Lectura de Hoy

02-09-2024

DEVOCIONAL

Devocional: 1 Corintios 7

Al referirse a las personas “solteras” (1 Corintios 7:25-38; la palabra alude a los que no han tenido experiencias sexuales, ya sean hombres o mujeres), Pablo escribe: “a causa de la crisis actual, es bueno que cada persona se quede como está” (7:26). Así que, es bueno que el célibe siga siéndolo, que el casado no procure el divorcio y así sucesivamente. Esto no significa, añade Pablo, que si se casa una soltera, comete pecado. Pero sí insiste en que “el tiempo es corto” (7:29). ¿Qué quiere decir esto?

(1) Algunos argumentan que, al igual que todos los demás miembros de la iglesia primitiva, Pablo creía que Jesús iba a regresar muy pronto, definitivamente mientras ellos aún estaban vivos. Con un horizonte tan limitado, Pablo dice que, en general, es mejor que los que están solteros se queden sin casarse. Ahora bien, esta lectura del pasaje significa que Pablo y el resto de la iglesia primitiva estaban claramente equivocados: Jesús no regresó tan pronto. Pero hay tantos pasajes en el Nuevo Testamento que visualizan la posibilidad de una espera larga, que no podemos mantener la noción de que los primeros cristianos sufrían este delirio particular.

(2) Otros han explicado que “la crisis actual” (7:26) se refiere a un período de persecución particularmente difícil. Si las autoridades están buscando a los cristianos, sobre todo a sus líderes, sería una ventaja estar soltero: uno tiene más movilidad, es más fácil esconderse y las autoridades no pueden ejercer presión amenazando a la familia. Pero esta interpretación tiene dos problemas insuperables. (a) Puede que encaje con los solteros, pero no con todos los demás que Pablo menciona: por ejemplo, los que lloran deben vivir como si no lloraran; los que se alegran, como si no se alegraran; los que compran algo, como si no lo poseyeran (7:29-30). (b) Sobre todo, no hay suficiente evidencia que demuestre que los corintios estaban amenazados por la persecución. El tono general de esta carta insinúa que estaban tomando la vida muy ligeramente.

(3) El término traducido como “crisis” sencillamente significa “necesidad” o “compulsión”. Pablo no se refiere al regreso de Cristo ni a la persecución, sino a la necesidad presente, la compulsión de vivir con el finalmente. Contrario a los paganos o seculares, no podemos hacer del matrimonio nuestro gozo principal, ni de la prosperidad o de ninguna otra cosa temporal. Todos están bajo la fórmula de “como si no”: vivir “como si no disfrutaran de ellas; porque este mundo, en su forma actual, está por desaparecer” (7:31). Hay maneras responsables en que los cristianos pueden disfrutar de estas cosas, o llorar o ser felices, pero nunca como si estas fueran lo máximo.

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2013. Usado con permiso.
Devocional: Ezequiel 5
En Ezequiel 5, el profeta amplía en una más su lista de representaciones y después comunica las palabras de Dios que explican su significado.

Ezequiel afila una espada y la utiliza como navaja de afeitar para su cabeza y su barba. Tras atar unos pocos cabellos al borde de su manto, divide el resto en tres montones iguales. El primero lo coloca dentro de la ciudad (es decir, en la maqueta de Jerusalén que hizo, 4:1) y lo quema, quizás con un carbón encendido. El segundo lo esparce por toda la ciudad, cortándolo con su espada en trozos muy pequeños. El tercero lo esparce al viento, poco a poco, hasta que han volado todos. Después quita algunos de los cabellos atados a su manto y los arroja al fuego de la maqueta, donde se consumen.
El significado de estos actos se explica en 5:12: un tercio de la población morirá dentro de la ciudad (por el hambre provocada por el asedio), otro tercio morirá a espada en la lucha final y el restante se dispersará en el exilio.

Todo el capítulo hace hincapié en que Dios mismo es quien traerá el juicio sobre su pueblo: destaquemos cada ejemplo de “yo” en 5:8-17. Eso es lo que ocurre cuando el Señor dispara a matar (5:16). “Por causa de tus ídolos repugnantes, haré contigo lo que jamás he hecho ni volveré a hacer” (5:9); la fórmula significa que este es el peor juicio temporal posible. El propio Jesús emplea prácticamente las mismas palabras con respecto al juicio inminente sobre Jerusalén en su época (Mateo 24:21).

