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Lectura de Hoy

20-03-2024

Devocional

Devocional: Juan 10

En la metáfora del pastor en Juan 10, Jesús continúa repasando el alcance y las aplicaciones de la misma, y de esta manera remata varios puntos, algunos de los cuales podremos recoger:

(1) Para los que conocen la Biblia, es difícil no pensar en Ezequiel 34. Allí, Dios denuncia a los falsos profetas de Israel, y declara repetidamente que vendrá un día cuando él mismo será el pastor de su pueblo, alimentándoles, dirigiéndoles, disciplinándoles. La insistencia por parte de Jesús en que, en lo que se refería a los pastores de Israel, los que le habían precedido “eran unos ladrones” (Juan 10:8), recordaría Ezequiel 34. Hacia el final de aquel capítulo de las Escrituras del Antiguo Testamento, Dios dice que pondrá sobre su rebaño a un solo pastor – su siervo David. Ahora, ha llegado este Pastor, uno con Dios (1:1), y además de la línea de David.

(2) Definiéndose como el “buen pastor”, Jesús dice luego que el “El buen pastor da su vida por las ovejas” (10:11). Aquí amplía la metáfora al máximo. En la vida real, un buen pastor arriesga su vida por las ovejas, y la puede perder. Pero no sacrifica voluntariamente su vida por las ovejas. Para comenzar, en este caso, ¿quién se encargaría de las otras ovejas? De todas formas, sería un acto poco apropiado: arriesgar la vida para salvar un rebaño de ovejas es una cosa, pero escoger morir por ellas sería desproporcionado. Una vida humana es de más valor que un rebaño de ovejas.

(3) Sin embargo, por si no hemos asimilado del todo la incongruencia de esta reivindicación por parte de Jesús, luego la expone con mayor claridad aun. No se trata de arriesgar su vida simplemente. No es ningún peón en medio de unas circunstancias amenazadoras: nadie puede arrancarle la vida. Él mismo la pone por iniciativa propia (10:18). De hecho el motivo por el cual el Padre continúa amándole es que el Hijo es perfectamente obediente – y es de acuerdo con el buen mandato del Padre el Hijo pone su vida (10:17; cf. Filipenses 2:6-8).

(4) Las ovejas de Jesús responden a su voz; otras le rechazan. La elección implícita está presente de forma constante en el pasaje (10:27-28).

(5) La misión de Jesús incluye no sólo ovejas de entre los propios israelitas, sino “otras ovejas que no son de este redil” (10:16). Pero si son ovejas de Jesús, sean judíos o gentiles, “escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo pastor” (10:16). Aquí tenemos el cumplimiento de la promesa según la cual todas las naciones serían bendecidas en la descendencia de Abraham. Y es también por esto por lo que, a fin de cuentas, sólo puede haber una cabeza de la iglesia – Jesucristo mismo.

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2016. Usado con permiso.

Devocional: Gálatas 6

En una meditación anterior (vol. 1, 30 de septiembre), reflexioné acerca de la corriente de pensamiento de Gálatas 6. Aquí, quiero centrarme en algunos elementos de Gálatas 6:1-5.

Aparentemente, existe una contradicción formal entre 6:2, “Ayudaos unos a otros a llevar las cargas”, y 6:5, “Que cada uno cargue con su propia responsabilidad”. Podríamos recurrir a una resolución pastoral. Los cristianos deben preocuparse de ayudar a los demás; al mismo tiempo, no deben ponerse del otro lado y depender solo de esa ayuda, convirtiéndose en gorrones. En otras palabras, 6:2 tiene mucho sentido si se entiende como prohibición del aislamiento y mandato de ser compasivos; 6:5 lo tiene si se interpreta como un intento de evitar el gorroneo y exhortación a la responsabilidad personal.

