Plan

Lectura de Hoy

31-10-2023

Devocional

Devocional: Oseas 5–6

Alguien dijo que todo el libro de Oseas se puede entender como un estudio de lo que significa regresar a Dios. No hay aquí panacea simplista alguna; las meras disculpas verbales no son aceptables. A pesar de todo, sigue habiendo esperanza para aquellos que manifiesten el tipo de retorno que el Señor sí acepta. En ningún lugar se ve esta tensión con mayor claridad que en Oseas 5—6.

Oseas 5 comienza con una acusación contra Israel, en especial contra los líderes. Dios lo sabe todo acerca de ellos (5:3; cf. 7:2; Hebreos 4:13). Su problema no es meramente intelectual, sino profundamente moral: “No les permiten sus malas obras volverse a su Dios; su tendencia a prostituirse les impide conocer al Señor” (5:4; cf. Juan 3:19). Peor aún, cuando “buscan” formalmente al Señor, es tan falso, que él se retira de ellos, porque Dios no es prisionero de su propio sistema sacrificial (5:5-6). Al traer castigo sobre ellos, el propósito de Dios no sólo es la retribución, sino inducirlos al arrepentimiento: “Volveré luego a mi morada, hasta que reconozcan su culpa. Buscarán ganarse mi favor; angustiados, me buscarán con ansias” (5:15).

Los primeros versículos del capítulo 6 (vv. 1-3) pueden entenderse de dos formas. (1) Ser una conmovedora súplica de Oseas a su propio pueblo para que se arrepienta y vuelva al Señor. Quiere que ellos se aparten de la religión como observancia sacrificial de la religión como reconocimiento genuino del Señor. El mismo Dios que ha castigado al pueblo vendará de buena gana sus heridas. “Tan cierto como que sale el sol, él habrá de manifestarse”. (2) Pueden ser las palabras del pueblo mismo y, en este caso, el contexto en el cual están engastadas sugiere que, aunque suenen muy bien, en realidad significan muy poco (cf. Salmo 78:3436-37). Semejante arrepentimiento es mera presunción, y Dios ve lo que hay debajo y lo repudia, porque “como la lluvia de invierno, como la lluvia de primavera que riega la tierra” (6:4), como el amor de Gomer. Cualquiera de estas dos opciones de entender 6:1-3 tiene sentido; en ambos casos, la inconstancia del pueblo del pacto de Dios es profundamente repugnante. Si tengo que escoger entre las dos, me inclino hacia la primera. Oseas 6:1-3 suena más bien como un arrepentimiento genuino al que se insta, aunque no se sigue, y no a las palabras vacías de hipócritas que no son sinceros.

Cualquiera que sea la interpretación, es evidente que a Dios no le impresionan las meras palabras y la observancia de la religión: “Lo que pido de vosotros es amor y no sacrificios, conocimiento de Dios y no holocaustos” (6:6; cf. Mateo 9:1312:7). Una generación que canta animadamente las alabanzas de Dios mientras es infiel con cualquiera, debería esperar el ardiente juicio de Dios.


Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Publicaciones Andamio, 2016. Usado con permiso.

Devocional: 2 Timoteo 3

La vida en “los últimos días” (2 Timoteo 3) no suena muy atractiva: “La gente estará llena de egoísmo y avaricia; serán jactanciosos, arrogantes, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, insensibles, implacables, calumniadores, libertinos, despiadados, enemigos de todo lo bueno, traicioneros, impetuosos, vanidosos y más amigos del placer que de Dios. Aparentarán ser piadosos, pero su conducta desmentirá el poder de la piedad” (3:2-5). Innumerables pecados de sensualidad se combinan con el aumento de información comprometida con una procedencia corrupta, de manera que la gente no puede reconocer la verdad (3:6-7). Así es la vida en “los últimos días”. La inmediatez de la advertencia para los lectores de Pablo es una de las diversas señales que indican que él entendía que los “últimos días” van desde la ascensión de Cristo hasta su regreso.

¿Qué debemos hacer al respecto?

Primero, hemos de procurar seguir a los mejores mentores (3:10-11), esas personas cuyas vidas reflejan el evangelio y que han sido probadas por dificultades y protegidas por Dios. En un mundo de muchos ídolos en la cultura popular, incluso en el campo de la religión, debemos ser selectivos en la elección de los mejores mentores. De otra manera, probablemente escogeremos por defecto a los que no son buenos.

Segundo, debemos ser realistas en cuanto al mundo (3:12-13). Tenemos que esperar la oposición. De esa manera, no nos tomarán por sorpresa. Cuando Pablo dice que “esos malvados embaucadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados” (3:13), probablemente no quiere decir que cada generación será peor que la anterior, sino que, en todas las generaciones, los malvados se despeñarán en una espiral de corrupciones inevitables. Esto no nos debe sorprender. Sin la intervención de la gracia de Dios, eso es lo que el pecado produce en la gente.