Dios dice que su ira debe derramarse, pero esta no es una irascibilidad ingobernable. Él afirma que, cuando se produzca el juicio, su ira se apaciguará y su enojo cesará (5:13). Este estallido de ira forma parte de una serie de los juicios acontecidos desde la Caída: la maldición de Génesis 3, el diluvio, Babel, la esclavitud en Egipto, diversos juicios en el desierto (incluyendo los cuarenta años deambulando por el mismo), etc. En ciclos de juicio correspondientes a momentos de pecado extremo, Dios derrama su ira. Todo ello forma parte de la necesaria teología bíblica que se encuentra tras Romanos 3:20-26: no hay solución para la amenaza de la ira justa de Dios sobre las criaturas que se han rebelado contra él, hasta que él mismo asuma en la persona de su Hijo la ira que merecemos, preservando su justicia mientras nos justifica.

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2016. Usado con permiso.
1 Samuel 26
David perdona de nuevo la vida a Saúl
26 Entonces vinieron los zifeos a Saúl en Guibeá y le dijeron: «¿No está David escondido en la colina de Haquila, que está frente a Jesimón?». 2 Se levantó, pues, Saúl y descendió al desierto de Zif, teniendo consigo 3,000 hombres escogidos de Israel, para buscar a David en el desierto de Zif. 3 Y acampó Saúl en la colina de Haquila, que está frente a Jesimón, junto al camino, y David permanecía en el desierto. Cuando vio que Saúl venía tras él al desierto, 4 David envió espías, y supo que Saúl en verdad se acercaba. 

5 Se levantó David y vino al lugar donde Saúl había acampado. Y vio David el lugar donde estaban acostados Saúl y Abner, hijo de Ner, el comandante de su ejército. Saúl dormía en medio del campamento y el pueblo estaba acampado alrededor de él.

6 Entonces habló David a Ahimelec el hitita y a Abisai, hijo de Sarvia, hermano de Joab y les preguntó: «¿Quién descenderá conmigo a donde está Saúl en el campamento?». «Yo descenderé contigo», dijo Abisai. 7 David y Abisai llegaron de noche al campamento. Saúl estaba durmiendo en medio del campamento, con su lanza clavada en tierra a su cabecera, y Abner y la gente estaban acostados alrededor de él. 8 Entonces Abisai dijo a David: «Hoy Dios ha entregado a tu enemigo en tu mano. Ahora pues, déjame clavarlo a la tierra de un solo golpe; no tendré que darle por segunda vez».
9 Pero David dijo a Abisai: «No lo mates, pues, ¿quién puede extender su mano contra el ungido del Señor y quedar sin castigo?». 

10 Dijo también David: «Vive el Señor, que ciertamente el Señor lo herirá, o llegará el día en que muera, o descenderá a la batalla y perecerá. 11 No permita el Señor que yo extienda mi mano contra el ungido del Señor; pero ahora, te ruego, toma la lanza que está a su cabecera y la vasija de agua, y vámonos». 12 Tomó, pues, David la lanza y la vasija de agua de junto a la cabecera de Saúl, y se fueron. Pero nadie lo vio ni lo supo, tampoco nadie se despertó, pues todos estaban dormidos, ya que un sueño profundo de parte del Señor había caído sobre ellos.

13 David pasó al otro lado y se colocó en la cima del monte a cierta distancia, con un gran espacio entre ellos. 14 Entonces David dio voces al pueblo y a Abner, hijo de Ner y le preguntó: «¿No responderás, Abner?». Entonces Abner respondió: «¿Quién eres tú que llamas al rey?». 15 Y David dijo a Abner: «¿No eres tú un hombre? ¿Quién es como tú en Israel? ¿Por qué, pues, no has protegido a tu señor el rey? Porque uno del pueblo vino para matar a tu señor el rey. 16 Esto que has hecho no es bueno. Vive el Señor, todos ustedes ciertamente deberían morir, porque no protegieron a su señor, el ungido del Señor. Y ahora, mira dónde está la lanza del rey y la vasija de agua que estaba a su cabecera».

