de Dios, una de las motivaciones principales detrás de los juicios que han caído o que están a punto de hacerlo. Por el bien de su propio nombre, Dios ha actuado para evitar que su nombre sea “profanado ante las naciones, las cuales me vieron sacarlos de Egipto” (20:14; cp. 20:22). Este tema de dar gloria a Dios se desarrolla con más amplitud en los capítulos 36 y 39. Es tan fundamental en las Escrituras que corremos el peligro de pasarlo por alto precisamente por su familiaridad. Por ejemplo, cuando Jesús va a la cruz, estamos acostumbrados a pensar más en el amor de Dios por nosotros al enviarnos un regalo tan increíble que pensar que Dios lo hizo para la gloria de su nombre, o en el de Jesús, que cargó con nuestra culpa y castigo en el madero. Es bueno que pensemos en ello. Sin embargo, las Escrituras también insisten en que la exaltación de Cristo es el producto del compromiso del Padre, que todos honren al Hijo como hacen con él (Juan 5:23cp. Juan 12:23). Cuando Jesús va a la cruz, lo hace movido por una obediencia y amor absolutos hacia su Padre (Juan 14:31cp. 15:9-11). El asombroso plan de salvación de Dios es para alabanza de su gloria (Efesios 1:3-14), lo cual debe dar forma a nuestra comprensión del Señor y, por tanto, a nuestra vida de oración y nuestras prioridades.

Por esta razón también, en segundo lugar, Dios no permitirá que su pueblo se sienta cómodo con su pecado. Él dio la ley para que quien la obedeciese viviese por ella (20:11, 21, 25; cp. Levítico 18:5), que en este contexto significa prosperar. Cuando las personas desobedecen y anhelan ser “como los pueblos del mundo”, el Señor promete que lo que tienen en mente “jamás sucederá” (20:32). En su lugar, protegerá su nombre, invocará el compromiso del pacto (20:37) y derramará su ira (20:33) de forma que no vivan según los malvados estatutos que escogen: no prosperarán. Tantos años de paciencia de Dios (antes y ahora) deben acabar finalmente en transformación o en juicio.


Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2016. Usado con permiso.

2 Samuel 13

Amnón y Tamar

13 Pasado algún tiempo, sucedió lo siguiente. Absalón hijo de David tenía una hermana muy bella, que se llamaba Tamar; y Amnón, otro hijo de David, se enamoró de ella. Pero, como Tamar era virgen, Amnón se enfermó de angustia al pensar que le sería muy difícil llevar a cabo sus intenciones con su hermana. Sin embargo, Amnón tenía un amigo muy astuto, que se llamaba Jonadab, y que era hijo de Simá y sobrino de David. Jonadab le preguntó a Amnón:

—¿Cómo es que tú, todo un príncipe, te ves cada día peor? ¿Por qué no me cuentas lo que te pasa?

—Es que estoy muy enamorado de mi hermana Tamar —respondió Amnón.

Jonadab le sugirió:

—Acuéstate y finge que estás enfermo. Cuando tu padre vaya a verte, dile: “Por favor, que venga mi hermana Tamar a darme de comer. Quisiera verla preparar la comida aquí mismo, y que ella me la sirva”.

Así que Amnón se acostó y fingió estar enfermo. Y, cuando el rey fue a verlo, Amnón le dijo:

—Por favor, que venga mi hermana Tamar a prepararme aquí mismo dos tortas, y que me las sirva.

David envió un mensajero a la casa de Tamar, para que le diera este recado: «Ve a casa de tu hermano Amnón, y prepárale la comida». Tamar fue a casa de su hermano Amnón y lo encontró acostado. Tomó harina, la amasó, preparó las tortas allí mismo, y las coció. Luego tomó la sartén para servirle, pero Amnón se negó a comer y ordenó:

—¡Fuera de aquí todos!

Una vez que todos salieron, 10 Amnón le dijo a Tamar:

—Trae la comida a mi habitación, y dame de comer tú misma.

Ella tomó las tortas que había preparado y se las llevó a su hermano Amnón a la habitación, 11 pero, cuando se le acercó para darle de comer, él la agarró por la fuerza y le dijo:

—¡Ven, hermanita; acuéstate conmigo!

12 Pero ella exclamó:

—¡No, hermano mío! No me humilles, que esto no se hace en Israel. ¡No cometas esta infamia! 13 ¿A dónde iría yo con mi vergüenza? ¿Y qué sería de ti? ¡Serías visto en Israel como un depravado! Yo te ruego que hables con el rey; con toda seguridad, no se opondrá a que yo sea tu esposa.