Sin embargo, el contexto del párrafo en que ambos dichos están incluidos nos permite ir un poco más lejos. Este pasaje comienza exhortando a los cristianos a restaurar, con amor, a un hermano que ha sido sorprendido en pecado (6:1). De forma más específica, Pablo dice que los que son espirituales deberían acometer esa tarea. A la luz de los versículos precedentes (véase la meditación de ayer), los que son “espirituales” son cristianos que manifiestamente andan “guiados por el Espíritu” (5:25) y producen, por tanto, el fruto del Espíritu. Esta responsabilidad recae sobre todos los cristianos, pero es obvio que algunos llevan más fruto que otros. Así pues, estos últimos deben tomar principalmente la responsabilidad de restaurar con amor al creyente sorprendido en pecado.

Esta restauración debe hacerse con ternura, sobre todo porque los cristianos serios reconocerán que ellos también pueden ser tentados por ese mismo mal u otro (6:1b). Ayudándonos unos a otros de esta forma, con aliento, oración, apoyo moral, compañía, transparencia, estamos llevándonos las cargas (6:2). Esta actitud es equivalente a cumplir la ley de Cristo, que no sólo enseñó que los mayores mandamientos son amar a Dios y al prójimo como a uno mismo, sino que nos dio su “mandamiento nuevo”, amarnos unos a otros como el propio Jesús nos amó (Juan 13:34 35).

En este régimen, la autopromoción es desagradable, inútil y engañosa (6:3). La soberbia precede a la caída; daña al examen de conciencia pausado que es inflexible y pacientemente honesto (6:4). La soberbia que destruye a la congregación y engaña al alma se pone de manifiesto cuando los cristianos comparan la calidad de su servicio con el fin de rebajar a la otra persona. Una valoración honesta de uno mismo engendra una gratitud piadosa y un orgullo legítimo que nunca daña a los demás, porque cada uno carga con su propia responsabilidad (6:5).


Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2013. Usado con permiso.

Éxodo 31

Llamamiento de Bezalel y de Aholiab

31 El Señor habló además a Moisés diciendo: «Mira, he llamado por nombre a Bezalel, hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá. Y lo he llenado del Espíritu de Dios en sabiduría, en inteligencia, en conocimiento y en toda clase de arte, para elaborar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, y en el labrado de piedras para engaste, y en el tallado de madera, a fin de que trabaje en toda clase de labor.

»Mira, Yo mismo he nombrado con él a Aholiab, hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan. En el corazón de todos los que son hábiles he puesto habilidad a fin de que hagan todo lo que te he mandado: la tienda de reunión, el arca del testimonio, el propiciatorio sobre ella y todo el mobiliario del tabernáculo; también la mesa y sus utensilios, el candelabro de oro puro con todos sus utensilios y el altar del incienso; el altar del holocausto también con todos sus utensilios y la pila con su base; 10 asimismo las vestiduras tejidas, las vestiduras sagradas para el sacerdote Aarón y las vestiduras de sus hijos, para ministrar como sacerdotes; 11 también el aceite de la unción, y el incienso aromático para el lugar santo. Los harán conforme a todo lo que te he mandado».

El día de reposo

12 El Señor habló a Moisés y le dijo: 13 «Habla, pues, tú a los israelitas y diles: “De cierto guardarán Mis días de reposo, porque esto es una señal entre Yo y ustedes por todas sus generaciones, a fin de que sepan que Yo soy el Señor que los santifico. 14 Por tanto, han de guardar el día de reposo porque es santo para ustedes. Todo el que lo profane ciertamente morirá. Porque cualquiera que haga obra alguna en él, esa persona será cortada de entre su pueblo. 15 Durante seis días se trabajará, pero el séptimo día será día de completo reposo, santo al Señor. Cualquiera que haga obra alguna en el día de reposo ciertamente morirá. 16 Los israelitas guardarán, pues, el día de reposo, celebrándolo por todas sus generaciones como pacto perpetuo”. 17 Es una señal entre Yo y los israelitas para siempre. Pues en seis días el Señor hizo los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó de trabajar y reposó».

Las tablas del testimonio

18 Cuando el Señor terminó de hablar con Moisés sobre el monte Sinaí, le dio las dos tablas del testimonio, tablas de piedra, escritas por el dedo de Dios.

