Plan

Lectura de Hoy

23-05-2024

DEVOCIONAL

Devocional: Salmo 77

Asaf nos debe haber dado muchas razones sobre la cuestión de porqué debemos “recordar” los creyentes. El Salmo 75 que vimos ayer ensalza el poder del “recitado” piadoso: contar de nuevo lo que Dios ha hecho para acercar el “nombre” de Dios. La importancia de recordar y repetir constituye el núcleo central del Salmo 78. Aquí, en el Salmo 77, Asaf destaca otro elemento más.

Él mismo está sumamente afligido (77:1). Desconocemos los motivos, pero la mayoría de nosotros hemos pasado por “oscuras noches del alma”, cuando parece que Dios está muerto o que no le importamos lo más mínimo. Asaf estaba tan decaído que no podía dormir; de hecho, culpa a Dios de no dejarle dormir (77:4). Los recuerdos de otros tiempos en que las circunstancias eran tan alegres que cantaba gozoso durante la noche (77:6) solo sirven ahora para deprimirle más. La amargura tiñe su lista de preguntas retóricas: “¿Nos rechazará el Señor para siempre? ¿No volverá a mostrarnos su buena voluntad? ¿Se habrá agotado su gran amor eterno, y sus promesas por todas las generaciones? ¿Se habrá olvidado Dios de sus bondades, y en su enojo ya no quiere tener compasión de nosotros?” (77:7-9).

Asaf decide concentrarse en todas las maneras en que Dios se reveló con poder en el pasado. Escribe: “Traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo” (77:11; RVR60); en otras palabras, apela a todas las exhibiciones de fuerza de los hechos de la “diestra” de Dios a lo largo de la historia. “Prefiero recordar las hazañas del Señor, traer a la memoria sus milagros de antaño. Meditaré en todas tus proezas; evocaré tus obras poderosas” (77:11-12). De modo que, en el resto del salmo, Asaf pasa a hablar en segunda persona, dirigiéndose directamente a Dios y recordando algunos de los innumerables hechos de gracia y poder que caracterizaron su trato con el pueblo del pacto. Recuerda las plagas, el Éxodo, cuando cruzaron el Mar Rojo, la forma en que Dios guió a su pueblo “por mano de Moisés y Aarón” (77:13-20).

Los cristianos tenemos mucho más que recordar. Así como Asaf “se acordaba” del Éxodo mediante la lectura de las Escrituras, nosotros contamos con mucho más. No solo rememoramos lo que él traía a su memoria, sino cosas de las que él no tenía ni idea: el exilio, el retorno de este, los largos años aguardando la venida del Mesías. Evocamos la Encarnación, los años de la vida de Jesús y su ministerio, sus palabras y sus hechos podero­sos. Por encima de todo, conmemoramos su muerte y su resurrección, y la obra poderosa del Espíritu en Pentecostés y lo que siguió después.

Al traer todo esto a la memoria, nuestra fe se fortalece, nuestra visión de Dios se renueva y la desesperación se disipa.

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2013. Usado con permiso.
Devocional: Isaías 24
El pasaje de Isaías 24—27, que culmina la larga sección de los capítulos 13—27, es llamado en ocasiones “el apocalipsis de Isaías”. Aquí, el profeta pasa de los oráculos contra determinadas naciones a un apocalipsis (una revelación) relativa al mundo entero. El pensamiento no es tanto secuencial o literalista, sino una serie de imágenes provocadoras que cuentan su propia historia. Isaías 24 describe principalmente la devastación que debe caer sobre toda la tierra. Le siguen tres capítulos de cánticos, e incluso festejos, ofrecidos con gozo al Señor por su triunfo final e irrefutable.

La mayor parte del capítulo 24 se ocupa de la devastación total del juicio final, de su rigurosidad y terror. En una serie de imágenes impactantes, las ciudades quedan asoladas (24:10), las viñas sin fruto (24:13), el terror y las trampas surgen por todas partes (24:18), y toda la tierra está quebrantada mientras los cielos derraman diluvios cataclísmicos (24:18-19), o, como alternativa, en una mezcla de metáforas, la tierra se marchita a causa de una terrible sequía (24:4). No obstante, hay dos subtemas que también captan la atención del lector.

