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Estudia las lenguas bíblicas: Consejos y recursos recomendados

Algo bien sabido entre creyentes es que la Biblia no se escribió originalmente en español, nuestro idioma, sino en tres lenguas antiguas: hebreo, arameo y griego. Aunque los traductores bíblicos han hecho un trabajo acucioso y fiel al traducir las Escrituras a nuestro idioma, poder estudiar la Biblia en las lenguas originales nos entrega grandes beneficios que debemos tomar en cuenta:

1) Leer el texto gramaticalmente. Muchas veces, cuando leemos en nuestra propia lengua lo hacemos con naturalidad y no nos detenemos a analizar asuntos gramaticales en el texto como «¿quién es el sujeto aquí?», «¿qué relación establece esta preposición?», etc. Cuando nos acercamos al texto bíblico en sus lenguas originales, este tipo de análisis se hace con mayor detenimiento y eso nos ayuda a entender con mayor precisión qué dice realmente el texto.

2) Poder notar con mayor claridad los énfasis del autor bíblico. Ya que las lenguas bíblicas tienen sus propias reglas, distintas al español, muchas veces la traducción puede perder ciertos énfasis particulares que hace el autor bíblico. Por ejemplo, a diferencia del español, las lenguas bíblicas tienen un orden de palabras más flexible que permite colocar elementos al inicio de una oración, algo que sonaría extraño al hacerlo en español (como la manera de hablar del personaje Yoda en la saga de Star Wars). Reconocer esto en las lenguas originales nos ayuda a poner el énfasis donde el autor pone realmente el énfasis.

3) Sumergirnos en el mundo antiguo de la Biblia. Una lengua es parte esencial de una cultura. Cuando leemos el texto bíblico en las lenguas originales, entendemos mejor cómo los autores y destinatarios pensaban dentro de su propia cultura. Un ejemplo de esto es la palabra que nuestras Biblias traducen como «holocausto» (la palabra hebrea עלה), la cual comparte la misma raíz del verbo para «subir» o «ascender». Esto nos da una idea de por qué en Génesis 8:20-21 dice que cuando Noé ofreció el holocausto, fue «olor grato» para Dios. El punto del holocausto era quemar todo el animal para que el humo «subiera» hasta Dios y le fuera olor grato (Lv 1:3-17). Esta relación entre las palabras «holocausto» y «subir» en el hebreo nos deja ver que había una fuerte relación entre ambos conceptos en la mente de un antiguo israelita, conexión que no vemos necesariamente en una traducción.

Por estas y otras razones, algunos pudieran estar interesados en aprender las lenguas originales de la Biblia. Creo que todos estaremos de acuerdo con algo que escuché de un profesor de griego bíblico: «Leer la Biblia en sus lenguas originales es como ver una película en 4K». Definitivamente, hay detalles y matices que no podríamos percibir con absoluta claridad en una traducción.

Si estas razones que acabo de presentar llaman tu atención y quisieras empezar a aprender las lenguas originales, pero no tienes los recursos ni el tiempo para entrar en un seminario, aún así puedes estudiarlas para tu propio beneficio. Aquí te comparto la forma de hacerlo.

Repasa tu propia gramática

Lo primero que debes tomar en cuenta al iniciar este viaje es la gramática de nuestro español. Lo más recomendable es repasar los conceptos que aprendimos en la escuela: asuntos como sustantivos, adjetivos, verbos, preposiciones, pronombres, conjunciones, etc., que son parte de nuestra lengua y que usamos con naturalidad, pero que muchas veces no recordamos las reglas de su uso.
Este primer paso es importante porque el estudio de cualquiera de las lenguas bíblicas requiere del conocimiento de todos estos conceptos gramaticales que aparecerán durante el estudio y es de suma importancia entenderlos. De lo contrario, el estudio se hará más difícil.

En Internet puedes encontrar páginas donde se ofrecen buenas instrucciones de la gramática española. Te recomiendo Lingolia español.

Recursos para estudiar griego bíblico

El Nuevo Testamento fue escrito originalmente en lo que conocemos como griego koiné. En estos tiempos contamos con la bendición de los hermanos de Dosis Diaria de Griego, que tienen disponibles recursos gratuitos que puedes usar para aprender los rudimentos básicos de esta lengua.