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Juan 10

Jesús, el buen pastor

10 »En verdad les digo, que el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ese es ladrón y salteador. Pero el que entra por la puerta, es el pastor de las ovejas. A este le abre el portero, y las ovejas oyen su voz; llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera. Cuando saca todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. Pero a un desconocido no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».

Jesús les habló por medio de esta comparación, pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.

Entonces Jesús les dijo de nuevo: «En verdad les digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que vinieron antes de Mí son ladrones y salteadores, pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta; si alguno entra por Mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto. 10 El ladrón solo viene para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

11 »Yo soy el buen pastor; el buen pastor da Su vida por las ovejas. 12 Pero el que es un asalariado y no un pastor, que no es el dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, entonces el lobo las arrebata y las dispersa. 13 El asalariado huye porque solo trabaja por el pago y no le importan las ovejas. 14 Yo soy el buen pastor, y conozco Mis ovejas y ellas me conocen, 15 al igual que el Padre me conoce y Yo conozco al Padre, y doy Mi vida por las ovejas.

16 »Tengo otras ovejas que no son de este redil; a esas también Yo debo traerlas, y oirán Mi voz, y serán un rebaño con un solo pastor. 17 Por eso el Padre me ama, porque Yo doy Mi vida para tomarla de nuevo. 18 Nadie me la quita, sino que Yo la doy de Mi propia voluntad. Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo. Este mandamiento recibí de Mi Padre».

Los judíos divididos otra vez

19 Volvió a surgir una división entre los judíos por estas palabras. 20 Y muchos de ellos decían: «Tiene un demonio y está loco. ¿Por qué le hacen caso?». 21 Otros decían: «Estas no son palabras de un endemoniado. ¿Puede acaso un demonio abrir los ojos de los ciegos?».

Jesús, uno con el Padre

22 En esos días se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. 23 Era invierno, y Jesús andaba por el templo, en el pórtico de Salomón. 24 Entonces los judíos lo rodearon, y le decían: «¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si Tú eres el Cristo, dínoslo claramente».

25 Jesús les respondió: «Se lo he dicho a ustedes y no creen; las obras que Yo hago en el nombre de Mi Padre, estas dan testimonio de Mí. 26 Pero ustedes no creen porque no son de Mis ovejas. 27 Mis ovejas oyen Mi voz; Yo las conozco y me siguen. 28 Yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de Mi mano. 29 Mi Padre que me las dio es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano del Padre. 30 Yo y el Padre somos uno».

Los judíos amenazan a Jesús

31 Los judíos volvieron a tomar piedras para tirárselas. 32 Entonces Jesús les dijo: «Les he mostrado muchas obras buenas que son del Padre. ¿Por cuál de ellas me apedrean?». 33 Los judíos le contestaron: «No te apedreamos por ninguna obra buena, sino por blasfemia; y porque Tú, siendo hombre, te haces Dios».

34 Jesús les respondió: «¿No está escrito en su ley: “Yo dije: son dioses”? 35 Si a aquellos, a quienes vino la palabra de Dios, los llamó dioses, (y la Escritura no se puede violar), 36 ¿a quién el Padre santificó y envió al mundo, ustedes dicen: “Blasfemas”, porque dije: “Yo soy el Hijo de Dios”? 37 Si no hago las obras de Mi Padre, no me crean; 38 pero si las hago, aunque a Mí no me crean, crean a las obras; para que sepan y entiendan que el Padre está en Mí y Yo en el Padre».

39 Por eso procuraban otra vez prender a Jesús, pero Él se les escapó de entre las manos.

40 Se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan, y se quedó allí. 41 Muchos vinieron a Él y decían: «Aunque Juan no hizo ninguna señal, sin embargo, todo lo que Juan dijo de Este era verdad». 42 Y muchos creyeron allí en Jesús.

