HistoriasIglesiaNoticias

Piensa en cómo Cristo restaura el cosmos

Carta de un pastor a su iglesia

Queridos hermanos,
Hay muchas cosas en mi vida que me incomodan, afligen e inquietan. No todo está como quisiera, ni todo sale como aspiro o planifico. La sensación de incomodidad, frustración, pesar y tristeza son comunes y me asedian constantemente.

En ocasiones, estos sentimientos me visitan con presión, como reclamando un espacio en mi mente y corazón. A veces esto es provocado por mi propio mal, otras veces por el mal de terceros, y casi siempre por el solo hecho de vivir en una creación caída; broken le dicen en inglés. Vivimos en un broken world (mundo caído).

No todo está bien aquí. Esto se dañó desde Génesis 3 para Adán, para Eva, para mí y para ti también. ¿Verdad? Pero Génesis 3 no es toda la historia. La Biblia no termina allí. La historia y la realidad tampoco. En este mundo caído, también tenemos, por ejemplo, el mensaje de Efesios 1. El capítulo que ocupó mi meditación durante todo diciembre del año pasado.

Aquí Pablo me hablaba de una realidad más trascendente y definitiva que la realidad de vivir en un mundo caído: la salvación.

Dios reunió todas las cosas en Cristo

Mi salvación es una realidad objetiva en la que mi corazón se apoya y descansa. Cuando eso sucede, entonces encuentro ánimo. Cuando confío en eso, mi tristeza es cambiada en gozo y mi desaliento en esperanza. Efesios 1:9-10 fue uno de los medios que el Señor usó para ese efecto, y quise compartirlo ustedes:

[Dios] nos dio a conocer el misterio de Su voluntad, según la buena intención que se propuso en Cristo, con miras a una buena administración en el cumplimiento de los tiempos, es decir, de reunir todas las cosas en Cristo, tanto las que están en los cielos, como las que están en la tierra.

El término griego que Pablo usa aquí para la palabra «reunir» se escribe anakefalaiōsastai. El otro único lugar donde aparece es en Romanos 13:9, que afirma: «cualquier otro mandamiento, en estas palabras se resume» (énfasis añadido). Pero ana-kefala-iosastai, también es un término compuesto que incluye la raíz kefalé (kefala), que quiere decir «cabeza». Es decir, en virtud de la cruz, Dios resume, une, agrupa todas las cosas que están en los cielos y en la tierra en Cristo. Dios las une con su cabeza.

Dios restaura Su creación al colocarla bajo la autoridad de su Señor y Cabeza. Esta es una restauración que será manifestada al final de los tiempos.

La vida, muerte y resurrección de Cristo no constituyen solo un evento histórico, sino que es primeramente la acción de Dios; planeada en la eternidad y llevada a cabo en el tiempo para restaurar la creación entera traerla a la belleza, plenitud y orden de su Creador y Cabeza. Cristo es la base de esa restauración, es el medio y finalmente la meta de ella.

En otras palabras, Cristo (por medio de Su muerte y resurrección) es quien hace posible la restauración del cosmos. Él es quién sostiene el universo en su estado caído y para efectos redentores (He 1:1 ss.). Cristo es quién recibe gloria por esa redención cósmica (Ro 11:33-36).

Ahora bien, esta restauración también está expresada en términos de liberación y reconciliación en Efesios. Pablo la presenta como una reunificación. Lo que Cristo ha logrado es una reunificación del Creador con lo creado. Un volverse a unir en el orden, funcionamiento y propósito divinos. Cristo trajo liberación, reconciliación y unificación entre Dios y Su mundo (ver Ro 8:21Col 1:20Ef 1:9-10).

Cristo redime pecadores y restaura el cosmos por medio de Su obra. Restaura el orden, plenitud, armonía y belleza originales. La cruz hace que el estado de esclavitud, enemistad, desorden y división en el que se encuentra la creación sea cambiada por orden, plenitud, armonía y belleza.

Todo estará bien

Hagamos una pausa para pensar en esto por un momento.

La manifestación completa de esta realidad escapa a nuestra mente en un sentido, porque nuestro entendimiento está limitado y también porque sabemos que su expresión final es futura: cielos nuevos y tierra nueva. 

Pero el mensaje de esta restauración está escrito aquí en Efesios para que nosotros lo leamos hoy. Está aquí porque Dios quiso revelarlo. Él quiso que leyéramos y conociéramos esto.

Toda esta realidad pudo haber sido un aspecto escondido de nuestra redención, para ser descubierto y experimentado en el futuro, pero Dios consideró sabio y necesario revelarlo a Su pueblo. Es decir, Dios quiere que nosotros sepamos el mensaje de Efesios 1:9-10.

Él quiere que entendamos esta realidad y que la creamos, la tomemos en serio y vivamos confiando en que ella es parte de Su plan perfecto.

Tan increíble como la reunificación cósmica que Cristo aseguró, así es el hecho de que esto fue revelado por Dios. Revelado para que lo leamos, escuchemos, pensemos y entendamos. Dios quiere que esto sea parte de nuestra comprensión de la realidad.

El Señor quiere que el logro y el alcance de la cruz sea parte de nuestra visión del mundo de los lunes. Dios quiere que esto sea parte de nuestra esperanza de los martes y de nuestra adoración y alabanza de los miércoles.

Mañana no habrá perturbación, incomodidad, aflicción ni inquietud. Una nueva creación espera libre de frustración, pesar y tristeza. Todo fue unido a Cristo y restaurado en Él.
Mis hermanos, mañana todo estará bien. Ánimo.

Nota del editor: Esta es una carta escrita hace un tiempo por el pastor Gerson Morey a su iglesia Día de Adoración, en la ciudad de Davie, al Sur de la Florida. La hemos compartido ahora en su blog, con su permiso, esperando que pueda ser de edificación y aliento para más lectores.

GERSON MOREY

Acerca del Autor

0.00 avg. rating (0% score) - 0 votes
Mostrar Más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Verifique también
Close
Back to top button