Tercero, necesitamos depender de la Biblia (3:14-17). La Escritura no moldea únicamente la mente del cristiano con una cosmovisión profundamente ajena a la persona secular y a las que son infinitamente egoístas, y no sólo nos hace “sabios[s] para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús”, sino que es “inspirada por Dios” y, por ello, “útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia” (3:16). El peligro en el mundo evangélico contemporáneo no es un rechazo formal de las Escrituras, sino suponer de manera poco realista que conocemos la Biblia mientras avanzamos (o, en realidad, retrocedemos) hacia un sinnúmero de conferencias sobre liderazgo, técnicas, herramientas, trucos y agendas. Algunas de estas incluso podrían ser útiles si no mantuvieran a la Biblia tan al margen.

Cuarto, aunque esto ya nos lleva al próximo capítulo, tenemos que proclamar la Palabra (4:1-5). Ninguna otra cosa tiene poder transformador. El versículo 2 indica el contenido, la constancia, el alcance y la manera de tal predicación en los últimos días.


Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Publicaciones Andamio, 2013. Usado con permiso.

2 Reyes 13

Otros reyes de Israel

13 En el año veintitrés de Joás, hijo de Ocozías, rey de Judá, comenzó a reinar Joacaz, hijo de Jehú, sobre Israel en Samaria, y reinó diecisiete años. Hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, y siguió tras los pecados con que Jeroboam, hijo de Nabat, hizo pecar a Israel; no se apartó de ellos. Y la ira del SEÑOR se encendió contra Israel, y los entregó día tras día en mano de Hazael, rey de Aram, y en mano de Ben Adad, hijo de Hazael. Entonces Joacaz imploró el favor del SEÑOR, y el SEÑOR lo oyó; porque Él vio la opresión de Israel, de cómo el rey de Aram los oprimía. Y el SEÑOR dio a Israel un libertador, y escaparon del poder de los arameos; y habitaron los israelitas en sus tiendas como antes.

Con todo, no se apartaron de los pecados con que la casa de Jeroboam hizo pecar a Israel, sino que anduvieron en ellos; y también la Asera permaneció en pie en Samaria. Pues a Joacaz no le había quedado del ejército más que cincuenta hombres de a caballo, diez carros y 10,000 hombres de a pie, porque el rey de Aram los había destruido y los había hecho como polvo de trilla. Los demás hechos de Joacaz y todo lo que hizo y su poder, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel? Y durmió Joacaz con sus padres y lo sepultaron en Samaria, y su hijo Joás reinó en su lugar.

10 En el año treinta y siete de Joás, rey de Judá, Joás, hijo de Joacaz, comenzó a reinar sobre Israel en Samaria, y reinó dieciséis años. 11 E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR; no se apartó de todos los pecados con que Jeroboam, hijo de Nabat, hizo pecar a Israel, sino que anduvo en ellos. 12 Los demás hechos de Joás, y todo lo que hizo, y el poder con que peleó contra Amasías, rey de Judá, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel? 13 Y durmió Joás con sus padres, y Jeroboam se sentó en su trono; y Joás fue sepultado en Samaria con los reyes de Israel.

14 Cuando Eliseo se enfermó con la enfermedad de la cual había de morir, Joás, rey de Israel, descendió a él y lloró sobre su rostro, y dijo: «¡Padre mío, padre mío, los carros de Israel y sus hombres de a caballo!». 15 Y Eliseo le dijo: «Toma un arco y flechas». Y él tomó un arco y flechas. 16 Entonces dijo al rey de Israel: «Pon tu mano en el arco». Y él puso su mano sobre el arco; entonces Eliseo colocó sus manos sobre las manos del rey. 17 Y dijo: «Abre la ventana hacia el oriente, y él la abrió». Entonces Eliseo dijo: «Tira». Y él tiró. Y Eliseo dijo: «Flecha de victoria del SEÑOR, y flecha de victoria sobre Aram, porque derrotarás a los arameos en Afec hasta exterminarlos.» 18 Entonces añadió: «Toma las flechas»; y él las tomó. Y dijo al rey de Israel: «Golpea la tierra»; y él la golpeó tres veces y se detuvo. 19 Y el hombre de Dios se enojó con él, y dijo: «Deberías haber golpeado cinco o seis veces, entonces hubieras herido a Aram hasta exterminarlo. Pero ahora herirás a Aram solo tres veces».

