Todo buen pastor desea darle a su congregación lo que necesita para conocer a Dios y crecer espiritualmente. ¿Cuál es el mejor estilo de predicación para lograr estos objetivos?
Hay muchas maneras de predicar: por ejemplo, el predicador puede olvidarse de las Escrituras, hablando con frases motivacionales y psicología; puede tomar versículos aislados y enlazándolos con creatividad para formar un mensaje; o puede predicar expositivamente, avanzando de manera sistemática a través de libros de la Biblia.
Como he argumentado antes, este último estilo de predicación —conocido como la exposición consecutiva— respeta la naturaleza de las Escrituras. A pesar de ello, muchos dudan de la eficacia de este estilo y cuestionan su relevancia para la iglesia.
Sin embargo, la exposición consecutiva trae numerosos beneficios para la congregación. Veamos algunos de ellos.
1) Prepara a la congregación para el sermón
La exposición consecutiva permite que la iglesia se prepare mejor para la predicación, ya que puede leer y meditar en el pasaje bíblico de antemano, permitiendo así una mayor comprensión del sermón. Algunos hermanos incluso identificarán dificultades interpretativas en el pasaje y sentirán interés en saber cómo el pastor entiende el texto.
"La exposición consecutiva otorga a la congregación una comprensión más profunda de la Biblia"
2) Ayuda a entender el contexto del texto
La exposición consecutiva otorga a la congregación una comprensión más profunda de la Biblia. En un artículo anterior, mencioné que Dios escogió preservar su Palabra en el formato de libros que tienen progresión lógica y argumentos extendidos. La exposición consecutiva permite que el oyente conozca los pasajes anteriores y entienda la progresión lógica y argumental del libro.
La predicación no-consecutiva no muestra a la congregación el avance de los argumentos del libro. Tiende a comunicar a la congregación que las Escrituras contienen dichos y moralejas sin relación entre ellos. En vez de leer la Biblia para entender el mensaje unificado de las Escrituras, muchos la usan como un libro de referencia, buscando versículos aislados que hablen de los temas que les interesan a ellos. De esta forma, no pueden ver la hermosa unidad de los libros, ni comprender la historia bíblica que de principio a fin se centra en la persona y obra de Jesucristo (Lc 24:47).
3) Resalta la prioridad de las Escrituras
La exposición consecutiva comunica a la congregación que las Escrituras son lo que verdaderamente importa. Este fue el gran principio de la Reforma protestante, Sola Scriptura. Tras siglos de subyugación a la opinión del papa y su colegio de cardenales, muchos creyentes se levantaron contra la imposición humana y afirmaron que solamente la Biblia tenía el derecho de atar nuestras conciencias.
"La salud de la Iglesia de Cristo depende de la Palabra de Dios, no de la palabra de un hombre"
Tristemente, muchas iglesias giran en torno al carisma y la elocuencia del predicador. Cada domingo las masas acuden a escuchar al “gran hombre de Dios” cuyo supuesto conocimiento y espiritualidad le permiten declarar un mensaje de Dios. Al no invertir tiempo en la explicación de los textos bíblicos mencionados en el sermón, la congregación capta el mensaje de que lo que importa solo es lo que dice el pastor. ¿Cuál es el resultado?
La opinión del pastor es elevada casi al nivel de revelación divina. Pero la salud de la Iglesia de Cristo depende de la Palabra de Dios, no de la palabra de un hombre.
Aunque es posible que cualquier iglesia venere demasiado a su pastor —incluyendo iglesias con pastores que predican expositivamente—, esta tendencia se intensifica cuando se predica temática o motivacionalmente.
En contraste, la exposición consecutiva enfoca la atención y admiración de la iglesia en la Palabra, ya que el pastor simplemente explica y aplica lo que ella dice. Tanto el predicador como la congregación tienen la responsabilidad de conocer lo que Dios manda y someterse a lo que Él ha revelado. La iglesia debe creer y obedecer la Biblia solamente. Este estilo de predicación comunica explícita e implícitamente que la Palabra es la prioridad (Sal 119:160).