Ellos tienen una serie de 31 clases audiovisuales impartidas por el profesor Matthew Leighton (clases 1-12clases 13-24 y clases 25-31). Además, en su canal de YouTube comparten constantemente videos cortos (2-3 minutos) en los que hacen un análisis gramatical a un versículo del Nuevo Testamento griego. Hasta ahora, tienen estudios de pasajes del Evangelio de Juan, 2 Tesalonicenses y Judas. Estos videos nos ayudan a entender cómo aplicar nuestro conocimiento de griego a nuestro estudio personal del

Nuevo Testamento.
Además, quisiera recomendarte libros muy buenos que puedes estudiar.
Para un nivel básico:
Aprenda a leer el griego del Nuevo Testamento (Energion, 2015), de David Alan Black.
Introducción al griego bíblico (Vida, 2015), de Anita Henriques, Nelson Morales y Daniel S. Steffen.

Para un nivel intermedio:
Gramática griega, de Daniel B. Wallace y Daniel S. Steffen
Recursos para estudiar hebreo bíblico
El Antiguo Testamento fue escrito casi en su totalidad en lo que conocemos como hebreo bíblico, a excepción de algunas secciones en los libros de Daniel y Esdras que están en arameo bíblico, una lengua cercana al hebreo.

Mi recomendación para estudiar el hebreo bíblico son los recursos de los hermanos de Aleph with Beth, quienes tienen una serie en Youtube de cuarenta y tres clases audiovisuales donde enseñan hebreo básico usando una metodología similar a «como un niño aprende su propia lengua».

También están los recursos de Dosis Diaria de Hebreo, quienes se encuentran subiendo las clases a su página web de la mano del Dr. Dominick Hernández. También publican videos breves de análisis gramaticales a pasajes de los libros de RutSalmos y Ezequiel.
En cuanto a libros, para el estudio del hebreo bíblico tenemos pocas opciones en español. Quizás más adelante alguna editorial nos ayude con la publicación de obras más actualizadas y accesibles.

Por el momento, recomiendo para un nivel básico Gramática elemental del hebreo bíblico (Verbo Divino, 1998), de Enrique Farfán Navarro. Para un nivel intermedio, recomiendo Gramática del hebreo bíblico (Verbo Divino, 2007), de Paul Joüon y Takamitsu Muraoka.

Busca estudiar con una comunidad

El estudio de la Biblia en sus lenguas originales puede ser un camino solitario debido a que pocos se aventuran en estudiarlas, pero esto no tiene que ser así. Te invito a motivar a otros hermanos a estudiar lenguas bíblicas contigo, formar grupos para estudiar la Biblia juntos y usar estos recursos recomendados. La Palabra de Dios está diseñada para estudiarse en comunidad, donde nos edifiquemos unos a otros.

Reflexión final

Luego de darte razones y recursos para embarcarte en el fascinante viaje de aprendizaje básico de las lenguas bíblicas, quiero traer finalmente una nota de balance: Las lenguas bíblicas no son un fin en sí mismas. El fin de las lenguas bíblicas es poder entender mejor la Palabra de Dios y así conocer mejor al Dios en el que confiamos y amamos. 
Siempre es bueno recordarlo porque podríamos caer fácilmente en un enorgullecimiento vano y lamentable por el solo hecho de poseer cierto conocimiento particular. Este es un problema de nuestro corazón que debemos buscar combatir con la ayuda del Espíritu de Dios que está en nosotros.

Que nuestro deseo sea igual al del apóstol Pedro: αὐξάνετε δὲ ἐν χάριτι καὶ γνώσει τοῦ κυρίου ἡμῶν καὶ σωτῆρος Ἰησοῦ χριστοῦ, «sino crezcan en la gracia y conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo» (2 Pedro 3:18a).

José Landeta es ingeniero mecánico, y posee un M.A. del Southeastern Baptist Theological Seminary (SEBTS) en Carolina del Norte (Estados Unidos). Es miembro y sirve en el discipulado de jóvenes y enseñanza en la Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo (IBSJ). Está felizmente casado con Stephanie. Ha trabajado como profesor de hebreo bíblico para el Instituto Bíblico 2:42 en México.

Acerca del Autor

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