17 Entonces Saúl reconoció la voz de David y dijo: «¿Es esta tu voz, David, hijo mío?». Y David respondió: «Mi voz es, mi señor el rey». 18 También dijo: «¿Por qué persigue mi señor a su siervo? ¿Pues qué he hecho? ¿Qué maldad hay en mi mano? 19 Ahora pues, ruego a mi señor el rey que escuche las palabras de su siervo. Si el Señor lo ha movido a usted contra mí, que Él acepte una ofrenda, pero si son hombres, malditos sean delante del Señor, porque me han expulsado hoy para que yo no tenga parte en la heredad del Señor, y me dicen: “Ve, sirve a otros dioses”. 20 Ahora pues, no caiga mi sangre a tierra, lejos de la presencia del Señor; porque el rey de Israel ha salido en busca de una pulga, como quien va a la caza de una perdiz en los montes».

21 Saúl dijo: «He pecado. Vuelve, David, hijo mío, porque no volveré a hacerte daño pues mi vida fue muy estimada en tus ojos hoy. Yo he actuado neciamente y he cometido un grave error». 22 David respondió: «Aquí está la lanza del rey. Que pase acá uno de los jóvenes y la recoja. 23 El Señor pagará a cada uno según su justicia y su fidelidad; pues el Señor lo entregó hoy en mi mano, pero yo no quise extender mi mano contra el ungido del Señor. 24 Así como su vida fue preciosa ante mis ojos hoy, que así sea preciosa mi vida ante los ojos del Señor, y que Él me libre de toda aflicción». 25 «Bendito seas, David, hijo mío, ciertamente harás grandes cosas y prevalecerás», respondió Saúl. David siguió por su camino y Saúl se volvió a su lugar.

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1 Corintios 7
LIBRO QUINTO
Respuestas acerca del matrimonio
7 En cuanto a las cosas de que me escribieron, bueno es para el hombre no tocar mujer. 2 No obstante, por razón de las inmoralidades, que cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido. 3 Que el marido cumpla su deber para con su mujer, e igualmente la mujer lo cumpla con el marido. 4 La mujer no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino el marido. Y asimismo el marido no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.

5 No se priven el uno del otro, excepto de común acuerdo y por cierto tiempo, para dedicarse a la oración. Vuelvan después a juntarse, a fin de que Satanás no los tiente por causa de falta de dominio propio. 6 Pero esto lo digo por vía de concesión, no como una orden. 7 Sin embargo, yo desearía que todos los hombres fueran como yo. No obstante, cada cual ha recibido de Dios su propio don, unos de una manera y otros de otra.

8 A los solteros y a las viudas digo que es bueno para ellos si se quedan como yo. 9 Pero si carecen de dominio propio, cásense. Que mejor es casarse que quemarse.10 A los casados instruyo, no yo, sino el Señor: que la mujer no debe dejar al marido. 11 Pero si lo deja, quédese sin casar, o de lo contrario que se reconcilie con su marido, y que el marido no abandone a su mujer.

12 Pero a los demás digo yo, no el Señor, que si un hermano tiene una mujer que no es creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. 13 Y la mujer cuyo marido no es creyente, y él consiente en vivir con ella, no abandone a su marido. 14 Porque el marido que no es creyente es santificado por medio de su mujer; y la mujer que no es creyente es santificada por medio de su marido creyente. De otra manera sus hijos serían inmundos, pero ahora son santos. 15 Sin embargo, si el que no es creyente se separa, que se separe. En tales casos el hermano o la hermana no están obligados, sino que Dios nos ha llamado para vivir en paz. 

16 Pues ¿cómo sabes tú, mujer, si salvarás a tu marido? ¿O cómo sabes tú, marido, si salvarás a tu mujer?

Anden en la voluntad de Dios

17 Fuera de esto, según el Señor ha asignado a cada uno, según Dios llamó a cada cual, así ande. Esto ordeno en todas las iglesias. 18 ¿Fue llamado alguno ya circuncidado? Quédese circuncidado. ¿Fue llamado alguien estando incircuncidado? No se circuncide. 19 La circuncisión nada es, y nada es la incircuncisión, sino el guardar los mandamientos de Dios. 20 Cada uno permanezca en la condición en que fue llamado.

