Vida Cristiana

Piensa a la luz de la Biblia: ¿Por qué quieres hacer dieta o perder peso este año?

La temporada navideña ha llegado a su fin. Tras un mes de celebraciones, cenas y reuniones, muchas personas comenzamos el año con unos «kilos de más». A pesar de nuestros mejores esfuerzos por ejercer moderación, es común sucumbir a la tentación y consumir porciones adicionales de comida.

Si eres como yo, seguramente el año nuevo te ha inspirado para hacer las cosas de manera diferente y has dicho frases como «Este año me voy a poner a dieta», «Este año voy a cuidar más mi cuerpo y hacer ejercicio» o «Este año voy a bajar de peso y lograr el cuerpo de mis sueños».

Aunque ninguna de estas resoluciones es necesariamente mala en sí misma, la Biblia nos advierte que no todos nuestros deseos dan gloria a Dios:

¿De dónde vienen las guerras y los conflictos entre ustedes? ¿No vienen de las pasiones que combaten en sus miembros? Ustedes codician y no tienen, por eso cometen homicidio. Son envidiosos y no pueden obtener, por eso combaten y hacen guerra. No tienen, porque no piden. Piden y no reciben, porque piden con malos propósitos, para gastarlo en sus placeres (Stg 4:1-3).

Este pasaje nos dice que el problema de los conflictos que enfrentamos, en nuestra mente o con otras personas, proviene de las pasiones que combaten en nosotros. En otras palabras, si nuestras pasiones o deseos son pecaminosos, no tendremos lo que pedimos porque lo estamos pidiendo para gastarlo en nuestros placeres.

¿Cuáles son tus motivaciones?

Por eso es importante preguntarnos a la luz de la Biblia: «¿Nuestros deseos o resoluciones de año nuevo nos desvían de Dios?». La respuesta depende de cada persona y de la condición de nuestro corazón. «Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias» (Mt 15:19).

Nuestras resoluciones de año nuevo deben centrarse en honrar a Dios con todo lo que hacemos y no en nuestra vanidad personal

 

Para conocer si nuestras metas honran a Dios, podemos preguntarnos: «¿Cuál es la razón por la que quiero bajar de peso?». La respuesta natural suele ser «Para cuidar mi cuerpo». Y, en efecto, esa respuesta es correcta, pero en muchos casos es una respuesta incompleta. Es por eso que quiero que juntos examinemos nuestro corazón a la luz de la Palabra de Dios y veamos si nuestras motivaciones para estas metas de nuevo año son pecaminosas o santas.

Razones pecaminosas para desear perder peso o mantenerlo 

Por comparación con otras personas 

¿Ves tu cuerpo y lo comparas frecuentemente con el de otras personas, deseando tener lo que otros tienen y creyendo que eso te haría feliz?

Aunque muchas veces suavizamos esta acción con palabras como «comparación» o «baja autoestima», es importante usar términos bíblicos. Dios lo llama codicia y es un pecado delante de Él. Al codiciar estamos creyendo la mentira de que «El Señor no nos da lo que necesitamos» y eso nos hace dudar de la bondad de Dios.

La Biblia prohíbe la codicia (Éx 20:17). Por lo tanto, si buscas cambiar de hábitos con la motivación de ser igual a otra persona, terminarás sintiéndote inseguro todo el tiempo, insatisfecho y vacío. Recuerda que Dios ya nos ha dado en Cristo todo lo que necesitamos para ser plenos.

Para que otros vean mis metas cumplidas

El sistema caído de este mundo se ha encargado de decirnos que debemos sobresalir y estar por encima de los demás. En muchas ocasiones hacemos hasta lo imposible para demostrar a otros que nosotros también podemos tener las mejores cosas, inclusive tener el mejor cuerpo. Sin embargo, con este pensamiento estamos pecando contra Dios. El mundo lo llama superación personal o amor propio, pero la Biblia lo llama egoísmo y vanagloria.

El apóstol Pablo nos advierte sobre esta clase de motivaciones: «No hagan nada por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de ustedes considere al otro como más importante que a sí mismo» (Fil 2:3). Dios nos llama a la humildad, no a que todos nos aplaudan o alaben por nuestro cuerpo. Fijar la mirada en Cristo y ver por el bienestar del otro antes que el tuyo te dará el gozo y la plenitud que estás buscando en el lugar incorrecto.