Primero: “La tierra yace profanada, pisoteada por sus habitantes, porque han desobedecido las leyes, han violado los estatutos, han quebrantado el pacto eterno. Por eso una maldición consume la tierra, y los culpables son sus habitantes. Por eso el fuego los consume, y solo quedan unos cuantos” (24:5-6). Probablemente, la referencia a un “pacto” sea relativa al que Dios estableció con Noé y sus descendientes tras el diluvio (Génesis 9:8-17), lo cual repite la estructura de obligaciones procedente de la propia creación. De ser así, las “leyes” y “estatutos” que se han violado son los modelos fundamentales de conducta correcta implícitos y en ocasiones estipulados en un universo en el que Dios es absolutamente central y donde los seres humanos, los creados a su imagen, están adecuada y tiernamente relacionados con él. La triste realidad es que “han quebrantado el pacto eterno” (24:5). Esta terrible ruptura ha atraído la justa maldición de Dios (24:6). La visión apocalíptica del juicio final en este capítulo es la consecuencia.

Segundo: en este capítulo, la gloria que acompaña al juicio, o que espera sobre él, rompe en dos ocasiones las implacables tinieblas. En 24:14-16a, Isaías menciona personas que vienen de oriente y occidente, proclamando la majestad del Señor, levantando su voz en gozosa alabanza, cantando “¡Gloria al Justo!” desde los confines de la tierra, algo que señala simultáneamente que el juicio ha acabado y que Dios ha sido justo al dispensarlo. El último versículo del capítulo (v. 23) es como un preludio de la visión final de la Biblia. La gloria definitiva de la nueva Jerusalén es tan brillante que no se necesita sol: “La gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera” (Apocalipsis 21:23).