21 ¿Fuiste llamado siendo esclavo? No te preocupes. Aunque si puedes obtener tu libertad, prefiérelo. 22 Porque el que fue llamado por el Señor siendo esclavo, hombre libre es del Señor. De la misma manera, el que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristo. 23 Ustedes fueron comprados por precio. No se hagan esclavos de los hombres. 24 Hermanos, cada uno permanezca con Dios en la condición en que fue llamado.

Sobre casarse o no casarse

25 En cuanto a las vírgenes no tengo mandamiento del Señor, pero doy mi opinión como el que habiendo recibido la misericordia del Señor es digno de confianza. 26 Creo, pues, que esto es bueno en vista de la presente aflicción; es decir, que es bueno que el hombre se quede como está. 27 ¿Estás unido a mujer? No procures separarte. ¿Estás libre de mujer? No busques mujer. 28 Y si te casas, no has pecado; y si una virgen se casa, no ha pecado. Sin embargo, ellos tendrán problemas en esta vida, y yo quiero evitárselos.

29 Pero esto digo, hermanos: el tiempo ha sido acortado; de modo que de ahora en adelante los que tienen mujer sean como si no la tuvieran; 30 los que lloran, como si no lloraran; los que se regocijan, como si no se regocijaran; los que compran, como si no tuvieran nada; 31 los que aprovechan el mundo, como si no lo aprovecharan plenamente; porque la apariencia de este mundo es pasajera.

32 Sin embargo, quiero que estén libres de preocupación. El soltero se preocupa por las cosas del Señor, cómo puede agradar al Señor.33 Pero el casado se preocupa por las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer, 34 y sus intereses están divididos. La mujer que no está casada y la virgen se preocupan por las cosas del Señor, para ser santas tanto en cuerpo como en espíritu; pero la casada se preocupa por las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido. 35 Esto digo para su propio beneficio; no para ponerles restricción, sino para promover lo que es honesto y para asegurar su constante devoción al Señor.

36 Y si alguien cree que no está obrando correctamente con respecto a su hija virgen, si ella es de edad madura, y si es necesario que así se haga, que haga lo que quiera, no peca; que se case. 37 Pero el que está firme en su corazón, y sin presión alguna, y tiene control sobre su propia voluntad, y ha decidido en su corazón conservar virgen a su hija, bien hará. 38 Así los dos, el que da en matrimonio a su hija virgen, hace bien; y el que no la da en matrimonio, hace mejor.39 La mujer está ligada mientras el marido vive; pero si el marido muere, está en libertad de casarse con quien desee, solo que sea en el Señor. 

40 Pero en mi opinión, será más feliz si se queda como está. Y creo que yo también tengo el Espíritu de Dios

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Ezequiel 5
La destrucción de Jerusalén predicha

5»Y tú, hijo de hombre, toma una espada afilada; tómala y hazla pasar sobre tu cabeza y sobre tu barba como navaja de barbero. Toma luego una balanza y divide el pelo cortado. 2 Una tercera parte del pelo lo quemarás a fuego en medio de la ciudad cuando terminen los días del sitio. Tomarás otra tercera parte y golpearás con la espada alrededor de la ciudad; y la otra tercera parte la esparcirás al viento. Entonces Yo desenvainaré la espada detrás de ellos. 3 Toma también de allí unos pocos de los pelos y átalos en la orla de tu manto. 

4 Toma otra vez algunos de ellos, échalos en medio del fuego, y quémalos en el fuego. De ahí saldrá el fuego hacia toda la casa de Israel. 5 Así dice el Señor Dios: “Esta es Jerusalén. Yo la coloqué en el centro de las naciones y de los territorios a su alrededor. 6 Pero ella se ha rebelado contra Mis ordenanzas con más impiedad que las naciones, y contra Mis estatutos más que los territorios alrededor de ella; porque ha desechado Mis ordenanzas y no han andado en Mis estatutos”.

