Vida Cristiana
El perfeccionismo me vuelve indeciso: ¿Qué puedo hacer?
Nota del editor:
El pastor John Piper recibe preguntas de algunos oyentes de su podcast Ask Pastor John. A continuación está una de esas preguntas y su respuesta.
En un episodio anterior, exploramos el perfeccionismo a través de los ojos de una estudiante de secundaria. ¿Cuándo son las buenas calificaciones suficientemente buenas? Esa fue una excelente pregunta. Hoy regresamos al tema del perfeccionismo, pero esta vez enfocándonos en cómo puede llevarnos a la indecisión en los años posteriores. ¿Cómo podemos superar la parálisis causada por la indecisión perfeccionista al enfrentar decisiones importantes en la vida? Este es el desafío que enfrentan dos jubilados, Elisa y su esposo, una pareja con una conexión histórica contigo, pastor John. Elisa nos escribe con una historia y un dilema.
¡Hola, pastor John! Gracias por su ministerio a lo largo de todos estos años. Por cierto, mi esposo y yo tuvimos la oportunidad de conocerlo como graduados de Stanford, en la Conferencia de Liderazgo Occidental de InterVarsity, alrededor de 1985. Yo fui una de las líderes de alabanza en esa conferencia y recuerdo vívidamente su mensaje sobre el hedonismo cristiano: un paradigma que transformó nuestras vidas. Ahora que somos un matrimonio con el nido vacío, mi esposo y yo nos estamos planteando: «¿Cómo deberíamos vivir la próxima etapa de nuestras vidas?». Sin embargo, para bien o para mal, mi querido esposo tiende a ser algo perfeccionista y teme cometer errores al responder esta importante pregunta. Por eso, la pregunta se convierte en: «Cuando las decisiones son tan importantes, ¿cómo no quedar paralizado por el miedo a equivocarse?».
Tengo que preguntar: ¿Por qué? ¿Cómo se puede ser perfeccionista teniendo el nido vacío? ¿Cómo se puede vivir tanto tiempo y seguir siendo perfeccionista? Bueno, en fin, ese es el caso. Así que nos toca lidiar con esto.
Elisa, es maravilloso recordar aquellos días en Stanford. Los tengo bastante presentes, aunque por razones que no son del todo positivas, ya que recuerdo que el líder del grupo de InterVarsity y yo parecíamos estar yendo en direcciones diferentes. Cerraré con eso en unos minutos y lo aplicaré a tu situación.
Estas son las cosas que vienen a mi mente. Estoy exactamente en tu misma situación. Eres más joven que yo, pero también estoy reflexionando sobre esa misma pregunta. Aquí están mis pensamientos.
1. Reconoce que no decidir es desobedecer.
Una de las mejores maneras de superar el miedo perfeccionista a cometer un error al tomar una decisión es entender que no decidir nada es el mayor error. Ese es el verdadero problema, y eso debería impulsarte a actuar. En otras palabras, no estás en una zona neutral, porque no existen zonas neutrales. No avanzar hacia un objetivo del tamaño de Dios en esta próxima etapa de tu vida es desobedecer. Por lo tanto, quedarse quieto no es una opción, ya que significa que estás a la deriva. Nunca estás realmente quieto: estás a la deriva y dejándote llevar por la cultura y el camino del mundo. Ese es el primer punto.
2. Espera que Dios te guíe mientras te mueves.
Si estás atado al puerto de la comodidad y el ocio, Dios generalmente no te dará una dirección clara. Él da dirección a los capitanes que sacan su barco del puerto y lo dirigen hacia la tormenta. Piensa en Jonás (una ilustración contraintuitiva). Incluso Jonás, quien iba en la dirección completamente equivocada, fue detenido por Dios. No lo envió de regreso a casa para decirle: «¡Empieza de nuevo!». No, no lo mandó de vuelta. Hizo que ese viaje fuera parte del viaje. Lo llevó exactamente a donde quería que estuviera; no de la manera que Jonás hubiera preferido, pero llegó al lugar que Dios quería porque estaba en movimiento.
Anímate con las muchas promesas de Dios de que, en Su gran misericordia, te dará la guía que necesitas cuando confíes en Él
3. Comienza con un movimiento investigativo.
Una de las maneras de avanzar sin saber exactamente hacia dónde te diriges es lo que podríamos llamar un movimiento investigativo. Estás en movimiento cuando exploras posibilidades de manera seria y reflexiva. Eso también cuenta como moverse.
4. Confía en la promesa de Dios de guiarte.
Anímate con las muchas promesas de Dios de que, en Su gran misericordia, te dará la guía que necesitas cuando confíes en Él. Por ejemplo, el Salmo 25:8: «Bueno y recto es el SEÑOR ; / Por tanto, Él muestra a los pecadores el camino». Así que calificamos. Él muestra el camino a los pecadores. «Dirige a los humildes» —es decir, personas que saben que son pecadores, lo admiten y claman—. «Dirige a los humildes en la justicia, / Y enseña a los humildes Su camino» (Sal 25:9). Esa es una preciosa promesa de guía.
5. Obedece los mandatos claros en la Palabra de Dios.
Busca con todas tus fuerzas aquello que está claramente definido como la voluntad de Dios en las Escrituras. Por ejemplo, 1 Tesalonicenses 4:3: «Porque esta es la voluntad de Dios [para Elisa y su esposo]: su santificación» —su santidad. Si tienes una comprensión completa, profunda, amplia y rica de la santidad, no es mal consejo decir: «Busca la santidad con todas tus fuerzas, y haz lo que te plazca. Simplemente hazlo». Porque si eres apasionado por ser santo y por maximizar tu amor por Dios, entonces sucederá. A Dios le encanta dar una dirección fructífera a quienes aman la santidad y la persiguen con todo su corazón.
6. Sueña más allá del fatalismo del envejecimiento.
En este proceso de oración e investigación, sueña más allá de lo que el fatalismo del envejecimiento podría permitirte. En mi propio corazón, a los setenta años, encuentro la tentación de pensar: «No me queda mucho tiempo de vida, así que probablemente debería limitar mis sueños sobre lo que puedo lograr». Sin embargo, creo que eso es un error, y uno grave. Estoy intentando luchar contra ese pensamiento. No tengo idea de cuánto tiempo me queda, y tú tampoco.
A Dios le encanta dar una dirección fructífera a quienes aman la santidad y la persiguen con todo su corazón