Vida Cristiana
10 razones para leer la Biblia todos los días
Nota del editor:
El pastor John Piper recibe preguntas de algunos de sus oyentes de su programa Ask Pastor John. A continuación está su respuesta a una de esas preguntas.
Al comienzo de la semana, en el episodio 1510 (en inglés), hablamos de llevar a alguien a Cristo y el pastor John nos guió a través de cuatro cofres de tesoro. Hoy hablamos con nuevos creyentes, y esto proviene de un correo electrónico de un oyente anónimo que es nuevo creyente. «Pastor John, gracias por este podcast. Estoy abrumado por lo mucho que no conozco de la Biblia. Quiero tener conocimiento de las Escrituras para que puedan guiarme y poder utilizarlas para guiar a otros en el futuro. Pero es demasiado y no sé por dónde empezar. Si estuviera estudiando para un examen en una clase, comenzaría con una lista de temas esenciales que serán evaluados. Pero con la Biblia, siento que la prueba es la vida y no sé lo que necesito saber para estar preparado, si eso tiene sentido. En otras palabras, ¿por dónde empiezo? ¿Cuál es la primera y más esencial cosa que necesito saber para seguir a Cristo leyendo su Palabra?».
Bueno, es muy probable que mi respuesta sea un poco frustrante, porque él está pidiendo una verdad particular en la Biblia y yo voy a responder: «Biblia, Biblia, Biblia, Biblia».
Absolutamente esencial
Nunca he conocido a un cristiano maduro, fructífero, fuerte y con discernimiento espiritual que no esté lleno de las Escrituras, dedicado a la meditación regular de la Biblia y con tendencia a almacenarlas en el corazón a través de la memorización. Eso no es una coincidencia. Por lo tanto, lo que quiero hacer es convencer a nuestro nuevo amigo creyente de que, después de haber llegado a la fe en Cristo, es absolutamente esencial estar dedicado de una manera radical, profunda y experiencial, permaneciendo firme e inquebrantablemente persuadido de que leer, meditar, comprender, memorizar y disfrutar de las Escrituras es absolutamente esencial para la vida cristiana. Esto incluye estar en la Palabra todos los días con el objetivo de encontrarnos allí con Dios y, poco a poco, la gloria de su verdad llenará y transformará nuestras vidas.
Eso puede parecer obvio para algunos, pero no lo es. Conozco bastante bien a cristianos que no hacen esto y no lo hacen aunque han sido cristianos durante años; son apáticos. Piensan que es opcional porque ya saben mucho y leen tantos otros libros. No lo considero un hábito muy bueno en absoluto. Creo que es peligroso.
Nunca he conocido a un cristiano maduro, fructífero, fuerte y con discernimiento espiritual que no esté lleno de las Escrituras
Diez razones para leer todos los días
Por lo tanto, tengo diez razones por las que creo esto; diez razones para hacer de la lectura, comprensión y memorización bíblica aspectos esenciales para la vida cristiana. Resiste los sentimientos de autosuficiencia que dicen: «No necesito la Escritura todos los días». Estas son mis diez razones.
1. La Escritura salva
«Ten cuidado de ti mismo y de la enseñanza. Persevera en estas cosas, porque haciéndolo asegurarás la salvación tanto para ti mismo como para los que te escuchan» (1 Timoteo 4:16).
La salvación le ha sucedido al pueblo de Dios, la salvación le está sucediendo en este momento al pueblo de Dios y la salvación sucederá completamente en la resurrección del pueblo de Dios. Está sucediendo ahora a través de un medio. Pablo dice que hay que aferrarse a la enseñanza para asegurar la salvación de sí mismo. Dios nos salva día tras día a través de las Escrituras.
2. Las Escrituras liberan de Satanás
«Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres» (Juan 8:32)
El contexto aquí es que Jesús está mostrando a los líderes judíos que, aunque piensen que no son esclavos, «Ustedes son de su padre el diablo y quieren hacer los deseos de su padre» (Jn 8:44). Satanás es tu enemigo, joven cristiano. Él es mil veces más fuerte que tú. Por lo tanto, Juan escribe a los creyentes jóvenes:
«Les he escrito a ustedes, jóvenes, porque son fuertes y la palabra de Dios permanece en ustedes y han vencido al maligno» (1 Juan 2:14).
Esta es nuestra única esperanza de derrotar a un enemigo sobrenatural. Cada vez que Jesús era tentado por el diablo (Mt 4:1-11; Mr 1:12-13; Lc 4:1-13), golpeaba con «la espada del Espíritu que es la palabra de Dios» (Ef 6:17). Él la tenía memorizada, por lo que no tenía que llevar un libro en el desierto.
Dios nos salva día tras día a través de las Escrituras
3. Las Escrituras imparten gracia y paz
«Gracia y paz les sean multiplicadas a ustedes en el conocimiento de Dios y de Jesús nuestro Señor» (2 Pedro 1:2).
El conocimiento de Dios obtenido a través de las Escrituras no es idéntico a la gracia, pero Pedro dice que es un medio de gracia. Pedro dice que si queremos tener paz y poder a través de la gracia divina, esto sucede «en el conocimiento de Dios y de Jesús nuestro Señor». Ese conocimiento se encuentra en un solo lugar: la Escritura.
4. Las Escrituras santifican
Jesús oró:
«Santifícalos en la verdad; Tu palabra es verdad» (Juan 17:17).
La santificación es el proceso de hacerse santo, es decir, llegar a ser más semejante a Cristo y como Dios, que es perfectamente santo. Esto no es opcional. Hebreos 12:14 dice: «Busquen… la santidad, sin la cual nadie verá al Señor».
No nos volvemos perfectos en esta vida, pero sí nos volvemos santos. Dios santifica a su pueblo. Jesús ora a su Padre: «Santifícalos en la verdad; Tu palabra es verdad» (Jn 17:17). No podría ser más claro o más importante.
5. Las Escrituras dan gozo
«… habiendo recibido la palabra, en medio de mucha tribulación, con el gozo del Espíritu Santo» (1 Tesalonicenses 1:6)
«En la ley del Señor está su deleite, y en Su ley medita de día y de noche» (Salmo 1:2).
La vida sin gozo es insoportable. La vida cristiana es una vida de muchas aflicciones. Pero en todas ellas, Dios sostiene el gozo y lo hace por las Escrituras.
6. Las Escrituras nos protegen del error destructivo
«Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios… Entonces ya no seremos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina» (Efesios 4:13-14).
¿Cómo pueden los jóvenes cristianos dejar de ser hojas sacudidas por los vientos y opiniones culturales y teológicas? Respuesta: «la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios»; conocimiento que experimentan no como la opinión del hombre, sino como la Palabra de Dios. Eso se encuentra en un solo lugar: las Escrituras.
Todos estamos asignados en cierta medida para manejar la Palabra de Dios