Consejería
Y ahora, ¿cómo empiezo a escribir para sanar?

IDEAS Y ESTRATEGIAS PARA INICIAR EN LA PRÁCTICA DE LA ESCRITURA TERAPÉUTICA
Posiblemente, luego de haber leído el primer artículo, te hagas la pregunta: ¿Cómo aplico la escritura terapéutica? En esta ocasión, te compartiré algunas ideas para aplicar esta técnica y sus beneficios a tu espacio personal o consejería cristiana. Quizás deseas escribir para lidiar con pensamientos intrusivos o con el pasado, pero no sabes cómo empezar. Quizás también te preguntes: ¿Qué momento del día es mejor para escribir?
En este artículo, vas a aprender ideas para empezar a escribir en cualquier momento. Y para hacerlo práctico, incluiré preguntas guías e inicios de oraciones.
¿Cómo empiezo a escribir?
Puedes empezar escribiendo por ese pensamiento que tienes latente en tu mente, o lo que estés viviendo en el momento. Para facilitar, puedes hacerte las siguientes preguntas: ¿Qué emoción siento en este momento? ¿Por qué me siento así? ¿Qué conducta he tomado por la emoción que estoy sintiendo? ¿He llorado? ¿He dejado de hacer los hábitos que me dan paz y gozo? ¿Qué pensamientos tengo al momento de escribir o tuve antes de empezar a escribir? ¿Cómo me fue en el día de ayer? ¿Qué pensamiento predominó en el día?
Escoge una o más de las preguntas guías anteriores y empieza a escribir. Ve escribiendo lo que sientas y las palabras que lleguen a tu mente. Cada persona vive sus situaciones de manera diferente, las ve y siente diferente. A tu mente llegará qué escribir. Si llega alguna palabra o pensamiento inesperado a tu mente, no lo pases a juicio ni lo veas como que no tiene coherencia. Solo escríbelo. De momento puedes estar escribiendo sobre tu día anterior y luego llegue a tu mente algo que ocurrió mucho tiempo antes. Escríbelo. Déjate llevar.
Recomendaciones para escribir
Te comparto algunas recomendaciones más sobre las que puedes empezar a escribir. Escribe sobre:
- Debates internos.
- ¿Qué te dijeron y dejó marcas en ti?
- Lo que no dijiste en ese momento que no te defendiste.
- Reflexiona sobre tu día anterior.
- Dónde te ves en 5 años.
- Cómo te veías hace 5 años atrás.
- Escribe a tu niña interior.
- Escribe a tu mamá, papá o algún familiar (lo que escribas es para ti, no para entregar).
¿En qué momento escribo?
Voy a dividir las siguientes recomendaciones para la escritura ya sea en la mañana o en la noche.
Al empezar el día
En las mañanas, antes de continuar con tu día, saca unos minutos y escribe sobre:
- Pensamientos limitantes: Escribe qué pensamiento te llegó el día anterior o en la mañana que te quitó energía o te hizo sentirte frustrada. Profundiza en lo que sentiste y cómo actuaste.
- Momentos gratos: Escribe sobre esa noticia agradable, sobre aquel logro del otro día, sobre esa sonrisa que te regaló un niño, o eso que experimentas mientras te conectas con la naturaleza.
- Agradecimientos: Estoy agradecida por mis padres… Porque puedo moverme… Porque veo a mi hijo feliz… Estoy eternamente agradecida por mi familia… Doy gracias por mi salud.
Estos son algunos beneficios de escribir en las mañanas: 1. Te ayuda a empezar tu día con energía. 2. Minimiza el estrés. 3. Te da herramientas para lidiar, aceptar y disfrutar tu día. 4. Ayuda con el manejo y aceptación de tus emociones.
Antes de ir a dormir
En las noches, en ese momento donde tu cuerpo se relaja para el descanso, puedes incorporar la escritura terapéutica como una valiosa aliada para un sueño profundo. Lograr dormir bien te ayudará a tu salud física y mental, y yo te diría que hasta en el área espiritual y ministerial. Mientras que escribir en la mañana te ayuda a soltar y recuperar energía para el día, escribir en la noche te ayuda a soltar para dormir.
¿Qué puedes escribir antes de ir a dormir? Aquí tienes diez ideas: 1. ¿Cómo te fue en el día? 2. ¿Tuviste un momento estresante? 3. ¿Cómo te sentiste? 4. ¿Cómo actuaste en ese momento? 5. ¿Cómo quieres sentirte ahora? 6. ¿Qué reconoces? 7. ¿Cómo deseas estar ahora que vas a dormir? 8. Identifica algo que te haya sido un regalo en este día. 9. 5 cosas por las que das gracias. 10. ¿Qué te gustaría escribirle a Dios?
Al escribir vas sacando cargas del día y es un total desahogo. Los beneficios no son solo poder tener un sueño reparador, es una forma también para reconstruir los pensamientos, una herramienta para sanar traumas, es una actividad espiritual, es una forma de darte amor y también de cuidar y proteger tu memoria.
Por demás está decir la importancia de acompañar estos momentos de escritura personal con la Palabra de Dios. Combinar la escritura terapéutica con tu tiempo devocional, ya sea en las mañanas o en las noches, puede ser profundamente enriquecedor. Leer un pasaje bíblico o reflexionar sobre una promesa divina no solo trae consuelo y dirección, sino que también transforma tu momento de desahogo en una conversación íntima con Dios. De esta forma, puedes fortalecer tu conexión con Él mientras encuentras paz y restauración para el alma.
¿Cuánto tiempo debo escribir?
Esto es algo muy personal. No obstante, si deseas mantener un promedio de tiempo, puedes escribir de 5, 10 o 30 minutos. Pero si ponerte un tiempo no te funciona, enfócate en escribir media hoja o una, según como te sientas y hasta donde llegue tu escrito de ese día.
- Preguntas guías o inicios de oraciones: ¿Cómo te sentiste cuando…? ¿Cómo te sientes ahora? ¿Qué provocó que te sientas así? A veces quiero… Me he comparado con… ¿Cómo te ves como mamá, papá o cuidador? Me siento como que… Recuerdo aquel día que… Disfruto hacer… A veces quisiera tener más tiempo para…
- Dirigidas al autoperdón: ¿Por qué debo perdonarme? ¿Por qué me siento culpable? ¿Le he hecho algún agravio a alguien? ¿Alguien cometió un agravio contra mí? ¿Me siento culpable incluso habiendo sido ya perdonada? ¿Reconozco que eso ya pasó? Reconozco que esas situaciones no me definen porque…
- Otras: Mientras escribo miro al cielo y veo… Estoy colando café y me siento… Antes de escribir recibí una llamada y… Siento que me traicioné al… Anoche soñé sobre… Mi lista de peticiones incluye… Mis metas en 5 años son… 5 palabras bonitas para mí son… 5 memorias agradables de mi niñez…