14 Pero Amnón no le hizo caso, sino que, aprovechándose de su fuerza, se acostó con ella y la violó. 15 Pero el odio que sintió por ella después de violarla fue mayor que el amor que antes le había tenido. Así que le dijo:

—¡Levántate y vete!

16 —¡No me eches de aquí! —replicó ella—. Después de lo que has hecho conmigo, ¡echarme de aquí sería una maldad aún más terrible!

Pero él no le hizo caso, 17 sino que llamó a su criado y le ordenó:

—¡Echa de aquí a esta mujer y cierra la puerta!

18 Así que el criado la echó de la casa, y luego cerró bien la puerta.

Tamar llevaba puesta una túnica muy elegante, pues así se vestían las princesas vírgenes. 19 Al salir, se echó ceniza en la cabeza, se rasgó la túnica y, llevándose las manos a la cabeza, se fue por el camino llorando a gritos. 20 Entonces su hermano Absalón le dijo:

—¡Así que tu hermano Amnón ha estado contigo! Pues bien, hermana mía, cálmate y no digas nada. Toma en cuenta que es tu hermano.

Desolada, Tamar se quedó a vivir en casa de su hermano Absalón. 21 El rey David, al enterarse de todo lo que había pasado, se enfureció. 22 Absalón, por su parte, no le dirigía la palabra a Amnón, pues lo odiaba por haber violado a su hermana Tamar.

Asesinato de Amnón

23 Pasados dos años, Absalón convidó a todos los hijos del rey a un banquete en Baal Jazor, cerca de la frontera de Efraín, donde sus hombres estaban esquilando ovejas. 24 Además, se presentó ante el rey y le dijo:

—Su Majestad, este siervo suyo tiene esquiladores trabajando. Le ruego venir con su corte.

25 —No, hijo mío —le respondió el rey—. No debemos ir todos, pues te seríamos una carga.

Absalón insistió, pero el rey no quiso ir; sin embargo, le dio su bendición. 26 Entonces Absalón le dijo:

—Ya que Su Majestad no viene, ¿por qué no permite que nos acompañe mi hermano Amnón?

—¿Y para qué va a ir contigo? —le preguntó el rey.

27 Pero tanto insistió Absalón que el rey dejó que Amnón y sus otros hijos fueran con Absalón. 28 Este, por su parte, les había dado instrucciones a sus criados: «No pierdan de vista a Amnón. Y, cuando se le haya subido el vino, yo les daré la señal de ataque, y ustedes lo matarán. No tengan miedo, pues soy yo quien les da la orden. Ánimo; sean valientes».

29 Los criados hicieron con Amnón tal como Absalón les había ordenado. Entonces los otros hijos del rey se levantaron y, montando cada uno su mula, salieron huyendo.

30 Todavía estaban en camino cuando llegó este rumor a oídos de David: «¡Absalón ha matado a todos los hijos del rey! ¡Ninguno de ellos ha quedado con vida!»

31 El rey se levantó y, rasgándose las vestiduras en señal de duelo, se arrojó al suelo. También todos los oficiales que estaban con él se rasgaron las vestiduras. 32 Pero Jonadab, el hijo de Simá y sobrino de David, intervino:

—No piense Su Majestad que todos los príncipes han sido asesinados, sino solo Amnón. Absalón ya lo tenía decidido desde el día en que Amnón violó a su hermana Tamar. 33 Su Majestad no debe dejarse llevar por el rumor de que han muerto todos sus hijos, pues el único que ha muerto es Amnón.

34 El centinela de la ciudad alzó la vista y vio que del oeste, por la ladera del monte, venía bajando una gran multitud. Entonces fue a decirle al rey: «Veo venir gente por el camino de Joronayin, por la ladera del monte». Mientras tanto, Absalón había huido. 35 Jonadab le comentó al rey:

—¿Ya ve Su Majestad? Aquí llegan sus hijos, tal como yo se lo había dicho.

36 Apenas había terminado de hablar cuando entraron los hijos del rey, todos ellos llorando a voz en cuello, y también el rey y sus oficiales se pusieron a llorar desconsoladamente.

37-38 Absalón, en su huida, fue a refugiarse con Talmay hijo de Amiud, rey de Guesur, y allí se quedó tres años. David, por su parte, lloraba todos los días por su hijo Amnón 39 y, cuando se consoló por su muerte, comenzó a sentir grandes deseos de ver a Absalón.


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2 Corintios 6

6 Nosotros, colaboradores de Dios, les rogamos que no reciban su gracia en vano. Porque él dice:

«En el momento propicio te escuché, y en el día de salvación te ayudé».