4) Fomenta sed de estudiar la Biblia
La exposición consecutiva desarrolla en la congregación una sed de estudiar la Palabra con atención. Cuando el predicador se enfoca en la tarea de compartir las maravillas que están en el texto, la congregación verá el poder de la Palabra y su relevancia para sus vidas.
Fomentará en el oyente el deseo de estudiar la Biblia por su cuenta, ya que la metodología de la exposición consecutiva es relativamente simple: se enfoca en un texto, lo desmenuza para encontrar su mensaje y lo aplica a la vida del oyente. El oyente sabrá que él también puede seguir esta metodología en su propio estudio bíblico.
"Escuchar una buena interpretación bíblica todas las semanas permite que la congregación aprenda cómo estudiar el texto bíblico por su cuenta"
En contraste, otros estilos de predicación son más complejos para el oyente. La predicación motivacional depende de la creatividad del predicador. La predicación temática requiere conocer muchos pasajes diferentes, usar una concordancia para encontrar múltiples pasajes que hablen del mismo tema, conectar creativamente los pasajes, y organizarlos en un todo coherente. El oyente puede sentir que nunca podría estudiar la Biblia y extraer las verdades que su pastor extrae. Como resultado, se siente desanimado.
Pero cuando cada semana la congregación escucha cómo un humilde predicador expone un pasaje con claridad y lo aplica con poder a la vida de la congregación, el oyente piensa: ¡Eso sí lo puedo hacer! (Hch 17:10-11).
5) Enseña la lectura correcta de la Biblia
La exposición consecutiva adiestra a la congregación en la lectura correcta y completa de las Escrituras. Examina cada texto, sin dejar uno solo afuera, en su contexto literario e histórico, descubre su enseñanza y lo aplica a la vida de los oyentes. La semana siguiente el predicador vuelve a hacer lo mismo con el siguiente pasaje. Semana tras semana, el sermón es un ejemplo de una correcta hermenéutica bíblica (es mucho más que eso, pero no es menos que eso).
El efecto cumulativo de escuchar una buena interpretación bíblica todas las semanas permite que la congregación aprenda cómo estudiar el texto bíblico por su cuenta. ¡Y esto trae fruto maravilloso a su vida!
Otros estilos de predicación tienden a crear en la congregación formas y métodos deficientes de interpretar la Palabra de Dios. Tienden a sacar textos de su contexto y distorsionar su mensaje. Cuando el predicador alegoriza para encontrar interpretaciones fantasiosas sin fundamento bíblico, la congregación aprende a interpretar la Biblia así.
Llegan a sus creencias y toman sus decisiones de manera arbitraria sin un fundamento bíblico. El pastor ya no tendrá maneras de rebatirlos, pues él modeló esta forma de leer la Biblia. Por eso es esencial que el predicador ejemplifique un buen manejo de la Escritura (2 Ti 2:15).
Conclusión
Algunos pastores piensan que la Palabra de Dios no es relevante para la vida de su congregación tal cual Dios nos la dio. Sienten que deben “ayudar” a la Palabra de Dios haciéndola más importante y útil de lo que ya es.
Pero en realidad no hace falta ayudar la Palabra. Ella es “viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos” (Heb 4:12). Cuando el pastor despliega su verdad, pasaje tras pasaje, semana tras semana, los beneficios para la congregación son incontables. “La exposición de Tus palabras imparte luz; Da entendimiento a los sencillos” (Sal 119:130).
Mateo Bixby nació y creció en España, de padres americanos misioneros. Estudió en Estados Unidos (está por terminar un doctorado). Lleva 15 años viviendo en Guadalupe, México, junto con su esposa Susana y sus tres hijos: Aarón, Ana y David. Es director de la Facultad de Teología en la Universidad Cristiana de las Américas y pastor fundador de la Iglesia Bautista la Gracia en Juárez, NL. Le encanta la predicación expositiva, la lectura, y el fútbol.
Acerca del Autor
