Lectura de Hoy

02-04-2024

DEVOCIONAL

Devocional: Levítico 5

Imagínese una sociedad compleja y bien ordenada, hasta tal punto, que en todas las áreas de la vida hay actuaciones que ensucian a una persona, y otras prescritas que la vuelven a limpiar. Cuando te levantas por la mañana, debes ponerte ropa con un cierto tipo de tejido y no otro. Hay alimentos limpios y otros que no lo son. Si aparece una mancha de moho en una de las paredes de tu casa, hay procedimientos para tratarlo. Los hombres deben actuar de cierta manera tras un sueño húmedo, y las mujeres en todo lo relacionado con sus períodos. Ciertas cosas no limpias no se deben tocar si quiera. Y además, existe un complejo sistema religioso y de sacrificios al que todos deben conformarse y, en caso de no hacerlo en cualquier detalle, incurres en una clase u otra de suciedad. Y todo esto encaja dentro de un conjunto de restricciones más amplio a las que solemos llamar categorías morales: cómo hablamos, la verdad en lugar de la mentira, cómo tratamos a los demás, las cuestiones de propiedad, la integridad sexual, nuestras actuaciones en relación con el prójimo, la imparcialidad judicial, entre otras cosas. Téngase en cuenta también que, en esta sociedad, las reglas han sido establecidas por Dios mismo. No son las acciones de algún congreso o parlamento elegido, fáciles de derrocar por un público voluble o frustrado, y deseoso de cambios. Ignorar o desafiar estas normas es enfrentarse con el Dios viviente. ¿Cuáles son las lecciones que se aprenderían si viviéramos en una sociedad como esta?
Bienvenidos al mundo del libro de Levítico. Este también forma parte de la herencia del monte Sinaí, al formar parte del pacto mosaico. Aquí se tratará de que el pueblo de Dios aprenda que Dios prescribe lo que está bien y lo que está mal, y que tiene todo el derecho de hacerlo; que la santidad abarca toda la vida; que debe haber una diferencia fundamental entre la conducta del pueblo de Dios y la de las naciones paganas alrededor suyo, y eso no sólo en las creencias abstractas. Aquí, el Señor mismo señala los sacrificios que son necesarios, junto con la confesión de pecado (Lev 5:5), cuando alguien se ensucia; e incluso cuando el sistema no ofrece ninguna respuesta definitiva, puesto que uno caía constantemente bajo un tabú u otro, y tenía que ir repitiendo de continuo los mismos sacrificios que se habían realizado antes, uno comienza a preguntarse, si en algún momento habrá un sacrificio final y suficiente para el pecado.
Pero a esto volveremos más adelante. Aquí, en Levítico 5, los lectores cristianos se deleitan al observar que, mientras Dios forma a su pueblo en el pensamiento religioso más básico, provee la manera cómo aun los más pobres de la sociedad puedan volverse limpios a sus ojos. Quien no se pueda permitir un cordero puede traer un par de palomas; quien ni siquiera las tenga, puede traer una cierta cantidad de harina. Las lecciones continúan; siempre hay esperanza y una manera de librarse del castigo que la rebeldía conlleve.
 