Por autosatisfacción e idolatría a la imagen personal

Cuando le preguntas a cualquier persona «¿Por qué quieres bajar de peso?», muchos responden: «Para sentirme bien conmigo mismo». Es claro que nadie buscará su mal, pero considero importante indagar más en las motivaciones detrás de esta respuesta. Si tienes tu gozo y seguridad en que te den cumplidos, que el sexo opuesto se fije en tu cuerpo o si deseas ser la envidia de las personas que te rodean, tu motivación está basada en las obras de la carne (Gá 5:19-21).

Pero no todas las motivaciones para tener un peso saludable son pecaminosas, existen algunas razones santas para buscar un estilo de vida saludable.

Razones santas para buscar un estilo de vida saludable 

Honrar Dios con la elección de nuestros alimentos 

Si en tu corazón está el deseo de dejar de vivir para ti, y entiendes por convicción personal que como parte de eso debes comer priorizando lo que tu cuerpo necesita (como frutas, verduras, carnes y cereales), en vez lo que tu cuerpo desea (por ejemplo, alimentos ultraprocesados), entonces esa es una buena motivación, pues con Cristo estás juntamente crucificado y ya no vives para ti (Gá 2:20).

Mantener un cuerpo saludable es una forma de servir a Dios, ya que podrás dedicar mejor la vida que te dé a servir en tu trabajo, en tu hogar y en tu iglesia

 

Cuidar el templo del Espíritu Santo 

Cuando tenemos esta motivación, estamos reconociendo que nuestro cuerpo no nos pertenece, sino que le pertenece a Dios. De hecho, le pertenece porque nos compró con la sangre de Cristo para ser templo del Espíritu Santo (1 Co 6:19-20). Si practicas un estilo de vida saludable con este fin, no buscarás resultados inmediatos, sino que tendrás paciencia, sabiendo que adoras a Dios con tu cuerpo.

Tener un cuerpo saludable para servir y amar a otros 

Mantener un cuerpo saludable es una forma de servir a Dios, ya que mientras Él te dé las fuerzas, podrás dedicar mejor tu vida a servir en tu trabajo, en tu hogar y en tu iglesia, entregando tu cuerpo en sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es nuestro culto racional (Ro 1:21). Cuando buscas un estilo de vida saludable con un temor reverente a Dios y para servir a otros, Él se lleva la gloria (1 P 2:17) y eso te trae gozo.

¿Y si mis motivaciones son pecaminosas?

Lo primero que debemos hacer al notar que nuestras motivaciones para bajar de peso son pecaminosas es arrepentirnos de nuestro pecado. Es importante ser honestos con nosotros mismos y reconocer los pecados de nuestro corazón porque «El que encubre sus pecados no prosperará, / Pero el que los confiesa y los abandona hallará misericordia» (Pr 28:13).

También debemos orar a Dios para pedirle que cambie las pasiones pecaminosas de nuestro corazón y nos ayude a recordar que Jesús pagó por todos estos pecados en la cruz del Calvario. Por último, debemos buscar vivir glorificando a Dios en cada área de nuestra vida (1 Co 10:31). Entonces, podemos elegir nuestros alimentos pensando qué efectos positivos o negativos tendrán a largo plazo en nuestro cuerpo y cómo podemos honrar al Señor de esta manera.

Estos cambios hacen la diferencia, nos ayudan a mantener los ojos puestos en lo correcto y podemos ser más diligentes en el cumplimiento de metas piadosas, porque no se tratará de nosotros, nuestro peso o nuestra talla, sino de Dios. Recuerda que, como creyentes, nuestras resoluciones de año nuevo deben centrarse en honrar a Dios con todo lo que hacemos y no en nuestra vanidad personal.

Si cambiamos el deseo de «tener un cuerpo envidiable» por el de «tener un cuerpo saludable para servir y amar a otros», con disciplina podemos gozar de una buena salud y un peso saludable que dé gloria a Dios. ¡El Señor sea contigo en este año nuevo!


Brenda Pérez estudió Nutrición y Ciencias de la Comunicación. Sirve como consejera bíblica junto con su esposo Eduardo en la Iglesia Bautista Gracia Abundante, en la Ciudad de México. Tiene una sección en YouTube llamada Conexión Biblia y Comida. Puedes encontrarla en Instagram como @nutridaencristo.

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