¿Qué es la sabiduría? | Pregunta bíblica

Nuestro mundo necesita gente sabia. Gente que con sus acciones pueda glorificar a Cristo en medio de una sociedad carente de prudencia y discernimiento piadoso. La Iglesia debe vivir con sabiduría para que así pueda influir y ser de bendición a este mundo caído.

¿Cómo entender, entonces, la sabiduría? Veamos lo que el Señor nos dice al respecto, basándonos principalmente en el libro de los Proverbios a través de cuatro preguntas.

1. ¿Qué es la sabiduría según Proverbios?

“Yo, la sabiduría, habito con la prudencia,
Y he hallado conocimiento y discreción.
El temor del Señor es aborrecer el mal.
El orgullo, la arrogancia, el mal camino
Y la boca perversa, yo aborrezco.
Mío es el consejo y la prudencia,

Yo soy la inteligencia, el poder es mío”, Proverbios 8:12-14.

Estos versículos nos muestran dos aspectos básicos de la sabiduría.
En primer lugar, ella tiene que ver con la capacidad para mirar con claridad cada situación en la vida y así poder discernir entre lo bueno y lo malo, entre lo verdadero y lo falso. Esta capacidad se encapsula en las palabras inteligencia y conocimiento.
Pero la sabiduría no termina ahí. En segundo lugar, ella procede a la acción al aborrecer y abandonar lo que es malo y falso para seguir lo que es bueno y verdadero. Todo esto brota de un gozoso temor reverencial al Señor.

2. ¿Cuál es el llamado de la sabiduría?

Proverbios nos revela así el llamado de la sabiduría:
“En la cima de las alturas, junto al camino,
Donde cruzan las sendas, se coloca;
Junto a las puertas, a la salida de la ciudad,
En el umbral de las puertas, da voces:
‘Oh hombres, a ustedes clamo,
Para los hijos de los hombres es mi voz.
Oh simples, aprendan prudencia;
Y ustedes, necios, aprendan sabiduría.
Escuchen, porque hablaré cosas excelentes,
Y con el abrir de mis labios rectitud.
Porque mi boca proferirá la verdad,
Abominación a mis labios es la impiedad’”, Proverbios 8:2-7.

En el Antiguo Cercano Oriente se creía que solo las deidades tenían el derecho de vivir en el punto más alto de una ciudad, que por lo general eran los montes. Por tanto, la sabiduría en este contexto “representa la sabiduría de Dios y en última instancia […] a Dios mismo”.[1]
En otras palabras, el que está hablando y exhortando a la gente a dejar el mal y seguir el conocimiento verdadero es el Señor, quien habita en su santo templo en el monte de Sión, el punto más elevado de Jerusalén. La sabiduría se identifica con Dios mismo.
Interesantemente, en el capítulo 9, versos 13-18, la necedad también se encuentra en lo más alto de una ciudad, pues representa a todos los ídolos y falsos dioses que las naciones vecinas a Israel adoraban, principalmente Baal y Asera. Así que la pregunta para nosotros es: ¿seguiremos al Señor, o a los dioses falsos de nuestra época? ¿Escucharemos la voz del sabio Dios, o la voz de nuestro pecaminoso corazón?

La respuesta del creyente debe ser escuchar y seguir con alegría y firmeza al Dios de infinita sabiduría. El proverbista lo escribe así: “Ahora pues, hijos, escúchenme, porque bienaventurados son los que guardan mis caminos. Escuchen la instrucción y sean sabios, y no la desprecien” (8:32-33). Atendamos todos los días al llamado de la sabiduría al crecer en ella, y así seremos bendición en este mundo para la gloria de Dios.

3. ¿Cuáles son las ventajas de la sabiduría?

El libro de Proverbios nos ofrece esta respuesta:
“Bienaventurado el hombre que halla sabiduría
Y el hombre que adquiere entendimiento.
Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata,
Y sus utilidades mejor que el oro fino. […]Larga vida hay en su mano derecha,
En su mano izquierda, riquezas y honra.
Sus caminos son caminos agradables
Y todas sus sendas, paz.

Es árbol de vida para los que echan mano de ella,
Y felices son los que la abrazan”, Proverbios 3:13-1416-18.
Es importante reconocer que Proverbios es un libro sobre principios generales acerca de la vida, y no un libro de promesas para nosotros. Eso explica por qué muchos creyentes sabios y fieles a Dios no tienen la clase de vida tranquila que se menciona en este pasaje. Sin embargo, cuando seguimos la sabiduría, el Señor en su soberanía puede bendecirnos con felicidad y tranquilidad sobre la tierra, como vemos en este texto.

4. ¿Cuáles son las consecuencias de rechazar la sabiduría?

Por último, Proverbios enseña que las personas que viven desafiando a Dios y rechazando su Palabra experimentarán la ruina en diferentes formas y niveles a lo largo de su vida y, si persisten en vivir así, sufrirán la condenación eterna. Por ejemplo:
“Porque he llamado y han rehusado oír,
He extendido mi mano y nadie ha hecho caso.
Han desatendido todo consejo mío
Y no han deseado mi reprensión.

También yo me reiré de la calamidad de ustedes,
Me burlaré cuando sobrevenga lo que temen,
Cuando venga como tormenta lo que temen
Y su calamidad sobrevenga como torbellino,
Cuando vengan sobre ustedes tribulación y angustia.
Entonces me invocarán, pero no responderé;
Me buscarán con diligencia, pero no me hallarán”, Proverbios 1:24-28.

Ante esta realidad, nuestra responsabilidad como Iglesia es unirnos al llamado de la sabiduría y anunciar el evangelio a las personas de este mundo.
Jesucristo, “en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento” (Col. 2:3), se hizo por nosotros sabiduría de Dios (1 Co. 1:30). Él vivió la vida de perfecta obediencia al Padre que nosotros no podíamos vivir, para que al confiar en Él y arrepentirnos de nuestros pecados, gocemos de perdón, vida eterna, y el inicio de una vida sabia aquí en la tierra mientras aguardamos su segunda venida.

1.  R. Dillard y T. Longman, Introducción al Antiguo Testamento (Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 2007), p. 333.

Luis E. Garcia es licenciado en Teología del Seminario Teológico Presbiteriano San Pablo, de Mérida (Yucatán, México) y profesor del mismo en las áreas de Biblia y teología. También es pastor de la Iglesia Nacional Presbiteriana La Misericordia Divina, y autor del libro Post Tenebras, lux: Recobrando la doctrina reformada.

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