Un modelo para la evangelización

Y al rayar el alba, los ángeles daban prisa a Lot, diciendo: Levántate, toma tu mujer, y tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas en el castigo de la ciudad (Génesis 19:15).

Dios envió a dos ángeles a Sodoma para inspeccionar la ciudad y sacar a Lot, el sobrino de Abraham, junto con su familia, antes de que llegara el juicio del Señor.

Una razón crucial por la cual el juicio de Dios se abatió sobre Sodoma y Gomorra fue su depravada inmoralidad sexual, que incluía la práctica de la homosexualidad (Génesis 19:4-5). En el libro de Ezequiel 16, Dios posteriormente condenó y reprendió el gran pecado de Judá durante los últimos días de la monarquía dividida. Dios comparó a Jerusalén con la antigua ciudad de Sodoma, equiparándolas como hermanas.

Ezequiel 16:48-50 describe algunos de los pecados compartidos por Sodoma y su ‘hermana’ Jerusalén: orgullo, ociosidad e injusticia hacia los pobres. Sin embargo, estos no fueron los únicos pecados que llevaron al juicio sobre Sodoma. El texto del Génesis indica claramente que Dios también se entristecía por la violencia sexual e inmoralidad, enumerada como abominación en Ezequiel 16:50. Además, Judas 1:7 menciona que la inmoralidad sexual, incluyendo la búsqueda de “vicios contra naturaleza”, fue uno de los pecados notorios de Sodoma y Gomorra. La práctica abierta y aceptada de la homosexualidad fue solo uno de los varios pecados que caracterizaron a Sodoma, Gomorra y sus ciudades vecinas.

Al rayar el alba del día del juicio, los ángeles tuvieron que rogar a Lot y a su familia que abandonaran la ciudad antes de su destrucción inminente. Los únicos que escaparían serían Lot, su esposa y sus dos hijas. Los yernos de Lot serían dejados atrás mientras los ángeles daban prisa a Lot para huir de la destrucción y el juicio que se avecinaban.

Por la forma en que urgieron a Lot, estos ángeles pueden servir como modelo de evangelización.

Los ángeles fueron hacia Lot y su casa. Los creyentes pueden desear que los pecadores se acerquen a ellos, y algunos lo harán. Sin embargo, Jesús no dijo: “Siéntense en la iglesia y dejen que los pecadores vengan a ustedes”. Él les instruyó a ir a todas las naciones, predicar el evangelio y hacer discípulos (Mateo 28:18-20).

Los ángeles advirtieron a Lot con palabras claras sobre lo que iba a suceder. Hoy en día, a menudo se ridiculiza al “predicador del fuego del infierno y la condenación”, pero hay un lugar apropiado para advertir a otros sobre la ira venidera de Dios (Colosenses 3:6). El evangelismo puede y debe incluir advertencias.

Los ángeles exhortaron a Lot con gran pasión y urgencia, instándole a huir de la destrucción inminente. No hicieron un llamado sin vida, diciendo “Ven o no, realmente no nos importa”. Así como ellos, nuestro evangelismo debe llevar una nota de urgencia y pasión, esforzándonos por persuadir a otros para Jesús (2 Corintios 5:11).

Querido creyente, permite que estas tres cosas guíen tu forma de compartir el evangelio. Cuando encuentres evangelistas que las practiquen, apóyalos y anímalos.


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