20 Eliseo murió y lo sepultaron. Las bandas de los moabitas solían invadir la tierra en la primavera de cada año. 21 una vez cuando estaban sepultando a un hombre, vieron que una banda de merodeadores se les acercaba; así que arrojaron al hombre en la tumba de Eliseo. Cuando el hombre cayó y tocó los huesos de Eliseo, revivió, y se puso en pie.

22 Hazael, rey de Aram, había oprimido a Israel todos los días de Joacaz. 23 Pero el SEÑOR tuvo piedad de ellos, y les tuvo compasión y se volvió a ellos a causa de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob, y no quiso destruirlos ni echarlos de su presencia hasta hoy. 24 Al morir Hazael, rey de Aram, su hijo Ben Adad reinó en su lugar. 25 Entonces Joás, hijo de Joacaz, recobró de nuevo de mano de Ben Adad, hijo de Hazael, las ciudades que este había tomado en guerra de mano de su padre Joacaz. Tres veces Joás lo derrotó y recobró las ciudades de Israel.

Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com

2 Timoteo 3

Carácter y conducta de los hombres en los últimos días

3 Pero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. Porque los hombres serán amadores de sí mismos, avaros, jactanciosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, irreverentes, sin amor, implacables, calumniadores, desenfrenados, salvajes, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, envanecidos, amadores de los placeres en vez de amadores de Dios; teniendo apariencia de piedad, pero habiendo negado su poder. A los tales evita.

Porque entre ellos están los que se meten en las casas y se llevan cautivas a mujercillas cargadas de pecados, llevadas por diversas pasiones, que siempre están aprendiendo, pero nunca pueden llegar al pleno conocimiento de la verdad. Y así como Janes y Jambres se opusieron a Moisés, de la misma manera estos también se oponen a la verdad. Son hombres de mente depravada, reprobados en lo que respecta a la fe. Pero no progresarán más, pues su insensatez será manifiesta a todos, como también sucedió con la de aquellos dos.

Comisión a Timoteo

10 Pero tú has seguido mi enseñanza, mi conducta, propósito, fe, paciencia, amor, perseverancia, 11 mis persecuciones, sufrimientos, como los que me acaecieron en Antioquía, en Iconio y en Listra. ¡Qué persecuciones sufrí! Y de todas ellas me libró el Señor. 12 Y en verdad, todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, serán perseguidos. 13 Pero los hombres malos e impostores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. 14 Tú, sin embargo, persiste en las cosas que has aprendido y de las cuales te convenciste, sabiendo de quiénes las has aprendido. 15 Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús.

16 Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra.

Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com

Oseas 5–6

Reprensión por la apostasía del pueblo

5 ¡Oigan esto, sacerdotes! ¡Estén atentos, casa de Israel! ¡Escuchen casa del rey! Porque para ustedes es el juicio; Pues han sido lazo en Mizpa, Y red tendida en el monte Tabor. Los rebeldes se han ahondado en la perversión; Pero Yo los castigaré a todos ellos. Yo conozco a Efraín, e Israel no se me oculta; Porque ahora te has prostituido, Efraín, Se ha contaminado Israel. No les permiten sus obras Volver a su Dios, Porque hay un espíritu de prostitución dentro de ellos, Y no conocen al SEÑOR. Además, el orgullo de Israel testifica contra él, E Israel y Efraín tropiezan en su iniquidad; También Judá ha tropezado con ellos. Irán con sus rebaños y sus ganados En busca del SEÑOR, pero no lo encontrarán; Él se ha retirado de ellos. Han obrado perversamente contra el SEÑOR, Porque han tenido hijos ilegítimos. Ahora los devorará la luna nueva junto con sus heredades.

Toquen la bocina en Guibeá, La trompeta en Ramá. Suenen alarma en Bet Avén: ¡Estate alerta, Benjamín! Efraín será una desolación en el día de la reprensión; En las tribus de Israel Yo hago saber lo que es cierto. 10 Los príncipes de Judá son como los que mueven los linderos; Sobre ellos derramaré Mi furor como agua. 11 Efraín está oprimido, quebrantado por el juicio, Porque insistía en seguir mandato de hombre. 12 Yo, pues, soy como polilla para Efraín, Y como carcoma para la casa de Judá. 13 Cuando Efraín vio su enfermedad Y Judá su herida, Efraín fue a Asiria Y envió mensaje al rey Jareb; Pero él no los podrá sanar, Ni curar su herida. 14 Porque Yo seré como león para Efraín, Y como leoncillo para la casa de Judá. Yo, Yo mismo, desgarraré y me iré, Arrebataré y no habrá quien libre. 15 Me iré y volveré a Mi lugar Hasta que reconozcan su culpa y busquen Mi rostro; En su angustia me buscarán con diligencia.

