Reflexiones

¿Qué respuesta estás esperando?

«Después de esto, la palabra del Señor vino a Abram en una visión: «No temas, Abram. Yo soy tu escudo, y muy grande será tu recompensa.» Pero Abram le respondió: Señor, Dios, ¿para qué vas a darme algo, si aún sigo sin tener hijos, y el heredero de mis bienes será Eliezer de Damasco?» Génesis 15:1-2

¿Puedes percibir la desesperación en la voz de Abram? «Dios, yo te agradezco que Tú seas mi escudo y mi recompensa. No pienses que no soy agradecido, es increíble el tenerte a mi lado, pero… Yo realmente quiero que Tú cumplas Tu promesa de descendencia. Olvida eso de hacer «una gran nación», ¡YO QUIERO UN HIJO!» Así se sentía Abram, y así nos sentimos muchos de nosotros cuando esperamos una promesa, un deseo, una petición. ¿O me equivoco? Dios sigue manifestándose en otros asuntos de nuestra vida, El es fiel y nunca nos abandona. Muchas veces no nos damos cuenta de que nos proteje y cuida de muchos males, pero… ¿hay algo más que estemos esperando? Ciertamente.

Abram había estado esperando por mucho tiempo. Dios le había prometido muchos descendientes a Abram cuando él tenía 75 años. Tendría 100 años cuando finalmente Isaac nació. Eso significa que Abram y Sara esperaron 25 años para que Dios cumpliera Su promesa.

No sabemos por cuánto tiempo Abram había estado esperando ese momento de la historia, pero la Biblia nos dice que que tenía 86 años cuando Ismael nació, así que podemos inferir que este diálogo entre Dios y Abram ocurrió algún tiempo después de la primera década de Dios haberle hecho una promesa.

¿Por cuánto tiempo has esperado una respuesta a tus oraciones? ¿Una semana te parece mucho tiempo? ¿Y un mes? Tener que esperar por un año nos parece más allá de nuestra capacidad, pero saber que Abram esperó por más de un cuarto de siglo por la respuesta nos debe ofrecer esperanza para esperar la contestación a nuestras oraciones. Esto es evidencia de que Dios contesta, punto.

Abram pudo haberse dado por vencido. Pudo haber decidido que ya no podía esperar más en Dios. Aunque, como luego vemos, se complicó la situación cuando trataron de cumplir «la promesa» de Dios por sí mismos, teniendo un hijo con la esclava de Saray, Agar (Génesis: 16: 1-16). Aún en ese momento de la historia vemos un Abram que decidió CREER.

¿Que respuesta estás esperando de Dios? ¿Es la respuesta a una oración por el regreso de un hijo? ¿Es la respuesta por la salvación de un miembro de la familia? ¿Es la respuesta por la restauración de tu matrimonio? ¿Por un empleo? ¿Por sanidad? ¿Por provisión? ¿Por justicia? Cualquier cosa que sea, continua orando y esperando. Suelta esa petición y ponla en las manos de Dios, permite que El haga en ti Su voluntad.

Hoy ora así: Señor, ayúdame a confiar en Tus promesas y a no insistir en hacer las cosas a mi manera…

¡Bendiciones de lo alto!


Acerca del Autor

0.00 avg. rating (0% score) - 0 votes
Mostrar Más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Verifique también
Close
Back to top button