Les digo que este es el momento propicio de Dios; ¡hoy es el día de salvación!

Privaciones de Pablo

Por nuestra parte, a nadie damos motivo alguno de tropiezo, para que no se desacredite nuestro servicio. Más bien, en todo y con mucha paciencia nos acreditamos como servidores de Dios: en sufrimientos, privaciones y angustias; en azotes, cárceles y tumultos; en trabajos pesados, desvelos y hambre. Servimos con pureza, conocimiento, constancia y bondad; en el Espíritu Santo y en amor sincero; con palabras de verdad y con el poder de Dios; con armas de justicia, tanto ofensivas como defensivas; por honra y por deshonra, por mala y por buena fama; veraces, pero tenidos por engañadores; conocidos, pero tenidos por desconocidos; como moribundos, pero aún con vida; golpeados, pero no muertos; 10 aparentemente tristes, pero siempre alegres; pobres en apariencia, pero enriqueciendo a muchos; como si no tuviéramos nada, pero poseyéndolo todo.

11 Hermanos corintios, les hemos hablado con toda franqueza; les hemos abierto de par en par nuestro corazón. 12 Nunca les hemos negado nuestro afecto, pero ustedes sí nos niegan el suyo. 13 Para corresponder del mismo modo —les hablo como si fueran mis hijos—, ¡abran también su corazón de par en par!

No formen yunta con los incrédulos

14 No formen yunta con los incrédulos. ¿Qué tienen en común la justicia y la maldad? ¿O qué comunión puede tener la luz con la oscuridad? 15 ¿Qué armonía tiene Cristo con el diablo? ¿Qué tiene en común un creyente con un incrédulo? 16 ¿En qué concuerdan el templo de Dios y los ídolos? Porque nosotros somos templo del Dios viviente. Como él ha dicho: «Viviré con ellos y caminaré entre ellos. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo». Por tanto, el Señor añade:

17 «Salgan de en medio de ellos y apártense. No toquen nada impuro, y yo los recibiré». 18 «Yo seré un padre para ustedes, y ustedes serán mis hijos y mis hijas, dice el Señor Todopoderoso».


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Ezequiel 20

Historia de una rebelión

20 El día diez del mes quinto del año séptimo, unos jefes de Israel vinieron a consultar al Señor, y se sentaron frente a mí. Allí el Señor me dirigió la palabra: «Hijo de hombre, habla con los jefes de Israel y adviérteles que yo, el Señor omnipotente, digo: “¿Así que ustedes vienen a consultarme? ¡Pues juro por mí mismo que no dejaré que me consulten! Lo afirmo yo, el Señor omnipotente”.

»¡Júzgalos tú, hijo de hombre; júzgalos tú! Hazles ver las repugnantes prácticas de sus antepasados. Adviérteles que así dice el Señor omnipotente: “El día en que elegí a Israel, con la mano en alto le hice un juramento a la descendencia de Jacob. El día en que me di a conocer a ellos en Egipto, volví a hacerles este juramento: ‘Yo soy el Señor su Dios’. En aquel día, con la mano en alto les juré que los sacaría de Egipto y los llevaría a una tierra que yo mismo había explorado. Es una tierra donde abundan la leche y la miel, ¡la más hermosa de todas! A cada uno de ellos le ordené que arrojara sus ídolos detestables, con los que estaba obsesionado, y que no se contaminara con los ídolos de Egipto; porque yo soy el Señor su Dios.

»”Sin embargo, ellos se rebelaron contra mí, y me desobedecieron. No arrojaron los ídolos con que estaban obsesionados, ni abandonaron los ídolos de Egipto. Por eso, cuando estaban en Egipto, pensé agotar mi furor y descargar mi ira sobre ellos. Pero decidí actuar en honor a mi nombre, para que no fuera profanado ante las naciones entre las cuales vivían los israelitas. Porque al sacar a los israelitas de Egipto yo me di a conocer a ellos en presencia de las naciones.

10 »”Yo los saqué de Egipto y los llevé al desierto. 11 Les di mis decretos, y les hice conocer mis leyes, que son vida para quienes los obedecen. 12 También les di mis sábados como una señal entre ellos y yo, para que reconocieran que yo, el Señor, he consagrado los sábados para mí. 13 Pero el pueblo de Israel se rebeló contra mí en el desierto; desobedeció mis decretos y rechazó mis leyes, que son vida para quienes los obedecen. ¡Hasta el colmo profanaron mis sábados! Por eso, cuando estaban en el desierto, pensé descargar mi ira sobre ellos y exterminarlos. 14 Pero decidí actuar en honor a mi nombre, para que no fuera profanado ante las naciones, las cuales me vieron sacarlos de Egipto.