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2013. Usado con permiso.
Devocional: Colosenses 3
Los contrastes de Colosenses 3 son tan extremos que no son fáciles de olvidar. Por un lado, los pecados de 3:5-9 son repugnantes: inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones, malos deseos y avaricia, enojo, ira, malicia, calumnia, lenguaje obsceno, mentira. La avaricia se califica como “idolatría” (3:5). Podemos ver por qué. En realidad, uno adora a lo que más desea. Si la avaricia se encuentra en la raíz de nuestros deseos más profundos, entonces la codicia se ha vuelto nuestro dios y somos idólatras.
Por otro lado, las virtudes brevemente enumeradas en 3:12-17 siempre se han asociado al auténtico carácter cristiano. Quiero centrarme en los últimos dos versículos: “Que habite en vosotros la palabra de Cristo con toda su riqueza: instruíos y aconsejaos unos a otros con toda sabiduría; cantad salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón. Y todo lo que hagáis, de palabra o de obra, hacedlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él”.
(1) La “palabra de Cristo” no es exactamente la Escritura. Es el Evangelio, aunque el acceso principal al mismo se encuentra en ella. Esta expresión es flexible y puede referirse a la palabra que Jesús enseñó o a la que hablaba de él. Desde el momento en que Jesucristo proclamó el propio Evangelio y lo encarnó en su persona y ministerio de forma que eso es también lo que los apóstoles dicen acerca de él, “la palabra de Cristo” engloba ambos significados.
(2) Esta idea debe morar abundantemente en nosotros. Debe llenar nuestros recuerdos, ocupar nuestros horizontes, constituir nuestras prioridades. Así pues, debemos reflexionar en ella, meditar y aprender cómo aplicarla en cada área de nuestra vida, a fin de que, lejos de ocupar un pequeño rincón religioso de nuestra experiencia, more en nosotros en abundancia.
(3) Este hecho no sólo debe tener lugar en la privacidad del estudio y la reflexión personal, sino en nuestra instrucción y admonición mutua. Cualquiera que sea la enseñanza que se imparta en la iglesia local, debe estar llena del Evangelio y de sus valiosas vinculaciones y aplicaciones transformadoras de vidas.
(4) Frente a todo lo inmundo e idólatra, los cristianos deben caracterizarse por la gratitud. El apóstol dice que se nos ha llamado a la paz. “Y sed agradecidos” (3:15). Cuando se canten salmos e himnos y canciones espirituales, debe hacerse para Dios, “con gratitud de corazón” (3:16). De hecho, Pablo concluye: “Y todo lo que hagáis, de palabra o de obra, hacedlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él” (3:17, cursivas añadidas).
 

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2016. Usado con permiso.
Levítico 5
Casos particulares de ofrendas por el pecado
5 ”Si alguien peca al ser llamado a testificar, siendo testigo de lo que ha visto o sabe, y no lo declara, será culpable. O si alguien toca cualquier cosa inmunda, ya sea el cadáver de una fiera inmunda, o el cadáver de ganado inmundo, o el cadáver de un reptil inmundo, aunque no se dé cuenta de ello y se contamina, será culpable. O si toca inmundicia humana, de cualquier clase que sea la inmundicia con que se contamine, sin darse cuenta, y después llega a saberlo, será culpable. O si alguien, sin pensar, jura con sus labios hacer mal o hacer bien, en cualquier asunto que el hombre hable sin pensar con juramento, sin darse cuenta, y luego llega a saberlo, será culpable de cualquiera de estas cosas.
”Cuando alguien llegue a ser culpable de cualquiera de estas cosas, confesará aquello en que ha pecado. Traerá también al SEÑOR su ofrenda por la culpa, por el pecado que ha cometido, una hembra del rebaño, una cordera o una cabra como ofrenda por el pecado. Entonces el sacerdote le hará expiación por su pecado.
”Pero si no tiene lo suficiente para ofrecer un cordero, entonces traerá al Señor como ofrenda por la culpa de aquello en que ha pecado, dos tórtolas o dos pichones, uno como ofrenda por el pecado y el otro como holocausto. Los traerá al sacerdote, el cual ofrecerá primero el que es para ofrenda por el pecado, y le cortará la cabeza por el cuello sin arrancarlaRociará también de la sangre de la ofrenda por el pecado sobre un lado del altar, y el resto de la sangre será exprimida al pie del altar; es ofrenda por el pecado. 10 Entonces preparará el segundo como holocausto según la ordenanza. Así el sacerdote hará expiación por él, por el pecado que ha cometido, y le será perdonado.
11 ”Pero si no tiene lo suficiente para dos tórtolas o dos pichones, entonces, como ofrenda por el pecado que ha cometido, traerá la décima parte de un efa (2.2 litros) de flor de harina como ofrenda por el pecado; no pondrá aceite ni incienso en ella, pues es ofrenda por el pecado. 12 Y la traerá al sacerdote, y el sacerdote tomará de ella un puñado como memorial, y la quemará sobre el altar con las ofrendas encendidas para el SEÑOR. Es una ofrenda por el pecado. 13 Así el sacerdote hará expiación por él, por el pecado que ha cometido en alguna de estas cosas, y le será perdonado; el resto será del sacerdote, como en la ofrenda de cereal”».
14 El SEÑOR le dijo a Moisés: 15 «Si alguien comete una falta y peca inadvertidamente en las cosas sagradas del SEÑOR, traerá su ofrenda por la culpa al Señor: un carnero sin defecto del rebaño, conforme a tu valuación en siclos de plata (un siclo equivale 11.4 gramos), según el siclo del santuario, como ofrenda por la culpa. 16 Hará restitución por aquello en que ha pecado en las cosas sagradas, y añadirá a ello la quinta parte, y se lo dará al sacerdote. Y el sacerdote hará expiación por él con el carnero de la ofrenda por la culpa, y le será perdonado.
17 »Si alguien peca y hace cualquiera de las cosas que el SEÑOR ha mandado que no se hagan, aunque no se dé cuenta, será culpable y llevará su castigo. 18 Entonces traerá al sacerdote un carnero sin defecto del rebaño, conforme a tu valuación, como ofrenda por la culpa. Así el sacerdote hará expiación por él por su error mediante el cual ha pecado inadvertidamente, y sin él saberlo, y le será perdonado. 19 Es ofrenda por la culpa; ciertamente era culpable delante del SEÑOR».

Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com
Salmos 3–4
LIBRO PRIMERO
Oración matutina de confianza en Dios
Salmo de David, cuando huía de su hijo Absalón.
3 ¡Oh SEÑOR, cómo se han multiplicado mis adversarios!
Muchos se levantan contra mí.
Muchos dicen de mí:
«Para él no hay salvación en Dios».       (Selah)
Pero Tú, oh SEÑOR, eres escudo en derredor mío,
Mi gloria, y el que levanta mi cabeza.
Con mi voz clamé al SEÑOR,
Y Él me respondió desde Su santo monte.       (Selah)
Yo me acosté y me dormí;       Desperté, pues el SEÑOR me sostiene.
No temeré a los diez millares de enemigos
Que se han puesto en derredor contra mí.
¡Levántate, SEÑOR! ¡Sálvame, Dios mío!
Porque Tú hieres a todos mis enemigos en la mejilla;
Rompes los dientes de los impíos.
La salvación es del SEÑOR.
¡Sea sobre Tu pueblo Tu bendición!       (Selah)
Oración vespertina de confianza en Dios
Para el director del coro; para instrumentos de cuerda. Salmo de David.
4 Cuando clamo, respóndeme, oh Dios de mi justicia.
En la angustia me has aliviado;
Ten piedad de mí, escucha mi oración.
Hijos de hombres, ¿hasta cuándo cambiarán mi honra en deshonra?
¿Hasta cuándo amarán la vanidad y buscarán la mentira?      (Selah)
Sepan, pues, que el SEÑOR ha apartado al piadoso para sí;
El Señor oye cuando a Él clamo.
Tiemblen, y no pequen;
Mediten en su corazón sobre su lecho, y callen.      (Selah)
Ofrezcan sacrificios de justicia,
Y confíen en el SEÑOR.
Muchos dicen: «¿Quién nos mostrará el bien?».
¡Alza, oh SEÑOR, sobre nosotros la luz de Tu rostro!
Alegría pusiste en mi corazón,
Mayor que la de ellos cuando abundan su grano y su vino nuevo.
En paz me acostaré y así también dormiré,
Porque solo Tú, SEÑOR, me haces vivir seguro.