Respuesta del pueblo

6 «Vengan, volvamos al SEÑOR. Pues Él nos ha desgarrado, pero nos sanará; Nos ha herido, pero nos vendará. Nos dará vida después de dos días, Al tercer día nos levantará Y viviremos delante de Él. Conozcamos, pues, esforcémonos por conocer al SEÑOR. Su salida es tan cierta como la aurora, Y Él vendrá a nosotros como la lluvia, Como la lluvia de primavera que riega la tierra».

¿Qué haré contigo, Efraín? ¿Qué haré contigo, Judá? Porque la lealtad de ustedes es como nube matinal, Y como el rocío, que temprano desaparece. Por tanto los he despedazado por medio de los profetas, Los he matado con las palabras de Mi boca; Los juicios sobre ti son como la luz que sale. Porque me deleito más en la lealtad que en el sacrificio, Y en el conocimiento de Dios que en los holocaustos. Pero ellos, como Adán, han transgredido el pacto; Allí me han traicionado. Galaad es ciudad de malhechores, Con huellas de sangre. Como bandidos al acecho de un hombre, Es la banda de sacerdotes que asesina en el camino a Siquem; Ciertamente han cometido iniquidad. 10 En la casa de Israel he visto una cosa horrible: Allí está la prostitución de Efraín, se ha contaminado Israel. 11 Para ti también, oh Judá, hay preparada una cosecha, Cuando Yo restaure el bienestar de Mi pueblo.


Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com

Salmo 119:145–176

Cof.

145 He clamado con todo mi corazón; ¡respóndeme, SEÑOR! Guardaré Tus estatutos. 146 A Ti clamé; sálvame, Y guardaré Tus testimonios. 147 Me anticipo al alba y clamo; En Tus palabras espero. 148 Mis ojos se anticipan a las vigilias de la noche, Para meditar en Tu palabra. 149 Oye mi voz conforme a Tu misericordia; Vivifícame, oh SEÑOR, conforme a Tus ordenanzas. 150 Se me acercan los que siguen la maldad; Lejos están de Tu ley. 151 Tú estás cerca, SEÑOR, Y todos Tus mandamientos son verdad. 152 Desde hace tiempo he sabido de Tus testimonios, Que para siempre los has fundado.

Resh.

153 Mira mi aflicción y líbrame, Porque no me olvido de Tu ley. 154 Defiende mi causa y redímeme; Vivifícame conforme a Tu palabra. 155 Lejos está de los impíos la salvación, Porque no buscan Tus estatutos. 156 Muchas son, oh SEÑOR, Tus misericordias; Vivifícame conforme a Tus ordenanzas. 157 Muchos son mis perseguidores y mis adversarios, Pero yo no me aparto de Tus testimonios. 158 Veo a los malvados y me repugnan, Porque no guardan Tu palabra. 159 Mira cuánto amo Tus preceptos; Vivifícame, SEÑOR, conforme a Tu misericordia. 160 La suma de Tu palabra es verdad, Y eterna cada una de Tus justas ordenanzas.

Sin.

161 Príncipes me persiguen sin causa, Pero mi corazón teme Tus palabras. 162 Me regocijo en Tu palabra, Como quien halla un gran botín. 163 Aborrezco y desprecio la mentira, Pero amo Tu ley. 164 Siete veces al día te alabo, A causa de Tus justas ordenanzas. 165 Mucha paz tienen los que aman Tu ley, Y nada los hace tropezar. 166 Espero Tu salvación, SEÑOR, Y cumplo Tus mandamientos. 167 Mi alma guarda Tus testimonios, Y en gran manera los amo. 168 Guardo Tus preceptos y Tus testimonios, Porque todos mis caminos están delante de Ti.

Tau.

169 Que llegue mi clamor ante Ti, SEÑOR; Conforme a Tu palabra dame entendimiento. 170 Llegue mi súplica delante de Ti; Líbrame conforme a Tu palabra. 171 Que profieran mis labios alabanzas, Pues Tú me enseñas Tus estatutos. 172 Que cante mi lengua de Tu palabra, Porque todos Tus mandamientos son justicia. 173 Que esté pronta Tu mano a socorrerme, Porque Tus preceptos he escogido. 174 Anhelo Tu salvación, SEÑOR, Y Tu ley es mi deleite. 175 Que viva mi alma para alabarte, Y que Tus ordenanzas me ayuden. 176 Me he descarriado como oveja perdida; busca a Tu siervo, Porque no me olvido de Tus mandamientos.


Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com

Acerca del Autor

0.00 avg. rating (0% score) - 0 votes
Mostrar Más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Verifique también
Close
Back to top button