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Proverbios 7

Artimañas de la ramera

7 Hijo mío, guarda mis palabras
Y atesora mis mandamientos contigo.
Guarda mis mandamientos y vivirás,
Y mi enseñanza como la niña de tus ojos.
Átalos a tus dedos,
Escríbelos en la tabla de tu corazón.
Di a la sabiduría: «Tú eres mi hermana»,
Y llama a la inteligencia tu mejor amiga,
Para que te guarden de la mujer extraña,
De la desconocida que lisonjea con sus palabras.

Porque desde la ventana de mi casa
Miraba por la celosía,
Y vi entre los simples,
Distinguí entre los muchachos
A un joven falto de juicio,
Pasando por la calle, cerca de su esquina;
Iba camino de su casa,
Al atardecer, al anochecer,
En medio de la noche y la oscuridad.
10 Entonces una mujer le sale al encuentro,
Vestida como ramera y astuta de corazón.
11 Es alborotadora y rebelde,
Sus pies no permanecen en casa;
12 Está ya en las calles, ya en las plazas,
Y acecha por todas las esquinas.
13 Así que ella lo agarra y lo besa,
Y descarada le dice:
14 «Tenía que ofrecer ofrendas de paz,
Y hoy he cumplido mis votos;
15 Por eso he salido a encontrarte,
Buscando tu rostro con ansiedad, y te he hallado.
16 He tendido mi lecho con colchas,
Con linos de Egipto en colores.
17 He rociado mi cama
Con mirra, áloes y canela.
18 Ven, embriaguémonos de amor hasta la mañana,
Deleitémonos con caricias.
19 Porque mi marido no está en casa,
Se ha ido a un largo viaje;
20 Se ha llevado en la mano la bolsa del dinero,
Volverá a casa para la luna llena».
21 Con sus palabras persuasivas lo atrae,
Lo seduce con sus labios lisonjeros.
22 Al instante la sigue
Como va el buey al matadero,
O como uno en grillos al castigo de un necio,
23 Hasta que una flecha le traspasa el hígado;
Como el ave que se precipita en la trampa,
Y no sabe que esto le costará la vida.

24 Ahora pues, hijos míos, escúchenme,
Y presten atención a las palabras de mi boca.
25 No se desvíe tu corazón hacia sus caminos,
No te extravíes en sus sendas.
26 Porque muchas son las víctimas derribadas por ella,
Y numerosos los que ha matado.
27 Su casa es el camino al Seol,
Que desciende a las cámaras de la muerte.

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Gálatas 6

6 Hermanos , aun si alguien es sorprendido en alguna falta, ustedes que son espirituales, restáurenlo en un espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Lleven los unos las cargas de los otros, y cumplan así la ley de Cristo. Porque si alguien se cree que es algo, no siendo nada, se engaña a sí mismo. Pero que cada uno examine su propia obra, y entonces tendrá motivo para gloriarse solamente con respecto a sí mismo, y no con respecto a otro. Porque cada uno llevará su propia carga.

Y al que se le enseña la palabra, que comparta toda cosa buena con el que le enseña. No se dejen engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará. Porque el que siembra para su propia carne, de la carne segará corrupción, pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, segaremos. 10 Así que entonces, hagamos bien a todos según tengamos oportunidad, y especialmente a los de la familia de la fe.

Declaraciones finales

11 Miren con qué letras tan grandes les escribo de mi propia mano. 12 Los que desean agradar en la carne tratan de obligarlos a que se circunciden, simplemente para no ser perseguidos a causa de la cruz de Cristo. 13 Porque ni aun los mismos que son circuncidados guardan la ley, pero ellos desean hacerlos circuncidar para gloriarse en la carne de ustedes.

14 Pero jamás acontezca que yo me gloríe, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo ha sido crucificado para mí y yo para el mundo. 15 Porque ni la circuncisión es nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación. 16 Y a los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea sobre ellos y sobre el Israel de Dios.

17 De aquí en adelante nadie me cause molestias, porque yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús.

18 Hermanos, la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con el espíritu de ustedes. Amén.

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