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2016. Usado con permiso.
Números 32
Rubén y Gad se establecen en Galaad
32 Los hijos de Rubén y los hijos de Gad tenían una cantidad muy grande de ganado. Por eso, cuando vieron la tierra de Jazer y la tierra de Galaad, que en verdad era un lugar bueno para ganado, los hijos de Gad y los hijos de Rubén fueron y hablaron a Moisés, al sacerdote Eleazar y a los jefes de la congregación y les dijeron: «Atarot, Dibón, Jazer, Nimra, Hesbón, Eleale, Sebam, Nebo y Beón, la tierra que el SEÑOR conquistó delante de la congregación de Israel es tierra para ganado; y tus siervos tienen ganado. Si hemos hallado gracia ante tus ojos, que se dé esta tierra a tus siervos como posesión; no nos hagas pasar el Jordán», le dijeron.
Pero Moisés dijo a los gaditas y a los rubenitas: «¿Irán sus hermanos a la guerra, mientras ustedes se quedan aquí? ¿Por qué desalientan a los israelitas a fin de que no pasen a la tierra que el SEÑOR les ha dado? Esto es lo que los padres de ustedes hicieron cuando los envié de Cades Barnea a ver la tierra. Pues cuando subieron hasta el valle de Escol, y vieron la tierra, desalentaron a los israelitas para que no entraran a la tierra que el SEÑOR les había dado. 10 La ira del SEÑOR se encendió aquel día y juró y dijo: 11 “Ninguno de estos hombres que salieron de Egipto, de veinte años arriba, verá la tierra que juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, porque no me siguieron fielmente, 12 sino Caleb, hijo de Jefone el cenezeo, y Josué, hijo de Nun, pues ellos  han seguido fielmente al SEÑOR”.
13 »La ira del SEÑOR se encendió contra Israel, y los hizo vagar en el desierto por cuarenta años, hasta que fue acabada toda la generación de los que habían hecho mal ante los ojos del SEÑOR. 14 Ahora ustedes se han levantado en lugar de sus padres, prole de hombres pecadores, para añadir aún más a la ardiente ira del SEÑOR contra Israel. 15 Pues si dejan de seguirle, otra vez Él los abandonará en el desierto, y ustedes destruirán a todo este pueblo».
16 Entonces ellos se acercaron a él, y le dijeron: «Edificaremos aquí establos para nuestro ganado y ciudades para nuestros pequeños; 17 pero nosotros nos armaremos para ir delante de los israelitas hasta que los introduzcamos en su lugar, mientras que nuestros pequeños se quedarán en las ciudades fortificadas por causa de los habitantes de la tierra. 18 No volveremos a nuestros hogares hasta que cada uno de los israelitas haya ocupado su heredad. 19 Porque no tendremos heredad con ellos al otro lado del Jordán y más allá, pues nuestra heredad nos ha tocado de este lado del Jordán, al oriente».
20 Y Moisés les dijo: «Si hacen esto, si se arman delante del SEÑOR para la guerra, 21 y todos sus guerreros cruzan el Jordán delante del SEÑOR hasta que Él haya expulsado a Sus enemigos delante de Él, 22 y la tierra quede sometida delante del SEÑOR; después volverán y quedarán libres de obligación para con el SEÑOR y para con Israel; y esta tierra será de ustedes en posesión delante del SEÑOR. 23 Pero si no lo hacen así, miren, habrán pecado ante el SEÑOR, y tengan por seguro que su pecado los alcanzará. 24 Edifíquense ciudades para sus pequeños, y rediles para sus ovejas; y hagan lo que han prometido». 25 Entonces los gaditas y los rubenitas hablaron a Moisés y dijeron: «Tus siervos harán tal como mi señor ordena. 26 Nuestros pequeños, nuestras mujeres, nuestro ganado y nuestros rebaños quedarán allí en las ciudades de Galaad; 27 mientras tus siervos, todos los que están armados para la guerra, cruzarán delante del SEÑOR para la batalla, tal como mi señor dice».
28 Así lo ordenó Moisés en relación a ellos, al sacerdote Eleazar, a Josué, hijo de Nun, y a los jefes de las casas paternas de las tribus de los israelitas. 29 Y Moisés les dijo: «Si los gaditas y los rubenitas, todos los que están armados para la batalla, cruzan con ustedes el Jordán en presencia del SEÑOR, y la tierra es sometida delante de ustedes, entonces les darán a ellos la tierra de Galaad en posesión; 30 pero si no cruzan armados con ustedes, tendrán la herencia entre ustedes en la tierra de Canaán». 31 Los gaditas y los rubenitas respondieron: «Como el SEÑOR ha dicho a sus siervos, así haremos. 32 Nosotros cruzaremos armados en la presencia del SEÑOR a la tierra de Canaán, y la posesión de nuestra heredad quedará con nosotros de este lado del Jordán».
33 Entonces Moisés dio a los gaditas, y a los rubenitas, y a la media tribu de Manasés, hijo de José, el reino de Sehón, rey de los amorreos, y el reino de Og, rey de Basán: la tierra con sus ciudades, con sus territorios, y las ciudades de la tierra circunvecina.
34 Los gaditas construyeron a Dibón, Atarot, Aroer, 35 Atarot Sofán, Jazer, Jogbeha, 36 Bet Nimra y Bet Arán, ciudades fortificadas, y rediles para las ovejas.
37 Los rubenitas construyeron a Hesbón, Eleale y Quiriataim, 38 y Nebo, y Baal Meón, cambiando sus nombres, y Sibma; y dieron otros nombres a las ciudades que edificaron.
39 Los hijos de Maquir, hijo de Manasés, fueron a Galaad y la tomaron, y expulsaron a los amorreos que estaban en ella. 40 Entonces Moisés dio Galaad a Maquir, hijo de Manasés, y este habitó en ella. 41 Jair, hijo de Manasés, fue y conquistó sus pueblos, y los llamó Havot Jair. 42 También Noba fue y conquistó a Kenat y sus aldeas, y la llamó Noba, igual que él.

Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com
Salmos 77
LIBRO SEGUNDO
Las maravillas de Dios en el pasado consuelan en el presente
Para el director del coro; según Jedutún.
Salmo de Asaf.
77 Mi voz se eleva a Dios, y a Él clamaré; Mi voz se eleva a Dios, y Él me oirá. En el día de mi angustia busqué al Señor; En la noche mi mano se extendía sin cansarse; Mi alma rehusaba ser consolada. Me acuerdo de Dios, y me siento turbado; Me lamento, y mi espíritu desmaya.       (Selah) Has mantenido abiertos mis párpados; Estoy tan turbado que no puedo hablar. He pensado en los días pasados, En los años antiguos. De noche me acordaré de mi canción; En mi corazón meditaré, Y mi espíritu indaga:
¿Rechazará el Señor para siempre? ¿No mostrará más Su favor? ¿Ha cesado para siempre Su misericordia? ¿Ha terminado para siempre Su promesa? ¿Ha olvidado Dios tener piedad, O ha retirado con Su ira Su compasión?           (Selah) 10 Entonces dije: «Este es mi dolor: Que la diestra del Altísimo ha cambiado».
11 Me acordaré de las obras del SEÑOR; Ciertamente me acordaré de Tus maravillas antiguas. 12 Meditaré en toda Tu obra, Y reflexionaré en Tus hechos. 13 Santo es, oh Dios, Tu camino; ¿Qué dios hay grande como nuestro Dios? 14 Tú eres el Dios que hace maravillas, Has hecho conocer Tu poder entre los pueblos. 15 Con Tu brazo has redimido a Tu pueblo, A los hijos de Jacob y de José.     (Selah)
16 Las aguas te vieron, oh Dios, Te vieron las aguas y temieron, Los abismos también se estremecieron. 17 Derramaron aguas las nubes, Tronaron los nubarrones, También Tus saetas centellearon por todos lados. 18 La voz de Tu trueno estaba en el torbellino, Los relámpagos iluminaron al mundo, La tierra se estremeció y tembló. 19 En el mar estaba Tu camino, Y Tus sendas en las aguas inmensas, Y no se conocieron Tus huellas. 20 Como rebaño guiaste a Tu pueblo Por mano de Moisés y de Aarón.
   
Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com
Isaías 24
Juicio de Dios contra las naciones

24 Miren, el SEÑOR arrasa la tierra, la devasta, trastorna su superficie y dispersa sus habitantes. Le sucederá tanto al pueblo como al sacerdote, al siervo como a su amo, a la doncella como a su ama, al comprador como al vendedor, al que presta como al que toma prestado, al acreedor como al deudor. La tierra será totalmente arrasada y completamente saqueada, porque el SEÑOR ha dicho esta palabra.
De duelo y marchitada está la tierra, el mundo desfallece y se marchita, languidecen los grandes del pueblo de la tierra. También la tierra es profanada por sus habitantes, porque traspasaron las leyes, violaron los estatutos, quebrantaron el pacto eterno. Por eso, una maldición devora la tierra, y son tenidos por culpables los que habitan en ella. Por eso, son consumidos los habitantes de la tierra, y pocos hombres quedan en ella.
El vino nuevo está de duelo, Desfallece la vid, Suspiran todos los de alegre corazón. Cesa el júbilo de los panderos, Se acaba el alboroto de los que se divierten, Cesa el júbilo de la lira. No beben vino con canción. El licor es amargo a los que lo beben. 10 Derribada está la ciudad del caos, Toda casa está cerrada para que no entre nadie. 11 Hay clamor en las calles por falta de vino, Toda alegría se convierte en tinieblas, Desterrado está el júbilo de la tierra. 12 Desolación queda en la ciudad, Y su puerta está hecha pedazos, en ruinas. 13 Porque así será en medio de la tierra, entre los pueblos, Como cuando se varea el olivo, Como en los rebuscos cuando se acaba la vendimia. 14 Ellos alzan sus voces, gritan de júbilo. Desde el occidente dan voces por la majestad del SEÑOR. 15 Por tanto, glorifiquen al SEÑOR en el oriente, El nombre del SEÑOR, Dios de Israel, En las costas del mar. 16 Desde los confines de la tierra oímos cánticos: «Gloria al Justo». Pero yo digo: «¡Pobre de mí! ¡Pobre de mí! ¡Ay de mí! Los traidores obran con perfidia, Con mucha perfidia obran los traidores». 17 Terror, foso y lazo Te asedian, oh morador de la tierra. 18 Entonces sucederá que el que huya del ruido del terror, caerá en el foso, Y el que salga del foso, será atrapado en el lazo. Porque las ventanas de arriba están abiertas, y los cimientos de la tierra se estremecen. 19 Se hace pedazos la tierra, En gran manera se agrieta, Con violencia tiembla la tierra. 20 Se tambalea, oscila la tierra como un ebrio, Se balancea como una choza, Pues pesa sobre ella su transgresión, Y caerá, y no volverá a levantarse. 21 Y sucederá en aquel día, Que el SEÑOR castigará al ejército celestial en las alturas, Y a los reyes de la tierra en la tierra. 22 Y serán agrupados en montón Como prisioneros en un calabozo; Serán encerrados en la cárcel, Y después de muchos días serán castigados. 23 Entonces la luna se abochornará y el sol se avergonzará Porque el SEÑOR de los ejércitos reinará en el monte Sión y en Jerusalén, Y delante de Sus ancianos estará Su gloria.

Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com
1 Juan 2
Cristo, nuestro abogado
2 Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no pequen. Y si alguien peca, tenemos Abogado para con el Padre, a Jesucristo el Justo. Él mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino también por los del mundo entero. Y en esto sabemos que lo hemos llegado a conocer: si guardamos Sus mandamientos.
Él que dice: «Yo lo he llegado a conocer», y no guarda Sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él. Pero el que guarda Su palabra, en él verdaderamente se ha perfeccionado el amor de Dios. En esto sabemos que estamos en Él. El que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo.

Mandamiento sobre el amor fraternal

Amados, no les escribo un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo, que han tenido desde el principio. El mandamiento antiguo es la palabra que han oído. Por otra parte, les escribo un mandamiento nuevo, el cual es verdadero en Él y en ustedes, porque las tinieblas van pasando, y la Luz verdadera ya está alumbrando. El que dice que está en la Luz y aborrece a su hermano, está aún en tinieblas. 10 El que ama a su hermano, permanece en la Luz y no hay causa de tropiezo en él. 11 Pero el que aborrece a su hermano, está en tinieblas y anda en tinieblas, y no sabe adónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.

No amen lo que está en el mundo

12 Les escribo a ustedes, hijos, porque sus pecados les han sido perdonados por el nombre de Cristo. 13 Les escribo a ustedes, padres, porque conocen a Aquel que ha sido desde el principio. Les escribo a ustedes, jóvenes, porque han vencido al maligno. Les he escrito a ustedes, niños, porque conocen al Padre. 14 Les he escrito a ustedes, padres, porque conocen a Aquel que ha sido desde el principio. Les he escrito a ustedes, jóvenes, porque son fuertes y la palabra de Dios permanece en ustedes y han vencido al maligno.
15 No amen al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos, y la arrogancia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 17 El mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

Advertencias contra el anticristo

18 Hijitos, es la última hora, y así como oyeron que el anticristo viene, también ahora han surgido muchos anticristos. Por eso sabemos que es la última hora. 19 Ellos salieron de nosotros, pero en realidad no eran de nosotros, porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros. Pero salieron, a fin de que se manifestara que no todos son de nosotros. 20 Pero ustedes tienen la unción del Santo, y todos ustedes lo saben.
21 No les he escrito porque ignoren la verdad, sino porque la conocen y porque ninguna mentira procede de la verdad. 22 ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. 23 Todo aquel que niega al Hijo tampoco tiene al Padre; el que confiesa al Hijo tiene también al Padre. 24 En cuanto a ustedes, que permanezca en ustedes lo que oyeron desde el principio. Si en ustedes permanece lo que oyeron desde el principio, ustedes también permanecerán en el Hijo y en el Padre. 25 Y esta es la promesa que Él mismo nos hizo: la vida eterna. 26 Les he escrito estas cosas respecto a los que están tratando de engañarlos.
27 En cuanto a ustedes, la unción que recibieron de Él permanece en ustedes, y no tienen necesidad de que nadie les enseñe. Pero así como Su unción les enseña acerca de todas las cosas, y es verdadera y no mentira, y así como les ha enseñado, ustedes permanecen en Él. 28 Y ahora, hijos, permanezcan en Él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza y no nos apartemos de Él avergonzados en Su venida. 29 Si saben que Él es justo, saben también que todo el que hace justicia es nacido de Él.

Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com

Acerca del Autor

0.00 avg. rating (0% score) - 0 votes
Mostrar Más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Verifique también
Close
Back to top button