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Proverbios 20
20 El vino es provocador, la bebida fuerte alborotadora,
Y cualquiera que con ellos se embriaga no es sabio.
Como rugido de león es el furor del rey,
El que lo provoca a ira pone en peligro su propia vida.
Es honra para el hombre evitar las discusiones,
Pero cualquier necio se enredará en ellas.
Desde el otoño, el perezoso no ara,
Así que pide durante la cosecha, pero no hay nada.
Como aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre,
Y el hombre de entendimiento lo sacará.
Muchos hombres proclaman su propia lealtad,
Pero un hombre digno de confianza, ¿quién lo hallará?
El justo anda en su integridad;
¡Cuán dichosos son sus hijos después de él!
El rey que se sienta sobre el trono del juicio,
Disipa con sus ojos todo mal.
¿Quién puede decir: «Yo he limpiado mi corazón,
Limpio estoy de mi pecado»?
10 Pesas desiguales y medidas desiguales,
Ambas cosas son abominables al SEÑOR.
11 Aun por sus hechos un muchacho se da a conocer
Si su conducta es pura y recta.
12 El oído que oye y el ojo que ve,
Ambos los ha hecho el SEÑOR.
13 No ames el sueño, no sea que te empobrezcas;
Abre tus ojos y te saciarás de pan.
14 «Malo, malo», dice el comprador,
Pero cuando se marcha, entonces se jacta.
15 Hay oro y abundancia de joyas,
Pero cosa más preciosa son los labios con conocimiento.
16 Tómale la ropa al que sale fiador del extraño;
Y tómale prenda por los extranjeros.
17 El pan obtenido con falsedad es dulce al hombre,
Pero después su boca se llenará de grava.
18 Los proyectos con consejo se preparan,
Y con dirección sabia se hace la guerra.
19 El que anda murmurando revela secretos,
Por tanto, no te asocies con el chismoso.
20 Al que maldice a su padre o a su madre,
Se le apagará su lámpara en medio de las tinieblas.
21 La herencia adquirida de prisa al principio,
No será bendecida al final.
22 No digas: «Yo pagaré mal por mal»;
Espera en el SEÑOR, y Él te salvará.
23 Pesas desiguales son abominación al SEÑOR,
Y no está bien usar una balanza falsa.
24 Por el SEÑOR son ordenados los pasos del hombre,
¿Cómo puede, pues, el hombre entender su camino?
25 Lazo es para el hombre decir a la ligera: «Es santo»,
Y después de los votos investigar.
26 El rey sabio avienta a los impíos,
Y hace pasar la rueda de trillar sobre ellos.
27 Lámpara del SEÑOR es el espíritu del hombre
Que escudriña lo más profundo de su ser.
28 Lealtad y verdad guardan al rey,
Y por la justicia sostiene su trono.
29 La gloria de los jóvenes es su fuerza,
Y la honra de los ancianos, sus canas.
30 Los azotes que hieren limpian del mal,
Y los golpes llegan a lo más profundo del cuerpo.

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Colosenses 3
3
2
La meta del cristiano
3 Si ustedes, pues, han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Pongan la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque ustedes han muerto, y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, nuestra vida, sea manifestado, entonces ustedes también serán manifestados con Él en gloria.
La vida vieja y la vida nueva
Por tanto, consideren los miembros de su cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría. Pues la ira de Dios vendrá sobre los hijos de desobediencia por causa de estas cosas, en las cuales ustedes también anduvieron en otro tiempo cuando vivían en ellas. Pero ahora desechen también todo esto: ira, enojo, malicia, insultos, lenguaje ofensivo de su boca.
Dejen de mentirse los unos a los otros, puesto que han desechado al viejo hombre con sus malos hábitos, 10 y se han vestido del nuevo hombre, el cual se va renovando hacia un verdadero conocimiento, conforme a la imagen de Aquel que lo creó. 11 En esta renovación no hay distinción entre griego y judío, circunciso e incircunciso, bárbaro, Escita, esclavo o libre, sino que Cristo es todo, y en todos.
12 Entonces, ustedes como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; 13 soportándose unos a otros y perdonándose unos a otros, si alguien tiene queja contra otro. Como Cristo los perdonó, así también háganlo ustedes. 14 Sobre todas estas cosas, vístanse de amor, que es el vínculo de la unidad.
15 Que la paz de Cristo reine en sus corazones, a la cual en verdad fueron llamados en un solo cuerpo; y sean agradecidos. 16 Que la palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes, con toda sabiduría enseñándose y amonestándose unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en sus corazones. 17 Y todo lo que hagan, de palabra o de hecho, háganlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por medio de Él a Dios el Padre.
Relaciones sociales del cristiano
18 Mujeres, estén sujetas a sus maridos, como conviene en el Señor. 19 Maridos, amen a sus mujeres y no sean ásperos con ellas. 20 Hijos, sean obedientes a sus padres en todo, porque esto es agradable al Señor. 21 Padres, no exasperen a sus hijos, para que no se desalienten. 22 Siervos, obedezcan en todo a sus amos en la tierra, no para ser vistos, como los que quieren agradar a los hombres, sino con sinceridad de corazón, temiendo al Señor.
23 Todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, 24 sabiendo que del SEÑOR recibirán la recompensa de la herencia. Es a Cristo el Señor a quien sirven. 25 Porque el que procede con injusticia sufrirá las consecuencias del mal que ha cometido, y eso, sin acepción de personas.
   
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