7 »Por tanto, así dice el Señor Dios: “Porque la rebelión de ustedes es mayor que la de las naciones que los rodean, y no han andado en Mis estatutos ni observado Mis ordenanzas, ni tampoco han observado las ordenanzas de las naciones que los rodean”, 8 por eso, así dice el Señor Dios: “Yo, Yo mismo, estoy contra ti, y ejecutaré juicios en medio de ti a la vista de las naciones. 9 Y haré en ti lo que no he hecho y lo que no volveré a hacer jamás a causa de todas tus abominaciones. 10 Por eso, los padres se comerán a sus hijos en medio de ti, y los hijos se comerán a sus padres; ejecutaré juicios en ti y esparciré cuantos te queden a todos los vientos. 

11 ”Por tanto, ¡vivo Yo!”, declara el Señor Dios, “que por haber profanado Mi santuario con todos tus ídolos detestables y con todas tus abominaciones, Yo me retiraré, Mi ojo no tendrá piedad y tampoco perdonaré. 12 Una tercera parte de ti morirá de pestilencia o será consumida por el hambre en medio de ti, otra tercera parte caerá a espada alrededor de ti y la otra tercera parte esparciré a todos los vientos, y Yo desenvainaré la espada tras ellos.13 ”Se desahogará Mi ira, saciaré en ellos Mi furor y me vengaré; entonces sabrán que Yo, el Señor, he hablado en Mi celo cuando desahogue Mi furor contra ellos. 

14 Te haré desolación y oprobio entre las naciones que te rodean, a los ojos de todos los que pasen. 15 Y serás oprobio, escarnio, advertencia y objeto de horror para las naciones que te rodean, cuando haga juicios contra ti con ira, furor y terribles reprensiones. Yo, el Señor, he hablado. 16 Cuando envíe contra ellos las saetas mortíferas del hambre para destrucción, las cuales enviaré para destruirlos, entonces también aumentaré el hambre sobre ustedes y romperé la provisión de pan. 17 Enviaré también sobre ti hambre y fieras, y te dejarán sin hijos. La plaga y la sangre pasarán por ti, y mandaré sobre ti la espada. Yo, el Señor, he hablado”».

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Salmos 42–43
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Sed de Dios en la angustia y en el destierro
Para el director del coro.
Masquil de los hijos de Coré.
LIBRO SEGUNDO


42 Como el ciervo anhela las corrientes de agua, Así suspira por Ti, oh Dios, el alma mía. 2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente; ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? 3 Mis lágrimas han sido mi alimento de día y de noche, Mientras me dicen todo el día: «¿Dónde está tu Dios?».

4 Me acuerdo de estas cosas y derramo mi alma dentro de mí; De cómo iba yo con la multitud y la guiaba hasta la casa de Dios, Con voz de alegría y de acción de gracias, con la muchedumbre en fiesta.
5 ¿Por qué te desesperas, alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues he de alabarlo otra vez Por la salvación de Su presencia. 6 Dios mío, mi alma está en mí deprimida; Por eso me acuerdo de Ti desde la tierra del Jordán, Y desde las cumbres del Hermón, desde el monte Mizar. 7 Un abismo llama a otro abismo a la voz de Tus cascadas; Todas Tus ondas y Tus olas han pasado sobre mí.

8 De día mandará el Señor Su misericordia, Y de noche Su cántico estará conmigo; Elevaré una oración al Dios de mi vida.
9 A Dios, mi roca, diré: «¿Por qué me has olvidado? ¿Por qué ando sombrío por la opresión del enemigo?». 10 Como quien quebranta mis huesos, mis adversarios me afrentan, Mientras me dicen todo el día: «¿Dónde está tu Dios?».

11 ¿Por qué te desesperas, alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues lo he de alabar otra vez. ¡Él es la salvación de mi ser, y mi Dios!

Plegaria implorando liberación

43 Hazme justicia, oh Dios, y defiende mi causa contra una nación impía;
Líbrame del hombre engañoso e injusto.
2 Ya que Tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has rechazado?
¿Por qué ando sombrío por la opresión del enemigo?3 Envía Tu luz y Tu verdad; que ellas me guíen,
Que me lleven a Tu santo monte
Y a Tus moradas.

4 Entonces llegaré al altar de Dios,
A Dios, mi supremo gozo;
Y al son de la lira te alabaré, oh Dios, Dios mío.5 ¿Por qué te desesperas, alma mía,
Y por qué te turbas dentro de mí?
Espera en Dios, pues lo he de alabar otra vez.
¡Él es la salvación de mi ser, y mi Dios!

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