15 »”También con la mano en alto, en el desierto les juré que no los llevaría a la tierra que les había dado, ¡la tierra más hermosa de todas, donde abundan la leche y la miel! 16 Rechazaron mis leyes, desobedecieron mis decretos y profanaron mis sábados, ¡y todo esto lo hicieron por haber andado tras esos ídolos! 17 Sin embargo, les tuve compasión, y en el desierto no los destruí ni los exterminé.

18 »”Allí en el desierto les dije a sus descendientes: ‘No sigan los preceptos de sus padres; no obedezcan sus leyes ni se contaminen con sus ídolos. 19 Yo soy el Señor su Dios. Sigan mis decretos, obedezcan mis leyes 20 y observen mis sábados como días consagrados a mí, como señal entre ustedes y yo, para que reconozcan que yo soy el Señor su Dios’.

21 »”Sin embargo, los israelitas se rebelaron contra mí. No siguieron mis decretos y no obedecieron mis leyes, que son vida para quienes los obedecen. Además, profanaron mis sábados. Por eso, cuando estaban en el desierto, pensé agotar mi furor y descargar mi ira sobre ellos. 22 Pero me contuve en honor a mi nombre, para que no fuera profanado ante las naciones, las cuales me vieron sacarlos de Egipto. 23 También con la mano en alto les juré en el desierto que los dispersaría entre las naciones. Los esparciría entre los países 24 porque, obsesionados como estaban con los ídolos de sus antepasados, desobedecieron mis leyes, rechazaron mis decretos y profanaron mis sábados. 25 ¡Hasta les di decretos que no eran buenos y leyes que no daban vida! 26 Los contaminé con sus propias ofrendas, dejándolos ofrecer en sacrificio a sus primogénitos, para horrorizarlos y hacerles reconocer que yo soy el Señor”.

27 »Por tanto, hijo de hombre, habla con el pueblo de Israel y adviértele que yo, el Señor omnipotente, digo: “En esto también me ofendieron tus antepasados y me trataron con absoluta infidelidad: 28 Cuando los hice entrar en la tierra que con la mano en alto había jurado darles, cualquier cerro o árbol frondoso que veían les venía bien para hacer sacrificios y presentarme esas ofrendas que tanto me ofenden. Allí quemaban incienso y derramaban sus libaciones. 29 Y les pregunté: ‘¿Qué significa ese santuario pagano que tanto frecuentan?’ Y hasta el día de hoy ese lugar de culto idolátrico se conoce como ‘santuario pagano’ ”.

Juicio y restauración

30 »Por tanto, adviértele al pueblo de Israel que así dice el Señor omnipotente: “¿Se contaminarán ustedes a la manera de sus antepasados, y se prostituirán con sus ídolos detestables? 31 Hasta el día de hoy, ustedes se contaminan al hacer sus ofrendas y al sacrificar a sus hijos, pasándolos por fuego en honor a los ídolos. ¿Y ahora ustedes, israelitas, vienen a consultarme? Juro por mí mismo que no dejaré que me consulten. Yo, el Señor omnipotente, lo afirmo. 32 Jamás sucederá lo que ustedes tienen en mente: ‘Queremos ser como las otras naciones, como los pueblos del mundo, que adoran al palo y a la piedra’. 33 Yo, el Señor omnipotente, juro por mí mismo que reinaré sobre ustedes con gran despliegue de fuerza y de poder, y con furia incontenible. 34 Los sacaré de las naciones y de los pueblos por donde estaban esparcidos, y los reuniré con gran despliegue de fuerza y de poder, y con furia incontenible. 35 Los llevaré al desierto que está entre las naciones, y allí los juzgaré cara a cara. 36 Así como juzgué a sus antepasados en el desierto de Egipto, también los juzgaré a ustedes. Yo, el Señor omnipotente, lo afirmo. 37 Así como el pastor selecciona sus ovejas, también yo los haré pasar a ustedes bajo mi vara y los seleccionaré para que formen parte de la alianza. 38 Apartaré a los rebeldes, a los que se rebelan contra mí, y los sacaré del país donde ahora viven como extranjeros, pero no entrarán en la tierra de Israel. Entonces ustedes reconocerán que yo soy el Señor.

39 »”En cuanto a ustedes, pueblo de Israel, así dice el Señor omnipotente: Si no quieren obedecerme, ¡vayan y adoren a sus ídolos! Pero no sigan profanando mi santo nombre con sus ofrendas y sus ídolos apestosos. 40 Porque en mi monte santo, el monte elevado de Israel, me adorará todo el pueblo de Israel; todos los que habitan en el país. Yo, el Señor, lo afirmo. Allí los recibiré, y exigiré sus ofrendas y sus primicias, junto con todo lo que quieran dedicarme. 41 Cuando yo los saque a ustedes y los reúna de todas las naciones y pueblos donde estarán esparcidos, en presencia de las naciones los recibiré como incienso agradable y les manifestaré mi santidad. 42 Y, cuando yo los lleve a la tierra de Israel, al país que con la mano en alto había jurado a sus antepasados que les daría, entonces reconocerán que yo soy el Señor. 43 Allí se acordarán de su conducta y de todas sus acciones con las que se contaminaron, y sentirán asco de sí mismos por todas las maldades que cometieron. 44 Pueblo de Israel, cuando yo actúe en favor de ustedes, en honor a mi nombre y no según su mala conducta y sus obras corruptas, entonces ustedes reconocerán que yo soy el Señor. Yo, el Señor omnipotente, lo afirmo”».

Profecía contra el sur

45 El Señor me dirigió la palabra: 46 «Hijo de hombre, mira hacia el sur y en esa dirección profetiza contra el bosque del Néguev. 47 Dile: “Escucha, bosque del Néguev, la palabra del Señor. Así dice el Señor omnipotente: ‘En medio de ti voy a prender un fuego que devorará todos los árboles, tanto los secos como los verdes. Este incendio no se podrá apagar, y quemará toda la superficie, de norte a sur. 48 Todos los mortales verán que yo, el Señor, lo he encendido, y no podrá apagarse’ ”».

49 Entonces yo exclamé: «¡Ay, Señor omnipotente, todo el mundo anda diciendo que soy un charlatán!»


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Salmos 66–67

Al director musical. Cántico. Salmo.

66 ¡Aclamen alegres a Dios,
habitantes de toda la tierra!
Canten salmos a su glorioso nombre;
¡ríndanle gloriosas alabanzas!
Díganle a Dios:
«¡Cuán imponentes son tus obras!
Es tan grande tu poder
que tus enemigos mismos se rinden ante ti.
Toda la tierra se postra en tu presencia,
y te cantan salmos;
cantan salmos a tu nombre». Selah
¡Vengan y vean las proezas de Dios,
sus obras portentosas en nuestro favor!
Convirtió el mar en tierra seca,
y el pueblo cruzó el río a pie.
¡Regocijémonos en él!
Con su poder gobierna eternamente;
sus ojos vigilan a las naciones.
¡Que no se levanten contra él los rebeldes! Selah
Pueblos todos, bendigan a nuestro Dios,
hagan oír la voz de su alabanza.
Él ha protegido nuestra vida,
ha evitado que resbalen nuestros pies.
10 Tú, oh Dios, nos has puesto a prueba;
nos has purificado como a la plata.
11 Nos has hecho caer en una red;
¡pesada carga nos has echado a cuestas!
12 Las caballerías nos han aplastado la cabeza;
hemos pasado por el fuego y por el agua,
pero al fin nos has dado un respiro.
13 Me presentaré en tu templo con holocaustos
y cumpliré los votos que te hice,
14 los votos de mis labios y mi boca
que pronuncié en medio de mi angustia.
15 Te ofreceré holocaustos de animales engordados,
junto con el humo de ofrendas de carneros;
te ofreceré toros y machos cabríos. Selah
16 Vengan ustedes, temerosos de Dios,
escuchen, que voy a contarles
todo lo que él ha hecho por mí.
17 Clamé a él con mi boca;
lo alabé con mi lengua.
18 Si en mi corazón hubiera yo abrigado maldad,
el Señor no me habría escuchado;
19 pero Dios sí me ha escuchado,
ha atendido a la voz de mi plegaria.
20 ¡Bendito sea Dios,
que no rechazó mi plegaria
ni me negó su amor!

Al director musical. Acompáñese con instrumentos de cuerda. Salmo. Cántico.

67 Dios nos tenga compasión y nos bendiga;
Dios haga resplandecer su rostro sobre nosotros, Selah
para que se conozcan en la tierra sus caminos,
y entre todas las naciones su salvación.
Que te alaben, oh Dios, los pueblos;
que todos los pueblos te alaben.
Alégrense y canten con júbilo las naciones,
porque tú las gobiernas con rectitud;
¡tú guías a las naciones de la tierra! Selah
Que te alaben, oh Dios, los pueblos;
que todos los pueblos te alaben.
La tierra dará entonces su fruto,
y Dios, nuestro Dios, nos bendecirá.
Dios nos bendecirá,
y le temerán todos los confines de la tierra.


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